lunes, 28 de marzo de 2022

Doris Lessing, Memorias de una superviviente




Empecé a leer este libro, que llevaba muchos años esperando en la estantería, pensando que era una especie de autobiografía de la autora. Craso error. Lessing construye una inquietante distopia sin explicarnos cómo se llega a ella, qué clase de desastre, guerra o colapso conduce a la humanidad a un tiempo de descontrol y caos en el que los servicios básicos no funcionan. El Estado parece que se ha derrumbado, aunque parece funcionar para una minoría privilegiada que sigue disfrutando de una situación de «normalidad». 

A una mujer de mediana edad, un desconocido le da la responsabilidad de cuidar de una adolescente (Emily) y su gato que parece un perro. Ambas establecen una relación de cierta cordialidad y convivencia en un mundo en que la civilización se hunde retrocediendo en el tiempo a las tribus y hordas nómadas.

La sociedad distópica que describe me parece factible hoy y eso hace a esta narración mucho más inquietante. Los «otros» se convierten en un peligro, es posible sufrir ataques violentos, las calles son ocupadas por niños/as y personas jóvenes mucho más adaptados al cambio que las personas de más edad que recuerdan cómo era la sociedad antes.

Quizás por lo tenebroso de la nueva sociedad, la narradora descubre un mundo paralelo al otro lado de la pared que le explica el pasado de Emily, que le muestra la desolación con habitaciones destruidas, sucias y caóticas o todo lo contrario, espacios armoniosos, en calma y llenos de luz y paz.

La autora apela a la sensibilidad de quien la lee, muestra que el ser humano es capaz de lo peor, pero también es capaz de amar, ser solidario, responsable y empático incluso en las peores condiciones. Una novela cuya lectura ha sido una agradable sorpresa.

viernes, 18 de marzo de 2022

Leonardo Padura, Herejes




Es el primer libro de Padura que leo, tenía esta novela desde hacía años y no me decidía a leerla, no me «llamaba». Sus seiscientas páginas seguro que eran un motivo, pero no el único. Por fin me decidí a leerla y el resultado ha sido muy grato.

Herejes es una novela que cuenta con gran acierto varias historias. Está dividida en cuatro capítulos: Libro de Daniel, Libro de Elías, Libro de Judith y Génesis. Los tres primeros son muy extensos a diferencia del último que, sin serlo, es importante para comprender algunos acontecimientos sucedidos en el resto de la novela. El Libro de Daniel empieza en La Habana en 1939, su protagonista Daniel Kaminsky es un niño nacido en Cracovia que hace poco ha llegado a Cuba y espera reunirse con el resto de su familia. El capítulo acaba en La Habana en 2007, el hijo de Daniel, Elías, ha acudido buscando explicaciones para resolver el misterio de un pequeño cuadro de Rembrandt que poseía su familia. 

En este primer capítulo aparece Mario Conde, un expolicía que tendrá gran protagonismo en la historia que se desarrolla en Cuba en el siglo XXI. Según tengo entendido es un personaje que ha protagonizado diversas novelas de Padura. 

El Libro de Elías nos traslada a Ámsterdam y al siglo XVII, en este capítulo conoceremos la historia de Elías Ambrosius Montalbo de Ávila, un joven judío empeñado en pintar pese a la prohibición que su religión había establecido sobre esa posibilidad. Quiere aprender a pintar con Rembrandt. Es en este capítulo donde el título de la novela tiene pleno sentido. 

El Libro de Judith nos traslada de nuevo a La Habana y al año 2008. Una joven llamada Judith quiere alcanzar una libertad que parece misión imposible en la Cuba socialista. La joven desaparece y Mario Conde la buscará. La historia parece no tener relación con los otros dos capítulos, pero hay un hilo sutil que enlazará esta historia con las otras. Génesis es un capítulo breve que cierra los hilos sueltos de los anteriores «Libros», se desarrolla en La Habana en el año 2009. 

Sin duda hay un tema central en esta novela: las ansias de libertad de sus personajes, eso es lo que les une. Libertad entendida como una actitud ante la existencia que se obstina en el ardiente deseo de elegir el camino que desean al margen de las normas (sean políticas, étnicas, religiosas o vitales). El tema es ese, las historias y los personajes nos cuentan épocas diferentes, situaciones variadas y prohibiciones múltiples. 

Una buena novela, muy bien escrita y con una enorme capacidad para tejer historias diferentes dotándolas de un sentido que vas descubriendo a medida que la novela avanza.

martes, 8 de marzo de 2022

Ursula K. Le Guin, Las niñas salvajes


Este relato largo de Le Guin forma parte de las narraciones de ciencia-ficción en las que destacó. La historia nos describe una sociedad distópica en la que existe un sistema de dominación claramente jerarquizado y patriarcal. Existen tres clases: Copas, que tienen la categoría de dioses y son los más poderosos (propietarios de tierras y casas); Raíces, que pueden ser ricos, pero no tienen propiedades; y la gente de la Tierra que son esclavos. Las mujeres pertenecen a las tres categorías por matrimonio y están bajo el poder de los hombres que pueden tener mujeres y concubinas. 

Los Copas son guerreros y salen a raptar niñas de sus tribus empobrecidas y las llevan a su ciudad, donde se convierten en esclavas. Allí, las mujeres de los Copas las educan en la cultura de la Ciudad y las mantiene a salvo de violaciones hasta que llegan a la edad en que pueden pasar a ser esposas de sus captores para dar a luz a dioses. 

Las niñas salvajes son dos de estas niñas raptadas: Modh y Mal de once y cinco años de edad que son criadas en la misma casa y asumen con normalidad este nuevo sistema en el que las personas no son capaces de imaginar otra posibilidad. Las mujeres, sin poder por si mismas, crean un mundo de gineceo en el que intentan hacerse la vida más fácil, pero en el que la rebelión no tiene cabida ¿O sí? Eso no lo puedo desvelar.