(…) la lectura es, además de aquella práctica solitaria y exquisita que a menudo referimos, un instrumento de intervención sobre el mundo que nos permite pensar, tomar distancia, reflexionar, una espléndida posibilidad para dar lugar a las preguntas, a la discusión, al intercambio de percepciones y a la construcción de un juicio propio. (…) Cada libro —cada novela, cada cuento, cada poema— contiene, con mayor o menor felicidad, una lectura del mundo, y leer lo que fue escrito es ingresar al registro de memoria de una sociedad, a lo que esa sociedad considera (…) por alguna razón, perdurable; es entrar a ese inmenso tapiz tejido bajo distintas circunstancias por tantos seres, a lo largo del tiempo. (…) Múltiples memorias relativizándose unas con otras para que ni el pasado ni el imaginario se clausuren en un relato único, para que permanezca un estado de interrogación que nos permita encontrar las palabras necesarias para narrar lo que aún no se ha narrado. (…) Así, leer/escuchar/escribir es abrir para nosotros y para otros un camino de libertad. (…) Los libros son puentes entre personas, puentes para “aprender a pisar, a sostenerse”, como dice la poeta Circe Maia.
MARÍA TERESA ANDRUETTO, La lectura, otra revolución.
CHRISTOPHER MORLEY, La librería ambulante.
Esta novela me la regaló una amiga, profesora de literatura española, para mi cumpleaños. Me dijo que, sin ser una gran novela, cuando la acababas de leer te dejaba una sonrisa y un gran sabor de boca.
La novela está en mi biblioteca, sección historia, y muy cerca de una hermosa foto de la Torre Eiffel de un amigo y un pato de vidrio que compré en Praga (y que tiene rota una parte de su cola).
La novela tiene 182 páginas y la he leído en un plis plas (un par de días). El título hace referencia al Parnaso, un vagón ambulante tirado por un caballo (creo que es una yegua en realidad), que esconde una gran librería que se abría por los costados para poder ver estanterías y estanterías de libros.
Christopher Morley (1890-1957) nació en Pensilvania (EUA). Estudió Historia Moderna en Oxford y en 1913 volvió a EUA, instalándose en Nueva York donde trabajó en una editorial para convertirse, finalmente, en un prestigioso periodista.
La librería ambulante (1917) fue su primera novela a la que siguieron otras, alguna de ellas llevada al cine: Kitty Foyle (1939), en España titulada Espejismo de amor.
La trama de la novela se desarrolla en Nueva Inglaterra, en unos Estados Unidos rurales y con paisajes idílicos. Nos encontramos en la segunda década del siglo XX en un mundo de granjas en las que la lectura está ausente o reducida a libros religiosos.
Roger Mifflin, un librero ambulante, que ama los libros y que los trasporta en un carromato llamado Parnaso, llega a la granja de Helen McGill, en la que vive con su hermano, granjero y escritor.
De forma asombrosa Mifflin convence a Helen para que le compre la librería ambulante y en un tris tras decide marcharse en el carromato dejando la granja. Ella lo toma como unas vacaciones, como una aventura, pero ese impulso atrevido le transformará la vida. No cuento más.
De esta historia llama la atención el amor por los libros de Mifflin, un amor contagioso que iluminará la vida de la cuarentona McGill. Destaca también el tono optimista que invita a la felicidad y, porqué no, a la búsqueda del verdadero amor.
El autor escribe muy bien, el refinamiento, la sutileza, el humor, la lucidez, son rasgos de su escritura. Dijo de si mismo que amaba tanto a Shakespeare como a Conan Doyle. Sus maestros Walt Whitman y Mark Twain. De todos ellos tiene ecos su novela.
Algunos fragmentos…
Helen describe a Roger:
Se acerca a los hechos con la delicadeza de un gato al pasar por un camino mojado (p. 57).
Helen describe su relación con Roger:
…su amistad con el librero ambulante era una de las verdades de su vida (p. 103).
Helen describe una mañana de su aventura:
¡Dios, qué mañana la de aquel día después de la lluvia! El camino estaba cerca de la orilla del río y de vez en cuando se alcanzaba a ver el agua. El aire tenía un olor muy penetrante, no era la clase de aire banal y ordinario que respiramos en todo momento y del que apenas nos percatamos, sino un aroma fino y estimulante, tan fuerte en las fosas nasales como el alcanfor y el amoniaco. El sol parecía estar enfocado sobre el Parnaso, así que avanzábamos sobre el camino blanco bajo un baño de luz dorada. Las planas copas de los cedros se balanceaban suavemente con el viento salobre y por primera vez en diez años empecé a divertirme eligiendo palabras para describir la belleza de la mañana (pp. 130-131).
Si queréis que la sonrisa os ilumine la cara, si sois amantes de los libros, si queréis un rayo de sol que ilumine este triste panorama económico y social que nos envuelve… por favor no os privéis de la lectura de esta novela.
Imagen del autor y vídeo de Jorge Drexler: tomados de google.