No veo TV, no veo series por internet, no leo periódicos, apenas escucho la radio, soy una desinformada voluntaria que busca mantener la mente casta como decía H. Thoreau. ¿Por qué suelto esta andanada? Porqué este libro, pese a mi alejamiento de ella, lo vi en la prensa, no recuerdo exactamente dónde, pero es posible que fuera en el Babelia, lo único que ojeo, y con desconfianza, del periódico en el que esta sección va incluida.
Antes de nada algunas aclaraciones…
El título hace referencia a los lugares, en este caso concreto Polonia, del que tuvieron que marchar los judíos en el periodo de entreguerras. Un país sin amor, un país donde Dios no estaba, pese a su arraigado catolicismo, tal y como se recoge en la contraportada.
Como sabéis quienes me leéis con cierta asiduidad, me interesa mucho el periodo entre las dos guerras mundiales y la II Guerra Mundial y, más si cabe, la literatura mitteleuropea. Esta novela entra de lleno en ambos temas con un tema para mi desconocido, la Yiddishland, es decir, el “reino judío” que no tenía fronteras políticas sino lingüísticas (se extendía entre el Vístula y el Rin).
Yiddishland, se dice en la novela, es como una red lanzada sobre Europa, una especie de red reticulada unida por un fluido que unía pueblos y ciudades a través del yídish, lengua hablada por unos ocho millones de personas. En esa red a escala de un continente se desarrollaron una literatura, un teatro, periódicos, una red de relaciones que hacía que un vecino de Riga, pudiera leer en un periódico en yídish cualquier noticia de Varsovia, una ciudad distante casi mil kilómetros.
Algo me ha rondado por la cabeza mientras leía esta novela ¿Qué ha quedado de esta cultura, de esta literatura? Y la respuesta es desoladora, apenas nada, fue convertida en cenizas con el Holocausto, una dimensión de la tragedia que nunca había pensado. En Israel se impulsó el hebreo y el yídish, la lengua de muchos judíos emigrados de Centroeuropa, se fue marginando hasta casi su extinción.
El autor
Gilles Rozier nació en Grenoble en 1963. Es traductor de yídish y hebreo y dirige la Casa de la Cultura Yídish_Biblioteca Medem de París. Es autor de diversas novelas y relatos de los que solo se han traducido dos novelas, la primera Un amor clandestino (2006) y esta que comento. Actualmente vive en París.
¿De qué trata la novela?
No resulta fácil sintetizarlo, desde luego hay una historia muy bien narrada que logra captar la atención del lector/a, pero hay temas como la amistad, la memoria, el olvido, el amor a una lengua y una cultura, que sobrepasan la historia narrada.
Sulamita Kacyzne, una anciana recluida en su palacio romano donde ha construido un espacio de la memoria en la planta alta de su mansión, le cuenta a un joven francés (Pierre), que se ha puesto en contacto con ella, mil historias sobre ese “reino judío” que usaba el yídish como lengua principal. El punto de partida son tres escritores, Uri Zvi, Peretz Markish y Melej Rawicz, que formaban parte de la Unión de Escritores y Periodistas de Varsovia y que escribían sus obras en yídish.
Cada escritor evoluciona de una manera diferente ante los acontecimientos, se desplaza por diversos países de Europa, o del mundo, permitiéndonos ir conociendo cómo se fue fraguando la tragedia que estalló con toda su crueldad en 1939 pero que ya hacía tiempo que se venía cobrando víctimas, por ejemplo con los pogromos contra las comunidades judías, entre un antisemitismo extendido y aceptado por gran parte de la población europea.
Al hilo de estas historias personales se van tejiendo otras historias, van apareciendo otros escritores y escritoras, ciudades (Viena, Moscú, Vilna, Jerusalén), etc.
El joven Pierre y la anciana Sulamita construirán una relación de amistad y de amor que nos permite conocer sus vidas personales, sus vicisitudes marcadas por los acontecimientos históricos y su amor por los libros y por la cultura.
¿Cómo reconstruir mi reino? Lo intenté en mi biblioteca. Por eso he consagrado sesenta años a reunir estas decenas de miles de documentos, pero ¡qué difícil es colocar sobre unos estantes el contenido de un espíritu humano! Mis muros están tapizados con libros. Elija uno, siéntese en el sofá. No se levantará antes de haberlo terminado (121).
Hay capítulos muy interesantes, por ejemplo el 29, que habla sobre el genocidio y los supervivientes. Pero no piensen quienes me siguen leyendo a estas alturas de la reseña que ese tema inunda todo el libro porque no es así. Hay descripciones de los cafés de Viena, de las tertulias literarias en la Varsovia de los años veinte, de las bibliotecas de unos y otras realmente deliciosas y que nos transportan a un mundo que fue barrido violentamente llevándose consigo una riqueza cultural desconocida para los europeos/as actuales.
Uno de los párrafos que me han gustado…
Ya soy muy mayor, pero la guerra me ha enseñado una cosa: si queremos sobrevivir, nunca debemos sentirnos superados por las circunstancias (242).
Este libro tiene otra virtud importante… lo que explica es hoy reconocible, es fácil sobresaltarse ante las similitudes que van apareciendo en nuestro camino mientras leemos. Nos provoca preguntas, dudas, en definitiva, nos puede proporcionar claves sobre el comportamiento humano muy útiles para comprender el presente y que el futuro no nos supere.
Acabo de bajar del avión y ya me encuentro con tu nuevo material, del que algo me habías comentado -por aquí me han dicho que está al caer, pero no lo ha hecho aún, que se sepa-.
ResponderEliminarEl primer párrafo con que abres tus líneas puedo suscribirlo por completo; actúo de igual manera.
Parece un libro realmente interesante -por lo menos, para quienes disfrutamos de historia y literatura-. Lo llamativo del caso es que tu reseña aparece justo en el día en que el Papa Francisco visita Polonia, la mayor comunidad católica de Europa y yo me preguntaba acerca de cómo durante muchísimos años pudieron convivir -pacíficamente, creo- las dos culturas religiosas que componen el judeo-cristianismo occidental en un mismo territorio... Causalidades, como tú bien señalas en estos casos.
Recibe un fuerte abrazo, U-to, y gracias por este texto.
Y pese a optar por la desinformación voluntaria, me parece que estamos más en el mundo y sabemos más de lo que ocurre que quienes están "informados".
EliminarDisfruté mucho con su lectura y me abrió un mundo desconocido para mi.
Estuve el año pasado en Polonia y pude comprobar el catolicismo militante que practican. de mi viaje saqué la conclusión de que no les interesa para nada los judíos y lo sucedido en Polonia respecto a esta población y que le dan una gran importancia a su pasado anterior, la Gran Polonia. No creo que la convivencia fuese fácil, había mucho antisemitismo (cosa nada extraordinaria en Europa en ese momento) y el gobierno anterior a la ocupación nazi en 1939, pretendía que la población judía marchara de Polonia. Reitero la necesidad de leer a Snyder, sus Tierras de fuego y Tierra Negra.
Y añadir que la población eslava padeció una persecución feroz por parte de los nazis.
Espero que Agnieszka aporte su punto de vista.
Espero que el viaje haya sido jubiloso, ya me contarás con más detalle.
Un fuerte abrazo!!
Como yo, después de conocer a varios españoles durante años y realmente poder hablar con ellos porque hablo su idioma, afirmo que la inmensa mayoría ignora, no sólo no se interesa, su propia historia. La gente pasa del pasado, U-to. Es algo triste, pero generalizado en todo el mundo. En cuanto a lo que saben o dejan de saber los polacos sobre los judíos, no sé con quién hablaste y por qué llegaste a esta conclusión. Se conmemoran los aniversarios del Levantamiento del Gueto de Varsovia, las excursiones escolares por miles visitan el Museo Judío, hay festivales de la cultura judía, se publica muchísimo sobre el Holocausto, se hacen películas- "Ida" no es la única- son lectura obligatoria en los colegios autores como Bruno Schultz o Julian Tuwim. Los poemas infantiles de Jan Brzechwa, también judío, son los primeros que aprenden todos los niños en Polonia. ¿Qué la gente no va por las calles de Varsovia abrumada por lo que pasó allí durante la guerra? Pues no. La vida sigue. El 1 de agosto se conmemora el aniversario del Levantamiento de Varsovia. 200 000 muertos, la ciudad convertida en ruinas. ¿Te merecen esos acontecimientos la misma atención que el Levantamiento del Gueto?
EliminarUna cosa más: Gran Polonia -Wielkopolska- es una región occidental del país cuya capital es Poznań. Me parece que te refieres a Rzeczpospolita Obojga Narodów- la República de las Dos Naciones- es así como se llamaba y como se enseña en las clases de historia. Lituania y Polonia, con un territorio enorme, numerosas naciones y culturas, también la judía, ya que allí encontraron la seguridad.
EliminarMira Agni, tengo la impresión que te ha molestado algo de la reseña del libro o del comentario de respuesta a Marcelo, no acabo de entender exactamente qué.
EliminarTe olvidas del detalle de que la mayoría de las veces los judíos se movían de un país a otro (así empezó todo con la diáspora), que era el suyo ya que llevaban varios centenares de años viviendo en ellos, por los pogromos. No sé realmente cuánto sabes sobre el tema, pero era la matanza o robo de sus bienes por parte de multitudes hacia judíos indefensos. Estos estallidos de ira colectivos incentivados por los estados cuando les interesaba, especialmente cuando querían homogeneizar lenguas y culturas como señas de identidad nacional (así fue en España cuando fueron expulsados), no los sufrió ningún otro colectivo, etnia, o como los queramos definir, como los judíos. El genocidio contra los judíos es incomparable (uno de cada dos fueron eliminados) con cualquier otra persecución que, como he dicho en el comentario a Marcelo también sufrieron otras poblaciones en la IIGM. Además no es solo que mataran a una de cada dos sino el grado de perversión, crueldad y terror con el que lo hicieron (te recomiendo el libro de Vasili Grossman sobre Treblinka, pero hay muchos otros). Así que sí, me parece poco lo que se hace en Polonia y en cualquier otro país europeo para que no olvidemos NUNCA lo sucedido.
Soy profesora de historia e historiadora, no soy especialista en Polonia ni en judaísmo pero conozco cosas básicas como el tema de las fronteras (me disculpo por el error sobre la Gran Polonia) y me parece que parto de una posición crítica cuando hago las afirmaciones que hago y que puedo argumentar con diversos autores/as.
Integración no significa uniformización ni homogeneización siempre que se respeten los derechos humanos básicos y cada persona o grupo respete a los demás como desea ser respetado. Así que no veo nada malo en el yiddish.
Agni, sé de sobras que en España, como en cualquier país la mayoría desconoce la historia, la filosofía, el arte… los gobiernos y los mass media se preocupan de que así sea, no porque no lo aprendan en las aulas.
El levantamiento de Varsovia, donde por cierto también hubo judíos, me merece la misma consideración que todas las acciones que llevaron a cabo las personas dignas que lucharon contra el nazismo. Me patee Varsovia buscando todo aquello que pude encontrar, que es bien poco, de la época anterior a la destrucción de la ciudad y me emocioné como si fueran mis allegados los que lo sufrieron o murieron puesto que lo son como personas que eran. Y lloré y me estremecí en Auschwitz.
La información que tengo de Polonia es lo que yo pude observar y buscar (en base a lo que conozco) y lo que los/las guías me explicaron, no hay otro modo si se desconoce la lengua y eres una mera turista. Soy consciente de todas las limitaciones que tiene.
Una cosa más, la propuesta de lectura ¿te ha interesado?
Salud-os
Las generalizaciones y estereotipos son muy ofensivos. Y decir "pude comprobar el catolicismo militante que practican. de mi viaje saqué la conclusión de que no les interesa para nada los judíos y lo sucedido en Polonia respecto a esta población y que le dan una gran importancia a su pasado anterior, la Gran Polonia" es muy ofensivo. Primero para los 60% de los polacos que no son católicos practicantes - y eso quiere decir que tampoco bautizan a sus hijos ni organizan comuniones ni se casan por la iglesia, sin hablar ya de vestir sus mejores galas para una procesión, como lo suelen hacer los españoles aunque afirmen no ser practicantes. Luego, afirmar que los polacos le dan mucha importancia a la Gran Polonia suena a un troll de Putin, de los que inundan los foros del internet en la ciberguerra de relaciones públicas del nuevo zar, y en la cual Polonia es uno de sus objetivos favoritos por la ayuda prestada a Ucrania y ucranios. Ya que afirmas no leer periódicos, y menos extranjeros (porque en España es un tema silenciado), me imagino que lo desconoces. Pero "la Gran Polonia" es el término que usan. Luego, afirmar que los polacos no se interesan por la cultura judía es simplemente hablar desde la ignorancia. Como ya te he explicado antes, en Varsovia está el Museo de los Judíos Polacos visitado por miles de personas, se conmemoran los aniversarios del Levantamiento del Gueto, hay festivales de la cultura judía (por ejemplo en el barrio judío de Cracovia, Kazimierz), hay teatros judíos en Varsovia y Cracovia, por lo menos una editorial, Austeria, dedicada exclusivamente a la literatura yíddish y hebrea, mientras las demás publican montañas de libros sobre los judíos en Polonia, sobre todo acerca del Holocausto y su herencia. Y no son novelas escritas por alguien que ha visto el tirón comercial del tema, sino reportajes sobre los sobrevivientes y sus descendientes- ahora mismo estoy leyendo "Oskarzam Auschwitz" de Mikolaj Grynberg, un libro de entrevistas con los hijos y nietos de los supervivientes. Se escribieron libros sobre lo que es vivir en Muranów, el barrio donde estaba el gueto, un mar de ruinas después de la guerra, como toda la ciudad. (Si, como dices, has encontrado pocas huellas del pasado en Varsovia, es precisamente por eso - la capital de Polonia era un mar de ruinas en enero de 1945 y las nuevas autoridades impuestas por Moscú estaban interesadas en reconstruir bien poco.)
EliminarMira el catálogo de las editoriales Czarne o Agora, por ejemplo. La influencia de Gazeta Wyborcza, el principal diario del país y propiedad de Adam Michnik,judío, es enorme. En los últimos 27 años- después de la caída del comunismo, ha habido 3 ministros de exteriores judíos- en un país con apenas comunidad judía en 1989.
EliminarY sí, el Holocausto judío es incomparable con cualquier otra persecución, pero no pareces saber realmente lo que era la ocupación alemana de Polonia durante la IIGM. No hay familia que no haya perdido a por lo menos uno de sus miembros. Podría hablarte sobre mi propia familia con muertos en Auschwitz, Buchenwald, el Levantamiento de Varsovia y los gulags, también con torturados por la Gestapo.Y créeme, la historia de mi familia es nada comparando con otros. Por eso afirmo que los judíos fueron la víctima más grande pero no la única de la IIGM. Mi impresión es que en España la mayoría, si es que sabe algo sobre el tema, piensa que la ocupación era como la de Francia. Y no. El terror fue feroz, con redadas en las calles de las ciudades para llevarse a la gente como mano de obra esclava a las granjas y fábricas alemanas o para ejecuciones sumarias- no sé si te fijaste en Varsovia en las placas en numerosos edificios con las fechas y nombres de personas ejecutadas- las llamadas "pacificaciones" de los pueblos que consistían en asesinar y quemar todo.
En cuanto a las relaciones judío-polacas y el antisemitismo, incluso Jan Gross afirma que nadie ha hecho más examen de conciencia. Me imagino que conocerás su libro sobre la matanza de judíos perpetrada por polacos católicos en Jedwabne. Estos hechos, junto con el pogrom de Kielce en 1946, son muy bien conocidos por toda la población, aunque sí fueron silenciados durante la dictadura comunista. Por otro lado, la persecución por parte de la NKVD y luego la UB fue dirigida y ejecutada sobre todo por judíos. Jakub Bergman y Hilary Minc "gobernaron" el país en los años del estalinismo, con centenares de miles de personas torturadas, encarceladas o ejecutadas como "enemigos del estado". Te recomiendo la película "La interrogación", Palma de Oro en Cannes en 1990 o 91, y "Las conversaciones con el verdugo" de Kazimierz Moczarski. El único juicio a un torturador estalinista que se pudo celebrar ya en los 90 fue a un tal Adam Humer, un judío polaco salvado del Holocausto por católicos. La historia es así, nada de maniqueísmo. Creo que deberías leer algo sobre la historia de Polonia, que desde 1385 fue compartida con Lituania y los territorios que formaban parte del Gran Ducado de Lituania- la Bielorrussia y Ucrania de hoy. Pero ese país desapareció en 1795, repartido entre Rusia, Prusia y Austria. La mayoría de los judíos vivía en el este, en sus shtetls, sin mezclarse ni interesarse por el mundo exterior- no como los judíos franceses o alemanes. El reino de yíddish era el territorio entre el Vístula y Moscú, no el Rhin como afirmas en tu entrada. Sholom Aleijem, I.L. Peretz o Der Níster, si de la literatura hablamos, eran judíos rusos. El único Nobel de yíddish (en la literatura, porque en diferentes ramas de las ciencias me imagino que la mayoría) es de Isaac Bashevis Singer, un judío polaco. En Polonia no se lo trata como un escritor polaco porque escribía en otro idioma- Joseph Conrad tampoco se define como a un escritor polaco. Sé que los checos hablan de Kafka como un escritor checo de lengua alemana, pero esto es ya otro tema.
Comprendo que te estremeció Auschwitz. Pero la gente sigue viviendo allí y para poder vivir hay que pasar página. Nadie olvida lo que ocurrió, como tampoco se pueden olvidar de sus propios familiares. Lo único que te puedo recomendar es que estudies un poco más el tema antes de opinar.
A lo mejor se me ha olvidado algo pero no quiero aburrirte más.
saludos
Este comentario no es una lista de acusaciones ni nada de así, aunque leído entero a lo mejor así suene. Es una lista suelta de argumentos que quise mencionar.
Eliminarsaludos
Me disgusta profundamente el tono agresivo y prepotente. Cuando se usa cualquier debate se convierte en un campo de batalla en el que nadie se escucha-lee y eso no me interesa, no va con mi manera de ser ni este espacio se ha construido para ello. U-topía siempre ha buscado ser un espacio (un no-espacio) para dialogar con educación, respeto, libertad y cordialidad sobre literatura, para hablar de historia en plan más riguroso y académico tengo otro espacio.
EliminarEl error si lo hubiera cometido (no hablaba con Marcelo sino de impresiones de un viaje y así lo indiqué) lejos de ser un signo de fallo moral, es inseparable de nuestras cualidades humanas. Cuando encuentro a alguien que se cree en posesión de la verdad siempre pienso si alguna vez se habrá preguntado cómo puede ser que los demás se equivoquen tanto y ella tan poco. Desgraciadamente la pregunta acostumbra a reforzar la confianza ciega en su juicio, más que a dudar de él, como ha ocurrido aquí. Cuando mi opinión ha chocado con la tuya (ni siquiera ha sido un choque puesto que yo hablaba con otra persona), tú me has convertido en una ignorante (no estoy lo suficientemente informada), una idiota (no comprendo tus argumentos y datos) o una perversa (al servicio de Putin… parece ser).
Esta novela que he reseñado podría haber servido para dialogar, razonar, reconocer errores, dudar… sin embargo contigo no ha sido así, se ha convertido en un diálogo de sordos agresivo. Algo en lo que no estoy interesada como ya te he dicho.
No me importa reconocer mis errores, debería haber tenido más cuidado en hacer un comentario relajado sobre unas impresiones de viaje a Marcelo, pero es que este es un lugar relajado en el que busco que las personas que lo visitan se sientan a gusto para comentar, no verdades, sino impresiones con plena libertad. Como decía Gandhi: “No vale la pena tener libertad si no incluye el derecho a cometer errores”.
Al final de mi larguísimo comentario digo: "Este comentario no es una lista de acusaciones ni nada así, aunque leído entero a lo mejor así suena. Es una lista suelta de argumentos que quise mencionar". Siento mucho si mis palabras sobre por qué me sentí ofendida te parecen agresivas y prepotentes ya que no era mi propósito. Comprendo que tú tampoco pretendías ser ofensiva, pero, desafortunadamente, así ha sonado tu comentario hecho en una conversación en el blog, y por ende abierta a todos, en la cual, además, invitabas mi participación. Lo que no comprendo es cómo has podido llegar a la conclusión de que yo te había convertido en una ignorante, idiota o perversa. Nadie sabe todo. La cosa es informarse antes de opinar. Por eso tu comentario, que suena a una generalización, es ofensivo. Las razones de eso, al detalle, aporté en mi demasiado larga explicación, en la cual seguramente faltaron expresiones de amabilidad, por lo que pido perdón si te ha molestado. Por otro lado, creo que en mi comentario aporto mucho datos que te puedan resultar útiles en tus investigaciones sobre los judíos en Europa Central y del Este. Si el hecho de que aporte información u otro punto de vista a tus entradas te molesta y te parece prepotente por mi parte, dímelo abiertamente.
EliminarCon todo esto, me olvidé de contestar a tu última pregunta: sí, me parece un libro interesante pero, tal y como lo presentas, es un libro con fuerte crítica de Polonia- el país sin corazón, entiendo. No me ha quedado claro si se trata del antisemitismo que empuja a los judíos a emigrar o si hay más razones, como por ejemplo el pujante movimiento sionista que en aquella época fomentaba la emigración a Palestina.
Si te interesa leer algo moderno sobre la cultura yíddish, te recomiendo "Un mundo que vendrá" de Dara Horn.
Quizás deberías leer todo lo que has escrito pasados unos días procurando no hacerlo desde la ofensa sino desde otra perspectiva, que no es la amabilidad, sino el deseo de aportar y dialogar. Quizás deberías pensar como es que alguien que va a tu país con deseos de conocerlo y sin prejuicios, saca la "impresión" que sacó. La verdad con mayúsculas no existe y nadie la posee, la verdad se compone, entre otras cosas de subjetividades tal y como Jacques Rancière explica muy bien en sus libros (incluidos los de historia).
EliminarMe parece que en este espacio es muy frecuente que reseñe libros que he encontrado en otros blogs y que siempre agradezco publicamente enlazando los blogs en los que los he encontrado (entre ellos hay unos cuantos que tú has elogiado en tu blog), así que no, no me molesta, sino todo lo contrario, que se aporte información, se propongan libros y se den otros puntos de vista. Pero siempre desde un tono de diálogo, de relativismo, de duda, de tolerancia... son varios los comentarios en que he querido aclarar esto. Por mi parte no pienso insistir más. Gracias por tu aportación.
Yo sé muy bien qué lleva a ciertos turistas a expresar este tipo de opiniones sobre los lugares que visitan. Es una pena que ellos nieguen sus razones. Ese simple examen de conciencia resolvería muchos de los problemas que aquejan el mundo de hoy. Howgh!
EliminarHay otra opción, la de informarse desde planteamientos críticos, tan válida como la vuestra. También está la otra, la de tragarse todo lo que se cuenta en esos medios que manifiestas, aunque también en los medios culturales hay intereses, sobre todo económicos.
ResponderEliminarAbrazos.
¿Y qué medios de comunicación recomiendas?
EliminarYo estoy suscrita a La Directa y leo algunas revistas de cuya información me fío, después sigo algún blog como "Interferencias" y autores/as que para mi son fiables.
De Babelia no me fío, prefiero bloggers que vienen por aquí y con los que comparto gustos literarios.
Abrazos!!
Mira U-to, muchos judíos se marchaban de Europa, no sólo de Polonia, porque eran pobres y buscaban una vida mejor, al igual que otros tantos europeos en aquella época. Y ya que estás refiriéndote directamente a Polonia, te quiero recordar- o explicar, no sé realmente cuánto sabes sobre el tema- que en el periodo entreguerras Polonia estaba más al este que hoy y que convivían en su territorio, además de polacos y judíos, también lituanos, bielorrusos, ucranianos, y varios rutenios, todos con sus propias "inquietudes" nacionalistas de las que se aprovecharon los alemanes y los rusos durante la guerra, incitando odio y masacres, como la de Wołyń. De la que habla Snyder en su libro. Los judíos fueron la víctima más grande, pero no la única de la IIGM. En el este europeo, donde predominaban los judíos ortodoxos hablando únicamente yíddish y viviendo apartados del mundo en sus shtetls, teníamos lo que, creo, más se asemeja a los guetos en los que hoy en Europa se encierran los inmigrantes musulmanes- sin aprender el idioma, aislándose del resto de la sociedad. Sé de qué hablo porque lo veo en el colegio de mis hijos. Para una buena integración hace falta la voluntad de las dos partes, antes y ahora. No es malo interesarse por lo que está pasando en el mundo- o lo que pasó en el pasado- siempre que se haga de forma crítica, sin aceptar como suyas las verdades de sólo una parte. Saludos
ResponderEliminarLo fantástico de leerte, Agnieszka, es no sólo admirar tus conocimientos acerca de Polonia y otros temas afines, sino vivir tus líneas, pues asumo la pasión con que son escritas.
EliminarYa mismo me pongo a ahondar en el tema, más que interesante, que señalas.
Un beso grande para ambas, tú y U-to.
Me alegro que lo que veas en mis palabras sea la pasión... Porque no lo es, créeme. Todo lo contrario.
Eliminarun abrazo
Entre los libros que me llevo en la mochila hay algunos títulos de los que nos has propuesto, siempre con criterio y sentido. Muchas gracias y felices vacaciones. Yo me voy "pal pueblo..."
ResponderEliminarUn abrazo
Buenísimas vacaciones Luis Antonio, acabo de volver del fin de semana por nuestra común tierra (por el pantano de Yesa, un poco lejos de tu pueblo). Espero que disfrutes de la lectura, ya me contarás.
EliminarUn fuerte abrazo!!
Me interesa,es un tema que desconozco y me gustaría leer sobre ello.
ResponderEliminarGracias por la información.
Y por ese lateral que siempre es un gusto pasear por él e ir picando...
; )
Besos y buen fin de semana.
Espero que te guste, también he considerado interesante el tema por desconocido para mi. Oh! Me alegra que picotees en el lateral, tu música, que comparto, siempre me inspira también a mi.
EliminarBesos y buena semana de agosto!!
Un tema que también desconozco mucho así que me gusta leer sobre él. Y este libro no lo conocía así que apuntado queda. Que aprendo siempre con tus entradas y con los comentarios que te dejan.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias, me alegro que te resulten útiles las "entradas" y los comentarios.
EliminarBesos!!
Interesante esa propuesta sobre esos sucesos.
ResponderEliminarSobre ignorar la propia historia, a veces creo que uno se avergüenza de lo que se ha hecho en su propio país y parece mejor dar la espalda, no creo que sea la solución pero puedo entender que pase.
Me comentaron, no sé si es cierto, que en Alemania hacen estudiar a los chicos el horror del período nazi, que incluso los llevan a los campos de exterminios para que conozcan y no vuelva a pasar.
Son maneras de enfrentar las consecuencias de la barbarie de las guerras.
Un saludo
Dar la espalda a la historia (o ignorarla) siempre he creído que beneficia a los poderosos que de esa manera pueden manipularla mejor y crear mitos para asentar leyendas y señas de identidad, algo que el nacionalismo sabe muy bien desde el siglo XIX y que ha provocado las mayores matanzas del siglo XX y puede que del XXI al paso que vamos.
EliminarEs cierto lo que dices sobre Alemania, pero sus propios escritores (Heinrich Böll, Günter Grass...) y algunas corrientes históricas afirman que nunca quisieron hacer una reflexión profunda de lo sucedido y que prefirieron mirar a otro lado.
En España tenemos un tema también peliagudo con lo que supuso la guerra civil y la dictadura.
Un saludo!!
Hola Laura
ResponderEliminarPor suerte en cada paso que damos aprendemos, pensar que hemos leído una parte de la verdad porque hemos leído un libro es creer que estamos enclaustrados en la lectura de un solo libro en nuestra vida, tenemos tiempo y espacio para agregar todos los conocimientos a nuestro intelecto. Que alguien nos cuente su visión no deja de ser una parte de la verdad, cierto, pero criticar eso no deja de ser, el otro lado del espejo que te critican. Cada uno de los pueblos, tomados en conjunto, que pueblan el mundo tienen razones para avergonzarse, para sufrir, y para estar orgullosos; medir el dolor uno por encima de otro es complicado-hay susceptibilidades- pero creo que nadie puede comparase, por mucho que lo intenten, con uno que dejó más de 11 millones de muertos, por el hecho de ser quien era, por muy suyos que fueran, por muy parte de la imaginería popular que sea, supongo que la misma que hacia que los gitanos raptaban niños, o se comían a...O que los vascos eran todos asesinos, o que en Valencia todos roban, o que... Yo sufro más que tú, y que tú, y que tú... Lo más jodido de todo es que tiempo después, sabiendo lo que sabe el mundo, aparecen partidos nazis en Alemanía y en... Polonía..supongo que no hemos aprendido....
un abrazo grande
Estoy de acuerdo con lo que dices, aprendemos de las muchas lecturas, aprendemos de compartir ideas y dialogar, y aprendemos de los errores. Lo primero que aprendemos, al menos yo, es que el error no es consubstancial (nos engañan los sentidos y la mente). Nuestros conocimientos del mundo tienen un vínculo con las creencias y estas son muy difíciles de desarraigar puesto que vertebran nuestro yo. Por ello el reconocimiento de la falibilidad y la tolerancia al error son condiciones indispensables de la libertad, algo que valoro mucho, mucho.
EliminarEn efecto, hoy tenemos un panorama desolador en el avance de la extrema derecha en Europa... de nuevo.
Un abrazo grande también para ti.
Se ha comido una S el gato...: "el error noS es consubstancial"
EliminarGracias, me encantará leer este libro, espero. También a mi me parece fascinante ese periodo de la historia europea.
ResponderEliminarMuchas cosas me impresionaron en Polonia que a veces veía en blanco y negro, la imágen que tengo de aquellos tiempos tan duros y reveladores.
Un abrazo
PD: Me ha encantado lo de "el periódico donde esta sección va incluida".
Sip, no quiero hacerle publicidad a ese periódico que ha tomado una deriva que me gusta poco.
EliminarLas impresiones de los viajes, siempre relativas, es lo que me encandila de viajar.
Un abrazo!!
Me pasa igual... Huyo de las series e intento tener la tele y la prensa bajo control...
ResponderEliminarUn periodo apasionante ese por el que te sientes atraida. Que pena que haya caido en el olvido...
Un abrazo, amiga, y feliz fin de semana
La historia es una de las disciplinas más manipulable por ser una ciencia social basada en la interpretación, eso sí sobre documentación u otras fuentes que demuestren nuestra interpretación. Así que caen en el olvido de forma interesada.
EliminarUn abrazo y feliz semana!!
ResponderEliminarInteresante...
la reseña y, especialmente, algunos de los comentarios posteriores.
Buena virtud para un libro...
"...provoca preguntas, dudas, en definitiva, nos puede proporcionar claves sobre el comportamiento humano muy útiles para comprender el presente y que el futuro no nos supere."
Besos, petons, muxus y cálido abrazo... de vacaciones!!
;)
Esa es mi impresión, que se trata de un libro que nos puede ayudar a comprender la actualidad.
Eliminar¡¡Felices vacaciones!! Aprovecha para descansar o para cansarte de otra manera que trabajando :))
Muxus y un fuerte abrazo!!
Creo que tengo un nombre, cariñoso claro, para ti : "la ermitaña ilustrada".
ResponderEliminarMe parece genial tu actitud a pesar de que veo tres o cuatro capítulos diarios de series de TV de las que soy un ferviente seguidor. De las noticias solo titulares y sí también le echo un vistazo a Babelia y allí entre los 10 mejores libros del año descubrí que he leído hace poco y que te te recomiendo encarecidamente a pesar de ser una biografía. Su titulo lo dice todo: Freud y esta realizado por una gran historiadora del psicoanálisis Elisabeth Roudinescu. La autora a la par que habla del tío Sigmund retrata admirablemente todo ese mundo cultural judío -a veces sionista a veces antisionista como la del propio Freud y sus colaboradores que creó una red cultural que dominó Europa desde mediados del XIX hasta la llegada de los nazis. Como dices y supongo sostiene el autor no había fronteras para el pueblo hebreo entre la profunda Rusia y Francia o Palestina que empezaba a ser poblado.
Un abrazo casi agosteño.
Pues lo acepto encantada, jajajaja... sí, me gusta el nombre.
EliminarTengo previsto estos días visitar la casa de Freud y me apunto el libro porque me interesa el tío Sigmund y ese mundo cultural judío tan rico que casi ha desaparecido hoy por la enfermedad del nacionalismo sionista (y ahora de extrema derecha) en Israel.
Un abrazo agosteño!!
Como siempre, nos traes lecturas reflexivas e interesantes. Voy a ver si puedo hacerme con ella.
ResponderEliminarAbrazo!
Si lo lees, espero que te guste.
EliminarAbrazo!!
Conozco el yidish a través de la cultura anarquista desde hace años. Hay mucha gente judía anarquista, alguna notable -Emma Goldman, Johan Most, Rudolf Rocker, et.-, emigrada en América y desde finales del XIX escriben y traducen bastante.
ResponderEliminar(He encontrado "Calor amarillo" en la Biblioteca Pública de Burgos).
Abrazos.
Me dejas pensativa, creo que no me suena de nada o me pasó desapercibido el tema (me refiero a esa conexión que has establecido entre anarquismo y yidish). Hay una anarquista alemana y judía que se instala en España huyendo del nazismo, Etta Federn, colaboró en la revista Mujeres Libres. ¿Quizás formaba parte de ese grupo?
EliminarBuena biblioteca la de Burgos :)
Abrazos!!
En referencia a la introducción de tu reseña, te diré que yo leo algunos diarios digitales (los que informan y los que desinforman)... miro, pienso, pondero y saco conclusiones (acertadas o equivocadas)... y me interesan más los que tienen una línea editorial contraria a mi ideología que los afines... la televisión la veo menos y ahí sí que selecciono mucho los canales que veo... tanto en la información como en la desinformación hay cosas aprovechables a la hora de sacar conclusiones, la cuestión está en la dosis de discernimiento que se le pone a cada asunto, hay tres posibilidades: creer (no me refiero a la fe), no creer (sin caer en el negacionismo ciego), dudar (poner en cuerentena)...
ResponderEliminarEn cuanto al libro: pues te diré que siempre tomo en consideración todos los libros que nos propones en este tu espacio. Leo con atención tus reseñas y, normalmente, después de leerlas siempre tengo la sensación de haber aprendido algo...
He leído también los comentarios y bueno, supongo que tanto la perspectiva del autor como la del lector están trufadas de biografía y bibliografía... y la conjunción de datos le son a cualquier historia o a la Historia lo que sus piezas a un puzzle (creo, porque no estoy muy seguro de lo que acabo de decir)...
Me ha llamado bastante la atención el párrafo que destacas del libro sobre la supervivencia y las circunstancias... nada más leerlo me vino a la memoria la tan manida frase de Ortega y Gasset, perteneciente a su obra "Las Meditaciones del Quijote": "Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo"... supongo que sí, que esa es la clave para la supervivencia superar las circunstancias que nos salgan al paso en vez de dejar que ellas nos superen (aguzar el ingenio para tal empresa no viene mal)...
Bueno, ha tiempo que no andaba por estos lares virtuales... he estado ocupándome de algunas circunstancias...
Abrazo y feliz verano.
Espero que tus circunstancias hayan sido agradables y por ello la distancia de los "lares virtuales".
EliminarSobre la información, la clave está en no tragarla sin más como si fuera la "verdad", el método puede ser muy diferente y tú planteas muchas posibilidades.
Quien lee una novela lo hace desde su perspectiva (lecturas, biografía, evolución, experiencias, etc.). No hay una única lectura de una novela, hay tantas como personas lectoras (o casi).
Feliz verano, impersonem. Un fuerte abrazo.
Tu lectura me llevó a pensar cómo una lengua puede ser el nexo, el factor aglutinante, de una identidad. Obviamente no es sólo la lengua, en este caso del pueblo judío; pero sigue siendo llamativo cómo unas palabras compartidas pueden generar el vínculo emocional de la pertenencia, de la comunión (común-unión), de ser parte de una comunidad (la común-unidad).
ResponderEliminarMi inglés es bueno pero no excelente, y cuando converso con anglo parlantes llega un momento en que sufro. Porque me doy cuenta que empiezo a no captar los matices, los sentidos múltiples que toda conversación contiene. Y se empobrece el intercambio, la comunicación, sobre todo si es sobre temas complejos. Recuerdo haber estado en Méjico hace poco conversando con un filósofo de la comunicación -John Shotter-, un profesor emérito al que admiro en sus escritos, y que me invitara a seguir la conversación por Skype al volver cada uno a su país de origen... y yo decirle que prefiero escribirle mails, por esto que te decía. Me miró un poco extrañado, y creo que entendió. Yo tuve mi minuto de vergüenza, ruborización incluída. Qué puedo hacer... Una verdadera lástima. Sobre todo porque lo suyo es el estudio de lo que sucede en una conversación mientras esta sucede (perdón por el refuerzo de la idea), todo los elementos que se movilizan y entran en juego. Tanto que a él no le gusta la palabra "Word" y la cambia por "wording", es decir como una acción que ocurre en la interacción, en ese intercambio entre esas personas peculiares, en ese momento. (Si supiera poner negritas en esto... )
Y eso me lleva a la propuesta inicial tuya: la lengua común como sitio de aproximación y de contención. Porque aún cuando tú y yo podamos entender/significar una palabra, una idea (que son también palabras, no existen fuera de las palabras) de formas diferentes, podemos ir acercando posiciones si conocemos los recursos de la lengua, la correcta sintaxis, la polisemia (y si tenemos la intención de "realmente" escuchar al otro, y no "imponer" nuestro criterio).
Son detalles que suceden muy rápido en una conversación, pero que marcan la posibilidad de que esa conversación siga viva, o comience a marchitarse.
Y el Yiddish en particular, como el lugar de atesoramiento de toda una tradición, de una historia al margen de las Historias (oficiales, nacionalistas)
Bueno, muchas gracias por sugerirme tanto y permitir este "wording"
Y sobre otra cosa que escribiste, sobre tu interés en el período de entre-guerras. Coincido contigo que hay muchas similitudes con el momento presente.
ResponderEliminarMuchas veces me he preguntado cómo es que semejante atrocidad "estalló" en el seno de un Occidente "civilizado". Pero al leer un poco más (menos que tú, seguramente) me he dado cuenta que todo tiene su explicación, que nada fue fortuito, ni ocurrió de la noche a la mañana.
El punto que hoy me (alarma?) es si hoy no estaremos en los prolegómenos de algo similar, y seguimos haciendo como si no pasara nada, seguimos danzando en el Titanic. Los ingleses -excepto Churchill y unos pocos más-, los alemanes de clase media-alta, nunca se lo creyeron hasta que tuvieron la evidencia explotando en sus narices. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Espero que no nos pase (de nuevo).
Abrazo
Sin duda la lengua es un vínculo importante, pero no decisivo porque hay muchos más aspectos que unen a las personas al margen de la lengua que hablen. De hecho el yiddish une a los amigos que protagonizan la novela, pero hay muchas otras circunstancias que los separarán y que no están relacionadas con la lengua.
EliminarVerse cara a cara es insustituible cuando se quiere avanzar, matizar, afinar con la palabra (luego están los gestos, la expresividad dela mirada y tantas otras cosas).
Ya sabes que mi alarma respecto al avance de la extrema derecha en gran parte de Europa (y otros países) es total. Estoy de acuerdo que siempre hay una explicación a lo que sucede.
Recuérdame que te explique cómo se pone negrita por correo, por aquí es imposible.
Abrazos!!