Runa Guneriussen
Me ha costado mucho decidirme a leer esta obra de 1.119 páginas, sólo la complicidad de una lectura conjunta me ha animado a empezarla. Luego la propia obra, y fragmentos como éste, me ha estimulado, como si el propio Bolaño me hablara, a no desistir de leer esta novela grande, imperfecta y torrencial.
Estoy en ello.
Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino a lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez (pp. 289-290).
ROBERTO BOLAÑO, 2666
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