¿Por qué esta novela?
Por un par de motivos, primero la novela negra me encanta, los que hace más tiempo que pasáis por este espacio lo sabéis. Sin embargo leo poca últimamente, me tienen atrapada otros contenidos y autores/as. En segundo lugar esta novela fue un regalo de cumpleaños que quería leer para agradecérselo a una compañera de trabajo reciente con la que he sintonizado gracias, de nuevo, a la lectura.
Recordando la diferencia entre novela negra y policiaca
Importante diferencia porque mi atracción es hacia la novela negra, apenas me llama la atención la policíaca. Dice Dominique Manotti que
la novela negra
nos indica que la condición natural de nuestra sociedad es el desorden bajo una
apariencia ordenada que no puede tener final feliz casi nunca. La novela negra disecciona la realidad
contemporánea. En cambio la novela
policial es literatura de evasión, con distintos grados de violencia, en la
que el mensaje es que la policía nos protege y siempre resuelve los delitos
para que podamos dormir tranquilos.
Enterrad a los muertos es novela negra
Este género
literario se caracteriza por cinco características que utilizaré una vez más
para hablaros de esta novela:
Un crimen a investigar
En
este caso no es un crimen sino dos, la muerte del Ermitaño que vive en una
cabaña en medio del bosque de Quebec y la muerte de un arqueólogo aficionado,
Augustin Renaud, investigador de la figura de Samuel de Champlain, fundador de
la ciudad de Quebec en 1608.
Un policía o detective que descubre al culpable
Tampoco
es un solo policía sino dos, aunque forman parte del mismo equipo: el inspector
jefe Armand Gamache, verdadero protagonista de la novela y Jean-Guy Beauvoir.
Los dos policías pertenecen a la división de Homicidios de Canadá: la de la
Sûreté de Quebec. Resolverán los dos asesinatos cuando concluye la novela.
Una contextualización humana y social del hecho
criminal
La
novela contextualiza los crímenes tanto desde el punto de vista histórico,
urbano, climatológico y político. En esta novela encontraremos muchos
fragmentos que nos hablan de la dureza del clima de Quebec, de la calidez de
sus casas, de la ciudad amurallada y de sus edificios históricos, entre los que
se encuentra la biblioteca de la Sociedad Literaria e Histórica de la comunidad
anglo, de su pasado lejano (la fundación de la ciudad) y más reciente (la
violencia de los independentistas en los años sesenta) y la separación y
desconfianza de las dos comunidades de Quebec (la mayoritaria que es francesa y
la anglo que es minoritaria).
Personajes
realistas, con matices, dudas y contradicciones, como Émile Comeau, mentor de
Armand Gamache y en cuya casa se refugia. Cualquiera de los voluntarios/as de
la Sociedad Literaria e Histórica o del bistró
de Three Pines son personas derrotados y en decadencia en busca de la
verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella. Ya no digamos Augustin Renaud, un
personaje estrafalario, solitario y obsesivo cuyo interés único es encontrar la
tumba de Champlain.
Una estructura narrativa impecable en la que los hechos se narran
siguiendo un hilo conductor claro, pese a la complejidad de la historia doble y
evocaciones retrospectivas de historias anteriores que están presentes en la
narración (la historia de Champlain, del Ermitaño y del atentado en el que el
protagonista estuvo a punto de morir) y que no desvela hasta el final. La
habilidad de la escritora para narrar varias historias a la vez y pasar de la
esperanza a la desconfianza es enorme.
Un párrafo sobre la
biblioteca protagonista de la novela
Gamache observó a
Winnie recorrer la biblioteca entre las estanterías que iban del suelo hasta el
techo, las alfombras indias esparcidas por el suelo de madera noble, la mesa
larga de madera y, junto a ella, los asientos: dos sillones de cuero y el sofá
en el que él estaba sentado. (…) Las ventanas arqueadas abrían huecos entre las
librerías e inundaban la sala de luz, cuando había luz que atrapar (31).
Y otro sobre la
historia
Muchas de las cosas
que conocemos como historia no lo son. Los acontecimientos se exageran, se
inventan héroes, se redefinen los objetivos para que parezcan más nobles de lo
que eran. Todo para manipular a la opinión pública y fabricar un enemigo u
objetivo común (323).
Cuando acabas de leer
la novela tienes unas irresistibles ganas de viajar a Quebec y conocer sus
heladores inviernos.