Si tuviera que elegir algo que me ha sorprendido agradablemente ha sido el uso de la bicicleta en esta zona de Italia, aunque no vi ningún carril bici. Muchas personas usaban bicicleta sin distinción de edad, condición social, sexo o vestimenta.
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Si tuviera que elegir algo que me gusta de todos los viajes es callejear, abrir bien los ojos, mirar como vive la gente en un día cualquiera, parar delante de un porche y captar una cara como ésta: un diablo sonriente que se burla ¿de mi? No me parecería nada raro…, lo cierto es que me hizo sonreír encontrarlo en mi sesión de callejeo por Bolonia.
Laura, en ese pavimento no se puede ir con tacones. Me atrae visitar Mantua.
ResponderEliminarSaludos.
A mí también me gusta "patearme" las ciudades y dejarme sorprender. Se aprende mucho más así que no con la obsesión de visitar cuantas más cosas mejor.
ResponderEliminarSaludos!
No tiene desperdicio el diablo sonriente. ¡Que rostro!
ResponderEliminarBesos Laura.
Marta: ir contacones es un suicidio, yo iba con sandalia plana y lo pasaba mal..., lo único que funsionaban eran las deportivas. Mantua es una ciudad pequeña pero tiene una plaza espléndida. A esa plaza da un castillo inmenso, con foso y con agua. Me hizo gracia ver los fosos de los castillos con agua. El Duomo es también bonito. Ahhh y hay una torta sbrisolona, típica de allí con avellanas... ummmm riquísima... jejeje
ResponderEliminarDona Invisible: callejear es lo mejor, aunque he visitado muchas ciudades esta vez, son pequeñas y poco turísticas, así que he podido hacerlo... pero me gustaría volver a algunas de ellas. Por cierto estoy releyendo "El último encuentro" de Sándor Márai, y me estoy acordando de ti porque habla bastante de Viena...
Lía: es una diablo auténtico... menuda mirada y sonrisa... buffff... de esas de huirrrrrr... jajaja
Besos a las tres.
Estoy con Lía, vaya jeta más diablesa.
ResponderEliminarMuack.
Emma.
El pavimento horror de los pies yo terminé harta ya que me gusta como a ti perderme en la ciudad menos transitada esa que es la verdadera
ResponderEliminarMe gusta tu visión me parece estar de nuevo allí
Emma: es un diablo canalla, un diablo concupiscente, pecador... jajajaja
ResponderEliminar40añera: ese pavimento es disuasorio ehhh Era divertido porque entre los cantos rodados hay líneas de pavimento planito... y todo dios iba en fila india por las líneas... xd qué tela...
Para los pies son muy malas las piedras, pero me gusta ver las calles así.
ResponderEliminar¿El diablo estaba en la entrada de una casa?? Ummm...
abrazo grandee
Pues ya digo... no me gustan nadita los cantos rodados... grrrr. El diablo corrupto estaba en un soportal y encima había casas sííí...........cuando vi esa cara... jajaja... me callo.
ResponderEliminarCallejear, perderme por los barrios, sentarme una hora en una placita o en un café con un buen ventanal. Hace tiempo que no corro a verlo todo. Si hay que volver, se vuelve.
ResponderEliminarEste año renuncié a un viaje a Perú maravillosamente organizado por dos amigas peruanas por que no dejaba espacio para estas actividades que se han hecho para mi imprescindibles.
Mucha envidia tu Italia.
Uno: coincidimos, pues, plenamente. La paciencia y saber perder el tiempo me lo enseñó el viajar con mis hijos. Cuando son pequeños hay que dedicar tiempo a plazas, jardines, museos de ciencias naturales o estaciones de tren... y el ritmo no se puede acelerar. Aprendí a no visitar todo lo que quería y a mirar con otra mirada. Y, efectivamente, siempre se puede volver (yo lo he hecho en muchas ocasiones).
ResponderEliminarFelicidades por lograrlo sin niños... jajaja