Los que hace tiempo que me leéis sabéis que me gusta mucho la
novela negra, nunca he explicado el origen de esta afición y, brevemente, os lo cuento ahora para introducir tres novelas de este género. Cuando estaba haciendo la Tesis Doctoral (me costó alrededor de diez años porque todo se complicó con el trabajo) acababa tan agotada de leer historia (libros, documentos, etc) que necesitaba relajarme con algo que no me exigiera demasiado esfuerzo, así me encontré con Agatha Christie…. Pero como me gusta complicarme la vida, enseguida busqué nuevos autores y acabé atrapada por la novela norteamericana de los años cincuenta, Dashiell Hammett especialmente:
una gabardina, tabaco, alcohol, desencanto y un inquebrantable código moral, que no necesariamente coincide con el de la sociedad, son los atributos con los que Hammett vistió al detective Sam Spade en
El halcón maltés e inventó de paso la
novela negra. Es decir, la novela que se basa en que la condición natural de nuestra sociedad es el desorden bajo una apariencia ordenada. La disección de esa realidad social es el eje sobre el que gira este tipo de novela en el que no puede haber final feliz.
De entre las tres que os comento, la de Lehane es la que se adapta más a mis gustos y la que me tiene encandilada, pero las otras dos tienen también su punto.
DENNIS LEHANE,
Lo que es sagrado.
El libro fui a comprarlo hace poco tras leer
La última causa perdida, igual que hice ayer, que compré
Abrázame, curiosidad. Con éste último sólo me faltará por leer el primero de la serie,
Un trago antes de la guerra.
El libro está en mi mesa y es el tercer libro que empecé a leer en Galicia y he acabado en casa. Tiene 361 páginas y el título hace referencia a “lo que es sagrado” para su protagonista Patrick Kenzie, que se resume en el nombre de su compañera, Angela Gennaro. Quien lo lea averiguará el motivo.
Sobre el autor, Dennis Lehane, ya se ha escrito aquí en otros comentarios.
Lo que es sagrado, me ha entusiasmado, como dice sobre su novela Michael Connelly, “Lehane es capaz de convertir una novela policíaca en un tratado sobre la corrupción del alma humana”. Sigo insistiendo en que el término “novela policíaca” no está bien utilizado, ni siquiera hay policías en la trama sino como elemento muy secundario. Cuando la pareja de detectives resuelve el caso, ninguno de los dos piensa, en ningún momento, que hayan restaurado el orden, al contrario, sólo son más conscientes de la corrupción del alma humana. Me gustan a rabiar los dos personajes centrales Kenzie y Gennaro y me encanta su sentido del humor que llega a hacerme reír en numerosas ocasiones (algo poco habitual en una novela negra).
El multimillonario Trevor Stone, antes de morir, contrata los servicios de los dos detectives mencionados para que averigüen el paradero de su hija Desiree, así como del primer detective encargado de buscarla, y amigo de Kenzie, Jay Becker. La trama es intensa y absorbente, bien escrita y que te introduce de forma vertiginosa en un mundo, y una familia, corrupto y amoral.
No he seleccionado fragmentos, aunque he encontrado algunos que hubieran sido dignos de ello, pero os voy a regalar el fin de la novela, que no desvela nada de la trama pero si de la personalidad que el autor le da a Patrick Kenzie, así como del título de la novela:
“El ornamento de la belleza, escribió Shakepeare, resulta sospechoso.
Y estaba en lo cierto.
Pero la belleza en sí misma, sin adornos ni afectaciones, yo creo que es sagrada y que merece nuestra admiración y nuestra lealtad. Durante esas noches frente al mar, solía cogerle la mano a Angie y llevármela a los labios para besarla. Y a veces, mientras el mar rugía y el cielo se iba haciendo cada vez más oscuro, experimentaba el asombro de los humildes.
Y me sentía de maravilla” (p. 361).
RECOMENDACIÓN: ¿Qué puedo deciros? Estoy fascinada con la obra de Lehane.
J. M. GUELBENZU,
El cadáver arrepentido.
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El libro me lo prestó mi amiga gtb, yo no había leído novela negra de este autor y ella me comentó que tenía varias obras suyas, así que empecé con ésta. Aunque lo leí en vacaciones, no pensé en hacerle una foto allí, así que está en mi mesa con un despojo de caracola que cogí en una playa de Muros.
La novela tiene 447 páginas, divididas en seis capítulos, y su título hace referencia a la posición de arrepentimiento en que fue enterrado el cadáver de uno de los personajes importantes de la novela.
El autor de la novela nació en Madrid en 1944 y podemos considerar que su oficio principal fue, y es, el periodismo ya que escribió en la famosa revista
Cuadernos para el diálogo y en diversos periódicos entre los que destaca
El País. Empezó a escribir
novela negra en 2001, con
No acosen al asesino, tras haber publicado numerosas novelas desde 1967 (su debut se produjo con la novela
El Mercurio que fue finalista del Premio Biblioteca Breve).
El cadáver arrepentido es de 2007 y está protagonizado por la juez Mariana de Marco, con lo que en sentido estricto no la podemos considerar novela policíaca.
La trama de la novela se desarrolla en dos tiempos, de ahí el título de los dos primeros capítulos: “Tiempo pasado” y “Tiempo presente”, a partir del segundo capítulo, la acción se desarrolla en el tiempo presente pero con constantes referencias a la historia del pasado. En este sentido la trama está bien contextualizada en la historia española del siglo XX.
Mariana de Marco se ve involucrada en un extraño caso al ser invitada a la boda de una amiga de la adolescencia, Amelia, que ve peligrar su boda al morir repentinamente su madre y aparecer un cadáver enterrado en actitud suplicante. La trama engancha desde el inicio por lo amena y entretenida que resulta la historia en la que se mezcla el género negro con los misterios del pasado de la familia de Amelia y notas de humor poco habituales en el género. La novela está bien escrita y mantiene la atención sobre el desarrollo de la investigación un tanto caótica de la juez protagonista, una mujer de fuerte personalidad con unos rasgos bien definidos y bastante atractivos.
Solo voy a destacar un fragmento sobre la amistad inextinguible: “La amistad de Mariana con Amelia no tenía más sustento sólido que el cariño propio de una relación adolescente de los tiempos del colegio, en esa edad en que las amigas lo son a muerte. Pero era una de esas relaciones inextinguibles precisamente a causa de esa clase de cariño irrepetible…” (p. 85).
RECOMENDACIÓN: Pienso seguir leyendo novelas de Guelbenzu, así que la recomiendo por resultar una lectura fácil y muy entretenida.
JOHN VERDON, Sé lo que estás pensando
La novela me la ha prestado una amiga a raíz de un comentario que surgió en la comida que hacemos, una vez al mes, junto con una tercera amiga. En esas comidas hablamos mucho, reímos otro tanto y, en alguna ocasión, también hemos llorado. Entre los muchos temas que se van desgranando, al compás de la comida y la bebida, uno de ellos siempre es la literatura. Saben que me gusta mucho la
novela negra y ambas habían leído alguna obra de este autor, así que una de ellas me pasó la que comento ahora.
La novela tiene 430 páginas y su título está relacionado con la supuesta cualidad de un asesino en serie que sabe lo que están pensando sus víctimas.
John Verdon ha trabajado en varias agencias publicitarias en Manhattan como director creativo hasta que, como su protagonista, se trasladó a vivir al norte del Estado de Nueva York en un entorno rural. Escritor tardío tiene una concepción literaria próxima a Thomas Harris, Harlan Coben o Connelly. La novela
Sé lo que estás pensando(2010) es su primera obra publicada.
Estamos ante una obra novel que desarrolla una trama policíaca de forma bastante digna. La novela presenta al personaje Dave Gurney, un policía retirado de Nueva York, como el hombre que con su inteligencia, demostrada en su carrera en la policía, puede resolver un caso de cinco asesinatos múltiples de una gran complejidad psicológica. El personaje es bastante complejo porque tiene una historia familiar que le afecta en su manera de vivir y de afrontar los conflictos y problemas que se le van presentando. Desde luego estamos más ante una novela policíaca que ante una novela negra que son las que a mi me atraen más. La historia del asesino múltiple se va desgranando muy lentamente al principio hasta que se va adueñando de la acción, cuanto más presente se hace, más previsible es la novela. Me gusta más la primera parte de la novela, cuando andamos por un camino confuso e intrigante, que su parte final.
Sólo he rescatado esta reflexión final que me ha parecido interesante y que muestra la filosofía de Gurney, el policía protagonista:
“Por lo general, veía un homicidio como un enigma por resolver, a un asesino como a un oponente al que vencer. Estudiaba los hechos, imaginaba los ángulos, salvaba las trampas y entregaba su presa a las fauces de la maquinaria judicial [excelente definición de la novela policíaca]. Luego pasaba a la siguiente muerte por causas no naturales que exigiera una mente inteligente que la aclarara. Sin embargo, en ocasiones veía las cosas de un modo muy diferente, cuando le superaba el cansancio de la caza, cuando la oscuridad hacía que todas las piezas del rompecabezas se volvieran similares o que ni siquiera parecieran piezas, cuando su cerebro atribulado vagaba desde su cuadrícula geométrica y seguía sendas más primitivas, que le daban atisbos del verdadero horror de la tragedia que le ocupaba y en la cual había decidido zambullirse” (pp. 423-424).
RECOMENDACIÓN: creo que merece la pena su lectura si gusta la novela policíaca, está escrita con corrección y la trama y los personajes tienen consistencia.