domingo, 28 de octubre de 2018

JAN MORRIS, Trieste o el sentido de ninguna parte.


Mi intención de viajar a esta ciudad se convirtió en un oportuno regalo de cumpleaños. La autora da una explicación necesaria al inicio del libro: Jan Morris vivió y escribió como James Morris hasta que completó un cambio de sexo en 1972. Busqué información sobre ella y su historia es curiosa y bonita a la vez, si os interesa la encontraréis con facilidad.


El libro es una delicia, una lectura fácil y muy interesante que aporta mucha información sobre la ciudad y a través de la ciudad sobre ella misma. Por sus páginas va desgranando las características geográficas, climáticas (la famosa Bora), históricas, idiosincrasia de sus habitantes, actualidad y muchos otros aspectos interesantes. Algunos escritores como Joyce circulan por sus páginas enseñándonos algún aspecto concreto de la ciudad. Trieste es ciudad de exilio, el exilio no es más que ausencia, y puede adoptar diversas formas (93). Es sin duda una ciudad mitteleuropea por estar poblada por latinos, eslavos y teutones (48). También tuvo su participación en el Holocausto al abrir los nazis en el único campo de exterminio en suelo italiano (en San Sabba).


Un fragmento:
La Europa de mis sueños jamás había existido, debido fundamentalmente a la idea de nacionalidad. Si la raza es un fraude, como a menudo pienso en Trieste, entonces la nacionalidad es una cruel pretensión. No tiene nada de orgánico.
(…)
La falsa pasión de la nación-Estado convertía mi Europa conceptual en una quimera; y por motivos de nacionalidad, la ciudad que me rodeaba aquel día, lejos de formar parte de un poderoso todo ideal, estaba debilitada en su soledad (132-133).

jueves, 18 de octubre de 2018

MIRCEA CARTARESCU, Solenoide


Esta novela atípica, incluso dentro de la obra de Cartarescu, es una novela-río por la cantidad de temas distintos que trata. No hay una trama en el sentido convencional de la palabra y va saltando de unos temas a otros, recuperando algunos u olvidándolos en capítulos posteriores. Leo en el Posfacio de Marius Chivu que en Solenoide se recuperan y/o se enlazan temas de novelas anteriores (que no he leído), lo que puede dificultar la lectura y comprensión de esta.


Una de las características de esta novela es el realismo mágico, es decir, la inclusión de elementos fantásticos en la narración, para profundizar en la realidad desde lo mágico que hay en ella. Recurso que no me convence del todo y ha hecho la lectura pesada en algunos capítulos.
Es cierto que el autor ayuda al lector/a incluyendo guías para su lectura como la síntesis que hace de los tres cuadernos (tres partes de cuatro del libro) en las páginas 598 a 600. Ahí aparecen los múltiples temas que centran la atención del autor y que van desde los piojos, al miedo, a los sueños y numerosos personajes y lugares, ocupando Bucarest un protagonismo indudable.
El protagonista trasunto del propio autor que aparece en la novela, vive en una extraña casa con forma de barco con un solenoide que provoca diversas circunstancias mágicas y que van revelando la amarga verdad de su existencia.
Un fragmento:
Como escritor, te irrealizas con cada libro que escribes. Siempre quieres escribir sobre tu vida y siempre escribes solo sobre literatura. Es una maldición, una Fata Morgana, una forma de falsificar el simple hecho de vivir, de ser verdadero en un mundo verdadero. Multiplicas mundos cuando tu propio mundo debería bastar para llenar millones de vidas (52).
Dicen voces muy autorizadas que se trata de una novela extraordinaria, no les desmentiré, pero su lectura no me ha resultado fácil y no me lo esperaba puesto que todo lo que había leído del autor me había encantado. Aunque hay capítulos con los que he disfrutado mucho (los de la infancia del protagonista me han cautivado), otros me han resultado ajenos y sin interés (especialmente aquellos en que los elementos fantásticos dominaban).

lunes, 8 de octubre de 2018

CLAUDIO MAGRIS, Otro mar



Me gusta mucho como escribe Magris, me quedé prendada de este autor cuando leí El Danubio de la que hice una larga entrada hace casi tres años.

Llegué a este libro por otros y ese es el mejor camino para recalar en una propuesta concreta. 

Otro mar habla del mar, de hecho es una presencia continua en la novela porque su protagonista, Enrico, no puede vivir sin posar su vista en él. 
Maternal, la tierra soporta el arado que la desgarra, pero el mar es un gran esplendor inalcanzable, nada deja huella en él: los brazos que nadan no lo abrazan, lo alejan y lo pierden, él no se entrega (15). 
Pero en el libro se habla de muchas cosas más, se habla de una amistad (la de Enrico y Carlo) que le condicionará para siempre marcando una vida de aventura, soledad, marginación y extrañeza ante la vida que le toca vivir. Y todo esto en un maremágnum de cambios de fronteras y políticos.