La lectura del primer volumen de sus Diarios me ha animado a leer esta novela breve que escribió en 2015, meses antes de su fallecimiento. Se trata, por tanto, de su última novela.
Como bien señala en la última página fue escrita entre
1996 y 2015, diecinueve años dándole vueltas a esta historia, dejándola y
recuperándola son muchos años. Chirbes cuenta a través de su narrador, un joven
pintor madrileño, la relación homosexual que le unió con Michel, un francés en
la cincuentena. Las diferencias entre ambos son muchas, no son solo la edad. El
origen social de ambos es completamente diferente puesto que el joven pintor es
de clase adinerada con todo lo que eso conlleva, mientras que Michel es un
obrero de fábrica.
Esas diferencias parecen no tener importancia al
inicio de su relación en pleno enamoramiento, pero poco a poco sus diferencias
irán emergiendo al compas de la decadencia de su amor. La novela se centra en
el deterioro de las relaciones de pareja, en las diversas fases de su
enamoramiento y, en definitiva, en los vaivenes del amor.
Al leer sus Diarios, Chirbes da pistas de que
esta novela puede tener cierto contenido autobiográfico puesto que tuvo una
pareja en París que también fracasó y acabó trágicamente. Rafael Chirbes
demuestra un gran dominio de la lengua y de la narración, así como del trasfondo
social que en este caso rememora a través de su relación con un obrero en un
barrio popular.