Me
dejé llevar por la recomendación de un amigo en el que confío por sus lecturas
de contenido social y político, pero que nunca me había recomendado una novela.
Cuando vi de qué iba la novela pensé:
¿Una
nueva novela sobre la guerra civil española?
Sí,
es una novela sobre la guerra civil, en especial el verano de 1936. Sin embargo
la perspectiva me parece, por muchos
motivos, original puesto que la
autora misma, como narradora en primera persona, reconoce que no había sentido
nunca el deseo de revolcarme
(literariamente) en las remembranzas maternas de la guerra civil…, pero que
se dio cuenta que, de alguna manera, había llegado el momento de plantearme ese paréntesis libertario que
concibe también como paréntesis literario
que no tuvo equivalente en Europa. Ese paréntesis fue durante mucho tiempo
ignorado, dice la autora, ocultado por intelectuales españoles y franceses, por
el presidente Azaña, que negándola
esperaba recibir el apoyo de las democracias occidentales. Negada también
por Franco que redujo la guerra civil a un enfrentamiento entre la España
católica y el comunismo ateo (81).
Sí,
la autora habla de esa revolución inspirada en el anarquismo, única en el mundo,
que despertó en muchas personas que vivían de su trabajo, como Montse (la madre
de la autora), una pura fascinación. Esa
fascinación incluyó a escritores como Simone Weil, Gaston Leval, Albert Camus o
George Orwell que vinieron a España a involucrarse en la posibilidad de una
revolución libertaria. Orwell recogió esas ilusiones y ese compromiso en su
excelente Homenaje a Cataluña, en la
que describe el bullicio anarquista que se vivía en Barcelona y la borrachera
de libertad de los primeros meses de la guerra civil, justamente de los que
habla la autora en No llorar. Simone Weil manifestó su simpatía hacia Georges
Bernanos, con un gran protagonismo en esta novela, porque el autor, en las
antípodas de sus ideas, había sabido sumergirse en la atmósfera de la guerra
civil y supo resistirse a ella.
La
autora y más originalidades
La autora Lydie Arjona, nacida en Francia en 1948,
de padre y madre españoles, exiliados por ser de izquierdas en el país vecino,
escribe una obra en frañol, un
híbrido de francés y español que es lo que hablaba su madre y tantos otras
personas exiliadas en el sur de Francia, una lengua llena de incorrecciones,
barbarismos, neologismos y confusiones, además de muchas palabras en español
(que en el libro se señalan en negrita puesto que son palabras que aparecían en
español en el original). Tantas palabras en español no gustaron al presidente
del jurado del premio Goncourt, el crítico literario Bernard Pivot, que pese a
ello la consideró como una novela de calidad y escritura muy original. La
autora logró el premio en 2014.
La novela tiene varias voces narradoras: la voz principal,
Montse, que recuerda ya con 90 años su verano glorioso del 36 en 2011, la de la
autora, y la de Georges Bernanos. Lydie Salvayre orquesta, con ironía y emoción
tierna hacia su madre, una gran diversidad de registros, una especie de
polifonía entre lo vulgar y lo sublime que son el resultado de su doble
cultura. Destaca, en este sentido, la incorporación en el relato de información
sobre el trasfondo histórico, por ejemplo, “La pequeña lección de depuración
nacional” (75-81), que repasa los discursos de la práctica de la depuración,
los delatores, los comités, los métodos, las fases, el refinamiento y el
perfeccionamiento de la depuración.
La
novela
La autora enfrenta la historia de Montse, que vivió
la revolución libertaria los primeros días de la guerra civil, con la del
escritor Georges Bernanos, monárquico, de derechas y católico que estaba en
Mallorca el verano del 36. Por sus ideas apoyó al bando insurrecto, incluso su
hijo entró en Falange, pero al conocer las atrocidades cometidas por el bando nacional con el visto bueno de la
Iglesia católica, renegó de su postura inicial, tal y como describió en su
ensayo Los grandes cementerios bajo la
luna, que Simone Weil tanto admiró.
La Iglesia española ha dado a conocer con la guerra su rostro horripilante (107).
Los recuerdos de Montse se van desgranando con la
autenticidad de las fuentes orales y alrededor siempre de una copita de anís.
Un anís, querida Lidia. En los tiempos que corren, es una precaución que no está, digamos, de más (213).
Así cierra su hija la novela, un cierre que implica
un llamamiento respecto a que las palabras que se han recogido no son solo
pasado sino presente. Y es que la historia no se repite nunca pero las actitudes
de las personas, sí.
El verano radiante de su madre, que tuvo que pagar
duramente con el exilio y un marido estalinista al que no amaba, se va
contraponiendo al año lúgubre de Bernanos, cuyo
recuerdo quedó hincado en su memoria como una navaja que le abría los ojos (213).
Dos escenas de una misma historia, dos experiencias y dos visiones que
confluyen sorprendentemente. No esperemos dos visiones, una de cada bando,
porque no es tan fácil ni previsible esta historia.
Mi
párrafo favorito trata de Josep, el hermano de Montse, y de su utopía
libertaria (190-191).
Luego su fe fue tambaleándose poco a poco. Se desencantó. O más exactamente atravesó un periodo en el que ni pudo creer del todo en su sueño, ni renunciar del todo a él.(…)Ese soñador definitivo que había perdido definitivamente su sueño se hundió en una pena que era la pena por su rebeldía, la pena por su infancia y la pena por su inocencia.
Una
conclusión
El exilio supuso para Montse aprender una nueva
lengua, nuevos hábitos de vida y de comportamiento, y especialmente NO LLORAR.
Merece la pena su lectura aunque encontré un cierto
desequilibrio de calidad entre la primera y la segunda parte de la novela.
Admito que en narrativa me da bastante pereza leer una trama que pivota sobre la guerra civil. Sin embargo es una temática que sí me gusta leer mediante el ensayo histórico.
ResponderEliminarLa verdad es que has hecho una presentación atractiva de la novela y podría ser una lectura futura, porque ese carácter autobiográfico confiere a la ficción un anclaje con la realidad que me atrae para ese tema en especial.
Supongo que todo exiliado sufre una crisis de identidad, y la primera pérdida de esa identidad empieza, precisamente, por el lenguaje. El “frañol” no deja de ser un idioma “fracturado”, porque todo se fractura en esas personas.
Abrazos Laura!
No tiene nada que ver con la novela histórica que también se me atraganta. Es una novela muy fresca, original y centrada en aspectos parciales, entre los que destacan los primeros meses de la guerra, visto desde los dos bandos enfrentados y en los que triunfa un modelo que está en las antípodas el uno del otro.
EliminarNo tenía ni idea de que se hablaba del frañol como hecho generalizado, sí se que, aun hoy, los bachilleratos españoles en el sur de Francia tienen mucho éxito.
Abrazos y buena semana!!
Muy atractivo el libro para mí. Gracias por describirlo. Comparto las opiniones de la autora sobre la (mala) suerte que corren las revoluciones libertarias. Al ir contra todos los poderes, terminan en la cuneta, y eso que los emergentes suelen echar mano de este movimiento para escalar.
ResponderEliminarLeo también la reseña de "la casa del mirador ciego" y me vuelven las envidias sobre tus lecturas.
(Gracias por las gracias a la velablanca en Lizano).
Abrazos (blancos).
Ignacio
Cualquier momento político convulso desencadena una lucha por el poder en la que el anarquismo se desenvuelve mal precisamente por rechazar los instrumentos organizativos políticos y su deseo de destruir el poder y no de constituir otro. Simplificando es eso lo que ocurrió en 1936. Hoy existe otra de esas luchas por el poder en los que los emergentes utilizan aquello que creen que les funciona para patrimonializar un movimiento (el del 15 M) que tenía rastros ácratas. Un tema que da para largo.
EliminarGracias a ti y un fuerte abrazo!!
Me interesa el tema del anarquismo porque, en su día, recibí una información muy sesgada.
ResponderEliminarEn el mundo libertario, como en otros, se ha dado una dualidad: los partidarios de la acción sindical no violenta frente a los de la acción directa. Normalmente siempre se asocia anarquismo con violencia, con el terrorismo ávido de sangre y creador del caos. Hubo, es cierto, seguidores de esa línea execrable, pero también muchos anarquistas lucharon por la libertad, el bienestar social y una serie de derechos individuales y colectivos. Entre unos y otros hubo luchas internas.
Tomo nota de tu recomendación bibliográfica, U-topía
Un abrazo
El poder ha hecho bien su labor de desprestigio porque en otros muchos movimientos sociales se ha recurrido a la violencia, especialmente el nacionalismo, pero también el socialismo y el comunismo y a ninguno de ellos se le asocia la violencia como al anarquismo. Pocos movimientos tienen en su haber tan poca violencia como el anarquismo, ¿qué dices del nacionalismo y su influencia decisiva en las dos guerras mundiales con millones de muertos? ¿Y el estalinismo y, en general, la violencia provocada por los partidos comunistas? El propio liberalismo en el siglo XIX. Pero... es el anarquismo el que carga con esa rémora.
EliminarMe alegra mucho que te interese el tema, Luis Antonio.
Un abrazo!!
Posiblemente necesitamos otro paréntesis libertario, sin consecuencias fratricidas, por supuesto.
Seguro que es un libro muy interesante que, intuyo, abrirá muchos ojos.
De momento me quedo con la cita, que me gusta porque así lo veo, 'la iglesia española ha dado a conocer, con la guerra, su rostro más horripilante' (el más lo añado yo)
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Ya sabes quién puso las consecuencias fratricidas, desde luego no fue el anarquismo sino el ejército.
EliminarMás que abrir los ojos, da una imagen de la alegría, la ilusión y la pasión de gente sencilla ante la posibilidad de una revolución social. Pero ésta tenía muchos enemigos dentro de la "izquierda", por no hablar del bando insurrecto, claro. Demasiado en contra. Sin embargo quien lo vivió (y yo he conocido gente y he leído a gente como Orwell, jamás lo olvidaron).
El catolicismo fue y es un factor de retraso, ignorancia y conservadurismo que debería valorarse cuando somos tan laxos con la institución.
Abrazos!!
Nos remite a unos tiempos tremendos, de grandes esperanzas y desesperanzas, que para muchos, sobre todo los mas jovenes, han caido ya en el olvido...
ResponderEliminarTomo nota, amiga
Un abrazo
Sobre todo el lado esperanzado fue eliminado por los vencedores.
EliminarUn abrazo!!
ResponderEliminarPues aunque esté escrito desde una línea más original por autobiográfica (o así lo he entendido), no me entra la curiosidad ahora mismo... La temática de la 'Guerra Civil' satura un poco ya...
Buen finde!
Besos, petons, muxus y achuchón apretao!!!!
:)
Daba por hecho que así sería pero esta es una propuesta original que quizás encuentre un rinconcito en tu libreta de posibilidades.
EliminarBuenísima semana y descarga de besos, petons, muxus y achuchones, jajajaja
Supongo que ningún partido político tenía interés en que de demostrara la viabilidad del anarquismo como forma de organizar la sociedad ni siquiera en un pequeño pueblo. Parece una novela muy interesante. Un beso.
ResponderEliminarSolo los trotskistas del POUM (y en algunos aspectos como las colectivizaciones, algunos sectores socialistas) estuvieron al lado de la revolución propuesta por el movimiento libertario. Es interesante, te la recomiendo.
EliminarUn beso.
Aunque haya mucha literatura sobre el tema, nunca será suficiente y si, como dices, está tratado con originalidad, habrá que tenerlo en cuenta.
ResponderEliminarAbrazo!
Es una etapa de nuestra historia secuestrada durante casi cuarenta años y hay que ponerse al día de muchas cosas. Cada disciplina puede aportar lo suyo pero rechazo que se escriba sobre el tema porque vende, me parece que no es el caso de esta obra que nos viene desde Francia.
EliminarUn abrazo!!
El anarquismo siempre ha sido más juzgado que entendido porque siempre fue un movimiento incomodo que cuestionaba el principio de autoridad que es el vértice desde se han asentado el resto de las ideologías de uno u otro signo.
ResponderEliminarPor lo tanto, todos los autoritarios que se solapan tras las ideologías, ni pueden ni pudieron entender el sentido del movimiento libertario que ha avanzando a través del tiempo y de todos los espacios contaminando al resto con su presencia constante. Porque la verdadera naturaleza del anarquismo trasciende al fenómeno político y militante y es algo más relacionado con la necesidad psicológica de la rebeldía individual frente a las imposiciones del poder.
Por eso no hay una dualidad entre anarquismo sindical, político o literario.
Tan anarquistas son Durruti, Pestaña, García Calvo, Thoreau o Tolstoi por decir algunos nombres conocidos.
Bernanos es autor del "Diario de un cura rural" que es la novela que inspiró una obra maestra del cine de todos los tiempos dirigida por Robert Bresson. Por lo poco que sé era un hombre que vivía su experiencia católica de la forma angustiada y existencial de Unamuno.
Un abrazo
Me gusta diferenciar entre anarquismo y acracia porque me parece más profundamente incómodo el segundo que es el que tu mencionas. Mientras el primero cuestiona toda forma de gobierno y Estado, el segundo cuestiona todo tipo de autoridad que, en efecto, va más allá del gobierno o el Estado.
EliminarTambién estoy de acuerdo que lo que aporta la acracia va más allá del concepto de revolución para plantear como propuesta la rebelión que pone en cuestión todos los prejuicios asumidos por la persona individualmente y que tan difícil hace que la revolución triunfe. Eso provocó algo de lo que estuvo ajeno el marxismo, el interés por múltiples aspectos vitales como la alimentación, el contacto con la naturaleza, la regulación de la natalidad, el amor libre, la educación y tantos otros aspectos que significaban una propuesta de renovación interior en paralelo a la lucha social.
Puesto que la acracia no es una doctrina monolítica y cerrada (eso iría en contra de su propia idiosincrasia) resulta más fácil que confluya con cualquier heterodoxia y que, en efecto, se meta por cualquier rendija contaminando otros movimientos. Así que coincido con tus apreciaciones.
No he leído nada de Bernanos, por lo que dice Salvayre, además de angustiada y existencial, bastante coherente, cosa muy difícil en la coyuntura de los años treinta. Las alabanzas de Simone Weil me motivan a buscarlo para leerlo, ya veremos.
Un abrazo!!
Buena descripción de la novela, me interesa conocer mas sobre el anarquismo.
ResponderEliminarGracias. Puede ser un buen acercamiento Boris.
Eliminar
ResponderEliminarPienso que la ubicación espacio temporal de una novela, no tiene por qué mermar el interés que despierte, por manido que sea el tema, máxime si como entiendo en este caso la guerra civil no es más que el encuadre histórico donde desarrollar la trama íntima y personal de los protagonistas. Cualquier guerra del pasado ha hecho correr ríos de tienta, la nuestra reciente por ambos motivos aquí, más que ninguna, pero como tu, creo que la óptica más desconocida y por ello interesante es al de los anarquistas. Seguramente además los grandes perdedores, siendo el baluarte ideológico de todo el movimiento sindicalista de este país, fueron borrados del mapa al término de la contienda. Fagocitados entre ellos mismos por incontinencia de los beligerantes extremistas y debilidad de los moderados. Compartían esa idea utópica y preciosa tuya de empoderamiento social en el que como tú tb creo pero veo muy lejano ante la falta de generosidad, reflexión y compromiso del que como sociedad, adolecimos en el pasado, más menos como hoy, aunque hayamos avanzado un poquito, pero no conseguimos superar el momento circo romano vemos carnaza y se nos inyectan los ojos en sangre olvidándonos de todo babeando de gusto. Seguimos siendo primitivos por dentro, tras miles de años sobre la Tierra .. por eso ha sido y serán siempre malos tiempos para el idealismo libertario, hacen de ariete agrietando y desaparecen en el tumulto, fagocitados por ellos mismos y el sistema contra el que luchan... Quizá en en un futuro que ni tú, ni yo veremos ... quizá y ojalá!
Mil gracias por tu propuesta como siempre y un beso grande LAURA.
María, hay mucho que matizar en lo que dices pero prefiero remarcar algo que mencionas y que pone en valor las ideas ácratas: la necesidad de la rebelión interior, debemos acercarnos a un ser humano con valores solidarios, colaboradores, cooperadores, basados en el apoyo mutuo. Depende de nosotras/os, no todo es tan difícil de realizar, los medios para llegar al fin es lo importante. No me planteo el fin, quizás nunca llegue, la rebelión y la revolución está en los medios y eso sí es factible a pequeña escala que se puede ir ensanchando.
EliminarEspero haberme explicado. Empoderamiento y sororidad querida María, ahí nos encontramos seguro.
Gracias a ti por tu comentario, un beso y un fuerte abrazo. Feliz semana!!
Pues sí, a pesar de las mil novelas sobre la guerra civil quizás la faceta de la revolución anarquista en Cataluña y Aragón sea la menos tratada, lo cual no deja de ser sospechoso. Fue el único momento de la historia en que el anarquismo pudo poner en práctica su revolución, con notables resultados. Bien que esta novela lo saque del olvido.
ResponderEliminarSí, muy sospechoso pero fácil de entender puesto que sus herederos/as sin el poder que da el apoyo popular quedaron al margen del discurso que se oficializó en la izquierda respecto a la guerra civil y la revolución. Al anarquismo no solo lo ignoran y lo banalizan las derechas democráticas o no, sino también la izquierda.
EliminarSuena atractivo, así que lo apuntaré. Me parece una buena combinación para el libro de Mendez.
ResponderEliminarEn otro orden, me gusta mucho esta nueva estructura que le has dado a las últimas reseñas. Y aquí ando entretenido con el libro de Baschet.
Un gran abrazo!
Creo que te gustará esta novela.
EliminarOh!! Gracias, quería cambiar un poco y dar más dinamismo a las reseñas y de momento me siento cómoda, si te gusta a ti también, me anima a seguir.
A ver que conclusiones extraes de Baschet,quizás me anime a leerlo.
Un gran abrazo!!
Creo que podría gustarme. Lo apunto.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tus impresiones.
¡Nos leemos! :-)
Gracias a ti, a ver si te gusta si finalmente lo lees.
EliminarNos leemos, sí!!
Mi madre se llamaba Lydia...siempre me atrajeron las ideas anarquistas.
ResponderEliminarUn abrazo y buen comienzo de semana Laura.
Causalidades de las que tú hablas y que tan acertada me parece a mi esa manera de traducir las casualidades.
EliminarAbrazos y casi casi, buen finde!!
Interesante.
ResponderEliminarBuena semana.
Un abrazo.
Igualmente, Amapola Azzul!!
Eliminardesde luego tiene buena pita..un saludo desde Murcia...
ResponderEliminarSaludos!!
Eliminar
ResponderEliminarBueno, ya veremos entonces...
Es raro que no hayas publicado, pero igual has cambiado de rutina...
Sea por el motivo que sea, espero que no sea por nada malo para ti.
Buen fin de semana!!
Con otro puñado de besos, petons, muxus y un apretado y cálido abrazo!!!!
:)
Lamento haberte preocupado y, a la vez, me das una alegría por comprobar que sabes el día que publico, muacsssssss
EliminarHe acordado con Marcelo Z publicar el día 1 una reseña de un libro leído conjuntamente.
Muchos muchos abrazos y muy buen fin de semana!!!
No conocía ni la obra ni la autora y me interesa mucho el tema como lo expones. También los aspectos lingüísticos del "frañol"...
ResponderEliminarGracias por tus informaciones literarias de gran valor.
Un abrazo grande!
Gracias a ti por tu visita. Si lo acabas leyendo a aver si te gusta.
EliminarUn abrazo!!
ResponderEliminarMe alegro de comprobar que estás bien y saber que es otro el motivo de no haber publicado el viernes y no el que hubieras tenido algún problema... ;)
Espero poder leerte mañana (me espera un día un poco complicado).
Buen domingo y que empieces con buen pie la semana y Febrero!!
Petonets dominicales a barullo!!!
:)
El luningo, siempre es un día difícil, espero que no se complique en exceso.
EliminarTe deseo lo mismo, empieza bien día y mes, no te agobies.
Abrazos y besos sonoros!!