lunes, 31 de enero de 2011

INTERNET



Este soliloquio me lo ha inspirado la atenta observación del mundo virtual que hace posible INTERNET.

Mucho se debate respecto al papel transformador que puede tener INTERNET y el espacio de libertad sin fronteras que crea. Es indudable que favorece la circulación de información y que, de momento, el poder tiene dificultad para limitarlo y someterlo a su escrutinio como ha hecho con los grandes medios de comunicación. No hay más que ver cómo en Túnez o en Egipto, se ha cortado INTERNET y el servicio de telefonía móvil durante las revueltas. También es cierto que favorece la comunicación entre personas de edades, y orígenes sociales y culturales diferentes, acortando distancias en el contacto comunicativo.






Pero me parece que INTERNET puede tener un efecto “atomizador” si cada uno selecciona los fragmentos de conocimiento e información que le interesan, pero evita el contacto con todo lo demás. Así, se pueden formar comunidades globales de afinidades electivas, al mismo tiempo que perderemos el contacto con las afinidades de nuestros vecinos. Con ésto quiero decir que, si reproducimos los mismos vicios del grupito con el que estamos de acuerdo en todo, podemos atomizar hasta el infinito, el infinito mundo de INTERNET.

viernes, 28 de enero de 2011

HARUKI MURAKAMI, De qué hablo cuando hablo de correr.


El libro de Murakami lo compré por su título (para que luego digan que no son importantes los idem), me llamó la atención porque de joven hice atletismo, no como el autor que hace maratón, yo siempre fui velocista, justamente hacía las carreras más cortas (100 m). Me gustaba mucho correr y al ver el título pensé en comprarlo.
Confieso que no he leído nada de este autor pero que tengo un par de novelas en espera que todavía no me han inspirado lo suficiente para leerlas.

Haruki Murakami nació en Tokio en 1949 y pasó su juventud en una ciudad bastante occidentalizada, Kobe. En sus años de universidad (se licenció en Teatro Clásico) fue un activista de izquierdas que luchó contra la guerra de Vietnam. Una vez acabados sus estudios, regentó durante ocho años un jazz-bar en Tokio, al mismo tiempo que empezó a escribir novelas. Muchas novelas suyas tienen temas y títulos referidos a una canción en particular, como Dance, Dance, Dance (de The Dells), Norwegian Wood (los Beatles), y South of the Border, West of the Sun (La primera parte es el título de una canción de Nat King Cole). Esta afición por la música recorre toda su obra.



Además de escritor es traductor, y destaca la influencia de los autores que ha traducido, como Raymond Carver, F. Scott Fitzgerald o John Irving, a los que considera sus maestros. Tras recibir diversos premios dejó su actividad en el jazz-bar y pasó a vivir de su trabajo como novelista. Paralelamente empezó a correr diariamente y se fue preparando para realizar una maratón al año.
El libro va acompañado del lápiz que utilizo ahora para tomar nota de algún fragmento y de dos estrellitas que me dieron con una compra navideña y que he utilizado para que el lápiz se mantuviera quieto (pero las encontré bonitas ehhh, por eso las había guardado).

La obra, que tiene 231 páginas, no es una novela sino un ensayo, el autor dice que son sus “memorias”. El título está relacionado con la explicación que realiza el autor de los motivos por los que empezó a correr, y lo que ha significado para él. Correr se convierte para el autor en una experiencia casi metafísica y central en su vida. El esfuerzo, la superación personal, el dolor y la satisfacción, van influyendo en su cuerpo y en su mente y van ejerciendo influencia en su escritura. El título está inspirado en el del volumen de relatos cortos del escritor, venerado por Murakami, Raymond Carver, “De qué hablamos cuando hablamos de amor”.



Murakami reflexiona en esta obra sobre la dureza del maratón, de los 42,195 kilómetros que hay que recorrer para hacerlo. Recuerda, en el prefacio, una frase de un maratoniano que decía que mientras va corriendo la maratón, va recitando una especie de mantra que dice: EL DOLOR ES INEVITABLE, PERO EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL. El autor dice que estas palabras “resumen de manera clara y concisa lo más importante de una maratón” (p. 9).

El ensayo está dividido en nueve capítulos que llevan el título de alguna maratón, de alguna experiencia relacionada con la escritura o con su vida. Los primeros capítulos me resultaban lentos y algo monótonos, pero conforme la obra avanza resulta cada vez más interesante la interrelación que establece entre el hecho de correr y sus reflexiones vitales y literarias.

FRAGMENTOS:

“En mi interior siempre ha anidado el deseo de permanecer completamente solo. Por eso el simple hecho de correr una hora todos los días, asegurándome con ello un tiempo de silencio sólo para mi, se convirtió en un hábito decisivo para mi salud mental. Al menos cuando corría no tenía que hablar con nadie ni que escuchar a nadie. Bastaba con contemplar el paisaje que me rodeaba y mirar hacia mi interior. Eran momentos preciosos e insustituibles” (p. 30-31).

“Así es la escuela. Lo más importante que aprendemos en ella es que las cosas más importantes no se pueden aprender allí” (p. 66).

“Y es que el tabique que separa la sana autoconfianza de la insana arrogancia es realmente muy fino” (p. 75).

“Pero la cerveza real no está tan buena como la que yo imaginaba y ansiaba fervientemente mientras corría. En ninguna parte del mundo real existe nada tan bello como las fantasías que alberga quien ha perdido la cordura” (p. 91).

“Y es que razones para seguir corriendo no hay más que unas pocas, pero, si es para dejarlo, hay para llenar un tráiler. Así las cosas, lo único que podemos hacer es seguir puliendo, cuidadosamente y una por una, esas “pocas razones”. Seguir puliéndolas denodadamente y sin dejar un resquicio en cuanto encontremos tiempo para ello” (p. 100).

“Si me permiten que les dé mi opinión, les diré que Reptile [de Eric Clapton] es un álbum ideal para escucharlo mientras uno corre suavemente por la mañana” (p. 128).



“… el tiempo ha venido avanzando sin descanso desde el momento mismo de su aparición (…). Y, a quienes tienen la suerte de librarse de morir jóvenes, se les privilegia con el preciado derecho de ir envejeciendo. Les aguarda el honor de su progresiva decadencia física. Hay que aceptar este hecho y acostumbrarse a él” (pp. 158-159).

RECOMENDACIÓN: Yo he disfrutado con su lectura pero he de reconocer que tiene una forma peculiar de escribir, como si te estuviera contando su experiencia personal ante una taza de café, de forma sencilla y algo monótona. Recomendada para los seguidores de Murakami y para aquellos para los que correr es algo más que una mera actividad física.

miércoles, 26 de enero de 2011

HADAS


Un hada (del latín fatum: hado, destino) es una criatura fantástica y etérea, personificada generalmente en forma de mujer hermosa. Suelen ser protectoras de la naturaleza.

Las LAMIAS, son hadas de las cuevas.

Su presencia se remonta a la mitología helénica y alude a una reina de Libia llamada Lamia, amante del dios olímpico Zeus. Los celos de Hera, esposa del dios, desencadenaron una tragedia: despechada, la convirtió en un monstruo y asesinó a todos sus descendientes. El castigo que le infligió Hera, además, fue la incapacidad de cerrar los ojos. Pero Zeus le permitió que pudiera sacarse los ojos para descansar.

lunes, 24 de enero de 2011

…UN IMPULSO HACIA LA LIBERTAD


Montjuïc. 


Mi idea de libertad nació de un impulso vivido. Creo que nació muy pronto en la infancia, de la mano de mi silencioso padre en estas materias. Después, mi manera de ser impulsiva, impaciente, ingobernable (mi madre me lo repetía hasta la saciedad), inadaptada a normas y disciplinas…, me separó de partidos izquierdistas y me condujo al caótico mundo libertario. Muchas actitudes me disgustaron en ese mundo, pero mi manera de ser encontró cobijo en el respeto a la libertad y, además, encontré un extraordinario grupo de personas (mayoritariamente mujeres) con las que fui avanzando y clarificando ideas. Este escrito nace de algunos comentarios que han ido saliendo en U-topía a raíz de algunas entradas mías. Hace unos días decidí que ya tenía edad para intentar escribir y sistematizar una de las ideas que más y mejor me han guiado en mi vida.




Una de esas ideas clave es la de Libertad (con mayúscula) y es en la que hoy me quedo para explicar lo que bebí y viví al respecto. Esas ideas siguen arraigadas, en mi manera de pensar y mi vivir, después de muchos años.

En la base del anarquismo hay una defensa radical de la libertad individual entendida como derecho absoluto de cada ser humano a actuar ateniéndose únicamente a los dictados de su propia conciencia y de su propia voluntad. Por encima del individuo no existe ningún tipo de construcción ideal o social (dios, rey, razón de estado, organismo social, etc.) que justifique decisiones limitadoras de la libertad individual. Esta manera de entender la libertad provoca siempre un exceso de responsabilidad en la toma de decisiones (personales o de cualquier tipo), ya que nunca se puede apelar a la responsabilidad de “otros” y requiere una meditación seria sobre la mayoría de los actos de la vida que, a veces, resulta agotador. La responsabilidad en las consecuencias es total, nadie puede exculparnos o perdonarnos de los errores cometidos, salvo nosotros mismos.

Esta idea de libertad individual nos puede hacer pensar que se basa, por tanto, en el individualismo extremo. Aunque es cierto que existe ese individualismo, la libertad no está enfrentada a la sociedad, sino a la autoridad. El individualismo no es una declaración antisocial, puesto que el ser humano desarrolla una sociabilidad natural, decía Ricardo Mella (Natura, 1905):

Cada uno es un todo para sí, pero es algo para los demás. En vez de limitarse cada uno de nosotros, ensancha su esfera de acción mediante las relaciones de igual a igual






La sociedad existe, por tanto, para bien de la libertad humana; en ella, y gracias a ella, ejerce el individuo su libertad y logra la expansión de su personalidad.
Por tanto, el individualismo se combina con el comunitarismo. Se debe saber combinar el extremo respeto a la libertad individual con la vida en común para resolver todo aquello que afecta al conjunto de la sociedad. Dentro de la sociedad, quien defienda ese respeto de la libertad, nunca aceptara que la autoridad coaccione y limite dicha libertad. Por eso decía que la libertad se enfrenta a la autoridad (estado, dios, capital, etc.) no a la sociedad. La cooperación ha de ser siempre voluntaria sin necesidad de autoritarismo.

Cada individuo es el único juez de sus derechos y libertades; sólo el respeto a la libertad de otro le limita y sólo la acción común y solidaria es garantía eficaz para mantener la libertad individual.











La idea misma de libertad es hermosa, asumir plenamente su significado, a veces, provoca la renuncia a ella, el miedo a la libertad que señalaba Erich Fromm. La libertad segun Fromm está intimamente ligada al individualismo, se alcanza en la medida en la que somos capaces de renunciar a factores que nos protegen, implica asumir la posibilidad de equivocarse. El proceso de individualización, de aceptar la verdadera personalidad a costa de desligarse de la direccion de la sociedad, da miedo, el aislamiento moral que conlleva es muy duro. El miedo lleva a muchas personas a buscar que alguien (un lider), o las instituciones que votamos cada cuatro años, marquen nuestra vida y someternos a ellas. Otras formas de evadir ese miedo es la destructividad (reaccionando de manera violenta contra aquello que creemos que nos impide realizarnos), o la conformidad automática (integración en la sociedad, o en un grupo pequeño de ésta, perdiendo por completo la individualidad, y dejando que el conjunto decida por nosotros).










No pretendo agotar el tema, sólo son algunas notas sobre ese impulso que me guía……. aún…..

viernes, 21 de enero de 2011

JUAN BOLEA, Crímenes para una exposición.



Este libro es de gtb, me ha prestado dos novelas de Juan Bolea porque yo se los pedí. Cuando en noviembre leí Orquídeas negras,para participar en el debate del Club Negro, me dejó un regusto amargo ya que no me gustó la novela. Decidí darle al autor otra oportunidad y esa es la razón del préstamo.

La novela va acompañada de una muñequita “quitapesares” guatemalteca que me ha regalado gtb, a pesar de que yo dije que no haría regalos. Esta muñequita (va una caja junto con otras cinco) responde a una leyenda, entre las comunidades indígenas de Guatemala, que dice que cuando tienes un problema, se puede compartir con un “quitapesar”. Antes de ir a dormir se le cuenta cada problema y luego se pone debajo de la almohada. Mientras se duerme, la muñeca se lleva todas las preocupaciones. ¡¡Qué maravillosa leyenda!!



La novela tiene 485 páginas y el título hace referencia a una suite de MUSSORGSKY que para la subinspectora Martina de Santo, y su amor de juventud Maurizio Amandi, era especial porque: en una tienda de campaña en la Isla de Wight, ambos “se habían acostado por primera vez. Pero antes, bajo una pegajosa nube de marihuana, tres músicos –Emerson, Lake & Palmer- habían interpretado, en el gigantesco escenario del festival, una versión psicodélica de la suite de Mussorgsky, Cuadros para una exposición. ¡Parecía que hubiese transcurrido una eternidad! Maurizio estaba obsesionado con esa melodía” (p. 143-144).



Mussorgsky se inspiró, para esta suite, en una serie de grabados de Viktor Hartmann.
La suite estaba formada por diez Cuadros, que son los que componen la novela de Bolea, precedidos del Promenade, o paseo musical, que otorga unidad a la obra.










Esta larga explicación del título y del índice de la novela me sirve para hablar brevemente del tema de la novela que se basa en la reaparición, en la vida de la subinspectora Martina (Ummm… dónde he oído yo este nombre… jajaja…) trece o catorce años después, del guapo Maurizio Amandi, pianista obsesionado por la obra Cuadros para una exposición. En la última gira del pianista se van produciendo diversos asesinatos, entre lo cuales su propio padre, que parecen relacionados con él, con la obra de Mussorgsky y con unas famosas estilográficas objeto de codicia para anticuarios (la mayoría de los asesinados) y coleccionistas. A partir de ahí, la subinspectora investigará y, se verá envuelta en una trama que, finalmente, descubrirá.

Me ha parecido una novela con una trama bien elaborada y que te mantiene en cierta tensión hasta casi el final de la novela. De todas formas me da la impresión que Bolea no genera en sus novelas esa tensión de la novela negra que no te permite desengancharte de la historia hasta el final. Me parece que sus novelas se fundamentan más en una historia con muchas historias secundarias en las que la investigación policial, es importante, pero no es su único objetivo.

El personaje de Martina de Santo tiene fuerza y resulta muy atractivo, así como algún otro personaje secundario como su ayudante Horacio Muñoz. El pianista resulta también atractivo y da bastante juego, ya que genera cierta tensión sexual con la subinspectora Martina.

RECOMENDACIÓN: Es una novela bastante entretenida, bien escrita y que mantiene la tensión en la resolución de un caso de asesinatos múltiples. Gustará a quien lee novela negra pero puede gustar también a quienes no son seguidores de este género.

miércoles, 19 de enero de 2011

GOTAS DE LLUVIA



"Fíjate cómo quedan colgadas las gotas de lluvia después de llover. Cómo se posan en las ramas, en los brotes, en las puntas de los brotes. Se colocan como las notas en una partitura. No sólo los árboles. Cada casa tiene su lluvia. Cada ventana. Esta ventana".

MANUEL RIVAS. Los libros arden mal.

lunes, 17 de enero de 2011

SIMONE DE BEAUVOIR, ANAÏS NIN, VIRGINIA WOOLF



Simone de Beauvoir (1908-1986). “El secreto de la felicidad en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta”.

Anaïs Nin (1903-1977). “Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré de mi mundo. Me adapto a mí misma”.

Virginia Woolf (1882-1941). “La vida. Es un halo luminoso, una envoltura semitransparente que nos envuelve desde que tenemos una conciencia hasta el final”.

Cada una de estas tres mujeres merecería que le dedicara mi reconocimiento por separado, sin embargo las uno a las tres porque en mi imaginario juvenil van unidas. Tan unidas que en mi biblioteca siguen juntas, nunca me he planteado separarlas aunque no es un criterio literario el que las mantiene unidas sino mi querencia a las tres juntas.




Me paro a pensar porque las he unido siempre. Las conocí por los mismos años, cuando yo era una joven universitaria y estaba descubriendo el mundo, la literatura, la política. Las tres son mujeres valientes que decidieron vivir su vida como mujeres afrontando los retos que su sexo les deparaba si salían de los estereotipos femeninos. Las tres tomaron la palabra, escribieron y vivieron en el espacio público del que estaban postergadas por su sexo. No aceptaron limitaciones ni discriminaciones y se arriesgaron mucho en su vida personal, dos de ellas mantuvieron relaciones lesbianas aunque tuvieron compañeros. Las tres fueron consideradas feministas aunque no actuaron colectivamente sino individualmente.



VIRGINIA WOOLF es la mayor de las tres ya que nació en el siglo XIX. Fue novelista, ensayista, escritora de cartas y editora, ha sido considerada como una de las más destacadas figuras del modernismo literario del siglo XX. Durante el período de entreguerras, Woolf fue una figura significativa en la sociedad literaria de Londres y un miembro del grupo de Bloomsbury.



Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927) y Orlando: una biografía (1928), y su ensayo Una habitación propia (1929), con su famosa sentencia «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción». Fue redescubierta durante la década de 1970 (y por ese motivo llegó a mi unos años después), gracias a este ensayo, uno de los textos más citados del movimiento feminista.
Libro una habitación



Virginia Woolf padeció desde los 13 años, cuando murió su madre, episodios depresivos. Se ha sugerido (incluido su sobrino y biógrafo, Quentin Bell) que ella y su hermana Vanessa padecieron abusos sexuales a manos de sus medio hermanos George y Gerald Duckworth, y que dichos abusos contribuyeron al problema psicológico que sufrió la autora, un trastorno bipolar. En su texto autobiográfico A Sketch of the Past, la propia Virginia Woolf solo aludió a estas desdichadas experiencias de forma velada, de acuerdo con la rígida moral de la época victoriana.
En 1912, cuando contaba treinta años, se casó con el escritor Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo de Bloomsbury. A pesar de su bajo rango social y económico - Woolf se refirió a Leonard durante su compromiso como un "judío sin un céntimo" - la pareja compartió un lazo muy fuerte. La ética del grupo de Bloomsbury estaba en contra de la exclusividad sexual, y en 1922, Virginia conoció a la escritora y jardinera Vita Sackville-West, y comenzaron una relación sexual que duró la mayor parte de los años 1920. Después de que acabara su romance, las dos mujeres siguieron siendo amigas hasta el suicidio que acabó con la muerte de Woolf en 1941. El día 28 de marzo Virginia Woolf se puso su abrigo, llenó sus bolsillos con piedras y se lanzó al río Ouse cerca de su casa y se ahogó. Su cuerpo no fue encontrado hasta el 18 de abril.



ANAÏS NIN fue una escritora francesa, nacida de padres cubanos. Después de haber pasado gran parte de su temprana infancia con sus familiares cubanos, se naturalizó como ciudadana norteamericana, vivió y trabajó en París, Nueva York y Los Ángeles. Autora de novelas avant-garde en el estilo surrealista francés, es mejor conocida por los escritos sobre su vida y su tiempo recopilados en los llamados Diarios de Anaïs Nin.



A los 19 años consigue un trabajo como modelo y bailarina de flamenco y se casa en La Habana con el banquero Hugo Guiler, con el que se marcha a París. Una vida aburrida y la lectura de D.H. Lawrence la convencen para hacerse artista.
En 1930 publica un ensayo sobre Lawrence y un año después conoce a Henry Miller, quedando ambos mutuamente admirados e iniciando una correspondencia apasionada. Se convierten en amantes y ella llega a mantener relaciones incestuosas con su padre, Joaquín Nin, tras reencontrarse con él en París. Al tiempo, la mujer de Miller, June, antigua prostituta, la iniciará en el voyeurismo y el safismo.



Se inicia también en el psicoanálisis y, tras ser psicoanalizada por Otto Rank, éste le sugiere la escritura como una forma de eludir la obsesión que tiene con su padre. Escribe Invierno de artificio y publica La casa del incesto. En 1939 emigra a Estados Unidos y allí se convierte en la primera mujer que publica relatos eróticos, Delta de Venus, que denota una fuerte influencia del Kamasutra.
El éxito definitivo le llega en 1966 con la publicación de su Diario, aunque al tiempo su salud se resquebraja por causa de un tumor de ovarios. Se la reconoce como pionera de la liberación de la mujer.



SIMONE DE BEAUVOIR es la más joven de la “triada santa”, fue novelista y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y obras como "El segundo sexo" son elementos fundacionales del feminismo. Fue pareja del también filósofo Jean Paul Sartre.
Nacida en una familia burguesa, Simone de Beauvoir fue educada según la sólida moral cristiana vigente en la época. En 1929, después de conocer a Jean Paul Sartre en la Sorbona, donde ambos estudiaban filosofía, se unió estrechamente al filósofo y a su círculo. Con el tiempo, crearon entre ambos una relación que les permitía compatibilizar su libertad individual con la vida en común.



Simone de Beauvoir fue profesora de filosofía hasta 1943. Durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de París vivió en la ciudad tomada escribiendo su primera novela, La invitada (1943), donde explora los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual, temas que aborda igualmente en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954).



Las tesis existencialistas, según las cuales cada uno es responsable de sí mismo, se introducen también en una serie de obras autobiográficas, cuatro en total, entre las que destacan Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) (1958) y Final de cuentas (1972).
Entre sus ensayos escritos cabe destacar El segundo sexo (1949), un profundo análisis sobre el papel de las mujeres en la sociedad y la construcción del rol y la figura de la mujer; La vejez (1970), centrada en la situación de la ancianidad en el imaginario occidental y en donde critica apasionadamente la marginación y el ocultamiento, y La ceremonia del adiós (1981), polémica obra que evoca la figura de su compañero de vida, Jean Paul Sartre.



Todas las obras mencionadas en esta hagiografía las he leído y dispongo de los libros (en algún caso como los Diarios de Nin, parece que es muy difícil encontrarlos). Estas tres mujeres con sus grandes defectos, sus contradicciones y sus problemas, fueron para mí un modelo de referencia de autonomía femenina, de liberación sexual y de creatividad, que ejercieron una gran influencia sobre mi manera de ver la vida, por eso las venero y las sigo admirando.

viernes, 14 de enero de 2011

SANADORAS, COMADRONAS, CURANDERAS



Las mujeres han sido siempre curanderas. Fueron las primeras médicas, comadronas y anatomistas de la historia occidental: sabían hacer abortos y actuaban como enfermeras. También fueron las primeras farmacólogas con el cultivo de hierbas medicinales. Durante muchos siglos fueron médicas sin título, excluidas de los libros y de la ciencia oficial, aprendían unas de las otras y se transmitían sus experiencias de madres a hijas o entre vecinas. La gente las llamaba “mujeres sabias”, y durante mucho tiempo fueron la única atención médica al alcance de los pobres y de las mismas mujeres.



En el siglo XIII, las universidades crearon las primeras escuelas de medicina. Mientras estudiaban, los médicos no acostumbraban a hacer ningún tipo de práctica experimental y las sanadoras o curanderas continuaban estando, en el siglo XIV, muy solicitadas entre las clases acomodadas. La Iglesia no se oponía a que reyes y nobles tuviesen médicos, sobre todo si eran sacerdotes o actuaban con su colaboración, pero no veía con buenos ojos la existencia de las curanderas, que eran mujeres, actuaban solas, estaban organizadas y tenían poderes sobre la salud.





Lo que estaba en cuestión era el control de la medicina. En un momento en que la ciencia emergía como una nueva forma de poder y control de la sociedad, los médicos tenían un nivel de conocimientos que no permitía curar a nadie y las mujeres tenían una práctica acumulada que les proporcionaba poder. La Iglesia lo disfrazó muy bien, organizó la persecución contra las curanderas campesinas, que llamó brujas, como un combate contra la magia y no contra la medicina. Las acusaciones contra las brujas fueron: tener una sexualidad femenina, estar organizadas y tener poderes mágicos sobre la salud.



Se promulgaron leyes que prohibían el ejercicio de la medicina a las personas sin formación universitaria, y el acceso de las mujeres a la universidad fue vedada desde el inicio de las universidades, con algunas excepciones en Italia. Pese a que era imposible aplicar estas leyes porque había pocos médicos titulados en relación a la cantidad de curanderas no tituladas, siempre se podía aplicar selectivamente. Por ejemplo, en el caso de JACOBA FELICE, denunciada en 1322 por la Facultad de Medicina de la Universidad de París, bajo la acusación de ejercicio ilegal de la medicina. Todos sus pacientes eran de clase acomodada. La acusación contra Felice fue:
“Curaba a sus pacientes de enfermedades internas y heridas externas. Visitaba regularmente a los enfermos a los cuales examinaba la orina tal y como hacen los médicos, les tomaba el pulso y les palpaba todas las partes del cuerpo”.



Las mujeres fueron desprestigiadas, apartadas y perseguidas para que dejaran de practicar la medicina. Las comadronas fue una de las últimas ramas de la medicina que se consintió dejar en manos de las mujeres, pero finalmente también fueron excluidas de su práctica.
En España, desde 1888 algunas mujeres consiguieron permisos especiales para poder cursar estudios de licenciatura y de doctorado. Conocemos mujeres que acudían a la universidad como oyentes e, incluso, travestidas y bajo una identidad masculina.








Pero es sorprendente que la primera mujer que obtuvo una licenciatura universitaria en España (1882), Maria Dolors Aleu Riera, se licenció en Medicina. Unos meses después lo consiguen Martina Castells Ballespí y Maria Elena Maseras Ribera. La cuarta mujer en obtener una licenciatura fue Dolors Llorens Casanovas en 1886. Las cuatro lo hicieron en la Universidad de Barcelona. Desde 1910, hace cien años, las mujeres españolas pudieron acceder legalmente a la universidad.

Un camino largo y pleno de dificultades para las mujeres que han pretendido romper el rol al que estaban destinadas por razón de sexo. En el siglo XIX y, aún se encuentra en documentos de identidad del siglo XX, en el apartado profesión de las mujeres, solo ponía: SU SEXO. Pues sí, ese sexo que tanta violencia, desprecio, rechazo y marginación ha padecido a lo largo de la historia, es el mío.

jueves, 13 de enero de 2011

LORENZO SILVA, La estrategia del agua.



Este libro me lo prestaron unos amigos a los que quiero mucho y con los que nos intercambiamos libros, música y películas constantemente. Cuando el Club Negro lo propuso como lectura, yo ya tenía la lectura y la referencia hecha. La he remodelado un poquito, pero básicamente he mantenido el escrito.
Al lado del libro hay una caja de cristal que me regaló una amiga gallega en el primer lugar en el que trabajé (ya me gustaban las rosas…). La caja esta llena de pequeños despojos que encuentro por la playa (piedrecitas, estrella de mar, caracolas, conchas, vidrios) o por la montaña (piedrecitas).

Se trata de una novela policiaca (tomo la explicación del término “policiaca” de la escritora Dominique Manotti, en la entrevista recogida por la Revista digital .38, nº 11, Diciembre 2010), en el sentido de que como toda “novela policial comienza con un crimen, con un atentado contra el orden, con un escalofrío de miedo para el lector, y termina cuando un policía descubre al culpable y se restablece el orden”.

Muy bien escrita, en la novela se resuelve el caso de un asesinato por parte del brigada de la guardia civil, Bevilacqua, y la sargento Chamorro. El asesinato parece a simple vista un ajuste de cuentas relacionado con la droga… pero pronto aparecen pistas que plantean que el caso es mucho más complejo. El mundo de la mafia de la droga, de la delincuencia de los países del Este, de la judicatura, etc. aparecen reflejados en la novela. Los dos personajes centrales, sobre todo el atípico brigada de la guardia civil, son deliciosos y complejos.

El título hace referencia a la afirmación del escritor Sunzi, de que hay que ser como el agua: “En no tener forma para que no puedan darte los golpes. En buscar los resquicios, para hacer inútiles las murallas del enemigo. En evitar las alturas, donde el adversario que dispone de mejores arqueros te acribillará a placer”. Esa es la estrategia del agua.

RECOMENDACIÓN: Os encantará a los que os guste este género, pero es una novela bien escrita que creo que puede gustar a todo el mundo. Muy entretenida.

lunes, 10 de enero de 2011

TONY JUDT, Algo va mal.


CONTRAVENCIÓN DE UNA NORMA INTERNA DEL BLOG

Me había prometido a mi misma, esa es la norma que contravendré ahora, no escribir sobre temas excesivamente serios y trascendentes. Quería crear un espacio, un rinconcito personal, donde pudiera dejar de ser la mujer seria y cavilosa que soy. Creo que el libro merece la pena y, aunque no estoy en sintonía política con el autor, me ha ayudado a entender lo que ocurre a mí alrededor y a aclarar algunas ideas esbozadas, pero no claras, que tenía en la cabeza.
Confío en no contravenir mucho esa norma que me impuse al abrir el blog y volver al rincón de mis aficiones, ligero e incluso un poco frívolo, que me hace disfrutar y me permite escapar de tanta seriedad y trascendencia.


Este libro es un ensayo de uno de los historiadores que admiro y que leo aunque no corresponde, exactamente, a la época que yo trabajo.
Tony Judt nació en Londres, el 2 de enero de 1948 y ha muerto recientemente en Nueva York, el 6 de agosto de 2010. Historiador, escritor y profesor especializado en Europa y en la época de la II Guerra Mundial y la Postguerra, fue director del Erich Maria Remarque Institute en la Universidad de Nueva York. Fue colaborador habitual de la revista New York Review of Books. Como historiador, pertenecía a la escuela inglesa que combina el rigor de los hechos, la claridad de exposición y el impulso narrativo. Murió tras padecer, durante casi dos años, los devastadores efectos de la enfermedad de Lou Gehrig, o esclerosis lateral amiotrófica. Este libro lo fue dictando en los meses últimos de su vida.



El libro está encima de la mesa de mi habitación de joven (la de casa de mis padres). Es una mesa camilla con un tapete de ganchillo que me hizo mi abuela. El libro está acompañado de un rayo de sol de una fría mañana de diciembre.
Tiene 220 páginas y el título hace referencia a la idea del autor de que hay “algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy” (p. 17), haciendo referencia al estilo materialista y egoísta de la vida contemporánea.



Judt se considera un socialdemócrata (representó el compromiso entre la aceptación del capitalismo y la democracia parlamentaria y la atención de los intereses de amplios sectores desfavorecidos de la población) que defiende y cree “en la posibilidad y en las ventajas de la acción colectiva para el bien común” (p. 20). Defensor, por tanto, del Estado del bienestar, considera que la izquierda está en crisis y que para que se la vuelva a tomar en serio “debe hallar su propia voz” (p. 23).

Los seis capítulos que estructuran el libro son una auténtica guía para perplejos (es decir, para dudosos, inciertos, irresolutos, confusos), tal y como recoge en la introducción. Empieza con, “Cómo vivimos ahora”, continúa con “El mundo que hemos perdido”, “La insoportable levedad de la política” y concluye con tres interrogantes “¿Adiós a todo esto?”, “¿Qué hacer?” y “¿Qué nos reserva el porvenir?”.

La idea de Judt es que, puesto que el pasado está mejor iluminado que el futuro, se ha de recordar los logros del siglo XX y las consecuencias que probablemente tendría su desmantelamiento, para así comprender cómo vivimos ahora y qué podemos hacer de cara al futuro.



Para el autor, Gran Bretaña y Estados Unidos han superado a cualquier otro país en “desmontar, a lo largo de treinta años, décadas de legislación social y supervisión económica”. Como consecuencia se ha favorecido a los más ricos. En 2005, el 21,2 por ciento de la renta nacional estadounidense estaba en manos de sólo el 1 por ciento de la población (p. 27) y los niños nacidos en estos países, a diferencia de sus padres y abuelos, tienen “pocas expectativas de mejorar la condición en la que nacieron” (p. 28). Por ello, no importa lo rico que sea un país, sino lo desigual que sea. Estados Unidos gasta grandes sumas en sanidad, pero su esperanza de vida sigue estando por debajo de la de Bosnia y sólo es un poco mejor que la de Albania.



Judt explica, respecto al mundo que hemos perdido, que los “desastres sin precedentes” que se produjeron entre las dos guerras mundiales (p. 51) fueron enfrentados y resueltos por la socialdemocracia y el Estado del bienestar “que vincularon a las clases medias profesionales y comerciales a las instituciones liberales tras la II Guerra Mundial”. Para el autor es muy importante esta vinculación porque fue “el temor y la desafección de la clase media lo que había dado lugar al fascismo”. Se logró gracias al “universalismo”. En vez de hacer depender los beneficios de la renta, a la clase media se le ofreció “la misma asistencia social y servicios públicos que a la población trabajadora y a los pobres (…). (…) con tantas necesidades cubiertas por sus impuestos, al llegar a la década de 1960 la clase media tenía mucha más renta disponible que en ningún otro momento desde 1914” (p. 60).

Reflexiona a continuación sobre el fracaso de la izquierda. Para el autor la tradicional asociación de la izquierda con el proletariado urbano se empezó a romper en el trascurso de la década de los 50 porque ese proletariado se fragmentó y redujo. La vieja izquierda ya no podía depender de las comunidades de la clase trabajadora porque cada vez representaba un porcentaje menor de la población. La nueva izquierda, como empezó a denominarse en aquellos años, era diferente. Su base mayoritariamente fueron los jóvenes de los años 60 y lo que unió a esa generación no fue el interés de todos, sino las necesidades y los derechos de cada uno.



El “individualismo” se convirtió en la consigna izquierdista y la “política se convirtió en un agregado de reivindicaciones individuales a la sociedad y el Estado. La “identidad” empezó a colonizar el discurso público: la identidad individual, la identidad sexual, la identidad cultural (…)” (p. 91). Dar prioridad a las reivindicaciones de los individuos generó el debilitamiento de un propósito común, lo que quedaba era el subjetivismo de los intereses y deseos individuales, medidos individualmente. A su vez esto desembocó en un relativismo moral y estético.

Y DE AQUELLOS POLVOS VIENEN ESTOS LODOS: Se ha santificado a los banqueros, corredores de bolsa, inversores, nuevos ricos y cualquiera que tenga acceso a grandes sumas de dinero. Aún que muestren una clara incompetencia, siempre habrá un economista que desde una posición de autoridad intelectual indiscutida, afirmará que sus actos son útiles socialmente y que no deben ser sometidos al escrutinio público.
La desintegración del sector público ha provocado la dificultad para comprender qué tenemos en común con los demás. Eso puede generar, lo que el autor llama “déficit democrático”, si se extiende la desmovilización política y el desinterés hacia los actos de gobierno (pp.130-131).










Los socialdemócratas tienen un discurso agotado: han perdido el idealismo de su origen, ha desaparecido el desafío autoritario que procedía de su izquierda y estaba representado por el bloque socialista y ha ido empalideciendo el atractivo de unos costosos Estados del bienestar que siempre defendieron.

LA IZQUIERDA BUSCA SU VOZ…

¿QUÉ HACER? “Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo” (p. 151). Un círculo cerrado de opiniones o ideas en el que nunca se permite ni el descontento ni la oposición pierde la capacidad de responder con energía e imaginación a los nuevos desafíos.



De hecho existen muchas “fuentes de disconformidad” que no se deben dejar en manos de especialistas políticos ni de instituciones degradadas, ya que dichos políticos son los responsables del dilema. Hay que comenzar en otro sitio porque la distancia producida entre la naturaleza intrínsecamente ética de la toma de decisiones públicas y el carácter utilitario del debate político, es lo que ha provocado la falta de confianza en los políticos y la política.



¿QUÉ QUEREMOS? De todos los objetivos, el prioritario es reducir la desigualdad, si se sigue siendo grotescamente desiguales, perderemos todo sentido de fraternidad, condición necesaria de la política (p. 176). Es necesario replantear la cuestión de la “utilidad” y, por tanto, de la eficiencia y la productividad económica, no olvidando las consideraciones éticas y los objetivos sociales amplios. Hemos de volver a recordar cómo hablar de los problemas de la injusticia, la falta de equidad, la desigualdad y la inmoralidad. Hay que articular las objeciones a nuestra forma de vida, mirar críticamente nuestro mundo y si pensamos que algo está mal, debemos actuar en congruencia con ese conocimiento (p. 220).



SI A ALGUIEN LE RESULTA ÚTIL ESTE RESUMEN, O SE ANIMA A LEER EL LIBRO DE UN HISTORIADOR COMPROMETIDO, estaré contenta de saltarme, como es habitual en mi, las normas (incluso las que yo misma me marco).