martes, 28 de mayo de 2019

MARGARET ATWOOD, La mujer comestible

He leído las novelas de Atwood desordenadas, primero leí La novia ladrona, luego El asesino ciego y El cuento de la criada (encontraréis reseña de esta última en su etiqueta). Es una autora que me gusta sin entusiasmarme, por eso voy leyendo sus novelas a ritmo pausado “pasando” de modas y excesivos entusiasmos desde mi parecer. La mujer comestible es de sus primeras novelas, si no la primera, la escribió en 1969 y hacía tiempo que la había comprado de segunda mano. 



Aunque su autora afirma que es una novela protofeminista, a mí no me encaja por la fecha puesto que la segunda oleada del feminismo ya estaba viva cuando ella escribe esta novela. Los famosos movimientos de 1968 ya se habían producido y el feminismo ya había aflorado en Europa y en EUA. 

Tiene también presente la contestación de la gente joven, sobre todo estudiantes, contra la sociedad de consumo en pleno auge en esos momentos de expansión económica. Este descontento y desorientación es perceptible en la novela. 

Marian, su protagonista, vive un malestar evidente en un trabajo que no le gusta, unas amigas y compañeras de trabajo con las que no se sienta a gusto y que representan, como ella misma, el estereotipo de género de la época. Además tiene en perspectiva dejar el trabajo para casarse con Peter, un joven abogado. 

En esta situación existencial conoce a un joven, Duncan, inadaptado, infantil, egoísta, que vive en un mundo irreal que le complace, y Marian se siente atraída hacia él. Paralelamente a esta incomprensible atracción (para ella misma), Marian siente que le repugna la comida y va dejando de comer.

Todo se precipita cuando afronta su disgusto ante una vida previsible y estereotipada en la cual ella es digerida, como un alimento cualquiera, para adaptarse a lo que se espera de ella como mujer. 

Confirmo mi opinión de que Atwood es una escritora buena, sobrevalorada en la actualidad a mi parecer, que construye historias que desvelan el mundo de las mujeres y lo hace con solvencia. Para mí a esta novela le sobran páginas que son reiterativas de la situación existencial de Marion. 

Bien sin más.

sábado, 18 de mayo de 2019

W.G. SEBALD, Austerlitz

Una novela peculiar como es habitual en Sebald, peculiar por el tema y peculiar por la forma: apenas utiliza el punto y aparte (y en algunos momentos, no utiliza el punto). Esta falta del punto y aparte, obliga a leer de forma continua, siendo a veces agobiante.



La historia de esta novela es dramática: Austerlitz, cuando era un niño de cuatro años abandonó todo su mundo y, gracias a ello, pudo salvar la vida. Su madre adoptó esta solución drástica ante la inminencia de la deportación.

Austerlitz salvó la vida pero se convirtió en un inadaptado cuyas motivaciones desconocía. Casi toda su vida se negó a indagar de donde venía, quién era, en definitiva. 

Las conversaciones que entabla con un joven desconocido sirven de guía a esta historia en la que va explicando su odisea de desarraigo que le conducirá finalmente a descubrir su pasado hasta que su madre le salvó la vida enviándolo a Gales con una familia, una lengua y unas costumbres totalmente desconocidas para él. 

Todo eso lo comprendí y, sin embargo, no lo comprendí, porque cada detalle que se me revelaba en mi recorrido por el museo, a mí, que había permanecido ignorante, como temía, por mi propia culpa, yendo y volviendo de una sala a otra, superaba con mucho mi capacidad de comprensión (200-201). 

Cuando se decide a conocer su pasado, las indagaciones le llevan a su país de origen, a Terezín, a Gurs y al horror de las desapariciones de su padre y de su madre deportadas y desaparecidas entre las cámaras de gas y los hornos crematorios. 

Austerlitz es una historia angustiosa, a veces te coge del cuello y te arrastra tras de sí sin dejarte casi ni respirar, no solo te cuenta algo, te arrastra a lo que siente y a lo que le emociona, sus objetivos eran ambiciosos y logra escribir una novela excelente.

miércoles, 8 de mayo de 2019

EMMANUEL CARRÈRE, El adversario

Una novela escalofriante. 


Una historia basada en hechos reales: en 1993, Jean Claude Romand mató a su mujer, sus dos hijos y sus padres e intento suicidarse sin lograrlo. En el proceso emergió una historia asombrosa y tenebrosa, Romand llevaba mintiendo desde los 18 años sobre su profesión, su empleo, sus recursos económicos, etc. Un hombre que vivía una vida paralela que nada tenía que ver con la realidad. Cuando tuvo la convicción que su vida quedaría al descubierto decidió matar a sus más allegados para evitar su juicio. 

Esta es la historia. Pero hay otra historia, las dudas del propio autor sobre Romand y sobre aquellas personas que intentan ayudar al asesino de alguna manera. 

Todo el conjunto construye un edificio (una novela) bien escrito y con formato de trama casi policíaca que capta la atención inmediatamente y que te ata a la novela.

La explicación del título: 
Deberían haber visto a Dios y en su lugar habían visto, adoptando los rasgos de su hijo bienamado, a aquel a quien la Biblia llama Satán, es decir, el adversario (22). 

Una notable novela.