He leído las novelas de Atwood desordenadas, primero leí La novia ladrona, luego El asesino ciego y El cuento de la criada (encontraréis reseña de esta última en su etiqueta). Es una autora que me gusta sin entusiasmarme, por eso voy leyendo sus novelas a ritmo pausado “pasando” de modas y excesivos entusiasmos desde mi parecer. La mujer comestible es de sus primeras novelas, si no la primera, la escribió en 1969 y hacía tiempo que la había comprado de segunda mano.
Aunque su autora afirma que es una novela protofeminista, a mí no me encaja por la fecha puesto que la segunda oleada del feminismo ya estaba viva cuando ella escribe esta novela. Los famosos movimientos de 1968 ya se habían producido y el feminismo ya había aflorado en Europa y en EUA.
Tiene también presente la contestación de la gente joven, sobre todo estudiantes, contra la sociedad de consumo en pleno auge en esos momentos de expansión económica. Este descontento y desorientación es perceptible en la novela.
Marian, su protagonista, vive un malestar evidente en un trabajo que no le gusta, unas amigas y compañeras de trabajo con las que no se sienta a gusto y que representan, como ella misma, el estereotipo de género de la época. Además tiene en perspectiva dejar el trabajo para casarse con Peter, un joven abogado.
En esta situación existencial conoce a un joven, Duncan, inadaptado, infantil, egoísta, que vive en un mundo irreal que le complace, y Marian se siente atraída hacia él. Paralelamente a esta incomprensible atracción (para ella misma), Marian siente que le repugna la comida y va dejando de comer.
Todo se precipita cuando afronta su disgusto ante una vida previsible y estereotipada en la cual ella es digerida, como un alimento cualquiera, para adaptarse a lo que se espera de ella como mujer.
Confirmo mi opinión de que Atwood es una escritora buena, sobrevalorada en la actualidad a mi parecer, que construye historias que desvelan el mundo de las mujeres y lo hace con solvencia. Para mí a esta novela le sobran páginas que son reiterativas de la situación existencial de Marion.
Bien sin más.