Este relato largo de Le Guin forma parte de las narraciones de ciencia-ficción en las que destacó. La historia nos describe una sociedad distópica en la que existe un sistema de dominación claramente jerarquizado y patriarcal. Existen tres clases: Copas, que tienen la categoría de dioses y son los más poderosos (propietarios de tierras y casas); Raíces, que pueden ser ricos, pero no tienen propiedades; y la gente de la Tierra que son esclavos. Las mujeres pertenecen a las tres categorías por matrimonio y están bajo el poder de los hombres que pueden tener mujeres y concubinas.
Los Copas son guerreros y salen a raptar niñas de sus tribus empobrecidas y las llevan a su ciudad, donde se convierten en esclavas. Allí, las mujeres de los Copas las educan en la cultura de la Ciudad y las mantiene a salvo de violaciones hasta que llegan a la edad en que pueden pasar a ser esposas de sus captores para dar a luz a dioses.
Las niñas salvajes son dos de estas niñas raptadas: Modh y Mal de once y cinco años de edad que son criadas en la misma casa y asumen con normalidad este nuevo sistema en el que las personas no son capaces de imaginar otra posibilidad. Las mujeres, sin poder por si mismas, crean un mundo de gineceo en el que intentan hacerse la vida más fácil, pero en el que la rebelión no tiene cabida ¿O sí? Eso no lo puedo desvelar.
La verdad es que la Ciencia Ficcion no me llama mucho la atencion... Pienso uno que con intentar comprender este mundo chungo en que estamos ya tenemos mas que de sobra...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
No leo mucho de este género pero hay novelas magníficas y esta lo es.
EliminarUn abrazo.
A ella no la conocía pero a su marido, el antropólogo, James George Frazer, me lo tuve que empapar en la carrera.
ResponderEliminarSaludos
Espero que no fuera muy pesado...
EliminarSaludos
No me termina de llamar esta vez, que no me suelo llevar bien con la ciencia ficción.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un género que tampoco me atrae, pero hay obras buenas que no hay que dejar pasar.
EliminarBesos.
He leído todos los libros de Terramar de esta autora, autodefinida como anarcoecologista, y merece ser más reconocida porque tenía ideas y buscaba el entretenimiento sin falsas demagogias.
ResponderEliminarUn abrazo
Sabía que era anarquista, pese a ello no la había leído, algo que voy a remediar.
EliminarUn abrazo.
Tampoco soy muy devoto de la ciencia ficción
ResponderEliminarSaludos cordiales
Es un género que me es bastante ajeno con algunas excepciones que conservo en el recuerdo. Esta creo que entrará en ese grupo.
EliminarSaludos y abrazo!!