Una novela escrita en 1936, antes de que el nazismo llegara a una sinfonía de crueldad nunca vista antes. Fue publicada en la RDA en 1956 y no pudo ser publicada en la RFA hasta 1980. El motivo fueron los pleitos de un actor, Gustav Gründgens, que consideró que Mann se inspiraba en él para construir el personaje que protagoniza esta novela, el actor Hendrik Höfgen, Mefisto.
El valor de esta novela se sitúa en dos aspectos, la indagación de la vida interior de un arribista y oportunista, Höfgen, que desarrolla su arte para la simulación en la vida real, adaptándose a los cambios políticos que se producen en Alemania entre los años veinte y treinta. A Höfgen le va como anillo al dedo el papel de Mefistófeles, enviado de Lucifer para capturar almas y ponerlas a su servicio. Es la representación más refinada del mal, posee una mente fría, racional y lógica, es un ser amoral. Höfgen pasa de ser comunista, revolucionario, bohemio y estrafalario a ser el cómico mimado de una de las autoridades máximas del nazismo y a cosechar grandes éxitos en ambas ocasiones.
El segundo aspecto interesante de la novela es el retrato de la época, centrada en los momentos inmediatamente anteriores y posteriores de la llegada al poder del Partido Nazi. Nos aproxima de forma clarividente a lo que era (y fue) el nazismo en los años siguientes a 1933 y a las razones del triunfo del nacionalsocialismo en Alemania. Igual que Höfgen, miles de alemanes se adaptaron, fueron capaces de convivir cotidianamente con la barbarie, haciendo como que no sabían nada y medrar como el cómico. Millones de alemanes aceptaron el nazismo porque solo vieron las oportunidades personales que se les abrieron con la llegada al poder de los nazis.
El amado Führer tiene los brazos cruzados. Bajo la frente, hundida pérfidamente, su mirada ciega, cruel y obstinada pasa sobre el gentío que, a sus pies, murmura plegarias. El jefe de propaganda grazna y el ministro de los aviones [el protector de Höfgen] sonríe sardónico. ¿Qué lo pone de tan buen humor? ¿Qué le hace aparecer tan limpio? ¿Piensa en ejecuciones, busca en su fantasía calenturienta nuevos y desconocidos métodos de aniquilación?
Una novela que impresiona, que deja un regusto muy amargo al finalizar su lectura, un Mefisto difícil de olvidar.