Este texto lo he leído muchas veces, la última hace un par de semanas. Y es que ver partidos políticos que dicen que la política es negociación y pacto y que eso justifica, decir sí a lo que ayer dije que no, haciendo de «la necesidad virtud». No importan las promesas hechas en campaña electoral. Pero por encima de todo, me llama la atención que quienes les votan, personas que se consideran de «izquierdas», acepten la mentira tranquilamente y comprendan que hay necesidades superiores que justifican el engaño.
Cada vez que observo y escucho estas reacciones de la gente que se considera de «izquierdas» (de las que votan a la derecha ni hablo porque me son totalmente ajenas), me viene a la mente «la servidumbre voluntaria» y este texto del siglo XVI.
La Boétie señala tres causas de la servidumbre voluntaria: en primer lugar, la costumbre y la educación, en segundo lugar, la corrupción, y por fin, la violencia. El centro de la reflexión es la libertad, (…) un bien tan grande y placentero, que el perderlo es causa de todos los males (…). La libertad es entendida como un elemento natural, al que muchos seres humanos renuncian sometiéndose al poder.
La renuncia a la libertad se produce según La Boétie, muchas veces, sin necesidad y siempre supone una degradación y la pérdida de la humanidad de la persona. Si las personas no pueden afrontar el hecho de su propia libertad siempre creerán y confiarán en redenciones venidas desde fuera y la humanidad permanecerá alienada si no encuentra el camino de vivir en libertad.
Hay alguna luz para rechazar la servidumbre. Según La Boétie, es fundamental mantener la mente despejada y el espíritu clarividente, tomándose la molestia de pulirla por el estudio y el saber. Cada cual que piense si este es el camino que llevamos o más bien nos dirigimos a una tiranía cotidiana y de baja intensidad que presenta esa servidumbre voluntaria bajo los ropajes de la seducción que cautivan a muchas personas.