Tengo que reconocer que hay
autores a los que me cuesta volver pese a que la anterior novela leída me haya
gustado, este es el caso de Jaume Cabré. Me doy cuenta que Las voces del Pamano, la leí en el verano de 2012 cuando ya había
sido publicada este Yo confieso (2011),
que compré tras la anterior lectura y ha reposado en la estantería de
“pendientes” hasta ahora.
Estamos ante una voluminosa
obra de 762 páginas, que supera a la anterior en más de cien páginas (ya me
quejaba yo en aquella reseña de su excesiva extensión), cuyo título Confiteor, puede traducirse como Yo confieso (opción por la que ha optado
Cabré) o Yo pecador, igualmente
adecuada para esta obra.
Sobre el autor ya introduje
una pequeña biografía en la reseña de la novela anterior para
quien le pueda interesar.
Con la oración en latín, Confiteor, no pretendo introducir
cultismos innecesarios sino situaros en una obra cuyo índice está compuesto por
siete expresiones latinas para sus respectivos capítulos. A capite (desde la cabeza o desde el principio) es, naturalmente,
el primer capítulo que enlaza con el séptimo,…usque ad calcem (hasta los pies), componiendo, por tanto, la frase
completa: Desde la cabeza a los pies. El segundo, De pueritia (Sobre la niñez), el tercero, Et in Arcadia ego (También yo estoy en la Arcadia), el cuarto que
puede referirse a los azares de la vida, Palimpsestus
(tablilla que puede ser borrada para escribir encima de nuevo), el quinto, Vita condita (Tras haber fundado una
vida) y el sexto, Stabat mater (Estaba
la madre).
He encontrado varios rasgos
comunes que se repiten en Las voces del
Pamano (2004): trasfondo histórico (franquismo especialmente), varias
historias de amor y de desamor, y, rencores y odios que perduran a lo largo del
tiempo. También nos encontramos con una técnica narrativa que provoca airadas
protestas entre algunos lectores: trenzar los hilos de varias tramas. La mezcla
de tiempos y voces narrativas sin solución de continuidad se produce a veces
dentro del mismo párrafo. El contraste entre apariencia y realidad, motivo
básico materializado en los secretos y engaños que mantienen muchos personajes,
se resuelve en el uso del monólogo interior dentro de un diálogo para traer a
la superficie del texto lo que se dice y lo que se oculta (ahí tenemos al
protagonista, Adrià, mintiendo y reconociéndolo en ese diálogo interior). Y así
queda dicho en la primera página de la novela:
No te fíes un pelo de mí. Sé que este género del recuerdo escrito para un solo lector se presta a la mentira y que procuraré caer siempre de pie como los gatos; pero voy a hacer un esfuerzo por no inventar gan cosa. Todo fue tal cual y peor (p. 11).
La novela tiene varios
narradores pero uno declarado, Adrià
Ardèvol, nacido en Barcelona en 1940; a
partir de la confesión que va desgranando, dirigida a su amada Sara, mezcla un
puzle de historias sobre la naturaleza humana que suceden en distintas épocas
protagonizadas por distintos personajes: desde un monasterio de monjes
dominicos en el siglo XIV, hasta el nazismo y los campos de concentración, el
fundamentalismo islámico o el hilo que las engarza a todas ellas que es un
valioso violín Storioni, construido en el siglo XVIII. Aun reconociendo que
Cabré realiza este puzle con habilidad no me gusta que me guíen de esa manera
tan evidente a sacar las conclusiones que el autor desea.
El
mal, la culpa, la imposibilidad de la expiación y el perdón, recorren la obra
de Cabré y nos induce a pensar con Adrià Ardèvol que, quizás, solo la belleza
(el violín representa la belleza pero también un objeto con gran valor
económico que lleva a algunos personajes a la maldad para conseguirlo) y el
amor nos pueden salvar, e incluso la belleza mercantilizada o el amor
manipulado pueden abandonarnos.
Los
libros están presentes de manera constante en la novela, de ahí que esa bella
portada que tiene la obra recoja este protagonismo con el que he disfrutado
tanto:
En cuanto se nos acostumbraron los ojos a la oscuridad, lo primero que hizo Adrià fue contemplar con satisfacción la expresión estupefacta de Bernat, que ya no percibía un olor raro sino el peso de la historia acumulado en los objetos que empezaba a vislumbrar. Dos mesas, una llena de manuscritos y con una lámpara de mesa rarísima que al mismo tiempo era... ¿Qué es esto? Ah, una lupa. Ostras... Y un montón de libros viejos. Al fondo, una librería llena de libros más viejos aún; a la izquierda, una parte de la pared llena de libros pequeñitos p. 109.
El autor escribe con una
gran variedad de matices, una excelente prosa y una esmerada perfección de la
técnica narrativa que permiten que la lectura sea siempre atractiva y
agradable.
Cómo me gusta leerte sobre libros que tb. he leído, como si me encontrara en la calle vestida igual a ti y así sin decirme nada sé que nos gusta la misma ropa ;)
ResponderEliminarNo sé, a mi no me importa que me lleven los libros.. me dejo ;-) en este sus letras te llevan de viaje por la historia, la música, vida, amistad y amor pero sobre todo por ¡la maldad!.. sin duda una novela con mayúsculas, aunque es verdad q al principio desconcierten los cambios de época y tiempo, sin separación de párrafo, ni puntos o pase de primera persona a tercera de un brinco .. Noo pasa nada. Sigues leyendo y al final todo tiene su explicación ;)
Te copio un trocito que además de gustarme, comparto totalmente:
“...Cuando se ha degustado una vez la belleza del arte, la vida cambia. Cuando has oído cantar al coro Monteverdi la vida cambia. Cuando has visto a Vermeer de cerca, la vida cambia; cuando has leído a Proust, ya no eres el mismo. Lo que no sé es por qué...”
Pero vamos que no es de las fáciles y es verdad que a mucha gente la supera y echa pestes, a mi me apuntas en la lista de los que ha disfrutado un montón.. como ahora en tu blog, un beso grande LAURA.
Es cierto!! Cuando coincides en impresiones similares sobre un libro con otra persona, la alegría del "encuentro" es inmensa.
EliminarYo también disfruté con su lectura. Ese fragmento es precioso, lo comparto totalmente.
Gracias!! Abrazos y buen fin de semana!!
Me gusta la entrada que haces. Tengo el libro orillado, pues los éxitos los dejo para unos años después. Pero, si me topo con "Confiteor", seguramente lo lea.
ResponderEliminarAbrazos.
Es una buena opción, sin embargo no siempre lo hago, depende del interés que me despierte. Este no me atraía hasta que lo hizo (parece absurdo, lo sé).
EliminarAbrazos!!
Lo tengo en la lista de pendientes desde que lo publicaron en mi país por primera vez hace 2 años. Tuvo tanto éxito que desde entonces se han publicado otras dos novelas suyas. Más que "Yo confieso" me llaman "Las voces del Panamo".
ResponderEliminarsaludos
Cualquiera de las dos es una buena opción, a mi me gustó mucho Las voces del Panamo, pero no sabría decidirme por una de las dos.
EliminarSalud-os!!
El nombre de Jaume Cabré es uno de esos que me suenan vagamente de haberlo encontrado en alguna revista revista cultural, reseñado en un blog, como en el tuyo ahora, y poco más.
ResponderEliminarUn libro de 762 páginas impone. Estamos tan afectados por ese mal de nuestros días, la inmediatez, que incluso los escritores han de adaptar sus obras a la tiranía de lo inmediato. Si uno de ellos escribe un libro con más de 500 páginas, una de dos, o está muy seguro de lo que hace, o estaba tan perdido que no sabía cuando acabar.
Lo que me parece triste (y me aplico la crítica), es que a un buen libro le falten lectores por querer exigirles algo más de su tiempo, que probablemente lo malgastemos en algo menos valioso.
Estoy de acuerdo Laura, una bella portada, de esas que saben seducir a un buen lector, y hace que al menos tu mirada se detenga unos segundos en el libro. Esos segundos ante la portada, a veces, han sido suficientes para que me llevara un libro… hubo algún acierto y fracasos clamorosos. A mi no me van los libros “fáciles” , jejeje.
Un abrazo y disfruta del verano con buenos libros.
Paco, sobre el número de páginas de cualquier libro, mi posición es la misma que respecto a uno que sea breve, excepto que no siempre la época para leerlo es buena. Procuro no leer un libro de muchas páginas cuando estoy en los momentos álgidos del trabajo, pero no siempre lo cumplo. Nunca debería ser algo que condicionara al escritor/a y quienes lo leemos ¿no te parece?
EliminarTambién concuerdo contigo respecto a la portada y las editoriales lo saben. Mis experiencias han sido, como en tu caso, afortunadas y desafortunadas (también me ocurre con el título.
Te deseo lo mismo, Paco. Y mira que hace calor ehh!!
Un abrazo!!
Lo empecé en su momento y no sé si pase de la página cinco... No me siento orgullosa de ello pero me imagino que no era la época para leerlo. No descarto retomarlo cualquier día de estos, sobre todo después de leerte.
ResponderEliminarAbrazo!
Mis ánimos para que lo hagas, merece la pena, eso sí hay que buscar el momento.
EliminarUn abrazo!!
ResponderEliminarMe declaro vencido antes de plantearme su lectura porque si en algo soy (casi) estricto es en no leer nada de la Guerra Civil ni de la IIGM (salvo excepciones en la segunda, como ahora diré) y porque en estos momentos en los que tengo tres once miles para el verano, he cerrado el cupo a los tochos, y este es un siete mil y pico. En principio les pido bastante, a cambio del esfuerzo, y el tema (trama o aventura) anula en el del Padamo y resta en este.
Sí me atrae mucho lo que dices de su técnica narrativa, que parece que tanto puede enseñarme (pero ya te digo que no me resulta suficiente):
«La mezcla de tiempos y voces narrativas sin solución de continuidad se produce a veces dentro del mismo párrafo. El contraste entre apariencia y realidad, motivo básico materializado en los secretos y engaños que mantienen muchos personajes, se resuelve en el uso del monólogo interior dentro de un diálogo para traer a la superficie del texto lo que se dice y lo que se oculta ».
Incumpliendo mi norma, estoy leyendo ahora (y tomando tantas notas que casi compito con el autor) “El arcoiris de gravedad”, que supuestamente va de la IIGM, pero con Pynchon el “supuestamente” es obligatorio “suponerlo”.
Y bueno, lo has contado muy bien (algunos parrafitos-ejemplo más de monólogos interiores dentro de un diálogo te los habría agradecido mucho este vago que te comenta). Así que resulta suficiente.
La belleza existe (en personas, animales, cosas, luces y sonidos) y solo hay que salir a la calle para convivir con ella, pero el amor... escribió Miguel Hernández: Mas eludiendo con ello el mal presagio // de que ni en ti siquiera habré seguro // voy, entre pena y pena, sonriendo.
Abrazos del calor
Coincido contigo en mi desagrado sobre el tema de la guerra civil y, en mi caso, el franquismo en lugar de la II Guerra Mundial. Me desagrada el abuso que se ha llevado a cabo en estos temas y también el uso para saldar cuentas o tomar postura sobre el tema de forma excesivamente explícita. Sin embargo, no me niego a leer sobre esos temas, lo que hago es ser muy minuciosa en la elección de autor/a y obra. Pese a ello meto la pata alguna vez y llega el "mosqueo", pero también me ocurre con otros temas. Tengo que decir que me gusta poco la novela histórica (por no decir nada).
EliminarTengo esa obra de Pynchon en mi estantería esperando a que me decida y yo esperando a que me "llame". Tu comentario ya es un inicio, igual me animo en las próximas semanas.
Hoy no daría ni un céntimo por la existencia del amor, pero es que es un día raro. Miguel Hernández lo dice todo, bien, de forma bella, con verdad...
Abrazos (odio el calor, así que imagina).
Es verdad que tantas páginas imponen, sobre todo ahora con tanto calor y el peso del libro en la mochila :) Ahora estoy leyendo libros más bien cortos, por ir despejando la lista de pendientes que tengo. Este libro lo tengo desde hace tiempo, esperando a que se me pegue en la mano, no me preocupa tener que poner esfuerzo de mi parte, suele ser algo que agradezco y además avisada estoy de esos cambios temporales y de voces casi sin avisar.
ResponderEliminarUn abrazo (fresquito)
Es verdad que pesa mucho y que para llevarlo arriba y abajo resulta incómodo. Seguro que la novela buscará la manera de "llamarte" en un momento adecuado.
EliminarUn abrazo (¿dónde se encuentra el "fresquito"?)!!
No he leído nada de este autor,gracias por la reseña,la tendré en cuenta.
ResponderEliminarBuen finde,besos.
Gracias a ti. Buena semana pese al calor.
EliminarUn beso.
ResponderEliminarNo lo he leído pero lo he visto por alguna que otra librería y página web especializada.
La portada llama la atención, pero como que no me termina de atraer ahora mismo...
Más adelante... ¿quién sabe?
Besos y que no te ahogue la caló!!!
Aquí... dándole a la tecla entre dos ventiladores... :P
:)
:)) Me conformo, y me reconforta siempre, compartir impresiones de los libros que leo.
EliminarUn horror, no aguanto este calor!!!!!
Besos!!
Una de mis asignaturas pendientes es este autor, del que me han hablado maravillas: espero hacerle hueco en algún momento. 1beso!
ResponderEliminarEs interesante, sí.
EliminarUn beso!!
Pues si supieras cuanto tiempo llevo con ganas de leerlo, intenté arrastrar de Jordi que lo tenía en catalán pero no se decidía así que lo leeré solo. Lo que más me anima es la manera en que describes la prosa aunque se ve que es una lectura densa pero para mí eso no es un problema, el tamaño del volumen tampoco, en eso coincidimos, estoy dispuesto a dejarme neuronas si merece la pena el esfuerzo. Lo leeré pronto
ResponderEliminarHe cambiado la columna musical, cuando te pases por mi blog ¿me dirás qué te parece ahora? besos :)
Vaya, podíamos haber coincidido. Me parece que puede gustarte si el tema no te cansa o no estás saturado.
EliminarVoy para allá a ver esa columna musical. Por cierto, creo que me llevé para escuchar a Amber Run de tu lateral y me encanta.
Besos!!
Confieso que de momento me encuentro inmerso en la busqueda de respuestas ajenas a preguntas propias que me han surgido sobre la sociedad humana. Y he suspendido casí todas las demás lecturas. Un beso.
ResponderEliminarP.S. La foto de cabecera estupenda, se nota la emoción.
Bueno, espero beneficiarme de esa búsqueda.
EliminarEs bonitamentemocionante la imagen, sí.
Un beso.
¡Ya tengo en casa el 115 de Turia. Me gusta que sea en formato libro. Lamentablemente, de Böll no he leído nada, así que ya veremos. Así que me he lanzado sobre la sección de poesía, con muchas joyas, y sobre los relatos. Dos de entre mis favoritos: Carlos Castán, que cumple debidamente, y Elvira Navarro, a la que he visto por debajo de mis expectativas, al haber elegido un tema que la obliga a hacer un catálogo de invitaciones de boda y oerder su lenguaje en las descripciones de categorías. Lejos de los relatos de niñas crueles de cuando acababa de salir del taller Elwood, donde se formaban a sí mismos ella, Lara Moreno, Rebeca LeRumeur, Roberto y algunos más que no he llegado a conocer.
ResponderEliminarTodos los meses tendré mi número.
Graciñas!!
Estoy aún con el nº anterior, me llegaron los dos casi a la vez al renovar la suscripción, pero he echado un vistazo al 115 y entre lo que he mirado está Elvira Navarro. Acabo de leer su novela La trabajadora y no me ha gustado nada, ya llegará la reseña y daré mis razones. A Carlos Castán no lo conozco.
EliminarGracias a ti, marinero!!
Yo soy de las lectoras que me sentí perdida en las primeras páginas, teniendo que volver hacia atrás en ocasiones, pero una vez conseguí entender el contexto y con la ayuda de la guía final, empecé a disfrutar de una gran obra. No puedo olvidar la semejanza entre un inquisidor y un comandante de Auschwitz, tremenda comparativa. Ni la reflexión sobre el azar que hay hacia el final. Pero, además son muchos los momentos y los detalles que hacen de esta novela que la recomiende.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra mucho que insistieras, eso habla muy bien de tu manera de leer.
EliminarEsas comparaciones son impactantes pero no me gustan, me parece que el escritor ha de confiar más en sus lectores y en que saquemos esas conclusiones sin estar teledirigidos. Por lo demás me parece una excelente novela.
Abrazos!!
Esta novela me encantó, no he podio resistir dejarlo dicho. Me gusta sobre todo por ese clac de cuando las piezas encajan, me parece que está hecho con una precisión admirable. Es un libro que me gustaría volver a leer en algún momento :)
ResponderEliminarBesos
Muy cierto, casi escucho ese clac. Una buena novela.
EliminarBesos!!