Mi
intención de viajar a esta ciudad se convirtió en un oportuno regalo de
cumpleaños. La autora da una explicación
necesaria al inicio del libro: Jan
Morris vivió y escribió como James Morris hasta que completó un cambio de sexo
en 1972. Busqué información sobre ella y su historia es curiosa y bonita a
la vez, si os interesa la encontraréis con facilidad.
El
libro es una delicia, una lectura fácil y muy interesante que aporta mucha
información sobre la ciudad y a través de la ciudad sobre ella misma. Por sus
páginas va desgranando las características geográficas, climáticas (la famosa Bora), históricas, idiosincrasia de sus
habitantes, actualidad y muchos otros aspectos interesantes. Algunos escritores
como Joyce circulan por sus páginas enseñándonos algún aspecto concreto de la
ciudad. Trieste es ciudad de exilio, el exilio
no es más que ausencia, y puede adoptar diversas formas (93). Es sin duda
una ciudad mitteleuropea por estar
poblada por latinos, eslavos y teutones (48). También tuvo su participación en
el Holocausto al abrir los nazis en el único campo de exterminio en suelo
italiano (en San Sabba).
Un
fragmento:
La Europa de mis sueños jamás había existido, debido fundamentalmente a la idea de nacionalidad. Si la raza es un fraude, como a menudo pienso en Trieste, entonces la nacionalidad es una cruel pretensión. No tiene nada de orgánico.
(…)
La falsa pasión de la nación-Estado convertía mi Europa conceptual en una quimera; y por motivos de nacionalidad, la ciudad que me rodeaba aquel día, lejos de formar parte de un poderoso todo ideal, estaba debilitada en su soledad (132-133).
ResponderEliminar"...aporta mucha información sobre la ciudad y a través de la ciudad sobre ella misma."
Interesante conocer a una persona a través de la ciudad donde vive y a la vez conocer la ciudad en sí.
Tiene buena pinta.
Besos y cálido abrazo!!
Jan Morris lo hace muy bien, aparentemente muy fácil, va entremezclando la ciudad con su vida, sus gustos, etc. Y la ciudad merece la pena, mucho más guiada por su mano.
EliminarBesos y gran, gran abrazo.
De esta editorial compré uno sobre Nápoles antes de viajar allí, lo que hace unos meses que estuve en la ciudad y todavía no lo leí. La edición es muy cuidada, anoto tu recomendación.
ResponderEliminarBesos
Marga, no sabía que esta editorial tenía más libros publicados sobre otras ciudades, desde luego este de Trieste me ha encantado, así que indagaré si además de Nápoles ha publicado de más ciudades. Gracias por el apunte.
EliminarBesos.
Me consta que Joyce tuvo una aventura con una alumna suya judía por esa ciudad...
ResponderEliminarPues no lo recuerdo pese a leer su biografía. Desde luego Joyce dejó huella en la ciudad.
EliminarSupongo que tu admirado Magris ha encaminado tus pasos hacia esta sugerente ciudad italiana.
ResponderEliminarAsí es, Laura, una ciudad de exilio.
Trieste, como ciudad fronteriza, fue hogar de diversas culturas, etnias que convivían en paz. El fascismo de Mussolini vio en esa multiculturalidad un peligro para la “pureza de Italia”, había que “italianizarla” y “limpiarla”. Pero a una ciudad así no se la puede despojar de todo el esplendor que le dieron tantos pueblos. Como tampoco desapareció, a pesar de los estragos que sufrieron, en Estambul, Odesa, Varsovia, Viena, Belgrado, Budapest, Jerusalén, etc, etc.
Me lo apunto, me cautivan libros así. Además, hace tiempo que tengo en mente a otro ilustre hijo de Trieste; Italo Svevo (La conciencia de Zeno).
Un fuerte abrazo!
Aciertas por completo, Magris me encaminó hacia ella hace tiempo, recuerdo ver una exposición excelente sobre la ciudad en Barcelona hace unos pocos años que me encantó.
EliminarEse papel de ciudad de culturas, cosmopolita y con un pasado histórico complejo la hace muy especial. Ser el puerto de un imperio como el Austro-Húngaro la hizo muy grande y poderosa económicamente hablando.
Yo también tengo en el punto de mira a Svevo, pero le tengo respeto y tengo que acumular fuerzas para leerlo :))
Un fuerte abrazo, Paco.
Parece que el libro de Drndic signó tus pasos hacia esa ciudad -o tal vez tú ya querías visitarla y ese libro fue otro vehículo-. Lo cierto es que el conocer a una persona o a la gente que compone una ciudad a través de un libro, sino interesante, siempre resulta grato. Por eso lo apunto.
ResponderEliminarVeo que ahora paseas por Venecia. De esa misma casa editora, yo me fui de viaje con Anna Ortese hacia Nápoles. Otra buena experiencia.
Un gran abrazo.
Tienes mucha razón, el libro de Dasa Drndic fue crucial (Magris también influyó, incluso Joyce del que soy gran admiradora). Que maravilla cuando un libro te lleva a otro y ese a otro más y acabas visitando la ciudad como he hecho yo este verano.
EliminarSíiii, volví a Venecia también (este libro es lectura de verano, voy retrasada en el blog). Nápoles no lo conozco y tengo ganas de ir, así que buscaré el libro.
Un enorme abrazo.
Me temo que si lo leo voy a tener que ir a Trieste inmediatamente. Lo leo.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues déjate tentar, la ciudad es maravillosa (eso sí la Bora parece que es terrible).
EliminarUn abrazo.
Hola Utopía, cómo te va?
ResponderEliminarQué te parece El grito de la lechuza , de Patricia H.
Un abrazo.
Holaaaaa, Marcelo, cuanto tiempo sin saber de ti. ¿Cómo estás?
EliminarPues no he leído este libro de Patricia Highsmith, no la he leído mucho, apenas un par de libros hace tiempo.
Un abrazo.
Hola, Laura, cuánto tiempo! Que sepas que no me olvido de ti.
ResponderEliminarA mí también me gusta leer literatura relacionada con el lugar a dónde voy cuando viajo. Aporta sin duda una nueva perspectiva a contrastar por una misma.
Un abrazo sororo (sóc la Dona Invisible, per si no m'havies reconegut).
Holaaa Dona Invisible, que agradable sorpresa, sí te había reconocido. ¿Cómo estás? Cuanto tiempo...
EliminarLiteratura y viajes son uno (o dos) de mis grandes placeres en la vida.
Un gran abrazo.
Con pocas palabras,...dejas el gusanillo para que sin querer, en cuanto lo vea por la librería o la biblioteca, mis ojos se lancen a su interior.
ResponderEliminarQué razón tiene con su imagen sobre Europa...anoto título, autor...
Quizá todos vivimos exiliados en algún momento...y tal vez, no hay lugar concreto...Y Trieste parece ser refugio.
Feliz Otoño, lleno de lecturas. Abrazos
Me alegro mucho de dejarte ese "gusanillo" por este libro lleno de afecto de la autora hacia esta ciudad, te gustará.
EliminarTrieste es una de esas ciudades fronterizas, cosmopolitas, mitteleuropeas y acogedoras. Pero también fue una ciudad dura cuando llego el fascismo italiano al poder, en su periferia esta La Risiera di San Sabba un auténtico campo de concentración con horno crematorio incluido (también lo visité).
Feliz otoño de lecturas para ti también, María.
Un abrazo.
Tomo nota, amiga... Tus palabras me animan a ello. La imagen de la ciudad, me encanta
ResponderEliminarUn abrazo
Se trata del Gran Canal, navegable, y en pleno centro de la ciudad. Muy bonito.
EliminarUn abrazo.
Pues no sé... Esta vez me dejas con la duda pero porque estoy segura que cuando lea el libro, voy a tener ganas de ir a Trieste. Y por ahora va a ser que no...
ResponderEliminarBesotes!!!
Jajaja... no quieres ser tentada ¿eh?
EliminarUn abrazo!!
Hola!!!!! me encantan esos libros que te intrigan en buscar la información que te aportan y sin duda este es uno de ellos. Hermosa entrada y hermoso blog *-* te felicito :D aquí tienes una nueva seguidora que te seguirá leyendo, tienes mucha información muy interesante, me encanta *-* sino te molesta me encantaría a que me visites por mi espacio, claro cuando tengas algún tiempito libre http://plegariasenlanoche.blogspot.com/ nos estamos leyendo.
ResponderEliminarUn beso desde Plegarias en la Noche.
Gracias por tus palabras. Voy hacia Plegarias en la noche...
EliminarJusto acababa de mirar si estaba en la biblioteca pública el "Trieste" de Drndic (que, por cierto, comentaste no hace mucho Laura) y me encuentro con este de Jan Morris.
ResponderEliminarLo anoto, claro.
Abrazos.
Ignacio
Son muy diferentes y, a la vez, parecidos puesto que giran alrededor de Trieste. Este es más placentero, pero sigo recomendándote el de Drndic.
EliminarAbrazos.