Esta novela se coló por delante de otras muchas por motivos que no vienen al caso, no la empecé a leer con demasiado entusiasmo y menos cuando vi que tenía un estilo peculiar, frases cortas a la manera de versos sin serlos ni pretenderlo. Parece que el autor eligió esa forma porque no era capaz de escribir esta historia de otra manera. La verdad es que resulta fácil adaptarse a ella y al poco ya no te das cuenta de esa manera tan peculiar de narrar.
¿Quién es Charlotte?
Una niña, una adolescente, una joven cuya vida es una tragedia. Su familia es muy desdichada por los reiterados desequilibrios mentales que conducen a algunos de sus miembros al suicidio. Así que Charlotte vive su niñez y adolescencia condicionada por las desgracias familiares, los secretos que guardan ante ella y la soledad. Pero a Charlotte le condicionará tanto o más que su familia, su olvidada e insignificante condición de judía que la atrapara, convirtiéndose en determinante, para conducirla a Gurs y, finalmente, a Auschwitz.
Mientras tanto, Charlotte canalizará su sufrimiento, su soledad, su silencio a través de la pintura, a través del color. Con los pinceles contará y vivirá su vida, será su vida.
Un narrador, el autor, es quien nos relata la biografía de Charlotte y, a la vez, irrumpe en la novela para mostrarnos como siguió cualquier pista que le llevará hacia esa mujer que lo cautivó por completo.
El trasfondo
Tan interesante como la biografía de Charlotte es el trasfondo histórico del primer tercio del siglo XX europeo que va aflorado aquí y allí para ponernos en situación. El escenario es Alemania, pero aparecen otros lugares, especialmente Francia, donde Charlotte y sus abuelos maternos se refugian huyendo del nazismo para acabar en una ratonera en la que cualquiera podía sentirse con derecho a denunciar la presencia de una joven judía (extraña por más señas por su obsesión por la pintura).
El amor
El amor está presente en la vida de Charlotte aunque solo sea en momentos puntuales y queda embarazada en el peor momento posible. Su amor por Alfred será tan intenso que cuando éste conozca su verdadera dimensión, quedará apabullado.
La familia, un pilar fundamental en la vida de Charlotte, será disgregada y fracturada de forma irremediable por el nazismo.
Fragmentos
Existe un punto preciso en la trayectoria de un artista.
El momento en que su propia voz empieza a hacerse oír.
La densidad se propaga por ella, como la sangre en el agua (55).
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Hay cuerpos que son consuelos (36).
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Tiene teorías sobre cómo colocar los libros.
Muy en especial la de la buena vecindad.
El libro que estamos buscando no tiene por qué ser el que debemos leer.
Hay que mirar el de al lado (63).
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¡El suicidio es una muerte que se le hurta al enemigo! (141).
Esta novela no trata del nazismo…
…trata de Charlotte, una mujer especial, introvertida, creativa y luchadora.