LIZZ WRIGHT. PALAU DE LA MÚSICA, 16 DE MARZO 2011

Lizz Wright (Hanira, 1980) es una cantautora de jazz norteamericana, hija de un pastor de Georgia y de una cantante de góspel .

Wright creció cantando en iglesias y tenía prohibido escuchar música popular. Junto a sus dos hermanos, formaban un trío vocal que acompañaba a su padre en la iglesia. Fue descubierta por su actuación en la Orchestra Hall de Chicago en un concierto-homenaje a Billie Holliday (2002), y a partir de ese momento se ha convertido en una verdadera estrella de jazz.

Ha realizado cuatro discos y presentaba en el Palau, a sus 31 años, el último, FELLOWSHIP. Este nuevo álbum, de los cuatro, es el que se decanta más claramente por el góspel, aunque un góspel de sonidos eléctricos, lleno de la emoción intuitiva de la cantante.

Álbumes:
Salt – 2003
Dreaming Wide Awake – 2005
The Orchard – 2008
Fellowship - 2010





El concierto empezó puntualmente a las 21,30 h en un Palau completamente lleno. Acompañada de su grupo, dos guitarras, un contrabajo que también tocaba guitarra eléctrica y el bateria, apareció en el escenario con un vestido blanco, creo que de tul, largo y con mangas hasta el codo, muy ajustado hasta la cintura y que se abría con un gran vuelo que se movía suavemente cuando bailaba. Completaba su atuendo con un chal negro, que se quitó en una canción pero volvió a ponerse enseguida. Llevaba una gargantilla, que no pude apreciar por la distancia, e iba descalza. El pelo muy corto.

Es una mujer de envergadura corpulenta, muy alta y guapa. Muy sencilla y natural, con una preciosa sonrisa permanente y nada diva. No se enrollaba hablando e iba desgranando su concierto sin aspavientos. Su concierto fue precioso, intimista y espiritual (aunque esta palabra es fácil de decir y complicada de explicar para mí), en el sentido de que te arrastraba a una sensación de calma y paz interior. En varias ocasiones hice algo que no suelo hacer, cerrar los ojos y dejarme acunar por la música y su voz.

Lizz Wright tiene una voz prodigiosa, muy potente y suave. Canta sin esfuerzo aparente. Hubo, de todas formas, canciones con más ritmo y que daban ganas de bailar.










Fue combinando canciones de sus cuatro discos y, hacia la parte final del concierto, introdujo más temas de su último álbum. Acabó el concierto a las 11 h, pero hizo un bis que concluyó con una canción a capela, acompañado por palmas de su batería. Una preciosidad. Os recomiendo que la escuchéis, es una cantante magnífica.


El vídeo no tiene la nitidez suficiente, mi cámara es muy sencilla, pero tiene la ventaja de que es original y de primera mano, igual que las fotografías que son todas hechas por mí.