No elegí esta novela, fue un
regalo de una amiga que pidió consejo en una librería alternativa (por sus
actividades culturales asociadas a la librería) que frecuentamos. Fue una mujer
veinteañera quien se la recomendó y digo esto porque, quizás, sea relevante ese
dato; o no, no lo sé.
La novela es bastante breve,
155 páginas, y su título trata de reflejar, supongo, el modelo de trabajadora
actual en precario.
Elvira Navarro (Huelva,
1978) es licenciada en Filosofía y una escritora relativamente novel puesto que
esta es su cuarta obra, publicada en el 2014. Es autora de un blog, Periferia,
sobre los barrios de Madrid en el que explora los espacios limítrofes y
periféricos de la gran ciudad. Algo de ese interés aparece en esta novela.
El tema: dos mujeres
jóvenes, bueno una joven y la otra, cuarentañera que parece joven, más por la
vida que lleva que por otra cosa. Susana y Elisa, comparten piso por falta de
recursos económicos para poder vivir solas. Lugar: Madrid, en concreto Aluche,
un barrio de la periferia madrileña (que conocí en circunstancias parecidas a
las de ambas protagonistas hace unos cuantos años), una zona limítrofe. Empleos
precarios, salud mental precaria. Ambas situaciones vinculadas por la
desesperanza.
Todo lo que cuenta sé que es
real, sin embargo, yo que soy capaz de creerme que una mujer se enamora de un
oso, no me creo la historia que me cuenta Elvira Navarro. Hay algo impostado,
algo teatral, que no me ha permitido conectar con nada de lo que me explica, de
hecho solo he logrado destacar un párrafo que habla de bibliotecas.
No se trata de que un
escritor nos cuente la “realidad”, eso lo hace cualquier periódico o medio de
comunicación. Se trata de que elabore una historia llena de vida en la que
palpite el aliento y transpire el agobio de la precariedad y la enfermedad
mental que puede estar asociada a ella.
Byung-Chul Han
en La sociedad del cansancio, parte
de la idea de que toda época tiene sus enfermedades emblemáticas y la actual es
la neuronal (con enfermedades como la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad
–TDAH-, el trastorno límite de la personalidad –TLP- o el síndrome de desgaste
ocupacional –SDO-). Estas enfermedades no son infecciones, son infartos
ocasionados por un exceso de positividad.
Desaparece la otredad y la extrañeza propia de la etapa viral e
inmunológica y es sustituida por la diferencia
que no produce ninguna reacción inmunitaria ya que el paradigma inmunitario no
es compatible con el proceso de globalización y de hibridación. La desaparición
de la otredad significa que vivimos en un tiempo pobre de negatividad, aunque
la violencia puede aparecer también de lo idéntico.
Lo idéntico no conduce a la formación de anticuerpos ya que en un sistema
dominado por lo idéntico no tiene sentido fortalecer las defensas del
organismo. La violencia de la positividad, que resulta de la la
superproducción, el superrendimiento o la supercomunicación, no es “viral”; el
agotamiento, la fatiga y la asfixia ante la sobreabundancia tampoco son
reacciones inmunológicas porque carecen
de negatividad. La violencia de la positividad no es privativa, sino
saturativa; no es exclusiva, sino exhaustiva. Por ello, es inaccesible a una
percepción inmediata. La violencia neuronal no parte de una negatividad extraña
al sistema, más bien es sistémica, es
decir, consiste en una violencia inmanente al sistema.
Lo que cuenta Navarro está contado ya en otros
ámbitos, a ella le tocaba construir una historia y, desde mi punto de vista, no
lo logra, así que todo es un discurrir errático, sin emoción y sin verdad.
Pues me dejas pasmado. Como tantas otras veces, por aquí no se ha dignado a aparecer, pero yo lo tenía apuntado tanto como tú y leyéndote me entraron las dudas.
ResponderEliminarTenía buena crítica en general por allí donde salió, pero si la historia no te resulta creíble, pues...
De todas maneras, te agradezco las líneas porque encienden la alarma como para que al menos, si llega, lo hojee antes de decidirme.
Además, lo entrelazas con algo que sí he leído -gracias a tu recomendación- y lo opaca aún más.
Un gran abrazo, U-to!
Me parece que quiere captar lectores/as al abrigo de las consecuencias de la crisis actual en España. me parece que para hacer una buena novela sobre la realidad que nos rodea hay que hacer algo más que sumar los hechos que la componen (empleo precario, convivencia en un mismo piso de varias personas, enfermedad mental, etc). Para mi alguien que lo hace extraordinariamente bien es Rafael Chirbes.
EliminarMe gusta mucho Han, he leído todo lo publicado de su obra aquí.
Abrazos!!
Gracias, guapa y un beso fuerte.
ResponderEliminarAbrazos!!
EliminarHola Laura.
ResponderEliminarTe leo y, salvando las distancias, parece que estoy ante una de esas películas en la que los actores, obsesionados por meterse en el personaje y resultar creíbles, sobreactúan, fuerzan los gestos, la dicción, el tono de voz y al final todo fluye de una manera antinatural.
Y ojo, yo celebro que se intente reflejar, en clave literaria, nuestro particular “viacrucis” histórico, es decir, la crisis económica y social que nos asola.
Que duda cabe que esta penosa situación, presenta muchos aspectos que necesitan la mirada profunda de un escritor para poner escenarios, caras y nombres a este drama, hasta lograr que nos sintamos en la piel de los personajes, y que a través de ellos hagamos una reflexión de todo lo que acontece a nuestro alrededor… ese es el resultado si la ficción resulta del todo creíble.
Fíjate el retrato que hizo Victor Hugo con “Los miserables”. O Como indicas también, Rafael Chirbes, no lo he leído pero todos parecen coincidir que el abordaje literario que hace de la crisis desprende tal honestidad que lo crees sin dificultad.
Cambiando de tema. Es interesante detectar cómo cada época presenta sus paradigmas existenciales.
Me parece que Byung-Chul Han, establece un buen punto de partida al concebirnos como una sociedad que ha pasado a una fase “neuronal”. Vivimos en una era de tal impacto informativo, tecnológico y visual que el cerebro tiene que procesar miles de estímulos en tiempo record. Por todo ello, supongo que nuestro sistema nervioso está en pleno proceso de transición de una forma de vida a otra (a nosostros nos ha tocado vivir un cambio profundo de paradigmas), muchos pagan las consecuencias en forma de todo tipo de trastornos emocionales, psíquicos, etc.
Las futuras generaciones lo tendrán grabado en su código genético, lo vivirán naturalmente.
Un abrazo!
Muy acertado lo que dices al compararlo con una película impostada de la que no te crees nada y sales del cine mosqueada.
EliminarHablar sobre la realidad que nos rodea es tan difícil o fácil como hablar del siglo III a.C. Me disgusta mucho que intenten darme gato por liebre y esa es la impresión que he tenido con esta novela. La previsibilidad, el saber lo que viene a continuación es algo que tampoco perdono.
Luego he leído un cuento suyo en la revista Turia y me ha gustado más sin entusiasmarme.
Han diferencia entre la etapa viral en la que hay un "otro", el virus siguiendo con el ejemplo, del que hay que defenderse y el cuerpo crea defensas, respecto a la etapa neuronal en la que todo es positividad, se destruye la negatividad, y por tanto al no existir lo "otro", el cuerpo no se defiende y acaba generando enfermedades como la depresión, el estrés laboral, etc. en las que encima parece que la culpable, por ejemplo de estar en paro o de no aguantar la competencia, es una misma. Es mejor que lo leas tú si te parece interesante, son obras breves que no suelen llegar a cien páginas.
Abrazos!!
Bien, pues esta vez está claro que no me lo apuntaré: no terminaba de convencerme el argumento y, con lo que cuentas, tampoco me quedan muchas ganas. Es una pena que las lecturas no siempre estén a la altura de las circunstancias.
ResponderEliminarAbrazo!
Es una opinión muy personal, pero no puedo dejar de decir lo que pienso. Una decepción, la verdad.
EliminarAbrazos!!
ResponderEliminarUy... no tengo ganas de seguir currando fuera de...
ni siquiera por la posibilidad de sentirme identificada...
Como que éste no va para la lista...
Te van a empezar a temer como a los críticos gastronómicos... :P
Buen finde!!
Besos, petonets!!!!
;)
:)) No creo que se enteren los autores/as y el alcance de este blog es limitado, pero no puedo dejar de decir lo que me provoca una lectura. Y esta es para olvidar.
EliminarBuen finde y un gran abrazo (aquí sigue haciendo un calor increible).
No entiendo del todo como hemos llegado a la situación en que estamos, con una generación desperdiciada... Sin duda, los poderosos, los que realmente mandan desde una posición oculta, querían que pasara lo que está pasando, pero ¿solo por su inmensa codicia? ¿O hay algo mas, que no llegamos a captar?
ResponderEliminarEsta claro, cada vez mas, que el mundo lo dirige una mano negra, y que realmente no sabemos nada
Un abrazo fuerte, amiga
Me parece que la base es la codicia, pero también el poder y la dominación. La mano negra es el capital que solo tiene una ley: el beneficio.
EliminarUn gran abrazo!!
Una novela para olvidar por lo que deduzco de la reseña. La gran ciudad exagera las características de nuestra sociedad. Y lo que unos encuentran de bueno, otros lo ven como graves inconvenientes. Conocí Aluche hace tanto tiempo que era un lugar para pasar los fines de semana y descansar a la fresca, antes de que el metro suburbano, fagocitara el barrio, casí pueblo, y llegará hasta allí, la sociedad del cansancio. Me pareció, entonces, un paradigma de silencio y tranquilidad. Un beso.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista sí, es para olvidar.
EliminarVaya, me sorprende esa visión de Aluche, yo lo conocí de barrio dormitorio, como una colmena.
Besos!!
Pues me quedo un poco fuera de juego con Elvira Navarro, de este libro he leído comentarios en prensa muy favorecedores peor reseñas escasas, de modo que no me he animado a leerlo. Claro, viendo tu percepción croe que tampoco.
ResponderEliminarRespecto al segundo comentario la propuesta es muy sugestiva, no conocía a Han, o no lo recordaba al menos. Me surge una curiosidad ¿cómo interpretas el título?
Abrazos
Han sostiene en sus libros que la sociedad actual, la neoliberal, es una sociedad de rendimiento ya que convierten al ser humano en “máquina de rendimiento”, cuyo objetivo consiste en el funcionamiento sin alteraciones y en la maximización del rendimiento. El reverso de este proceso estriba en que esa sociedad de rendimiento y actividad produce un cansancio y un agotamiento excesivos. Estos estados psíquicos son precisamente característicos de un mundo que es pobre en negatividad y que está dominado por un exceso de positividad. El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas, que aísla y divide. Este cansancio atormenta con la incapacidad de mirar y la mudez, solo el YO llena por completo el campo visual. Estos cansancios son violencia porque destruyen toda comunidad, toda cercanía...... Es largo de explicar pero por ahí iría la explicación del título.
EliminarAbrazos!!
"La trabajadora", una novela que no he leído, pero que si echas un vistazo por Interner, tiene muy buenas críticas entre entendidos de la Literatura.
ResponderEliminar¿¿"Entendidos"??, me parece estupendo, yo solo digo lo que pienso de mis lecturas, seguramente no soy "entendida".
EliminarSí, hija, sí ENTENDIDOS. Entre ellos. el profesor Ricardo Senabre ¿te suena? No me digas que estás a su altura...Leer tanto es una utopía, por eso elegiste ese nombre porque no has leído ni la mitad de lo que comentas.Como yo no leí tu enteada y viste ironía donde no las hay, "entendida no entendidilla".
ResponderEliminarReitero, digo lo que me parece a mi, no te ofendas tanto. Y por cierto, leo más de lo que aquí aparece y trabajo y hago muchas más cosas...
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