martes, 18 de junio de 2024

José Maria Eça de Queiroz, La ciudad y las sierras




Esta novela póstuma se publicó en 1901, un año después de la muerte de Eça de Queiroz. Como su título indica, el autor pone en relación, en realidad en contraposición, dos espacios-mundo completamente diferentes. Por un lado, la ciudad, París, en la que un rico portugués vive con todas las comodidades que puede proporcionarle la tecnología del siglo XIX. Además de lo material, Jacinto, el protagonista de esta novela, tiene un amplio abanico de relaciones sociales que se traducen en obligaciones que le agobian y le cansan sobre manera. Por otro lado, la sierra portuguesa, país del que procede Jacinto y en la que conserva algunas propiedades casi olvidadas. 

La ciudad provoca en el joven Jacinto (se encuentra en la treintena) un aburrimiento y un decaimiento que ni siquiera su amigo Fernández, portugués como él, consigue cambiar. Un hecho intrascendente (el traslado de los huesos de sus antepasados) consigue que ambos amigos se desplacen a la sierra bien pertrechados con numerosas cajas donde llevan de todo para su estancia en el campo. Pero las cajas se pierden y la sorpresa de encontrarse sin apenas nada en un recóndito lugar alejado de cualquier comodidad urbana producen el cambio. Jacinto despierta a la vida en contacto con la naturaleza y con gentes sencillas, sin artificios ni lujos. 


Una novela muy bien escrita cuyas descripciones prolijas son bastante propias de la literatura realista del siglo XIX pero que resultan de una belleza extraordinaria. Además, aborda un tema: el contraste medio urbano/medio rural que hoy sigue de plena actualidad.

sábado, 8 de junio de 2024

Jo Nesbø, La sed




Hacía tiempo que no leía a este autor noruego y su serie sobre Harry Hole. La verdad es que no he leído la serie seguida y la intrahistoria personal me ha despistado un poco. No obstante, ha cumplido su función de proporcionarme entretenimiento cuando viajo. Ya he dicho muchas veces que me gusta mucho la «novela negra» que tiene sobre mi un efecto casi adictivo, por eso la dosifico. 

En este caso, se trata de un asesino que ya había actuado anteriormente y que Harry Hole conocía de cuando estaba en activo. Al jefe de la policía de Oslo con aspiraciones políticas le interesa que el caso se resuelva rápido y coacciona a Hole para que vuelva a la actividad tras su retiro a la Escuela de Policía como profesor. El caso se va enmarañando y complicando con algún giro inesperado que te mantiene alerta a lo largo de toda la novela. Interesante siempre el trasfondo urbano, político y social de la historia que delata que, en efecto, estamos ante «novela negra» y no solo «policiaca».