Hace bastante tiempo que había comprado este libro, por temporadas acudía a él para saciar mi sed. Este verano decidí emprender su lectura completa escanciándolo como si fuera (y lo es) un vino delicado pero con cuerpo que conviene beber poco a poco para no marearse y para no agotarlo sin darse cuenta. Y es que como dijo Francis Bacon: Algunos libros hay que saborearlos, otros hay que tragárselos y unos pocos hay que masticarlos y digerirlos (203). A lo largo de los dos meses de verano he ido leyendo cuando me despertaba, y solo entonces, a veces casi de madrugada cuando el calor me daba un reposo y recostada en un enorme cojín de plumas leía en la cama hasta que la casa comenzaba a bullir y los ruidos emergían en la calle.
A un ceñudo amigo de este blog le gusta mucho leer en la cama, como a Colette, para él va dedicado este fragmento…
(…) la combinación de cama y libro me proporcionaba algo semejante a un hogar al que siempre podía volver, noche tras noche, donde fuera que estuviese. (…) No creo recordar una mayor alegría global que la de llegar a las últimas páginas y dejar entonces el libro, de manera que el final no se produjera hasta el día siguiente, recostándome después en la almohada con la sensación inequívoca de haber detenido el tiempo (181).
El autor
Nació en Argentina, Buenos Aires, en 1948. Es en la actualidad, y desde 1988, ciudadano canadiense. De hecho, este libro publicado en 1996 está escrito en inglés y traducido al castellano (no por el autor, algo que me resulta sorprendente) y publicado en 1998. Es escritor, traductor, periodista, editor y crítico literario, dicen que es un gran explorador de la palabra oral y escrita. Tiene bastantes obras publicadas de géneros diferentes que podéis rastrear en internet si os interesa.
La obra
Sorbo a sorbo de mi delicioso earl grey medito como hacer esta reseña, quisiera reproducir algunos de los muchos fragmentos que he subrayado o señalado en el libro, más que hablaros de él.
Decido hacerlo así. Pero antes de pasar a ello decir que este libro es una historia de la lectura muy personal, sin orden cronológico, ni temático, más allá del que ha encontrado su autor de forma subjetiva. Su lectura es deliciosa y entretenida, parece una novela que nos va conduciendo de sorpresa en sorpresa hasta la última página.
Y empecemos… ya que todos nos leemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea para poder vislumbrar qué somos y dónde estamos (21)
Decir que puesto que cada persona cambia y el mundo también, es posible no una, sino casi una infinidad de lecturas, que se alimentaban unas de otras (108). Y puesto que cada persona tiene sus momentos condicionados por su situación personal, una buena biblioteca debe ofrecernos siempre la lectura adecuada, ya que los libros no nos conocen hasta que no los abrimos y esperan nuestros comentarios y opiniones. Somos lo que leemos (205). Y ello pese a que no leo buscando mi reflejo al modo narcisista.
La lectura es acumulativa (…) cada nueva lectura edifica sobre lo que el lector ha leído previamente (35)
Cada lectura, de hecho, nos conduce a otra y ésta a la siguiente y así sucesivamente, sobre todo si leemos de una de las maneras posibles que consiste en una cuidadosa exploración, escudriñando el texto para entender su oscuro significado, encontrando placer en el sonido de las palabras (28)… Leyendo así, leemos con un motivo ulterior (aprender, criticar o cualquier otro), el texto es un vehículo para otra función (216).
La asociación de los libros con sus lectores es distinta de cualquier otra entre objetos y usuarios (246)
El acto de leer puede ser física participando todos los sentidos: los ojos que extraen las palabras de la página, los oídos que se hacen eco de los sonidos leídos, la nariz que aspira el aroma familiar de papel, goma, tinta, cartón o cuero, el tacto que advierte la aspereza o suavidad de la página, la flexibilidad o dureza de la encuadernación; incluso el gusto, en ocasiones, cuando el lector se lleva los dedos a la lengua (279).
Yo abrazo los libros, los huelo, los sopeso…, sí, es una relación íntima que me hace muy difícil desprenderme de ellos. Además si doy alguno, a los poco días descubro que era precisamente ése el que estaba buscando. He ordenado de diversas maneras mis libros pero os puedo asegurar que muchas veces los encuentro por la referencia física de dónde están (no todos, claro, sino aquellos que más me han gustado o que he releído). Dice Manguel que conservarlos es algo semejante a una voluptuosa codicia (271). Puede ser, en todo caso me pasa como a él: disfruto con la visión de las estanterías abarrotadas de libros familiares, me complace saber que estoy rodeado por algo que se asemeja a un inventario de mi vida dándome indicios sobre mi futuro (271).
Familia de los lectores (344)
Y acabo, supongo que os habrá ocurrido sentir afinidad por un desconocido por lo que está leyendo en el bus o en el tren, tener una amistad que se cimenta esencialmente en la literatura o, como es el caso de los blogs, que forma una pequeña familia cuya sustancia está en los libros. Y es que a veces leemos, cuando las estrellas nos son propicias, (…) conteniendo la respiración, estremeciéndonos, (…), como si de repente, hubiésemos recuperado un recuerdo salido de lo más hondo de nosotros mismos (…) haciéndonos más viejos y más sabios.
Un recomendable libro el de Manguel
Laura, sencillamente genial tu forma de acomodarte en este libro y de guiar nuestra mirada por tales pasajes, creo que no voy a decir mucho más, me detengo a saborear tu muestra , como el exquisito y aromático early grey que has disfrutado.
ResponderEliminarAhora mismo, las 0:35 am, hago lo propio con un té hindú muy especiado, el Garam Massala. Qué bien saben las palabras aquí…
Abrazo
Cuanto me alegra que te sepan bien las palabras (casi logro oler ese té, me encantan las especias: el clavo, la canela...) pero es que vienen inspiradas en este delicioso libro.
EliminarAbrazos!!
Hola Laura
ResponderEliminar¡Qué bonito tema, qué admirable libro y que preciosa tu entrada! ¿Por Dios! Has puesto la mantequilla para untar en la galleta, la miel para la leche y el cognac para el catarro, has puesto el tema, has leído el libro, que nos saca las ganas de hablar y de contar y , a veces, los colores a los que nos gusta perdernos por las hojas de los libros. Hay tantas cosas de las que hablar que me quedo con dos, por no abusar del espacio.:) . Hablas del orden de los libros, que has cambiado el orden de los libros muchas veces, yo no, yo los tengo desordenados, no los quiero ordenar, porque no sabría el sistema, y porque no los soportaría, al minuto siguiente notaría que algo no cuadra, ¿por qué tiene que estar “El plantador de tabaco” de Barth, con “El camino del tabaco” de Erskine Caldwell?, ¿por el humo? ¿por norteamericanos? ¿por editorial? ¿porque los he leído, porque no? Como no se contestarme, pues no lo ordeno; creo que al final , mientras busco uno u otro, el azar los une de manera correcta, hacen parejas o tríos perfectos. Otro tema que no puedo obviar es que una lectura lleva a otra, sin duda; además creo que cada lectura tiene su tiempo; adelantarte a él, generalmente significa o que no te gustará o que no lo vas a leer como debieras. Creo que con el tiempo y con el instinto aprendes cuándo debes leer algo o no. Olfato. Y por otro lado está el no leer algo que no te encaja en tus gustos -una vez que lo sabes- no quiero decir que no hay que leer de todo, pero, creo que hay que saber lo que lees, y hacerlo, y mirarlo, y criticarlo en consecuencia. Al que le gusta la novelas de amor, no le gustará, muy probablemente, Willian Gaddis, si lo lee, no debería ponerlo a parir porque no es de su estilo. Del mismo modo, yo, que no me gustan las novelas de amor, no puedo leer a Daniele Steel y ponerla a parir porque no la entiendo.
Un tema que no citas, Laura, en la reseña, es la compra de libros, que me niego ha llamarla compulsiva, mi compra en inevitable, no podría ser de otra manera, había que comprarlos. Tan es así que unos segundos antes de encontrar esta entrada, había cerrado la compra de 15 libros, buenos, bonitos, baratos, y como de eso va el tema y como nos gusta, a los lectores, da envidia y lucirnos. Te pondré alguno que he encontrado y el precio :):):)
Palabras mudas. Gibb, Camilla 0.9 €
Formas de devoción: historias y grabados. Schoemperlen, Diane 0.9 €
La tierra murmura en si bemol. Strachan, Mari 3.37 €
Un abrazo, gracias por el gusto en la lectura
siento el rollo, pero me ha arrollado el tema. :)
Empezando por el final, reconcomida de envidia ¿dónde logras esas gangas? ¡¡Libros por menos de un euro!! Menudo tema el dela compra de libros, procuro autorregularme y mes a mes compara con control. Siempre pienso: no puedo dejar pasar este libro ¿Y si lo retiran? ¿Y si luego cuando necesite leerlo no lo encuentro? Así que los compro. Tengo unos cuantos estantes de libros por leer, no pasa nada, los leeré :))
EliminarEl orden de los libros. Comprendo tu opción del desorden, yo los he tenido así muchos años, pero había libros que no encontraba cuando los necesitaba y eso me enfadaba bastante, así que decidí ordenarlos. Pero tengo órdenes diferentes según sean narrativa, historia, ensayo, arte, filosofía, etc. Solo yo me aclaro en el orden de mis libros.
La asociación de los libros es algo siempre intrigante. Alguna vez he pensado en seguir los pasos de cómo un libro me lleva a otro y acaban siendo decenas de lecturas (he pensado incluso en escribir sobre dichas conexiones pero he desistido). Esas conexiones considero que son algo de lo más enriquecedor de la lectura, cuando unas van encajando con otras y comprendes algo que no entendías antes de asociar varias lecturas.
He leído a Daniele Steel y no quiero desprenderme de sus libros aunque no los volveré a abrir, me recuerdan que hubo un momento en que los leí vete a saber porqué (quizás acuciada por un exceso de trabajo que me dejaba anulada para leer otro tipo de libro o quién sabe...).
No digas eso de que sientes el rollo, no lo es y a mi me gustan tus comentarios.
Abrazos!!
Esta vez no e voy a decir lo de siempre porque ya lo sabes mi querida LAURA... es fantástica tu manera de presentarnos libros estupendos... esta vez si me permites solo voy a jugar contigo... voy a ponerle títulos a esta entrada tuya al hilo de lo que me ha sugerido este libro... ( creo que es lo que pretendes que cada uno descubra lo que encierra este libro )... verás, creo que esta entrada podrías haberla titulado "la metalectura de un lector" o "la historia de una vida de lectura" (la de Manguel) o "sensaciones y recuerdos sobre lo leído en 6000 años de lectura" o .."el mundo mágico del que disfruta un lector que ama, vive y siente los libros... ;)
ResponderEliminarPodrías haberlo escrito tú perfectamente... muchas de las cosas que dice y vive este autor segurísimo podrías hacerlas tuyas ¿ a que sí? ;)
Un abrazo muy fuerte y dos besos como pastas de libro en cada moflete ;)
Jajajaja, muy buenos títulos y acertados además. Lo bonito de los blogs es ver como cada persona que viene a esta "casa" capta el libro de forma diferente (en esa línea de que cada libro lo hace el lector/a, más que quien lo escribe.
EliminarTienes mucha razón, mucho de lo que dice Manguel lo suscribo, lo siento, lo capto como él dice. Luego Manguel tiene la gracia y la erudición de componerlo 8y yo de leerlo con atención y con placer).
Abrazos y besos (y te deseo un buen fin de semana, María).
Curiosamente los tres que habéis comentado primero os considero dentro de mi familia de lectores, me pareció que Manguel acertaba plenamente con este concepto.
ResponderEliminarGracias a los tres (me meto entre los y las comentaristas para agradeceros vuestra presencia por esta casa).
Qué bonito lo cuentas Laura, cómo vas entremezclando la vida con la reseña del libro, tal y como hacen los libros con nuestras vidas. Yo si miro atrás, siempre hay un libro en mi vida.
ResponderEliminarHay una cita de un poeta mexicano José Emilio Pacheco que a mi me gusta mucho porque me identifico con ella: No leemos a otros, nos leemos en ellos y así me pasa con muchas de esas lecturas pausadas, que saboreo una y otra vez cuando llega su momento, porque con los años me he dado cuenta de que no elijo yo sino que son los libros los que eligen cuándo debo leerlos, ellos aciertan siempre el momento.
Yo disfruto viendo mis libros en las abarrotadas librerías de casa será que tengo esa voluptuosa codicia de Manguel, porque me gusta saber que cuando los necesite podré cogerlos y releerlos, esas sensaciones no me las proporciona el ebook, al que me he pasado por necesidad vital de espacio pero cuando un libro me gusta mucho tengo que seguir comprándolo en papel.
Un abrazo
Gracias Conxita, la frase que citas es muy acertada, quien lee pone parte de sí y por tanto se lee en cada lectura. Sí, muy cierto.
EliminarMuy de acuerdo con lo que dices de que los libros nos elijen, "nos llaman" que digo yo, cada libro tiene su momento sin duda alguna. Alguna vez he intentado autoimponerme una lectura y el fracaso fue estrepitoso, por eso no he formado parte, de momento, de ningún club de lectura.
Sigamos disfrutando de la visión de estanterías llenas de libros como recuerdo de anteriores lecturas o promesa de las nuevas.Yo no tengo ebook...
Un abrazo!!
Gruño cuando alguien en casa me dice que tengo que deshacerme de libros, que ya no caben. Antes era mi madre y ahora mi marido, aunque él a veces me lo dice para chincharme, porque sabe que soy incapaz. Incluso me cuesta desprenderme de los que no me han gustado, porque también me ha aportado algo, porque me ha enseñado algo. Porque todos forman parte de mi vida. Y me gusta tocarlos, olerlos. Saber que están ahí para poder cogerlos cada vez que quiera.
ResponderEliminarPreciosa y sentida tu entrada de hoy. Y libro que me descubres y que me llevo.
Y justo al lado tengo ahora ese párrafo de Charles Dantzig. ¡Qué grande!
Besotes!!!
Pd: No le hagas caso a mi comentario anterior. Que me he pasado por tu blog para descansar unos minutitos de los estudios, y entre los problemas que da blogger para comentar últimamente, creí copiar mi comentario para no tener que volver a escribirlo, pero resultó que no...
Más besotes!!!
Gruño como tú, me niego a desprenderme de ninguno como tú, me gusta tocarlos y olerlos como tú, entendemos muy bien lo que describe también Dantzig... o sea, formas parte de esa "familia de lectores" que dice Manguel.
EliminarOye, el comentario borrado tenía también su poesía, jajajaja, que vaya muy bien el estudio y logres tus objetivos con dicha poesía.
Abrazos grandes!!
ResponderEliminar:O
La reseña no tiene desperdicio, así que no destacaré nada... la destaco toda!
Ese libro tiene pinta de 'enamorar'... ;)
Y me atrae ese género humano-literario que se palpa, se huele, se saborea... ¡se siente!
Tomo nota! :))
Besos, petons, muxus y cálido abrazo en una fresca mañana bajo un bonito sol de otoño!!
:)
PD: Ya me había fijado cuando habitaba tu lateral...
Me alegro mucho de haberte cautivado con esta propuesta, la verdad es que lo he tenido muy fácil, leer sobre libros, lecturas, escritura... es magnífico si quien lo escribe es un enamorado de los libros y además un erudito como Manguel.
EliminarAquí ha salido el sol tras varios días de lluvia en los que por fortuna ha refrescado. Espero que la temperatura no vuelva a subir.
Besos, petons, muxus y cálido abrazo también para ti.
Parece un libro mágico sobre los libros,gracias por la recomendación.
ResponderEliminarPosteé el preludio de Bach con Sting y Ferri,para mí es una joyita que me ha encantado recordar en tu lateral.
: )
Buen fin de semana y besos!
Buena palabra para definirlo, mágico. Es de esos libros para degustar lentamente, para ir leyendo cada capítulo con tranquilidad, a mi me ha gustado alargar su lectura.
EliminarCreo recordar que fue en tu blog cuando lo vi por primera vez, de hecho lo puse en el lateral entonces. Pasado un tiempo volví a verlo y me volvió a encandilar (y es que Sting me gusta bastante).
Buen fin de semana y besos también para ti.
Leer...leer...leer...
ResponderEliminarBesos.
...cuando me sumerjo en la lectura, estoy en otra parte, dentro del texto, me despierto sorprendido y reconozco con culpa que efectivamente vuelvo de un sueño, del más bello de los mundos, del corazón mismo de la verdad."
Bohumil Hrabal
Fantástico Hrabal, qué bien capta la pasión de quienes nos sumergimos en la lectura ¿verdad?
EliminarUn fragmento precioso, gracias Adriana.
Besos!!
Alguien que disfruta leyendo y que con sus palabras nos induce a hacerlo...
ResponderEliminarBuen trabajo, amiga, este que nos brindas
Un abrazo
Gracias, Ildefonso. Manguel lo hace tan bien que te arrastra a sus dominios y no te suelta.
EliminarUn abrazo!!
A mi también me gusta leer en la cama. Cuando hace mal tiempo y la lluvia o el frío acecha tras la ventana, el calor de la cama y un libro en las manos es la viva imagen del confort hogareño. Si no fuera que la realidad tira de mi, me quedaría entre sábanas y hojas olvidado de todo.
ResponderEliminarNo has podido describir mejor esa sensación de bienestar que produce la lectura en la cama. Lo malo es que si es por la noche, me duermo. Mi situación ideal es por la mañana, pero claro eso solo es factible en vacaciones o fin de semana, pero lo disfruto bien.
Eliminar¿Pero como me poner este pedazo enorme de miel a mis ojos de mosquito curioso? Ese primer fragmento para un ser ceñudo, es como el tañido de la flauta para los niños de Hamelin.
ResponderEliminarLas lecturas son como el sexo, mejor en la cama y preferiblemente por la medianoche y a la mañana, antes de desayunar. La lectura así se puede convertir en un acto pleno, erótico y sensual. Lo que dice Manguel, en los siguientes párrafos de este libro que has reseñado de forma colosal.
Apertas.
Lo sé, lo sé, por eso te lo he dedicado a ti.
EliminarNo puedo leer en la cama por la noche porque me duermo, otra cosa es por la mañana cuando no trabajo (y diré que me pasa igual con otras posibles actividades en la cama, jajaja).
Apertas!!
Cuanto amor a la lectura en el libro en la entrada y en los comentarios. Es un placer leeros a todos.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta crear este espacio de amor ;)
EliminarAbrazos!!
Tengo esa sensación de hogar en la combinación de cama y libro. ¡Cuántas veces estoy deseando que termine un acto o una cena para poder llegar a casa y encender la lámpara de la mesilla!
ResponderEliminarManguel me ha gustado desde hace tiempo. La gente que sabe de lectura me emboba.
Un abrazo.
Encontrarse con el libro, relajarse con él en las manos y abstraerse del mundo es una de las cosas maravillosas de ser lectora.
EliminarCoincido contigo, me emociona la gente que sabe de libros (por ejemplo tú).
Un abrazo!!
Regresando… poco a poco
para disfrutar de tus jugosas reseñas.
Difícil tares esa de vislumbrar lo que somos y donde estamos. Yo y mis circunstancias es lo más cercano que alcanzo a ver...
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Qué alegría volverte a "ver".
EliminarMuy difícil tarea, estoy de acuerdo, intentamos saber lo que somos, que lo logremos es otro cantar.
Un abrazo!!
Llego tarde porque estoy un poco atareado y casi sin tiempo -estoy escribiendo esto desde mi trabajo, cosa que no debiera-.
ResponderEliminarFantásticas tus líneas acerca de la obra de un autor que, como suele ocurrir, no es profeta en su tierra. Con todo lo expuesto por ti y los comentarios anteriores, no puedo menos que apuntarlo.
Los lectores somos miembros de un club que no expide carnet de afiliación o pertenencia pero sabemos reconocernos en un medio de transporte, una reunión social o una geografía extraña.
Me ha gustado mucho lo que nos has hecho llegar. Gracias por la magnífica reseña, U-to.
Un gran abrazo para ti.
Suele ocurrir (lo de no ser profeta en tu tierra), me sorprendió que no hiciera la traducción al castellano él, cosa que indica una cierta distancia por su parte).
EliminarEsa familia de lectores/as de la que habla el autor, es una realidad sin obligaciones de ningún tipo. Más de una vez una persona con la que no existía amistad, la lectura me ha acabado uniendo a ella.
Gracias y un fuerte abrazo!!
Interesante reseña (como todas), pero esta vez no estoy totalmente de acuerdo con lo que dices... no creo que seamos lo que leemos, aunque sí es un ingrediente importante a la hora de conformar nuestra idiosincrasia...
ResponderEliminarPor otra parte, la impronta que deja lo que leemos en nuestro carácter abre un campo de análisis muy amplio y muy profundo sobre las reacciones que nos produce lo que leemos y las asimilaciones que hacemos de lo que leemos... por eso creo que más que ser lo que leemos, leemos según somos...
En cuanto a la obra, supongo que el autor habla según su experiencia lectora y vital... y eso puede identificarnos o no con sus conclusiones...
En cuanto a lo de leer en la cama... yo tuve un tiempo que lo hacía... después me enteré de que no es una buena idea... aunque habrá a gente que le vaya de maravilla... por eso lo de leer en la cama es algo muy personal...
Repito, interesante este tema... aunque yo lo estropee con mis divagaciones... ya sabess: mi ignorancia es atrevida (no es excepcionamente cobarde)
Perdón...
Abrazo
La afirmación de "somos lo que leemos" yo la entiendo en el sentido de que seleccionamos nosotros las lecturas, leemos desde nuestra forma de entender la vida, por eso no hay dos lectores iguales ante la misma obra, y entendemos la obra teniendo en cuenta nuestra edad, sexo, momento vital, etc. (por eso las relecturas nos pueden aportar aspectos nuevos que no habíamos captado en otras lecturas anteriores). Algo que podría interpretarse como tú has dicho: "leemos según somos". Yo lo veo como un todo armónico en el que lo que somos y lo que leemos nos va construyendo como personas.
EliminarYo ya digo que no leo en la cama por la noche porque me duermo, si puedo, me gusta leer un rato por la mañana (vacaciones o fin de semana).
No estropeas nada, me gustan tus reflexiones.
Abrazos!!
Leer en la cama..., juraría que es pecado (capital).
ResponderEliminarYa puede ser..., quizás por eso... en fin, que sí, pecado.
EliminarMateo 4:17 Arrepentios, porque El Reino de los Cielos se ha acercado. Mateo 18:11 Porque El Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se habia perdido.
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
EliminarPues sí parece un libro más que recomendable. Tomo nota.
ResponderEliminarAbrazo!
Yo he disfrutado mucho, la verdad.
EliminarAbrazos!!
Haces unas reseñas tan maravillosas que me los apuntaría todos en mi lista de lecturas, aunque de entrada no me guste el género o el autor.
ResponderEliminarSin duda, que este libro va a mi lista. Me siento concernida por cada una de las palabras que has utilizado, propias o del autor.
Amo los libros, no podría vivir sin ellos, y en papel. Mi relación con ellos es espiritual pero también muy física. Los achucho, los huelo, los subrayo, les doblo las páginas...Pero también los mimo y se quedan conmigo los que me han llegado de una manera especial. Ya son muchos, no sé que voy a hacer en mi próxima mudanza...
Soy de sueño ligero y escaso y en todas las recomendaciones te dicen que no leas en la cama, pues yo si no leo antes me cuesta más dormir, así que me pongo un tope para apagar la luz por si me entusiamo, pero leo cada día en la cama.
La verdad es que leo en cualquier sitio, aunque mi lugar preferido es mi sillón orejero, ahora en invierno arrebujada en la manta, en completo silencio y sin que nadie ni nada interrumpa ese momento especial. Eso sí que no lo puedo hacer cada día. Es uno de mis sueños.
Muchos besos,
¡¡Gracias Tesa!!
EliminarMe identifico plenamente con lo que cuentas, ese amor a los libros, esa relación íntima con ellos la siento como tú. Y también me pasa por la cabeza el tema de la posible mudanza si se produce (mejor no pensarlo).
Yo también leo en cualquier sitio, mi récord creo que es en la consulta del oftalmólogo con las pupilas dilatadas y el ojo llorando :))
Y también tengo un cómodo sillón de lectura en el que me recojo en silencio (eso es un bien escaso en casa pero procuro conseguirlo) para leer.
Muchos besos!!
Desde luego, este libro, en algún momento nos encontraremos. Tengo a Manguel en casa, parece que está encadenado a la librería, porque no lo rescato,...siempre hay otro libro que me tienta antes que él. Lo mismo me ha pasado con Zafón. No sé por qué, pero parece que ambos me parecen casi las mismas personas, solo que divididas. Es una idea, nada basada en la realidad.
ResponderEliminarMe encanta, Laura, como nos llevas a las frases que se esconden dentro de este libro. Tendré que poner remedio pronto y sacarle del olvidadero.
Qué tengas feliz semana, un abrazo grande y muy feliz Otoño.
Te pasa parecido a lo que me pasó a mi, lo tenía en la estantería a la espera y esperó bastante. Seguro que encontrarás el momento como me pasó a mi.
EliminarTe deseo también buena semana (lo que queda) y gracias por tus palabras. Feliz otoño, un fuerte abrazo!!
Es impresionante este trabajo de Manguel. Lo tengo hace tiempo, me lo leí y de vez en cuando vuelvo a saborear algunos trozos. Un abrazo.
ResponderEliminarEs lo que creo que me pasará a mi, de hecho ya he vuelto a él para buscar una cita que recordaba. Un libro hermoso y que acompaña bien.
EliminarUn abrazo!!