martes, 22 de junio de 2010

MI PADRE... recordándolo...

Mi padre era un hombre honesto, íntegro y sincero con el mundo y con las personas de su entorno. Era fiel a su entorno familiar. Le gustaba hacer su trabajo (era un obrero metalúrgico) bien hecho pero, a la vez, era un luchador que reivindicaba, desde su conciencia de trabajador explotado, mejoras para el colectivo.

Hablaba mucho y poco. Hablaba de sus ideas y de su trabajo con entusiasmo y pasión. Hablaba poco de sus sentimientos y afectos y, aunque era tímido para expresarlos, te los transmitía sin palabras.

Era realista y, en consecuencia, agnóstico. Que yo sepa nunca creyó en dios alguno y siempre supo poner rumbo norte basándose en sus arraigadas convicciones de justicia social, igualdad y libertad.

Aunque fue pocos años a la escuela, valoraba, por encima del dinero, la educación y la cultura. Siempre afirmaba que el saber no ocupaba lugar y que la desgracia de los pobres era la ignorancia y no la pobreza.

Le gustaba la naturaleza, pero no tenía una imagen idealizada de ella. Había vivido y trabajado en el campo y sabía lo duro que era como para andar idealizando nada. Sin embargo era feliz en su huerto cultivando y cuidando sus árboles frutales. No parecía que considerara trabajo su dedicación a ese pequeño trozo de tierra en las afueras de una gran ciudad, porque lo hacía en su tiempo libre.


Dedicado a todos los padres que ya no están y tanta falta nos hacen..........

2 comentarios:

  1. Es la suerte que tenemos las personas que hemos disfrutado de unos padres con una enorme categoría humana. Dejan una huella en nosotros que nada ni nadie puede borrar.
    Y ahí siguen, con nosotras. Estoy convencida.

    Un beso fuerte.

    ResponderEliminar
  2. Y yo.
    No pasa día que no lo recuerde por algo.

    Besos.

    ResponderEliminar

DIME QUÉ PIENSAS SI ASÍ LO DESEAS...