viernes, 25 de marzo de 2016

CESARE PAVESE: El oficio de vivir

Autor y libro aparecían mencionados aquí y allá (no recuerdo haber leído reseña alguna en los blogs habituales) y en mi libreta de sugerencias lectoras iba y venía sin que me decidiera a leerlo. La última vez fue en febrero en un artículo breve de Fernando Savater que además indicaba que también Vila-Matas estaba leyéndolo. Así que no podía dejar pasar tantas causalidades-casualidades reunidas y me lancé a su lectura quizás en un momento poco propicio (no es la primera vez que, pese a saber que no es buen momento, acabo encarando una lectura compleja porque estoy convencida, justo en ese “mal” momento, de hacerlo). Propuse a Carlos y a Marcelo Z si querían acompañarme en la aventura y ambos aceptaron, sin embargo Marcelo no pudo hacerse con un ejemplar y no se unió a la lectura. Tampoco yo encontré un ejemplar, tanto el mío como el de Carlos (de dos ediciones diferentes pero el mismo traductor, Ángel Crespo) son préstamos bibliotecarios.  



Cesare Pavese (1908-1950) 

Escritor italiano, estudió filología inglesa en la Universidad de Turín, ciudad en la que nació. Debido a sus estudios leyó y tradujo a numerosos escritores norteamericanos entre los que se encuentran Gertrude Stein, John Seinbeck o Ernest Hemingway.
La llegada al poder del Partido Nacional Fascista italiano en 1922, con B. Mussolini a la cabeza, puso difíciles las cosas a los escritores críticos con esta ideología, el propio Pavese acabó en la cárcel por sus escritos antifascistas en 1935. Pese a ello, afirma que… 
(…) la inteligencia humanista –las letras y las bellas artes- no sufrió bajo el fascismo; pudo desahogarse, aceptar cínicamente el juego (363). 
Aunque Pavese se consideró parte de la Resistencia, durante la II Guerra Mundial, lo hizo como estudioso y pensador, no como activista. Entre 1943 y 1945 se refugió en casa de su hermana y en el colegio de Somascos en Casele Monferrato sin contacto directo con los acontecimientos que sacudieron Italia, mientras que algunos de sus amigos murieron por su activismo en la Resistencia. Quizás por compensar esta falta de compromiso entró en el P. Comunista tras la guerra.

¿Qué es El oficio de vivir? 
Quizás la obra debiera llevar por título “El oficio de escribir” por la abundancia de análisis que realiza y el constante proceso de síntesis que refleja, este hombre parece que vivía plantado sobre un heterogéneo sembrado de obras precedentes de las que se nutría y por las que fructificaba.
Es un Diario que comienza en 1935 cuando Cesare Pavese tiene 27 años y le quedan 15 de vida. Nuestra lectura conjunta ha dado para más de veinte páginas de comentarios, fragmentos y citas, esta reseña las reduce a sólo seis.

El autor le dio a la primera parte de El oficio de vivir, que comprende lo escrito entre octubre-diciembre de 1935 y febrero de 1936, el título de Secretum Professionale (parece que es un título similar a uno de Petrarca). Esta primera parte es un intento de prolongación de sus reflexiones acerca de la poesía y comprende las páginas escritas durante su confinamiento en Brancaleone Calabro. No es un Diario al uso puesto que poco alcanzamos a saber de su vida cotidiana, de la ciudad en la que vive, de amigos o amigas o de la propia situación política.

 Ahora sé que estas notas de diario no cuentan por sus descubrimientos explícitos sino por la rendija que abren sobre la manera de ser que tengo inconscientemente. Lo que digo no es verdad pero traiciona –por el solo hecho de que lo diga- a mi ser (338). 
Tanto Carlos como yo enseguida nos apercibimos que el autor, que escribe en segunda persona, revisa y reconstruye el Diario, situándose entre la fina línea de la realidad y la ficción que va construyendo. 
Se parece a ciertos días del 46 romano. Si leo aquellos días, sólo comprendo lo derrotado que estaba. Nada se pierde. (326) 
Quizás ésta frase sea una de las claves que explican la pervivencia de éste diario. La constante y recurrente lectura, y quizás, la reescritura de las páginas precedentes quizás indiquen un cierto narcisismo al contemplarse en ella como si fuera un espejo.
Estamos ante una obra de Metaliteratura (aunque muy diferente, coincide con la anterior lectura de Vila-Matas), es decir, un ejercicio de reflexión literaria (poética) que aporta luz a la misma. Libro de libros y escritores, nombra entre sus páginas a numerosos autores como Baudelaire, Stendhal, Sakespeare, Dante, etc. Y muchas vueltas sobre el oficio de escribir, él mismo pasa de la poesía a la narración, para ir mejorando su estilo.
Entre estas reflexiones hace una comparación interesante cuando señala que Stendhal y Hemingway, no narran el mundo, no acceden a la realidad. Tienen, según Pavese, una constante de tensión humana que se resuelve en situaciones sensorio-ambientales expresadas con inmediatez. Su ideología en literatura es la energía, la claridad, la no-literatura.

Flaubert y los ambientes, Dostoievski y la construcción del mundo dialéctico, Faulkner estiliza atmósferas y mitologiza, Lawrence indaga una esfera cósmica. Todo lo que hacen estos no lo hacen Stendhal y Hemingway (344).
Stendhal y Hemingway tienen bloques de realidad, experiencias angulares que prestan ritmo y carencia. Hemingway tiene la muerte violenta, Levi el destierro, Conrad la perplejidad de los mares del Sur, Joyce el estereoscopio de las palabras-sensaciones, Proust la inaprehensibilidad de los instantes, Kafka la cifra del absurdo, Mann la repetición mítica de los hechos (345).
Un ejemplo de los muchos en el que Pavese realiza una valoración de varios escritores que puede ofrecer mucha luz a los que los leemos.



La vida o la angustia de existir. La mujer 

El oficio de vivir es un ramillete de reflexiones sobre sus angustias existenciales, leyéndolo se ve cuánto le preocupa la soledad, la falta de amor, la infidelidad, los celos y el fracaso, (además del tema sexual) a menudo narrado bajo el prisma de la impotencia. Su manera de definir a la mujer es terrible, desde la ingenua a la perversa y a la mujer fatal que lleva al hombre a la ruina. Y sin embargo su necesidad de la mujer es casi angustiosa.
Es muy desconfiado hacia los ideales, quizás por eso no se comprometió directamente con la resistencia durante la guerra, algunos de sus amigos murieron por hacerlo. Habla de la “jungla de intereses” y de los “entusiasmos por el ideal” que pueden acabar rompiéndole la cabeza a quien no tiene el mismo ideal (92).
Estas solo y lo sabes. Has nacido para vivir bajo las alas de otro, sostenido y justificado por otro, pero que sea tan gentil que te deje hacer el loco y hacerte la ilusión de que tú solo te bastas para arreglar el mundo. No encuentras nunca a nadie que aguante tanto; de aquí proceden tu sufrimiento y tus desintereses, y no de la ternura. De aquí tu rencor contra el que se ha ido; de aquí tu facilidad para encontrarte un nuevo protector, y no de la cordialidad. Eres una mujer, y como mujer eres terco. Pero no te bastas tú solo, y lo sabes (346). 
Está y no está en el mundo 

Resulta sorprendente la poca referencia que hace al fascismo italiano y a la guerra, mientras sus amigos entraron en la Resistencia y algunos, como Leone Ginzburg, murieron. Al saber de la muerte de Leone Ginzburg (5 de febrero) torturado por los alemanes, dice el 3 de marzo: 
Lo he sabido el 1 de marzo. ¿Existen los demás para nosotros? Querría que no fuese verdad para no sentirme mal. Vivo como en una niebla, pensando en ello siempre pero vagamente. Uno acaba acostumbrándose a este estado, en el que se deja para mañana el dolor verdadero, y así se olvida y no se ha sufrido (291)
La única referencia directa al fascismo la hace en relación al arte fascista, afirmando que estuvo encarnado en la escuela romana formada por periodistas, aventureros, escritores, pintores, etc.
Donde el fascismo vigiló fue en la comunicación entre la inteligencia y el pueblo; tuvo al pueblo a oscuras. Ahora, dice, no hay que ir hacia el pueblo sino “ser pueblo”, vivir una cultura que tenga sus raíces en el pueblo y no en el cinismo de los libertos romanos (363). 
Considera positivo el encuentro entre una cualidad y una cultura preexistente (eso implica adaptarse y comprender, ese es el espíritu griego), rechaza que los pueblos sometan, destruyan o vegeten. Del esfuerzo por adaptarse y comprender, dice Pavese, nació el distanciamiento, la ironía, la plasticidad, la racionalidad, la libertad individual. Los otros pueblos no salieron nunca del magma materno (autoctonía, satrapía, esclavitud universal. En arte: fábula y decoración hierática) (373).

Muy interesante el argumento de porqué el escritor no debe vivir de escribir:
 Porque entonces tendría que suministrar la mercancía que le encargasen. Ya no es libre ante sí mismo. En cualquier momento el escritor debe poder decir: no, esto no lo escribo. Es decir, tener otro oficio (378). 
El suicidio 

Desde el inicio del diario, Pavese habla del suicidio como una posibilidad concreta y próxima para acabar con el sufrimiento y la angustia existencial que lo corroe. 
El último año de vida, 1950, es un camino cuesta abajo motivado por su propia evolución personal de sufrimiento existencial e inadaptación a lo que se unirá una nueva decepción amorosa con la actriz norteamericana Constance Dowling (Nada. Tengo carbón en el cuerpo, brasas bajo las cenizas. ¿Por qué, Connie, por qué? (409). 

Resulta triste y opresivo ver como desde el primer día del año habla ya de suicidio, hace balance del año antes de tiempo y toma la decisión dejándolo por escrito en su última anotación el día 18 de agosto. 

1 de enero

Roma calla. Ni las piedras ni las plantas dicen gran cosa. Aquel invierno estupendo; bajo el sereno pungente, las bayas de Leucò. La historia de siempre. También el dolor, el suicidio, creaban vida, estupor, tensión. En el fondo, en todos los grandes períodos has sentido siempre la tentación suicida (…)
La idea del suicidio era una protesta de vida. ¡Qué muerte no querer morirse! (399).
Ahora, a mi modo, he entrado en el remolino: contemplo mi impotencia, me la siento en los huesos, y me he comprometido en la responsabilidad política, que me aplasta. La respuesta es una sola –suicidio (411).
Los suicidios son homicidios tímidos. Masoquismo en vez de sadismo (414).

18 de agosto

La decisión estaba tomada:
Todo esto da asco. No palabras. Un gesto. No escribiré más (415, últimas palabras escritas). 

Un balance… 

Al tratarse de un Diario muy introspectivo, su lectura resulta a veces pesada, da la impresión de girar sobre sí mismo sin encontrar salida a sus angustias. Sin embargo sus reflexiones literarias y políticas suelen ser ricas y profundas, pensamientos de un hombre en permanente crisis y con pocas habilidades para afrontar las dificultades amorosas (U-topía). 

A favor de la obra, la constancia que ha tenido Pavese en mantener el ritmo del diario, al mismo tiempo que completaba su propia obra poética y literaria, el valor de dejar algunos sentimientos crudos, casi con desesperados gritos, sobre su sufrimiento amoroso al declarar su impotencia sexual y sus tendencias suicidas. No me lo puedo imaginar riendo o cantando de alegría. En contra, la incapacidad de ofrecer una exposición ordenada de sus análisis literarios, hubieran servido como un buen texto educativo (Carlos).

35 comentarios:

  1. Tengo la impresión, amiga, de que este hombre escribio esto para él solo. Todo sugiere que necesitaba justificarse, quien sabe el porqué, ante sí mismo... Tremendo todo eso de una vida plena de angustia y desasosiego...

    Un abrazo, amiga... Coincido en eso de que todos, queramos o no, precisamos a otro. Otra cosa es que consigamos que esa necesidad quede materalizada

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    1. Tiene esa dimensión de autoreflexión, aunque él manifestó su deseo de que el Diario fuera publicado, así que también era consciente de que sus letras serían leídas.

      En efecto, no siempre se puede ver materializada esa necesidad del "Otro". Lo que no acabo de entender es esa reacción agresiva contra todas las mujeres cuando él no logra ser amado.

      Un abrazo!!

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  2. Más que el 'oficio de vivir' pareciera el 'oficio de morir'... aunque la verdad es que, realmente, deviene en lo mismo... son el uno en el otro o el otro en el uno. Vivir es la condición necesaria para poder morir y morir es la consecuencia de vivir.

    Ya ves... siendo el título y tu reseña hermosos, no me atrae para nada.

    Espero que estés disfrutando mucho de las vacaciones... ;)

    Besos, petons, muxus y un cálido abrazo!!!!

    :)

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    1. Casi casi... De hecho podríamos decir que para no morir escribe, es la escritura la que le salva de morir durante un tiempo.

      He disfrutado de las vacaciones en tu tierra :))

      Besos, petons y muxus!!

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    2. Hala!!
      Espero que lo hayas pasado muy bien!
      ;))

      Abrazo!

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    3. ¡¡Sí que lo he pasado bien!! Me acordé de ti :)

      Abrazos!!

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  3. Por el momento diré que hay quienes se pueden dar el lujo de escoger su punto final. Luego comento más al respecto, paso a dejarte este beso con mordisco de coribante en éxtasis, pero coribante de los de aquella época de Cibeles no de los de ahora, por si no conoces esta conferencia la dejo aquí para ti y los lectores de Joyce. https://youtu.be/i_ZTt_JQXRU

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    1. Querido Aristos,

      Soy partidaria de ese lujo, así que coincidimos en esa apreciación.
      Por otro lado, trato de imaginar cómo debe ser ese beso con mordisco de coribante en éxtasis (no he dudado en ningún momento que te referías a los coribantes auténticos).
      Ya tengo guardad la conferencia de Borges sobre Joyce, un estupendo regalo.

      ¡¡Un beso de ninfa de los manantiales (no me veo de deidad femenina, aunque sea una deidad menor, pero qué menos para tu beso de coribante)!!

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  4. Lamento enormemente no haber podido compartir con ustedes la lectura de esta controvertida obra, pero no pude hallar ninguna disponible.
    Por lo que expresas, el libro sirve como referencia para otras lecturas pues su interior contiene buenos análisis de obras de otros autores.
    Yo sabía de su misoginia y de su angustia existencial que lo llevaría al suicidio; sólo me faltaba leerlo. Leyéndote/los me has/n hecho recordar ese desasosiego que trasuntaban las líneas de Pessoa. Será cuestión de esperar y hallar una edición.
    Muy buena reseña. Felicitaciones a ambos.
    Un fuerte abrazo!

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    1. Hay muchas referencias literarias y muy interesantes, en ese sentido es un libro muy sugerente, sí.
      Hay cierto paralelismo con Pessoa, sin embargo no he apreciado en el portugués esa rabia y ese odio contra la mujer, su reacción es otra, alejarse de ellas.
      Te recomiendo que leas la obra si logras encontrarla.

      Gracias y un fuerte abrazo!!

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    2. Entre lindezas debo agradecerle que me haya descubierto a Natalia Ginzburg, una autora capaz de escribir una gran historia con hechos cotidianos. Y además una mujer admirable. Un abrazo.

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  5. Hola Laura.

    Si hay algo que sobresale después de leer estas líneas, es la tortura que supuso para Pavese el peso de su propia existencia, atormentado por un insoportable complejo de culpabilidad que terminaría aniquilando, uno por uno, todos los alicientes para vivir.

    Fíjate en el mismo título; “El oficio de vivir”, alguien que rebaja la vida a la categoría de oficio es de presumir que espera muy poco de ella.

    El tema de la misoginia en Pavese discurre por un laberinto existencial de gran complejidad y tensión, se encuadra en un escenario vital que conviene analizar con nervio templado, una vez pasado el primer escozor.

    La inconsistencia de su personalidad le hace pasar del ataque zafio hacia la mujer, un hecho que es innegable, a entonar el mea culpa por su griterío furibundo. Constancia de ello hay en varias cartas personales, tanto dirigidas a amigos como amigas.

    Lo apuntó certeramente Krapp, situando el epicentro de la cuestión:
    “Nadie es unívoco, nadie es solo una cosa, una actitud, un comportamiento, una forma de ser (…)”

    La personalidad humana es compleja y contradictoria.

    Esa misoginia, que brotaba como el magma de un volcán en erupción, tenía más de desafecto hacia su propia persona que de enconado odio a la mujer. fácilmente deducible si nos atenemos a sus propias consideraciones, como estas referentes a su disfunción sexual (eyaculación precoz). Esto lo escribía en 1937, con veintinueve años, una edad de pleno deseo y ardor sexual :

    “El hombre que eyacula demasiado rápidamente haría mejor en no haber nacido.
    Era necesaria la impotencia, la convicción de que ninguna mujer goza conmigo, de que nunca gozará (somos lo que somos), y he aquí esta angustia. Por lo menos ahora puedo sufrir sin avergonzarme: mis penas no son ya de amor. Pero éste es verdaderamente el dolor que mata toda energía: si uno no es hombre… si debemos andar entre mujeres sin poder pretenderlas, ¿cómo darse fuerza y resistir? ¿Hay un suicidio mejor justificado?”

    Pavese siempre señaló que solo servía para la escritura, ya que nunca aprendió a “vivir”. Algo que lo afligió hasta el final

    Dejo este enlace para quien quiera consultarlo, me parece sumamente revelador:

    http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/25386/1/THII~N21~P84-91.pdf

    Y también este, titulado “La mujer en la narrativa de Cesare Pavese”, realizado por Marta Rivera de la Cruz. Muy oportuno:

    https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero3/cpavese.htm

    A pesar de mi comentario, en esta obra también hay mucha literatura, afortunadamente. Nos quedamos con eso.

    Estupenda reseña la que nos habéis brindado Carlos y tú.

    Un abrazo!!

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    1. Muy interesantes los dos enlaces, dos interpretaciones sobre la figura de Pavese y sobre su literatura (donde incluyo esta obra que estamos comentando). Acostumbro a no leer nada sobre la obra que reseño (y creo que Carlos hace lo mismo) mientras estoy leyéndola y antes de hacer la reseña. A lo sumo miro la biografía del autor si me parece que puede tener algún interés conocerla para mejor leer su novela. La idea es que mi opinión sea lo más espontánea posible y lo menos condicionada por otras opiniones. Después de hecha la reseña llega el momento de leer otras opiniones, las vuestras y las de otros blogs, o las de críticos más profesionales, etc. Leyendo estos enlaces, me siento contenta de no entrar en contradicción flagrante con opiniones expertas y que realizan estudios más profundos sobre la personalidad y la obra de Pavese.

      Me sorprende la insistencia de Marta Rivera de la Cruz por afirmar que Pavese no es "realmente" misógino porque es capaz de mostrar amor y ternura en momentos determinados. No creo que sea incompatible, como no lo es en un maltratador ser dulce, compasivo y amoroso con la mujer ala que después golpea. Pero creo que ya le dimos muchas vueltas a este tema en el anterior texto, así que dejo esta cuestión y que cada cual se forme la opinión que desee.

      Pavese escribe para seguir viviendo, le salva durante un tiempo, pero ese sufrimiento existencial, que procede de muchas experiencias diversas (familiares, sexuales, amorosas, etc), le acaba venciendo y decide acabar con su vida.

      Mucha literatura, mucha reflexión sobre el escribir y el vivir, sin duda es lo mejor de esta obra. También sus reflexiones políticas, que no abundan tanto como las literarias, son muy interesantes.

      Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo!!

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  6. Pavese hizo lo que han hecho otros escritores y artistas en los tiempos de opresión política: refugiarse en su interior y cerrar las puertas.
    Es curioso comprobar como otro gran preso famoso del fascismo italiano, en este caso literal, Antonio Gramsci, aprovecho ese exilio interior del régimen para crear un corpus teórico, que trascendió tal como en el caso de Pavese, las propias circunstancias ambientales para llegar a nosotros en toda su lozanía.

    Estupenda reseña.

    Abrazos

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    1. Muy cierto y digno de valoración. Sin embargo admiro a quienes su compromiso les lleva más lejos y se implican directamente. No elijo (ni juzgo) entre una actitud y la otra porque cada cual toma sus decisiones y son respetables y nos aportan mucho ambas, sin embargo insisto en mi admiración hacia "los justos" en una situación como la que se produjo en Europa en esta época.
      Leí hace mucho a Gramsci y no he pensado en volverlo a leer. Quizás algún día.

      Gracias y un fuerte abrazo!!

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  7. No he leído esta obra, pero tengo alguna referencia: "Una de las reflexiones más lúcidas y desgarradas sobre la literatura y la vida, la historia y el sexo". Después de leer tu estupenda reseña, como siempre, se agudiza el deseo de "hincarle el diente" a este libro...

    Besos

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    1. Me alegra provocar ese "veneno" por leer algunas de las obras que me gustan. Y esta pese a algunos "peros", me ha gustado.

      Besos!!

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  8. Tengo la suerte de tener este libro (El oficio de vivir/El oficio del poeta) desde hace muchos años. Un libro con su propia historia. Supongo que todos los diarios tienen ese toque egocéntrico, más en un escritor que busca la perfección no sólo en el cómo sino también en el qué. Reescribe. Remodela recuerdos. En el fondo ¿a quién no le gustaría hacerlo? Reescribir su propia vida.

    Un abrazo

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    1. Me pregunto, si durante muchas jornadas "El oficio de vivir" fue la única compañia de Pavese, un viejo amigo accesible con el que compartir los recuerdos y las lecturas. Un abrazo

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    2. Todo diario es egocéntrico, espontáneo e instantáneo. Este es diferente porque era consciente de que sería publicado, por eso reescribe, cosa que no se suele hacer en un diario. De esta manera pasa a tener esa categoría de obra literaria, superando lo que es un diario sin más (o sin menos).

      Carlos, creo que esa es la función del diario ¿no?, tener un interlocutor al que explicar nuestras cuitas. Un interlocutor silencioso. Aunque Pavese se debate en el diario.

      Un abrazo!!

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  9. La verdad, a estas alturas las cuitas de Pavese me traen sin cuidado, no así sus opiniones sobre literatura.

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    1. Totalmente de acuerdo, alguien debería hacer un resumen con esa parte más literaria que de verdad me parece muy instructiva.

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    2. No sería partidaria de separar lo vital de lo literario, uno no tiene sentido sin el otro.

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  10. Pavesse y su pesimismo parecen dos compañías que van con la juventud melancólica. Con los diarios suele ocurrirme lo que comentas: se me hacen algo pesados al volver una y otra vez sobre las escasas obsesiones de las que somos capaces de sustentar durante la vida.

    También sorprende su poca atención al fascismo.

    Abrazos (después desde el Moncayo).

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    1. Así es, solo se me ocurre una razón para que no se nos haga cansino, que sus obsesiones coincidan con las nuestras.
      Parece intencionada esa opción de no mirar hacia afuera de sí mismo, no ver lo que estaba ocurriendo en un momento de gravísimo derrumbe de valores humanos en toda Europa y, en concreto, en Italia.

      Aireados abrazos, pues :)). Te envío otros marinos.

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  11. No esta Pavese entre mis autores de cabecera. Me gusta su prosa, sí, pero, como se dice ahora, "no me acaba". Es una cuestión de química, porque sus relatos están bien escritos, sus personajes son lo suficientemente complejos, pero... Lo siento, soy incapaz de justificarlo.

    Sin embargo, la poca poesía que he leído de él me toca el corazón desde que era un joven melenudo que leía como un toxicómano de las palabras. Me sigue conmoviendo "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos".

    Hace un par de veranos estuve en Turín, siguiendo los lugares que había recorrido. Aunque tenía más interés por los de Levi y de Nietzsche. Al poco de regresar me enteré de la existencia de ese ensayo gráfico maravilloso, "La inmensa soledad", en el que se explica y narra la existencia y pensamiento de Pavese y de Nietzsche. Muy recomendable.

    Excelente blog. Me paso de vez en cuando por blogs ajenos y salgo por patas, espantado de la mediocridad y el atrevimiento de tantos que saben tan poco. No es tu caso, al contrario.

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    1. Como veo que has leído bastante a Pavese, aunque "no te acabe", seguiré con su poesía y después intentaré seguir con la prosa. Desde luego ese verso (que si no recuerdo mal lo leí en la introducción) es de los que llegan muy adentro, incluso provoca un escalofrío.

      Pavese ridiculiza con un latiguillo a Levi, sin decir ni mu más (no puedo buscarlo porque no tengo el libro, leñe!!), me llamó la atención cuando lo leí. Voy a buscar ese ensayo que propones, me interesa mucho. Por aquí viene de vez en cuando un nietzschiano, igual lo conoce y nos comenta algo.

      Gracias por tus últimas palabras.

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    2. Estupendo!! lo he encontrado en pdf, es de Frédéric Pajak ¿verdad? En breve lo leo.

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    3. Eso es, de Frédérick Pajak. Es un ensayo gráfico, aunque tiene bastante texto y no está escrito para todos. Creo que te gustará.

      Por favor, me interesa lo que dice de Levi. Si lo encuentras, dímelo.

      No he leído apenas a Pavese: un libro de relatos y otro de poesía. Poquísimo.

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  12. No es una lectura que me atraiga especialmente aunque reconozco que algunos de los fragmentos que has reproducido parecen muy interesantes.
    Abrazo!

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    1. Tiene interés Zamarat, pero es cierto que hay que encontrarle el momento.

      Un abrazo!!

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  13. Es una magnífica reseña... me suscita curiosidad por Pavese...

    A través de esta reseña, percibo a Pavese como un gran consciente atrapado en un volcán de sentimientos y "pasiones"... tengo la sensación de que escribía por desahogo... y que mucho de lo que escribió en este Diario eran SOSs lanzados con desesperación suma... y al final el desengaño consciente con resultado fatal...

    REpito: magnífica reseña... gracias.

    Abrazo.

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    1. Lo has visualizado muy bien y me parece que aciertas en como lo percibes. A veces resulta angustiosa su lectura, especialmente el último año.

      Gracias!! Un abrazo.

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