lunes, 28 de mayo de 2018

ITALO CALVINO, Palomar

Me resisto a cerrar U-TOPÍA. 
Sin embargo mi tiempo es muy limitado y no puedo hacer las reseñas que solía hacer, ya hace tiempo que las he reducido y ahora tengo que reducirlas aún más, apenas un breve comentario y un fragmento que me ha gustado. 


Supe de este libro por el mar. 
Este verano iba muy pronto a la playa y entraba al agua situándome en la estela del sol sintiendo una armonía callada y tranquila.

Alguien me habló de este fragmento: 
El reflejo se forma en el mar cuando el sol cae: desde el horizonte se estira hasta la costa una mancha deslumbrante, hecha de muchos centelleos ondulantes; entre centelleo y centelleo, el azul opaco del mar oscurece su red. Las barcas blancas a contraluz se vuelven negras, pierden consistencia y extensión, consumidas por ese resplandor moteado (págs. 132-133). 
Y busqué Palomar. 
Me encontré con un extraño libro, un peculiar protagonista, un libro de lectura lenta. Hay fragmentos llenos de sabiduría que encierran emociones de largo recorrido. 
Recomendable para quien quiera dedicarle tiempo y se deje llevar por Palomar.

viernes, 18 de mayo de 2018

JOSEPH ROTH, La cripta de los Capuchinos

De Roth he leído varias novelas: Fuga sin fin (de la que hay reseña en el blog), El busto del Emperador y esta que reseño hoy. Además he leído: La filial del infierno en la Tierra, Escritos desde la emigración, un conjunto de artículos escritos fuera de Alemania, de donde tuvo que huir por su condición de judío. Leer estos escritos es como descender al infierno de forma anticipada, es sentir la impotencia de un hombre clamando en el desierto, es emocionarse con su claridad y convincente energía, es percibir al disidente que sufre por la indiferencia ajena y responde con pasión ofreciendo toda su vulnerabilidad en la soledad del NO individual. 


Vuelvo a comprobar en La cripta de los Capuchinos que hay un tema que preocupaba a Roth puesto que está presente en las tres novelas suyas que he leído. Me refiero al hundimiento de un mundo intercultural (símbolo de mitteleuropa) que existía en el Imperio Austro-Húngaro y que desapareció como consecuencia de la Iª Guerra Mundial. La fragmentación de dicho Imperio en numerosos países nuevos y otros que incrementaron su territorio, convirtió a Austria en un pequeño país en el que lo germano cobró importancia hasta la ocupación del país (más o menos consentida por un referéndum sin garantías) por las tropas del III Reich. 

Ese trastoque del mundo que viven los personajes de las novelas de Roth da lugar a reflexiones personales también muy interesantes. Un mundo de relaciones, de valores y de principios desaparece y emerge con dificultades otro mundo, el del siglo XX. Para muchos la sensación de caos fue desoladora. 
Yo ya conocía la taberna de Jadlowker, había estado en ella un par de veces y conocía también el acostumbrado bullicio que solía reinar allí; esa particular forma de ruido que causan los que de repente se han quedado sin patria, los desesperados, los que sin tener un presente y todavía en el camino del pasado, han caído en el futuro, los que salen de un pasado conocido para lanzarse a un futuro totalmente incierto (…) (65-66). 
Roth escribe muy bien y es un placer leer sus novelas.

martes, 8 de mayo de 2018

GAIL HONEYMAN, Eleanor Oliphant está perfectamente


Acabo de terminar la lectura de esta novela y estoy bajo los efectos de Eleanor Oliphant. Tengo que confesar que empecé a leerla y no me acabó de captar, puesto que me iba de viaje, era arriesgado llevármela si no me convencía y no me convencía. Así que la aparqué y leí otra novela. Por fortuna no la dejé muy lejos y decidí volver sobre ella. Las primeras 50 páginas seguí teniendo la misma sensación de distancia respecto a la protagonistas absoluta, Eleanor Oliphant. Sin embargo, poco a poco fue captando mi atención el personaje y he acabado rendida y cautivada por su ternura y autenticidad. 

Eleanor no está perfectamente, más bien está mal, muy mal, su vida está condicionada por un trauma que solo se deshace al final de la novela. Para sobrevivir se ha aislado casi completamente del mundo y dicho aislamiento la convierten en una mujer ajena a las convenciones sociales en el amplio sentido de la palabra. Esa situación es la que provoca situaciones divertidas. Eleanor es una total inadaptada, es una especie de extra terrestre lúcida, conmovedora y tierna. Pero aunque empatizas con ella, el miedo sobre lo que se esconde detrás de su soledad te va encogiendo poco a poco. 

Su aislamiento y soledad esconden un gran trauma que emergerá gracias a un amigo desgarbado, fumador y, en parte, solitario que se acerca a ella y que podrá ayudarla cuando se desencadene la crisis.
En el corazón tengo cicatrices igual de gruesas y feas que las de la cara. Sé que están ahí. Pero espero que quede algo de tejido sano, un pequeño retal por el que pueda entrar el amor y colarse dentro. Ojalá (85). 
La historia de Eleanor Oliphant está bien narrada y el personaje es, sencillamente, maravilloso (aunque cueste entrar en él al principio), de esos que no olvidas, que te deja huella por sus reflexiones y por su manera de actuar. 

Muy recomendable.