El protagonista de esta, a veces, desconcertante novela es el mar, un mar muy oceánico, tempestuoso, peligroso cuando se enfurece y se torna bravo. La novela está dividida en tres libros: Posada Almayer, El vientre del mar y Los cantos del retorno, pero los tres están interconectados por algunos personajes y por el leitmotiv del mar que puede ser curativo, pretendidamente medible, motivo pictórico peculiar o desencadenar los peores horrores.
La Posada Almayer es un espacio extraño, mágico, con
niños y niñas que habitan por las siete habitaciones de que consta la posada y
que los huéspedes encuentran en sus habitaciones mirando al mar. Sus
habitantes buscan en la posada la
tranquilidad, el equilibrio y la paz que no encuentran.
Una fragata francesa naufraga y 147 personas, casi todos
hombres, quedan en una balsa a la deriva. El horror a las tormentas no queda
lejos del horror humano que se desencadena en la balsa cuan escasea el
alimento, el agua o las armas.
Los personajes de las siete habitaciones de la posada
acaban por dar a conocer las historias que les han llevado a la posada, sus
obsesiones, sus miedos, sus deseos y su manera de interrelacionarse con los
otros huéspedes y con el propio mar.
¿Nos habla la novela del desconcierto que tantas
personas sentimos en el mundo actual?
Es una posible lectura.
ResponderEliminarEs cierto lo que comentas al final, todas las interpretaciones son posibles.
Lo que más me llamó la atención de la novela fue que cada parte utiliza un estilo propio. Al principio una prosa más poética, con adornos e imágenes muy hermosas, repitiendo palabras como para construir un ritmo cadencioso en el que apetece pararse y disfrutarlo, después pasa a un tipo de narración más común, se siente ese contraste y creo que es lo pretendido por el autor…Todo gira obsesivamente como comentas en torno al mar, como algo curativo y sanador y todo en un ambiente como fuera del tiempo. Hay un misterio general, inicial o principal, como quieras llamarlo y poco a poco los destinos de cada personaje comienzan a unirse de forma armónica y perfecta, casi te diría geométricamente, muy al estilo de Borges. Al final todo encaja y se cierra la historia como sumergida en el océano… es una novela curiosa, pero me gustó.
Un abrazo fuerte LAURA!
Curiosa novela, que, por lo que comentas, da para muchas lecturas. Tomo nota, que no la conocía.
ResponderEliminarBesotes!!!
"...Despertad, ansiadas tormentas!!!..." El mar es la mejor metáfora para ilustrar pasión y tiempo a través de nuestra historia y biografía. Besos mi querida Luna testigo siempre del mar en su dimensión más agitada, más desenfrenada: la nocturna, la inconsciente, y todo con la mirada de la literatura.
ResponderEliminarMe leí de él Seda y Gwyn y me quedó una bella y efímera pompa de jabón de la que ahora apenas recuerdo nada.
ResponderEliminarBsssss
Una descripción preciosa...narraciones que confluyen en el mar,ese mar sanativo,salvaje y siempre presente. Un beso
ResponderEliminar