Como ya está anunciado en
el lateral, desde el día 6 de marzo varias personas vamos a compartir un encuentro, siempre sublime, de lectura compartida del Ulises de James Joyce. Para quienes me
acompañan en este encuentro lector se
trata de una relectura, para mí es la primera vez.
Esta entrada pretende ser
el espacio en el que nos iremos encontrando para comentar, siempre que queramos,
cualquier aspecto que consideremos de interés. Dado que la lectura se ha
empezado en jueves, no estaría de más que la cita fuera los jueves, pero cada
cual que haga lo que desee. Cualquier persona interesada tiene este espacio
abierto a sus comentarios.
Ya sabéis que he leído la Odisea de Homero y Retrato del artista adolescente del propio Joyce para encarar de la
mejor manera esta lectura. En estos meses he ido leyendo, y comentando con
algunos amigos, sobre James Joyce, y hay algunos aspectos de su biografía que
me resultan muy atractivos, especialmente su cuestionamiento de la religión
católica y del nacionalismo.
Su manera de encarar las relaciones íntimas me ha
cautivado. Tras conocer en las calles de París a la que sería su compañera de
por vida, Nora Barnacle (criada de un hotel que jamás leyó su obra), le
escribió esta carta:
…conviene que conozcas mi ánimo en la mayor parte de las cosas. Mi ánimo rechaza todo el presente orden social y el cristianismo –el hogar, las virtudes reconocidas, las clases en la vida y las doctrinas religiosas-. ¿Cómo podría gustarme la idea del hogar? Mi hogar ha sido simplemente un asunto de clase media echado a perder por hábitos de derroche que he heredado. A mi madre la mataron lentamente los malos tratos de mi padre, años de dificultades, y la franqueza cínica de mi conducta. (…) Éramos diecisiete en la familia. Mis hermanos y hermanas no son nada para mí, solo un hermano es capaz de comprenderme. Hace seis años dejé la Iglesia Católica odiándola con el mayor fervor. Encontraba imposible para mi seguir en ella a causa de los impulsos de mi naturaleza. Le hice la guerra en secreto cuando era estudiante y rehúse aceptar las posiciones que me ofrecía. Con eso, me he hecho un mendigo pero he conservado mi orgullo. Ahora le hago la guerra abiertamente con lo que escribo y digo y hago. No puedo entrar en el orden social sino como vagabundo. He empezado a estudiar medicina tres veces, derecho una vez, música una vez. Hace una semana estaba arreglando marcharme como actor ambulante. No pude poner energía en el plan porque no dejabas de tirarme del codo…
Carta escrita el 29 de agosto de 1904.
El 16 de junio de 1904 fue la primera vez que la pareja salió a dar un paseo nocturno, y esa sería la fecha del día que se relata en Ulises.
Sé poco de la vida de este hombre, casi nada en realidad, y te agradezco que compartas esta información con nosotros, me ha gustado mucho leer ese fragmento de una carta tan personal que nos muestra un poco de su mundo interior.
ResponderEliminarBesos.
Yo tampoco sé mucho, informaciones deslavazadas nada más. Ese fragmento me parece magnífico porque conocer a alguien y darle información tan poco alentadora me impresiona.
EliminarBesos!!
Pasé a saludar!
ResponderEliminarMuy interesante tu espacio.
Un abrazo,
Yeli
Bienvenida a esta peculiar casa.
EliminarUn abrazo!!
Sois unos héroes.
ResponderEliminarEspero que esta locura que vais a hacer no os deje lastrados para siempre.
Besos.
Jajajaja....
EliminarPor fortuna son todos reincidentes, no me perdonaría lastrar a personas que aprecio.
Besos.
Ufff, hace mucho tiempo que leí este libro y me costo sudor y lágrimas terminarlo y comprenderlo. Quizá era demasiado joven para ello. MUchas veces me he dicho a mi misma que debería releerlo para verificar si el esfuerzo fue por el libro en si o por mi misma. Seguramente un día lo haga como un reto personal. Seguiré vuestros comentarios y experiencias sobre el libro a ver si mis recuerdos coinciden con vuestra experiencia :)
ResponderEliminarBs.
Angela, yo empecé a leerlo pero lo abandoné pronto por aburrimiento y lo he hecho con muy pocos libros, me sobran con los dedos de la mano.
EliminarVeamos ahora, de momento he sobrepasado las cien páginas y sigo.
Ojalá te animes a comentar.
Un beso.
No queda claro que empecé a leerlo de muy joven.
EliminarVengo tarde, vengo tarde!
ResponderEliminarPero llego, y tengo a Ulises justo al lado lista para releer.
Besos
Nooo, nada de eso, no llegas tarde.
EliminarVeamos que nos reporta esta lectura conjunta.
Besos!!
Al margen de toda cuestión religiosa con la lectura de Ulises , "QUE DIOS OS PILLE CONFESADOS", a los comentarios que hagáis prestaré una especial atención, de lo que en ellos reflejéis, seréis responsables de que me anime a la lectura de un libro que como el Quijote, he tenido en mi mano múltiples veces pero nunca he pasado de las primeras páginas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es la experiencia de muchas personas, incluida esta que te contesta. Veremos si resulta ser una lectura rica en preguntas (no busco respuestas normalmente en lo que leo), sobre todo teniendo en cuenta que somos cinco personas empeñadas en desvelar el Ulises.
EliminarAbrazo!!
Os seguiré de cerca, en esta titánica lectura conjunta. Ni siquiera prometo que tal vez llegue a volver a intentar leer el Ulises porque mentiría. Pero estaré atenta a lo que nos vayáis contando.
ResponderEliminarGracias. ¡Besos!
Una aventura, al menos así me lo he planteado yo. Y de momento, no va mal.
Eliminar¿Cuento pues con tu atención?
Un abrazo!!
Ojalá disfrutéis muchísimo con esa lectura compartida, seguro que sí ( no sabes cómo me intriga cómo podéis hacer algo así jaja) solo te diré que este pedacito retrata fielmente lo misma que yo siento respecto a la iglesia católica, apostólica y romana, que no la odio con el mayor fervor como Joyce ( a tanto no llego:-) pero me da verdadera pena ver en lo que se ha convertido. Soy una creyente descreída de la iglesia, nada más.
ResponderEliminarMuchos besos LAURA y gracias, ya nos seguiréis contando.
¿Te intriga cómo hacer la lectura compartida? A mi también, es la primera vez que lo hago, a lo sumo he compartido con otra persona, nunca un grupo (pequeño). A ver que sale :))
EliminarLas religiones, y en especial la católica, entran en total contradicción con mi manera de pensar y ver la vida. Deje de creer a los 15 años, así que hace mucho de eso.
Un abrazo y gracias a ti por tu atención a este "proyecto".
Me pongo en cuanto pueda con la relectura, no meha dado tiempo pero ya voy, ya voy... al final nos pillas ventaja a los veteranos, ya verás jajaja. besos :)
ResponderEliminarVenga, venga, venga...!!!
EliminarEs broma, a tu aire Yossi. Yo feliz de compartir contigo, y el resto, esta lectura.
Un beso!!
Gente bragada tiene que ser la que relee Ulises. La verdad es que la premisa de una epopeya de un hombre corriente es muy buena pero su plasmación es de difícil digestión. Me quedo con el perdido camino de Itaca
ResponderEliminarAsí los considero a los que lo releen, resueltos y con una energía desbordante.
EliminarSi puedo desentrañar el Ulises, podré al fin decidir si me quedo con una o hay una conexión entre ambas que incorporare juntas.
No hay que olvidar el ritual de epifanía (¿metamorfosis?) que nos enseña Joyce en sus dos obras anteriores y más en el Retrato de un artista adolescente. En el penúltimo capítulo llega a un estado de purificación, de desintoxicación, no solo católica sino escolástica (enfrentamiento que recrea de nuevo en el capítulo 3 del Ulises y donde seguro la anfitriona de este blog encontrará nuevamente claras alusiones existenciales con sus paseos por la playa) y con esto hace una de las delicias para quienes nos extasiamos con el uso de la estética en el ejercicio del pensar y del llegar a ser como se es ja ja ja. Este ejercicio de epifanía sería como tomar de un especial elixir que embriaga hacia la lucidez de un mundo paralelo hacia el cual evolucionamos luego de una titánica y odiseica lucha, más o menos como comparar y ser consciente de ello de los estados psíquicos y físicos del antes de estar enamorados y el estarlo, tal es la condición para una lectura del Ulises, no es una tarea de mera información, si se está en ese estado especial anímico y purga post escolástica en el que nos prepara el Retrato de un artista adolescente el acto del leer se transformará en una experiencia mística, por no decir religiosa ja ja ja. No somos los mismos antes y después de una epifanía, el corazón no es el mismo, que es uno de los esfuerzos y puntos a destacar de los alcances de la escritura de Joyce: "Abril, 26. Madre está poniendo en orden mis nuevos trajes de segunda mano. Y reza, dice, para que sea capaz de aprender, al vivir mi propia vida y lejos de mi hogar y de mis amigos, lo que es el corazón, lo que puede sentir un corazón. Amén. Así sea. Bien llegada, ¡oh, vida! Salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza. " Esa última frase tiene que ver y con mucho la experiencia que cuenta sobre la palabra que nombra un objeto como el embudo donde la función del idioma el corazón y el espíritu se trenzan para abrir las alas de Dédalo quien habiendo superado la crisálida de San Esteban se lanza como un Ulises a la aventura de la fiesta de la vida.
ResponderEliminarImposible no asistir entonces al frenesí de esta lectura querida Luna!!!
Besos eleusinos!!! ja ja ja
Espero experimentar sucesivas epifanías que me conduzcan por esos extasiantes caminos que anuncias, mi entusiasta Aristos.
EliminarDe momento leo con curiosidad y sorpresa esa constante palabra interior que cualquiera de nosotros ha experimentado cuando se deja llevar por el pensamiento interior sin un objetivo preciso. A veces me pregunto por que vericuetos camina Bloom cuando dice:
Mujer muriéndose por. ¿Y yo chschschschschschs. ¿Y ha chachachachacha? ¿Y por qué lo hizo? Ella baja la mirada a su anillo para encontrar una excusa. Galería de los susurros las paredes tienen oídos (p. 179).
Por cierto, que hermosa frase esa última.
Me lavo en el mar en Falero y, por mi parte, puede empezar la ceremonia de inicicación.
Besos!!!
ResponderEliminarCualquiera diría que vais a la guerra... :P
La declaración de amor (o como se quiera decir) que subyace en esa carta, ese... 'no dejabas de tirarme del codo'... es preciosa.
Ánimo, que lo disfrutéis y los demás lo v/leamos.
Besos !!!!!
:)
¡¡Como mínimo a una arriesgada aventura!!
EliminarMe encantó esta carta temprana a su amada, creo que es una especie de vacuna contra el enamoramiento, no sé cómo Nora no salió corriendo a toda pastilla...
Besos!!
EliminarLeyendo ahora en alguno de los comentarios el contexto relacional en el que está escrita la carta, sí, debió salir a toda mecha y sin mirar atrás... ;)
Buen fin de semana!!
Besos!!
Disfruta de esta lectura! Y me ha gustado ese trozo de la carta de Joyce, revela mucho de su personalidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí, es muy jugoso.
EliminarNo sé si me leerás aquí, pero cada vez que intento comentarte en tu blog me hace una advertencia de virus. Intenta pasar el antivirus a ver si queda anulado.
Un abrazo!!
Uff, llevo una rachita con el virus. Que no sé si es virus o no aún, porque no paro de pasar el Norton y no me da aviso ninguno... Creía que ya lo había solucionado, pero parece que no... El antivirus va a dimitir de las horas extras que está haciendo...
EliminarGracias guapa!
Besotes!!!
He podido comentar en tu última entrada, así que parece solucionado.
EliminarCuando nos acosan los virus es una batalla desigual, jajaja!!
Beso!!
Bonita lectura, Besos.
ResponderEliminarGracias por compartirla¡
Un abrazo¡
Un abrazo Amapola!!
EliminarMe parece el reencuentro con una obra genial, basada en los sucesos de la vida de gente normal, que no sencilla, facil de leer pero qué, al mismo tiempo, requiere de una vigilancia constante por mi parte y alguna vuelta de más sobre algunos párrafos. La narrativa de imágenes que se suceden y los pensamientos consecuentes e irreflexivos, casi diría automáticos, que desencadenan en cada personaje. Un beso Laura.
ResponderEliminarEs lo que me está sorprendiendo más, esa palabra interior, ese runrun constante que todos tenemos y que Joyce expresa de una forma que nunca antes había leído. Si me cansaré o no de esos pensamientos que divagan sin orden ni concierto, está por ver. De momento me gusta.
EliminarMe causa mucha curiosidad el personaje de Leopold Bloom, he leído que sería el "autorretrato" de un artista que ya no es joven ni, quizás, artista, (en relación a la obra de Retrato...). Es decir, una autocaricatura del Joyce maduro. ¿¿Y decías que era masón además de judío??
Besos!!
Creo deducir que el personaje De Bloom, es de ascendencia judía y que pertenece a una lógia, de abstemios, a la que debe el puesto de trabajo. Como creo que transporta una patata cruda en el bolsillo para mantener las hemorroides a raya. Pero ya iré recordando a medida que progresemos en la lectura que me está sabiendo a nueva, se ve que el los años me hacen leer de otra manera. Un beso.
EliminarHe encontrado que Bloom piensa que el Sr Kernan es masón:
EliminarOjos secretos, ojos buscando secretos. Masón, creo: no estoy seguro. Cap. 6
Lo de la patata creía que era por su importancia para combatir el hambre, una especie de recordatorio de las hambrunas que solucionó la patata en Irlanda (y al contrario).
Besos
Pues en cuanto al significado que pueda tener transportar una patata en el bolsillo no me atrevo a quitarte la razón.
EliminarNi yo a ti. Una patata arrugada en el bolsillo puede servir para muchas cosas :))
EliminarLa correspondencia entre Joyce y Nora Bernacle es un documento brutal en la que él se pasa más de la mitad del tiempo justificando no solo el trato que le está dando si no el que le va a dar si se decide juntar su vida a la suya. Un trato deleznable en la que el se arroga las virtudes del macho dominante y la exhorta a ella para que acepte su condición de hembra sometida y complaciente. Joyce era un tipo absolutamente repulsivo aunque genial escritor.
ResponderEliminarBesos
No conozco esa correspondencia como para discutir tu juicio. En todo caso esta carta, al poco de conocerse, es clara respecto a lo que piensa de la vida en común. Nora Bernacle debería haber leído con atención lo que le estaba diciendo ¿no te parece?
EliminarCuando conozca más sobre su vida, opinaré.
Besos!!
A mi también me interesa el personaje...La carta es tremenda. Ahora bien, sólo me queda desearos lo mejor en esta singladura literaria. Si Joyce comenzó tres veces medicina, yo lo intenté dos con el Ulises. Ambas en vano. No llegué ni siquiera a esas cien páginas que tu ya has superado. Y dudo que vuelva a intentarlo. Sobre todo debido a que tengo anotados libros que has leido que me interesan mucho . Sin ir más lejos el de Unica del que hablaste el otro día.
ResponderEliminarAnimo, suerte y seguiré los resultados. Un abrazo
:))
EliminarMe he decidido a leerlo como un reto personal casi. Veremos qué saco en claro.
Abrazo!!
Me ha gustado mucho este espacio. Lecturas de los más interesantes, poesía, fotografía, otra vez lecturas y más lecturas ah.. música tb. Gracias por tenerlo!
ResponderEliminarBienvenida Gladys!!
EliminarQué amable eres. Un abrazo.
Esta frase me tiene enganchada y abre infinitas posibilidades:
ResponderEliminarSi de repente todos fuéramos alguien diferente.
Acabo de levantarme de leer y he concluido el capítulo 8, puesto que en la edición que estoy leyendo ha un prólogo del traductor, J.M. Valverde de setenta páginas, llevo leídas 240 páginas.
ResponderEliminarIndudablemente la primera sorpresa, y barrera, de la obra es que la mayor parte de la obra es una continua asociación de ideas, sensaciones y emociones interiores sin orden ni concierto. Tal cual pensamos cualquiera de nosotros. La llamada PALABRA INTERIOR. Es una barrera porque ¿cómo podemos seguir a una persona que publicó una obra hace 92 años un pensamiento en deriva libre? Y más, sus asociaciones están referidas a referencias literarias, artísticas, religiosas, de humor, etc, muy dublinesas, y de principios de siglo XX, que desconozco.
No consigo ver relación alguna con episodios o entidades de la Odisea pese a que está la propia indicación del autor y del prologuista de la obra.
Pese a estos aspectos que hacen complicada su lectura, voy entrando en un mundo que voy descubriendo: el de la clase media dublinesa con sus agarraderos de evasión. Y en un hombre, Leopold Bloom, que tiene una extraña relación con su mujer que le hace sufrir, obsesionado por lo que sabe que ocurre (sus infidelidades), que le obliga a mirar a otro lado mientras la admira y piensa en regalarle enaguas del mismo color que sus ligas.
Bloom es masón, una institución de carácter iniciático, filantrópico y filosófico, fundada en el sentimiento de fraternidad, Busca la verdad, el desarrollo intelectual y moral del ser humano y el progreso social.
El paso de la masonería operativa (gremios de constructores, albañiles y arquitectos) a la masonería especulativa se produjo durante el siglo XVII y a principios del siglo XVIII se imponen claramente sobre las primeras especialmente en Escocia, Inglaterra e IRLANDA (la Gran Logia de Irlanda se constituyó en 1725).
La masonería especulativa es tolerante y no sectaria pero en la que eran importantes los ritos y símbolos.
¿James Joyce es, pues, masón? O sea, según él:
Ojos secretos, ojos buscando secretos.
Aquí lo dejo de momento...
De momento, abres un nuevo aspecto para mi sobre esta lectura. ¿Claves ocultas en en texto. Como la del joven ciego que duda al cruzar porqué vé un carro en la calle y es Bloom quién le sirve de guia? Habrá que vigilar con cuidado las frases que leemos. ¿Como ese extraño H.E.L.Y.S. que señala una ruta? Quizás un camino solar. Un beso.
EliminarHelys creo que es el nombre de un establecimiento que anuncian cinco hombres (capítulo 8). Pero igual hay un doble significado o un significado sarcástico.
ResponderEliminarParece que en este capítulo 8 el tema de los Lestrigones se desarrolla en los juegos de palabras copiosas de Joyce y en las alusiones a la antropofagia. Parece que hay una relación con el motivo "canibalismo". No sé, demasiado para mi...
Ya sabía yo que esto de la masonería te iba a gustar. Quién sabe si hay claves ocultas :))
Un beso!!
Creoque lo mejor de Ulises es que puedes resumirlo en un alínea. Un día en la ida de dos personas. Y con eso quedaría la sinopsis perfecta de un libro en el que hasta la idea más sencilla (escaleras cap 7) adquieren una dimensión a la que la mayor parte de los lectores no estamos acostum,brados. Me gusta esa forma de atropellar pensamientos en la mente y de descubrir las relaciones entre los integrantes de la historia... del tema, es más un tema, ¿no os parece?
ResponderEliminarBien mirado es una forma de verlo :)
EliminarMe ha costado entender esa forma de atropellar pensamientos pero de hecho es así como pensamos.
Si abandonamos el empeño de entender todo ese fluir del pensamiento a la manera tradicional, podemos empezar a leer una narración que anda sola. No sé si es a partir del cap. 4, yo diría que me ha costado algo más, pero ahora esa historia tiene sentido.
Hay algo que me ha gustado sobremanera de este libro. Joyce escribe frases en las que la segunda mitad hay que completarlas. Es el propio lector el que construye en gran medida el relato, pues debe hacer un esfuerzo de completar lo que el autor quiso expresar. Es desgastante, pero vale la pena tamaño esfuerzo.
ResponderEliminarRecordad que Borges dijo del Ulises que era un libro para la historia de la Literatura, no literatura en sí mismo. Así que... que no decaigan las fuerzas!
La primera vez que me encontré con una de esas frases pensé que era un error de la edición, no sabía que dejaba frases incompletas. En cierta manera es lo que hacemos cuando pensamos y divagamos, dejamos un pensamiento incompleto porque llaman al timbre o se cruza un perro en nuestro camino o cualquier otro evento.
EliminarReconozco que algunas veces me paro a pensar como podía acabar la frase, pero otra muchas veces lo dejo pasar sin más. Me he acostumbrado a leer esa manera sincopada de escribir.
Estoy a punto de acabar el primer volumen, así que estoy contenta con el progreso.
Acabado el primer tomo, me pregunto sí es un retrato fiel de Dublin el que dibuja Joyce, los personajes que presenta apenas trabajan, oscilan de un extremo a otro de la ciudad jugando a estar ocupados en redescubrir bares y elixires. Diletantes, mirando alrededor para ser los primeros en contemplar algo nuevo que podría suceder en la vida de los demás, se conocen todos entres si y se prejuzgan. El nacionalcatolicismo,el idioma y el lugar de nacimiento como seña de identidad y como un valor de hombre de bien a tener en cuenta. No me extraña que acabara asqueado con tanta cortedad de miras y se largase con viento fresco. Un beso.
EliminarCarlos, mi opinión es que retrata, como decía en el comentario del día 20 de marzo a la clase media dublinesa, no a toda la sociedad dublinesa. Por tanto, periodistas, estudiantes, pequeños tenderos, actores y actrices. Un mundo con estrecheces económicas y de mente pero que no trabaja con las manos. Reitera mucho que las evasiones de esta clase media son el alcohol y las mujeres. Un mundo, en efecto bastante vulgar y dominado por el sexo, el catolicismo y el nacionalismo irlandés. Tres elementos que definen Dublín a principios del siglo XX y de las que Joyce abominaba, especialmente de las dos últimas.
ResponderEliminarYa te comenté que una amiga me contó que un sobrino-nieto de Joyce que llevaba a un grupo de turistas haciendo un recorrido por el Dublín de Joyce le explicó que de pequeño su madre le decía que no explicara a nadie que era familia de Joyce por lo mal visto que estaba en Irlanda.
Su rechazo al nacionalismo lo resumió en una célebre frase a la que no he llegado puesto que está en el capítulo 16 [acabo de empezar el 15] que dice: no podemos cambiar de país: cambiemos de tema.
Su ataque al nacionalismo se hace muy presente en el capítulo 12 en el que inventa a un Ciudadano que se define por su exaltación de lo irlandés, en contraste con Bloom, judío, masón, extranjero (húngaro) y desarraigado, un auténtico apátrida.
Curiosamente siendo antinacionalista profesaba un desmedido amor por Dublín.
Por otro lado señalar que las indecencias entre comillas de Joyce [capítulo 13 por ejemplo] son aceptables dentro de la tradición católica pero insufribles para el puritanismo anglosajón. Eso explicaría las dificultades que tuvo Joyce para publicar esta obra en Inglaterra.
Y para acabar quiero resaltar la vis cómica de esta obra con la que no he podido evitar reírme en más de una ocasión, por ejemplo en la boda con nombres arbóreos del capítulo 12.