sábado, 18 de mayo de 2024

Annie Ernaux, Los años




Dice Ernaux, al final de Los años, que es difícil apreciar un «yo» en esta «autobiografía impersonal» y es muy cierto. La forma de abarcar su vida es captar la duración que constituye su paso por la tierra en una época determinada, ese tiempo que la ha atravesado, ese mundo que ella ha grabado, solo con vivir (nace en 1940 y esta obra se publica en 2008). 

La forma de su libro surge, por tanto, «de una inmersión en las imágenes de su memoria para detallar los signos específicos de la época», se trata, dice la autora, de «un relato resbaladizo» en un continuo en el que apenas da referencias cronológicas. De esta forma Ernaux refleja de manera magistral la dimensión vivida de la Historia a través de la memoria individual y colectiva. 

Los años es un viaje en el tiempo en el que vemos cambiar las costumbres, la cultura, las relaciones personales y familiares, al compás de los cambios económicos, de los hábitos de consumo, del ámbito laboral y de cuidados, de la propia sociedad francesa, de las decepciones políticas (la reelección del socialista Mitterrand nos devolvía la tranquilidad, «más valía vivir con la izquierda sin esperar nada que ponerse nerviosos todo el tiempo con la derecha», de Mayo del 68, etc. 

Hace una descripción magnífica de cómo se rompió el tiempo «normal» de la existencia en Mayo del 68 y se desencadenó un tiempo huracanado, un tiempo cualitativo, gozoso, no mesurable, no utilitario (Walter Benjamin): 
«Una noche escuchamos (…) [que] había barricadas en el barrio Latino (…). Ahora nos dábamos cuenta de que pasaba algo y ya no teníamos ganas de de hacer vida normal al día siguiente. Nos cruzábamos, indecisos, nos reuníamos. Dejábamos de trabajar sin razón precisa ni reivindicación, por contagio, porque es imposible hacer algo cuando surge lo inesperado, salvo esperar. Lo que sucediera al día siguiente, no lo sabíamos y no buscábamos saberlo. Era un tiempo aparte». 
El transcurso de su vida personal (tomando como referencia fotografías y la memoria) se entremezcla, como es evidente en esta cita, con los sucesos de la época conformando una autobiografía colectiva en el que el habitual «yo» deja paso al «nosotros» para construir un caleidoscopio de hechos, acontecimientos, pequeños y grandes cambios y su viaje de la infancia a la adolescencia, la madurez y la vejez. 

Quizás, la llegada a la vejez desliza sentimientos de nostalgia al ver el pasado como parte de sí misma y sentir cierta frustración por el fracaso de la confianza en que el progreso significaría una mejora que, ni siquiera en Francia, se ha realizado, mucho menos en el conjunto del planeta. 

Ernaux utiliza un estilo rápido, directo, conciso, con cambios de ritmo continuos, combinando explicaciones más largas con pequeños fragmentos de pocas líneas que inicia en minúscula. Un estilo que te impregna mientras lees porque resulta cercano y poco intelectualizado.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Nicci French, Los muertos no hablan




Ya he repetido muchas veces que leer novela negra y thrillers me relaja mucho y las voy intercalando con otras novelas de ficción cuando lo necesito. Tengo muchas novelas de estos géneros acumuladas y de Nicci French no había leído nada. Resulta que este nombre corresponde a un matrimonio formado por los periodistas británicos Nicci Gerrard y Sean French, que con este pseudónimo han logrado grandes éxitos. 

Los muertos no hablan, me ha atrapado desde el principio porque construyen una trama misteriosa que es difícil descubrir hasta que no llegamos al final. Todo comienza cuando el marido de la protagonista, Ellie, muere en un accidente de coche junto a una mujer. Todo el mundo da por hecho que esta mujer, Milena, es la amante de Greg, el marido de Ellie. Sin embargo, aunque Ellie sospecha que puede ser cierto inicia una investigación por su cuenta (ella es restauradora de muebles) que la lleva a descubrir pistas incluso traspasando algunas líneas que no parecen muy correctas.

A partir de esa investigación se abren diversas posibilidades que la protagonista va siguiendo sin llegar a ningún resultado claro. Y esta es la novela, escrita con brillantez y bastante original como thriller. Imposible sospechar qué hay tras la muerte de Greg y Milena. Ha cumplido con creces mis expectativas de relajarme para volver a otras lecturas que me requieren más esfuerzo.