viernes, 28 de enero de 2022

ELFRIEDE JELINEK, La pianista. Enero



Hace tiempo que tenía esta novela y no me decidía a leerla. Sé que hay película, pero, por ahora, no la he visto. La portada del libro es una escena de la película. Erika es una mujer de unos 35 años que enseña piano, vive en casa con su madre y tiene una doble vida. Fue la madre quien diseñó la vida de su hija desde el principio, tenía que dedicarse a la música y quizás ser una gran concertista, sin embargo, no tuvo éxito y por ese motivo acabó dando clases como profesora. 

La madre ejerce un control total sobre la vida de su hija para que no tenga amistades, y mucho menos, una pareja. La relación madre/hija se estructura como una relación agobiante y castradora para Erika a la que no deja llevar una vida autónoma. Esta situación conducirá a la hija a tener una vida paralela en la que intenta dar salida a una sexualidad completamente reprimida. 

Erika va a los parques y ejerce el voyerismo buscando parejas que tienen relaciones sexuales a la intemperie, también entra en cines y salas para observar como se exhiben mujeres o proyectan películas pornográficas. A la vez se autolesiona porque no conoce otra forma de placer que a través del dolor. 

En esas circunstancias un alumno se enamora de ella y Erika cree posible vivir su sexualidad trastornada con él. El juego de víctima/victimaria se describe con una minuciosidad escalofriante por su lentitud y los detalles que la autora va desgranando. Es una novela de lectura compleja que te absorbe a la vez que te cansa por los detalles en los que la autora se entretiene. Una novela dura por el tema que trata y con un estilo muy peculiar que ralentiza la lectura.

sábado, 8 de enero de 2022

DOPESICK serie




Uno de los aspectos positivos de la postmodernidad (tiene otros cuestionables) ha sido abrir una brecha importante en la Modernidad y en la creencia de que la verdad tiene una fundamentación segura con validez absoluta.

Estos días vengo escuchando, tanto entre mis amistades como en los medios de comunicación y en las redes sociales, declaraciones en las que se insiste en que hay que creer en la ciencia, en la medicina y, claro, en las vacunas. Mi posición siempre ha sido crítica con cualquier creencia y, por ello, a lo más que llego es a una confianza crítica: no soy negacionista y me he vacunado con la doble dosis. 

Ver esta serie sobre la farmacéutica Purdue Pharma, que provocó una epidemia de opiáceos en Estados Unidos que ha ocasionado casi medio millón de personas muertas y miles de personas con graves problemas de adicción, es muy esclarecedora al respecto. 

Se trata de una miniserie con buenos actores y actrices entre quienes quiero destacar a Michael Keaton. Estamos ante una serie sin concesiones, sin esperanzas en que haya salidas a un capitalismo salvaje (por el que se rigen todas las farmacéuticas) y suicida que solo conoce el objetivo del beneficio y que vende bonitas creencias y mentiras.