viernes, 16 de septiembre de 2011
NADANDO CON EL RAYO DE SOL … Y LEYENDO A ALICIA GIMÉNEZ BARTLETT
El 16 de septiembre del año pasado hice esta entrada:
“Quienes me conocen saben cómo me gusta nadar. Empecé por un problema de salud (mis constantes dolores de espalda) y ahora forma parte de mi rutina semanal.
El centro de deportes municipal en el que nado tiene unos grandes ventanales a considerable altura de la piscina. A través de ellos miro si continua haciendo sol o llueve o está nublado. Pero, últimamente, tengo la inmensa suerte de que un rayo de sol entra en diagonal por uno de los ventanales y va a instalarse justo en el inicio de la calle cuatro. En cuanto entro a la piscina miro cómo está la calle cuatro, no quiero perderme esa cita que cada mañana, hacia las 8,15 h, tengo con ese rayo.
Es imposible que mi rayo pueda transmitir calor, pero yo disfruto entreteniéndome un segundo a su calor, entrecierro los ojos e inicio la calle. Mi encuentro con ese rayo sólo dura un par de metros, así que nado rápido para volver de nuevo al inicio y disfrutar de nuestro contacto.
Ya sufro pensando que un día no vendrá a la cita, no tenéis ni idea de lo bien que se inicia al día acunada por un rayo de sol y rodeada de agua.
Confío que pase inadvertido esto que se cuece entre un rayo y yo”.
Efectivamente, algunas semanas después de este escrito, el rayo me abandonó, volviéndose más triste mi rutina natatoria. Casi había olvidado este “asuntillo” entre el esquivo rayo y yo, pero esta semana, fiel a su cita, ha vuelto a cortejarme. Incapaz de rechazarlo a pesar de su inconstancia, le he dejado que me rodeara y me trasmitiera la calma que mi ser inquieto siempre necesita.
Y LEYENDO A...
ALICIA GIMÉNEZ BARTLETT, Día de perros.
El libro lo compré porque, como ya dije en el comentario de la primera novela de la serie de Petra Delicado, Ritos de muerte, los personajes me engancharon y sobre todo el sentido del humor que desprende la autora a través de ellos. Como no había leído nada decidí empezar por orden y ésta es la segunda novela de la serie (espero encontrar todas).
La novela está en mi mesa con una bola de cristal, que lleva conmigo muchossss años y que tiene un gran valor sentimental, me sirve para que no se levante la tapa. La novela tiene 324 páginas y en gran parte la he leído en el tren camino de Barcelona porque no podía llevarme el “tocho” de mil páginas de Follett (que curioso tienen apellidos acabados en dos tes). El título hace alusión al centro de la trama, que gira en torno a los perros, pero, ya sabéis, que es una frase hecha para hacer referencia a un mal día, y algún mal día tienen ambos personajes de la serie, especialmente el último: Delicado y Garzón.
Sobre la autora no añadiré nada puesto que ya hice una reseña en la anterior novela.
La trama se desarrolla en torno a un caso que, Petra Delicado y Fermín Garzón, han de resolver: han encontrado malherido a un individuo del mundo de la marginalidad barcelonesa que acaba muriendo por la paliza que le dan. Su compañero de fatigas, un perro, que Delicado bautiza como Espanto, tan marginal como él, es el único que conoce lo ocurrido. A partir de este caso tan poco brillante, los dos policías se adentran en un mundo sórdido y cruel, que tiene como trasfondo el mundo de los perros. Paralelamente al caso se desarrolla la vida personal de ambos policías, su vida afectiva y amorosa provoca los momentos más suculentos, con un sentido del humor ácido y, a la vez, tierno que los hace cercanos. El trasfondo de Barcelona está siempre presente demostrando que la autora conoce la ciudad, algo lógico puesto que vive en ella.
FRAGMENTOS:
Petra Delicado conoce a un guapo veterinario:
--- “¡Dios, no podía ser real!, era tierno, inteligente, varonil, simpático. ¡Habría sido capaz de adoptar una boa constrictor si él me hubiera cantado sus excelencias! Si no conseguía llevarme a aquel tipo a la cama, no podría volver a darme rimel frente al espejo sin sentir desprecio por mi misma” (pp. 44-45). JAJAJAJA!!!!
---“(…) había gente tan molesta como esos insectos que vienen a morir a tu vaso de whisky y hay que apartar con el dedo” (p. 46).
Otra escenita con el guapísimo veterinario:
---“Me tomó en sus brazos y empezamos a movernos muy lentamente. Noté que me oprimía un poco más en los momentos especialmente románticos de la tonada. Acercaba su cara a la mía, la rozaba con suavidad. Así que era un clásico, ¡estábamos apañados! Seducción tradicional: música sugerente, penumbra ambiental, cóctel semiseco… Probablemente al salir de allí me propondría ir a tomar la última copa a su casa, y después, al hacer el amor, me susurraría “cariño” aunque no nos conociéramos de nada. ¡Ni hablar, eso no estaba hecho para mí! ¿Por qué iba a soportarlo?” (pp. 98-99). XD, tiene la misma concepción que yo sobre el romanticismo……….jajaja…..
--- “La felicidad amorosa vacuna contra recuerdos dolorosos” (p. 252).
RECOMENDACIÓN: una buena novela negra con un sentido del humor que me encanta. La resolución de los casos de la pareja de policías, nunca te deja la impresión que resuelve un caso y el orden vuelve. No, las aristas y contradictorias son siempre evidentes, extendiéndose a la vida privada de la pareja.
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Lo del rayo de luz que te acompaña mientras nadabas, me ha recordado hace, tan solo, un par de años, cuando nadaba de forma diaria, que un "jodido" rayo de luz me daba en todos los ojos en uno de los movimientos de cabeza, mientras duraba el "puñetero", no hacia más que renegar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me voy a centrar en tu flirteo con el rayo de sol, que me ha parecido hermosísimo y veo bien que le hayas olvidado sus infidelidades y volváis a estar juntos aunque sólo sea unos metros (más tampoco lo resistirías, está pegando fuerte).
ResponderEliminarTe comprendo perfectamenteque te ayude en tu monotonía natatoria, porque a mí se me hace pesadísimo nadar y nadar. Di a tu rayo que le diga a su amiga la luna que me mande a mí otro para alegrarme las calles de la piscina, yo voy a última hora de la tarde.
Laura, yo quiero un rayo así todas las mañanas, qué maravilla, desde luego es una cita que no se puede perder. Finalmente el placer de la vida y el disfrute está en las cosas mas sencillas, y también las mas difíciles de conseguir, ese rayo no está todos los días, no? Me ha encantado, y no importa que los demás sepan lo tuyo con el rayo, una cosa es lo que intuyan y otra la realidad, normalmente dista siempre mucha distancia entre ambas.
ResponderEliminarLas novelas me las apunto, me gusta como hablas de libros, el libro de Lía y Martina lo compraré, lo tengo pendiente, me interesa leer su primera novela.
Un besote y feliz finde
Laura,
ResponderEliminarsiempre tan versátil,pero sí....el rayo,el rayo de sol en lucha que siempre termina venciendo a la sombra,me ha conmovido tanto este pequeño relato tuyo,que no sé si eres tú con esa capacidad tuya de hacer diminutos relatos literarios de pequeños actos cotidianos que a ojos ajenos pasarían totalmente inadvertidos,o soy yo,que cada vez me detengo más en lo pequeño y al final es lo siempre me sobrecoge.
Por cierto,yo como Tracy también voy a nadar a última hora de la tarde,tampoco me importaría nada sentirme acompañada por alguno de los últimos rayos de la tarde,te lo digo,por si tienes influencias con el sol ;)
Un abrazo!
Qué linda tu mención a ese rayo de sol, es una imagen que puedo imaginar, colándose entre las aguas e iluminando todo con magia.
ResponderEliminarEstas cosas simples de la vida que en realidad son extraordinarios deberíamos apreciarlas todos.
Besos.
Me parece muy hermoso tu escrito del rayo, te lo digo muy en serio, tan original como minimalista. Además visualizas muy bien la escena, poética, incluso metafórica (queriéndolo o sin querer). Me ha encantado. Espero disfrutes de tu rayo por unas semanas. A veces lo que nos llena de luz y calor solo lo valoramos en su justa media cuando es más efímero de lo desearíamos. Un abrazo.
ResponderEliminarEres muy generosa con nosotras...gracias Laura.
ResponderEliminarPor cierto, que me llevo "tus chispas de cariño"... me hace ilusión
ResponderEliminarComo siempre el mar es maravilloso para contemplarlo, la fotografía es evocativa, un bello paisaje. Me atraen las tardes frías en la playa. Y de la novela negra soy aficionado hace unos años, y siempre me encanta hallar nuevas lecturas por eso anoto ambas, tengo alguno de Giménez Bartlett para comenzar y leyendo los párrafos que has colocado me han causado mucho agrado. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Muchas escritoras van a envidiar tu espalda, hay allí una clave secreta que te obliga a argumentar hacia la vida.
ResponderEliminarEse rayo, aguja que indica e ilumina páginas y pasajes prestos a ser develados y vividos. Como el amor que surge en la policía o los policías de la trama en contraste con el abandono y victima del desamor del marginado e indigente.
Un abrazo amiga Laura Uve y que tengas un feliz fin de semana!!!
Ese rayo de sol ha decidido volver porque sabe que estabas esperando. Bonita manera de empezar esta entrada.
ResponderEliminarMe gusta Alicia Giménez Bartlett, pero esta no la he leído, me la apunto. Y en cuanto a Diana, voy al blogg, seguro que me quedo.
Besitos
Qué bueno el relato de la piscina, muy hermoso.
ResponderEliminarY que bien me iría a mí esa cita con el agua y el rayo de sol, pero me resisto, aunque mi espalda pene y cruja como un navio fantasma.
Un beso, Laura.
Qué bonito Laura ese romance que tenéis el rayo de sol y tú...
ResponderEliminarDe Alicia Giménez Bartlett aún no he leído nada pero la novela de nuestras queridas Martina y Rosalía sí la he leído y me ha encantado.
Un besito y buen fin de semana
Martina, por supuesto, esa chispa de cariño era para las dos.
ResponderEliminarAbrazos!!
Los rayos de sol son inconstantes, desprejuiciados, pero siempre nos convencen y nos dejamos envolver en sus brazos de oro lìquido...
ResponderEliminarLaura un gusto conocer tu espacio y bienvenida al mio.
yo tambièn te habìa visto en lo de Aristos y habìa pensado en visitarte....son los mensajes telepàticos jajaja.
un abrazo y te llevo a mi casa virtual, -no me gusta decir te enlazo- ese verbo lo debe usar màs el veterinario de la novela, por cierto me pareciò interesante.
Creo que a mí también me ha derivado al rayo de sol, el rayo de luz que a todos en algún momento nos ha -tocado- para iluminarnos se entiende.(Son los de las malas tormentas, los que nos parten). Curioso, siendo los dos rayos de luz...
ResponderEliminarBesos Laura.
Disfruta de tu rayo de luz mientras dure. Creo que es un error pretender prolongar eternamente la magia.
ResponderEliminarUn abrazo
Tengo pendiente leer "Donde nadie te encuentre", de Giménez Barlett. Me apunto también ésta.
ResponderEliminarMe ha encantado tu escrito sobre el rayo de sol. Es tan poético!
abrazo!
He leído varias novelas de Alicia Giménez Bartlett y no están mal para pasar el rato.
ResponderEliminarSon ligeras y agradables.
A mí también me gusta nadar y a veces también viene el sol a saludarme.
Besos.
Me gusta nadar, pero más en el mar. No cuando está bravo, sino medio alegre y soleado.
ResponderEliminarEspero que ese rayo de sol siempre te acompañe, y también esas maravillosas lecturas tuyas.
Un beso.
(me encanta que coincidamos en lo de los paños de cocina. Pensé que era cosa de mi familia rara)
Laura, como siempre, tus reseñas, magníficas y muy interesantes. Sobre lo de la natación: la vida es cuanto menos curiosa, por no decir que cruel algunas veces. Durante unos años, cuando aún somos jóvenes, nos fastidiamos la espalda y otros huesos con el trabajo que nos da de comer, con el que nos dan los hijos y la casa y precisamente entonces, cuando más falta nos haría, no tenemos tiempo para ir a natación (o hacer yoga, como yo solía hacer). Pasan los años y cuando la vida nos da una tregua y ya podemos dedicar tiempo a cuidarnos, el daño sobre nuestros huesos y músculos ya está hecho. De cualquier forma, estoy convencida de que la natación te va fenomenal tanto para la espalda como para el espíritu y además te permite tener un affair interesante con un rayo de sol voluble. Es una pequeña gran cosa que disfrutar.
ResponderEliminarBesos,
Pues nada, disfruta de tu rayo mientras siga viniendo.
ResponderEliminarTe dejo que es mi hora de ir a leer un ratino.
Creo que no podías elegir mejor compañero para nadar, LAURA...te da luz, calor, te abraza y...¡¡además NOOO HABLAAAAA!! :-) ...lo de la inconstancia ya sabes... se soluciona adecuando tu reloj a sus giros y movimientos orbitales... eso sí... me temo que en diciembre te veo nadando a eso de las 5 de la mañana o quizá a las 4 de la madrugada que ahora mismo no se si va hacia la izda o la derecha... bueeno en realidad eso casi no lo sé nunca... tengo un defecto de fábrica:-)
ResponderEliminarDe tus novelas, tomo nota, no las conozco...pero me fiaré de ti creo que eres una devoradora de libros... en fin, sé buena con ese precioso rayo de sol que te acompaña... sé que lo serás ;-)
Un placer LAURA... me pareces alguien muuuy especial y... para eso sí que suelo tener buen ojo:-)
U besito...que no te duela la espalda
Primero de todo.... BIENVENIDAS Y BIEN HALLADAS... Adriana Alba y Maria. Espero que os encontréis agusto en esta mi casa y que podamos compartir muchos rayos de sol...
ResponderEliminarUn abrazo grande!!
Veo que os ha gustado el rayo ehhh..., bueno, excepto a Emilio Manuel......... será posibleeeeee... mira que no gustarte...
ResponderEliminarHoy cuando estaba con él, lo veía iluminar el agua... aysss... que bonito.
Queridas nadadoras noctámbulas (tracy, troyana), poca influencia tengo con la luna (quizás Alice) pero nadar con el reflejo de la luna... ayssss.... que maravilla sería ¿no?
La historia del rayo no es un relato, yo no sé escribirlos, es de verdad..., me gusta lo que dices troyana... es un acto cotidiano que un rayo ha convertido en algo excepcional y yo siempre estoy dispuesta a saborearlo y no dejarlo pasar por la rutina.
Abrazos con el rayo de sol!!
DAVID AMORÓS... gracias, me llegó un soplo cálido al corazón con tu comentario (jajaja.... ya séeee... no te gusta la sensiblería...).
ResponderEliminarTienes mucha razón, lo insignificante, lo efímero... a veces nos pasa desapercibido por las mil ocupaciones y preocupaciones. Por cierto, me gusta cuando el cine lo recoje... ¿qué director dirías que refleja mejor la cotidianidad sin que nos durmamos de aburrimiento?
Un abrazo grande!!
TRACY, a este rayo le voy a perdonar todas sus infidelidades, me compensa y lo comparto sin problemas... me tiene enamorada.
ResponderEliminarBesitos... hasta cuando por Barcelona??? Igual nos cruzamos y no nos encontramos...
ROSE, te confesaré que junto a "mi" rayo, la piscina me proporciona, de vez en cuando, otro aliciente....... algunos nadadores tienen un cuerpo impreionante... si alguno me toca al lado, la mirada se me va........ todo muy casto ehhh....
ResponderEliminarBesos!!
AGLAIA, que nunca perdamos la capacidad para disfrutar con lo minúsculo, que seamos capaces de apreciarlo siempre.
ResponderEliminarMARIO, sé que te gusta el mar en invierno, te lo he leído en alguna ocasión. ¿para cuando una entrada sobre cine negro? Me gusta en novela y en cine.
ARISTOS, soy de ancha espalda, recuerdo cuando se llevaban las hombreras en la ropa... era un drama, muchas me iban pequeñas, mis hombros eran más anchos que el ancho de la blusa con hombreras... quizá sea por mi talla 40.
Ese rayo me guía y me proteje... o eso quiero yo creer...
ELYSA, Alicia Giménez te gustará seguro, es una buena manera de pasar un rato entretenido y con sonrisa, pese a ser novela negra.
Abrazos acompañados por el rayo de sol!!
TESA, todo llegará... es el mejor remedio... al menos el mejor que he encontrado tras visitar a muchos fisios, masajistas, etc.
ResponderEliminarQuizás el yoga... pero yo no tengo paciencia y prefiero andar por libre, no me gustan las clases en grupo.
Besos!!!
NURIA, sip... todo un romance con alguien que no pide nada a cambio... jejeje
ResponderEliminarADRIANA ALBA... debe ser Aristos, su blog es magnético y pienso que los amig@s de él, pueden ser míos...
ISAURA, también me gustan los de las tormentas... pero no había pensado en esa coincidencia.
UNO, de acuerdo niño... la magia hay que disfrutarla mientras exista, generalmente es breve.
Besos y mil rayos de sol acogedores!!!
ZAMARAT, aunque me inspira curiosidad la novela que comentas, no la he comprado. Rompe un poco con el tipo de novela que venía escribiendo y ha sido reconocida con el Premio Nadal. No me gusta la novela histórica y me cansa tanta novela ambientada en la guerra civil y la postguerra (por eso mismo no compre este fin de semana "Las voces de Pamano" de Jaume Cabré, de la que me han hablado muy bien) Espero alguna crítica para decidirme. Espero tu crítica... jajaja
ResponderEliminarBesos!!
TORO SALVAJE, de acuerdo con lo que dices de las novelas de Giménez Bartlett de esta serie, no sé porqué me parece que su humor te pega bastante ¿no es así?
ResponderEliminar¿Será el mismo rayo de sol? Vas hacia las ocho de la mañana???
SUE, no me convence nadar en el mar, y mira que lo he intentado. Me gusta bañarme eso sí, pero para nadar, prefiero la piscina.
Te advierto que tengo broncas a costa del paño de cocina y a costa de tirar comida.
Llevo 14 años nadando de manera continua, ya antes lo hacía pero dejando de nadar a temporadas. En mi caso, la Tesis Doctoral, la lactancia y el trabajo, se fueron sumado para fastidiarme la espalda... pero no me quejo, la piscina para mi es una actividad que me permite pensar sola y aislada durante unos 50 minutos y 70 piscinas. Hice una entrada sobre la piscina... que no sé por donde debe parar...
ERIK, así lo haré.... esa suele ser también una de las horas de lectura mías.
MARIA, me has pillado, me gusta el silencio de la piscina (acentuado por los tapones que llevo), como he dicho en otro comentario, me permite pensar sin orden ni concierto en lo que me viene a la cabeza.
Aleee, Maria, eres un amor... gracias por lo que me dices y seré buena con ese esquivo rayo de sol, eso sí, no lo seguiré, esperaré siempre a la conjunción de finales de verano y principios de otoño para disfrutarlo.
Abrazos y mi cariño iluminado por ese rayo de sol!!
No te creas Laura Uve, tampoco me echa siempre para atrás la sensiblería, solo cuando me parece injustificada y que rompe con el contexto global. Tu pregunta es difícil a estas horas de la noche. Se me ocurre "Solas" de Benito Zambrano que ahora está en la cresta de la ola porque estrena película. Seguro que la has visto, pero si por casualidad no lo hubieses hecho, hazlo de inmediato. Y claro, Fernando León de Aranoa sería otro en este estilo cuotidiano con pretensiones, sobretodo en "Barrio" y la sublime "Los lunes al Sol". ¿Las has visto las tres? Si es que sí dime y pienso otra. Un abrazo.
ResponderEliminarDavid, entendido el tema de la sensiblería... también me disgusta cuando no viene a cuento. De hecho en la vida real soy poco dada a los excesos de sensibilidad, debe ser por eso que los admito más en la literatura y, sobre todo, en el cine.
ResponderEliminarParece imposible pero creo que no he visto "Solas" o tengo un lapsus ahora, las de Fernando León si las he visto. Me gusta bastante este director... que no se prodiga demasiado ¿no?
Un abrazo y gracias por las sugerencias, voy a ver si puedo encontrar "Solas" y aclaro si la he visto o no.