Cuaderno de memorias coloniales es, en efecto, un cuaderno de memorias, una autobiografía de una parte de la vida de la autora: la que corresponde a su infancia e inicio de la adolescencia en Mozambique, colonia portuguesa en África. Ella nace en Lourenço Marques (actual Maputo) en una familia de origen humilde que logró vivir mejor (desahogadamente) en este territorio africano gracias a los privilegios de la población blanca (incluso para un electricista como era su padre).
Figueiredo relata, con la mirada sencilla y descarnada de una niña, la violencia y el racismo feroz de la población blanca que abusaba, desde la superioridad que creían poseer, de la población negra. El relato transmite una tensión sostenida puesto que su padre, con el que tiene una relación afectiva intensa, es un claro representante de ese comportamiento violento y racista.
El inicio de la descolonización a partir de los cambios políticos que se producen en Portugal en 1974 (la llamada «revolución de los claveles» que puso fin a una larga dictadura) provoca su marcha a Portugal sola a los 13 años.
La autora aúna una escritura clara, intensa y cruda con una honradez e integridad que no deja lugar a dudas sobre el colonialismo, y la carga de explotación, dominación y racismo que le acompaña en cualquier colonia. Todo ello al compás de la vida personal de una niña inquieta y observadora que, ante el mandato del padre de que cuente en la metrópoli lo que estaba ocurriendo (cuando Mozambique accedió a la independencia), lo cumple, pero «traicionando» al padre en lo que relata.