Por más que he buscado en
mis libretas no he encontrado una posible recomendación que me llevara a
comprar este libro, por tanto, se trata de una novela que adquirí,
probablemente hace tiempo, captada por su portada o por algún otro motivo
relacionado con el tema. Sé seguro que leí una reseña en el blog de Marilú
sobre otra de sus obras, La vida
equivocada, y que ese incentivo me llevó a la estantería de pendientes y a descubrir
que tenía Los amores confiados. De
hecho, cuando comenté en su blog aún no había advertido que tenía esta obra y
mostré mi deseo de leer algo suyo.
Al releer el comentario que
hice, escribí, al hilo de la reseña, que “la lectura es un idioma, y cuando
tenemos la fortuna de compartirlo con un autor o autora y además con más
lectores que coinciden en la manera de encontrar esa vaga familiaridad,
¡¡chapeau!! La suerte nos sonríe y las letras bailan con el mismo son y la
historia es comprensible hasta en las comas y cada frase nos habla despacio
para no hacer ruido...”. Para desdicha mía no ha sido así, pero no adelantemos
acontecimientos.
Los amores confiados (2005) es una obra de 298
pág., cuyo título hace referencia a los amores libres de sospecha, justo lo
contrario del contenido de esta novela que tiene como tema central el amor y
los estragos que puede producir en la vida de las parejas, especialmente si aparecen
los celos.
Luisgé Martín (Madrid, 1962)
es licenciado en Filología Hispánica por la Complutense de Madrid. Ha trabajado
en diversas editoriales y fue asesor de la ministra de cultura Ángeles
González-Sinde (vinculada al PSOE). Defensor de los derechos de los
homosexuales está casado con Axier
Uzkudun.
En los Los amores confiados sorprende un primer capítulo en el que el
autor hace una especie de declaración de intenciones, o de gustos literarios y
vivenciales, que lo aproximan a la realidad trágica de crímenes
extraordinarios, quizás, afirma él mismo, por haber recibido una educación un poco melindrosa (p.
18). Tras hacer referencia a alguno de sus asesinos literarios preferidos,
confiesa acumular recortes de diarios con noticias de asesinatos que, sin
embargo, no ha usado como inspiración literaria excepto en un caso que tendrá
bastante importancia en la novela: el asesinato de una joven en la nochevieja
de 1993-1994 a la que el asesino le arrancó los globos oculares.
El narrador se identifica
con el autor de la novela hasta el punto de que podemos hablar de una especie
de autobiografía en la que el punto de arranque es una relación amorosa en la
que su pareja, Diego, acaba deteriorando la relación por celos infundados.
Cuando se produce la ruptura, el protagonista se afanó…
…en la tarea de inventar una historia que sirviera para representar literariamente mi vida con él. Quería mostrar, a través de un relato, los estragos que pueden crear en el amor los celos (p. 213).
El narrador-autor
encontrará, en la historia de Balbino Carpintero, la historia dramática a la medida de la mía con Diego (p. 257). Al compás de este proyecto
hay otras historias con personajes secundarios de interés que se nos desvelarán
hacia el final de la novela, como la historia familiar de Markus Magath,
finalmente desestimada como historia dramática a la medida de su experiencia
amorosa con Diego.
Aunque los celos son el
pilar a partir del cual se mueven los hilos de la historia, hay muchas otras
reflexiones entre las que destacaría la curiosidad por comprender como un hombre corriente (…) sin enfermedades mentales
graves, puede llegar a convertirse en un asesino (p. 271).
O cómo los sueños siempre son más grandiosos que la verdad a
la que sirven (p. 190) y no digamos si estos están afectados por la
distorsión del amor y/o de los celos. Y es que como dice Víctor Hugo:
… la única parte de mi alma que puedo gobernar es la de los sueños (p. 241).
Y es posible que ese sea el
motivo por el que, tras una tormentosa relación transida por un amor apasionado
y unos celos desbaratados, lo único que se rememora de aquellos años era los instantes venturosos (p. 296).
Seguramente, como concluye el narrador-autor, porque muchas de las
imágenes recordadas no son por completo verdaderas, pues el tiempo embellece con
maquillajes y adornos todo lo que pervive de nosotros. En todo caso, será
en la melancólica vejez cuando aparezca el consuelo de los daños y desdichas de
un amor así. O no, quizás ni aun en la vejez aparezca el consuelo para un
error.
Llegado a este punto final
de la reseña, decir que si la
“lectura es un idioma”, no lo he compartido con Luisgé Martín, no se ha
producido esa bienaventuranza de que las
letras que leo bailen con el mismo son que las que escribe el autor. La
historia me aburrió más allá de la mitad de su extensión por lo que la sintonía
de que cada frase nos hable despacio para no hacer ruido y encontremos una
familiaridad con el autor no se ha producido hasta el final de la novela. En
conclusión, una novela irregular que gana ritmo demasiado tarde para
disfrutarla como a mí me gusta.
No termina de convencerme así que me temo que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarAbrazo!
Pues tiene sus aspectos positivos también, siempre me da mucho respeto decir que un libro no me gusta porque la subjetividad es clara, pero no puedo dejar de decirlo.
EliminarAbrazo!!
No me llama ni el tema ni la manera en la que está escrita la novela. Gracias por la no-recomendación. Besos
ResponderEliminarGracias a ti por tu apreciación.
EliminarBesos
Si esta novela no ha bailado a tu ritmo, el tema de los celos más allá del sufrimiento q generan ¡terrible! fruto de la inseguridad de quien los siente, no es un tema que me motive y encima creo que la inmensa mayoría de los ( homicidas) son circunstanciales o pasionales, cualquiera en un momento podemos cometer un crimen -por más q nos asuste la idea- solo una ínfima minoría son asesinos que premeditan su crimen...los psicópatas o malos malísimos;) ni siquiera estoy de acuerdo con Victor Hugo jaja ¿ desde cuando gobernamos nuestros sueños? ellos nos llevan siempre arrastras.. así que me parece que como los demás, prometo mi ausencia a esta novela que por lo demás te agradezco como siempre nos hayas dado a conocer... saber de qué va y a qué música suena un libro, guste o no guste el estilo o la melodía siempre es estupendo... por eso tú eres mi estupenda reseñadora blogosférica. Gracias! Espero que este agosto que ya se nos termina esté siendo tb. estupendísimo para ti!
ResponderEliminarMuchos besos LAURA! hasta otro ratito.
Cualquier tema me parece interesante desde el punto de vista literario, otra cosa es en otras disciplinas (historia, filosofía, política, etc) que sí soy más selectiva.
EliminarNo comparto esa idea de que cualquiera puede cometer un crimen si no parte de un carácter o una manera de ser que lo hagan posible. Sin embargo si que pienso que cualquiera puede colaborar, guardar silencio o mirar hacia otro lado, en situaciones excepcionales como puede ser el vivir en un sistema totalitario, ante el asesinato o la represión. Cada vez tengo más claro que existen malos latentes, es decir, aquellos que si no pasa nada extraordinario son los típicos que incordían, chinchan, molestan, incluso te joden la vida si pueden. Pero esos "latentes" pueden matar si las circunstancias históricas lo posibilitan, por ejemplo la URSS de Stalin, la Alemania nazi o el Franquismo. A nivel personal es factible que ocurra lo mismo, mi reflexión es más en el ámbito colectivo.
Los sueños dormidos, no, pero los sueños que tenemos despiertos, estoy con Víctor Hugo.
Gracias María, me gusta eso de "reseñadora blogosférica". Un mes estupendo (pese al calor), espero que el tuyo haya sido bueno también.
Muchos besos!!
Luisgé es uno de esos autores que he ojeado de refilón en algunos blogs, y la verdad es que mi interés no ha ido más allá de un rápido vistazo.
ResponderEliminarMe ha gustado tu descripción que comienza así; “la lectura es un idioma,” (…). Suscribo una a una tus certeras palabras hasta el final de ese párrafo!
No soy de los que “cierran las puertas a cal y canto” a ningún autor (salvo por causas severas, claro). Nunca se sabe, tal vez nos encontremos más adelante, la lectura no es un hecho previsible para mí, me gusta llegar a los libros por sendas imprevistas, es un aliciente motivador. Cuídate Laura.
Tengo la impresión que Martín puede llegar a gustarme y, por tanto, no lo descarto.
EliminarTodos los lectores, y tú lo eres de calidad, conocemos esa sensación de comunión con una obra en la que la lectura se desliza con facilidad, aunque la obra no lo sea, ese baile es el que buscamos y no siempre encontramos.
Gracias por tus palabras y cuídate tú también. Disfruta de lo que te quede de vacaciones por el norte.
Abrazos!!
Hola Laura, lamento que este libro no terminara de convencerte, una pena. Por mi parte, la verdad es que no veo nada en él que me llame de forma especial, pero si me topo con él tendré en cuenta tu opinión.
ResponderEliminarBesos.
Bueno, Aglaia, estas cosas nos pasan a quienes leemos, nunca doy una lectura como fracaso, siempre encuentro algo que me ha interesado.
EliminarBesos!!
Esta vez no me voy con el libro apuntado, cosa que también se agradece...
ResponderEliminarBesotes!!!
:)) Pues también tienes razón!!
EliminarBesos!!
Me sumo a la lista de los que agradecen tu no-recomendación, como dice Agniezka. Sí me llevo esa hermoso párrafo sobre la lectura como un idioma común, un encuentro, una felicidad de a dos (o más). Saludos
ResponderEliminarBienvenido por esta casa, un espacio creado justamente para compartir ese idioma común con otros lectoradictos.
EliminarSaludos!
Sin duda es cierto eso de los sueños, o las ensoñaciones, suelen ser más grandiosos que la verdad a la que sirven, y tambien es cierto que nada fue como fue, sino como ahora lo recordamos...
ResponderEliminarEn verdad, no conozco la obra de este autor, ni tampoco al propio autor
Un abrazo, amiga... Te deseo un feliz fin de semana
Así es querido Ildefonso, la memoria nunca se corresponde exactamente con la realidad, creo que está supravalorada desde el punto de vista histórico.
EliminarAbrazos y buen fin de semana!!
ResponderEliminarComo los demás, también me quedo con tu visión de la lectura.
Me llama más la atención, a priori, el que estás leyendo según tu lateral: "El Mundo a través del Libro" (Gemma Gorga).
Ya nos contarás más cositas sobre él... ¿verdad? ;)
Besos, petons, muxus... a tutiplen!!
:)
PD: También me guardo el enlace de 'TED/Roxane Gay'.
Una lectura magnífica, muy recomendable. Sí que contaré algo, sí.
Eliminar¿Te ha gustado Roxane Gay? Me ha parecido tan liberador lo que dice... hace tiempo que me siento mala feminista (y otras muchas cosas más), pero feminista al fin.
Jajajajaja, pues carretadas de afecto!!
EliminarSí... yo también ser una 'feminista suy géneris'... muy suya, muy mía... :P
Un fuerte y cálido abrazo y en él contenido, todo mi apoyo... sobran más palabras, verdad?
Pues eso... ;)
Besos con buen vino o cava y queso!!
:)
Gracias. Sobran más palabras.
EliminarCon queso, será un buen rioja ¿no?
Besos!!
Una de las ventajas que ofrece la escritura es que se pueden cometer crimenes y quedar impune, por celos, por obligación, incluso por sentido del deber, en la busqueda del bien o por salvar a la humanidad de un peligro inminente como hacia superman. Incluso imaginando el placer que el lector o la lectora sentirá al contemplar un homicidio en primer plano. Eso les convierte a ustedes en cómplices. Hoy estoy un poco negro, si. Un beso.
ResponderEliminarUyy, no estoy de acuerdo, ¿cómplices de homicidios de ficción? Si fuera así mi complicidad con el crimen sería inabarcable dada mi afición a la novela negra. Aunque ahora que lo pienso, los que escriben quizás sean más "culpables" que quienes les leemos ¿no?
Eliminar:)) un beso!!
Es cierto, por eso mismo me reconozco, ante este mismo tribunal de papel, múltiple asesino enamorado de personajes sin cuento. Y confieso que, al menos, tuve una cómplice que acentuó los delitos. Un beso.
EliminarUn beso, asesino de personajes sin cuento!!
EliminarNo sé cómo la gente puede ser tan ugnorante y leerte.En esta entrada dejas claro que no has leído el libro, y lo comentas como si acabarás de leerlo.Para mí, Laurita, que no lees ni la mitad de lo que aqui comentas.Primero, porque es imposible leer tanto en tan poco tiempo (en esto me recuerdas a otro blog que sigue Margari, La palabra pronunciada, donde la autora comentaba que leía tres libros en una semana de 500pags cada uno y la gente tan tonta que seguian la corriente, verdad Margari?).Tu haces lo mismo te documentas y luego sueltas la entrada para parecer una entendida.Te sobra glamour, eres eso, una utopía
ResponderEliminarNo tengo otra cosa que hacer que documentarme de lo que no leo y aparentar que leo y que soy una entendida glamurosa.
Eliminar¿Y cuál es su blog, Sr. Anónimo? ¿El de acólitos de autores españoles que no saben encajar una crítica? Lo digo porque como no da pista de su paradero me encantaría saber qué clase de "ugnurante" es usted.
EliminarAnónimo, el que no tiene nombre. Y de eso se trata en el mundo de la literatura, de alcanzar cierto reconocimiento y ganarse el respeto de los lectores. Cual la autora de éstas acertadas reseñas.
EliminarAsí mismo es la misiva armada de falsedad y calificativos denostables con el inútil objetivo de dañar a quién si tiene, un buen nombre. Quién no arrastra distinto bagaje en su ánimo que la triste envidia y el desánimo del odio. Insulta, pero en desde la soledad innominable, resulta incapacitado para ofender.
Qué fácil es vituperar y vilipendiar las palabras de los otros, sin identidad conocida y resguardado cómodamente detrás de una pantalla cómplice. Sospecho que en el fondo de toda ofensa infligida impunemente gravita el dolor de reconocer la propia imposibilidad de abandonar la mediocridad.
EliminarPara ti, U-to, nada mejor que las palabras de Alonso Quijano: 'Ladran, Sancho! Señal... que son perros'.
:)) Gracias Marcelo.
EliminarAbrazos!!
Todavía no estoy listo para volver y ya estoy echando de menos jajajja. Me pasó lo mismo, con Marilú es imposible, debe de cambiar de trabajo y dedicarse a "vender" libros, yo caigo siempre. Me gustó la reseña porque se la llevó a su terreno, la leí como algo independiente a la novela, me gusta la tuya porque confirmas mi reacción ante la novela...
ResponderEliminarY te debo una respuesta. Con John Grady Cole te reencontrarás en el tercer volumen de la trilogía :) Besos.
Por cierto, me encanta lo que lees, cómo lo lees y cómo lo reseñas, este es uno de mis cinco blogs, sí, solo son cinco, indispensables.
Es una excelente contadora de los libros que lee y su crédito viene de que en la mayoría de los casos sus recomendaciones son afortunadas cuando una decide seguirlas, Me pasa exactamente igual con las tuyas, así que, junto con algunos blogs más, soy una de mis referencias lectoras.
EliminarPensaba que lo iba a echar mucho en falta pero Billy es un personaje que enamora, qué maravilla el primer capítulo con la loba.
Gracias Yossi, muchas gracias y un fuerte abrazo. Voy a ver si has publicado algo, si aún no lo has hecho, ya tardas :))
Ayyyy, sois (no soy) una de mis referencias lectoras. Eso pasa por no repasar.
EliminarAy, ay… Los innombrables, anónimo. Lo que escribes y, sobre todo, cómo lo escribes, solo ha conseguido retratarte a ti. "Ignorante", así se escribe.
ResponderEliminarBueno, lo ignoramos ya, adivinando el deseo de Laura. Hablemos de libros entre buena gente.
Fíjate que nunca me había pasado que recuerde...
EliminarPor supuesto, hablemos de libros entre buena gente que es el interés que nos une.
Gracias!!
Yossi y Carlos, gracias.
ResponderEliminarMe he pasado de largo esta reseña en su momento, y he vuelto a ella cuando he podido. No tenía idea del autor, hasta que por ahí encontré un libro de él y me lo llevé. Tengo entendido que tiene buena crítica, en general, aunque por tus líneas éste no parece muy afortunado. Igualmente, haré la experiencia con el que tengo.
ResponderEliminarUn beso grande, U-to!
Cuando lo leas ya me contarás.
EliminarBesos!!