Estamos ante un relato breve, apenas sesenta páginas, que tiene el valor de ser el primer texto escrito sobre la Shoah italiana (1944). Al texto le acompaña un Prólogo de Natalia Ginzburg y otro relato breve titulado Ocho judíos.
Como bien dice Ginzburg estos dos relatos afrontan temas actuales: «La violencia, el exterminio de una colectividad por motivos raciales y, finalmente, la diferencia de los judíos». Esa diferencia que es compatible con otros diferentes que antes y después de los acontecimientos narrados son objeto de violencia por motivos raciales o de género o de clase o de opción sexual, etc. Un tema, por tanto, que sigue de plena actualidad cuando el 25 de mayo pasado George Floyd fue objeto de violencia hasta la muerte como resultado de su arresto por parte de cuatro policías locales en la ciudad de Mineápolis, Minesota (Estados Unidos).
16 de octubre de 1943 es la crónica de la deportación de los habitantes del gueto de Roma a los campos de exterminio por parte de los SS alemanes. El autor logra sintetizar con brevedad y contundencia la tragedia y el dramatismo que se produce en el gueto cuando empiezan a ser conscientes del destino que les espera tras confiar en que nada les podía pasar.
Debenedetti consigue sintetizar con maestría el horror de esos momentos que transcurren como una pesadilla en medio de los gritos, los golpes, las amenazas, los engaños, la arrogancia, la desesperanza. Y todo ello con una cuidada escenografía, teatralidad y solemnidad.
El segundo relato es una reflexión sobre la condición de víctima y las relaciones que establece con los otros/otras.