Ninguna de las hermanas Grimes estaba destinada a ser feliz, y al echar una mirada retrospectiva siempre da la impresión de que los problemas comenzaron con el divorcio de sus padres. Ocurrió en 1930, cuando Sarah tenía nueve años y Emily cinco.
El inicio de la novela nos indica sucintamente el argumento, la época y las
protagonistas, las dos hermanas Grimes. La lectura de esta obra tiene una razón
irracional, sí, no es contradictorio (o eso creo). Buscando Finnegans Wake (y no encontrándola en ese momento),
aproveché para echar un vistazo a la sección de literatura de mi biblioteca más cercana. No encontré ninguna
de las novelas que deseaba leer, así que me dije, “voy a empezar por el principio
y a ver qué me llama”. Por hacerlo al revés empecé por el
final y esta novela estaba ahí en la Y, no me costó mucho encontrarla y
decidirme, aunque no conocía al autor. Se trata de una novela breve de 224 páginas, así que si erraba el tiro, no me iba a hacer perder mucho
tiempo.
Richard Yates nació en Nueva York en 1926 y murió en Birmingham, en 1992.
Con una infancia difícil, encontró en la escritura un medio para liberar sus
demonios interiores y para vivir. Tímido, alcohólico y solitario, es capaz de
construir ese mundo mediatizado por el alcohol que es la escapatoria a la
frustración. Empezó escribiendo relatos pero alcanzó mayor reconocimiento con
sus novelas. La Vía Revolucionaria (1961)
y Las hermanas Grimes (1976), también
conocida como Desfile de Pascua, son
sus novelas más conocidas. Pese a su relativo éxito murió olvidado por todos.
En la primera década del siglo XXI se empieza a reconocer su valía y a
traducir/editar sus obras (la que he leído es del 2009).
¿He errado el tiro?
Cuando inicié su lectura pensé que sí, pero pronto cambié de opinión. No es
fácil aceptar que hay personas que pasan de largo por sus propias vidas y menos
que sus vidas estén abocadas a la infelicidad. Con una sencillez y limpieza que
apabullan, Yates recorre dos posibilidades de encarar la vida que acaban siendo
igualmente desoladoras. Sarah elige la más tradicional, el hogar y la
dedicación a la familia tras las posibilidades de empleo femenino que había
abierto la II Guerra Mundial, opción que se propagó desde el poder entre las
mujeres norteamericanas para que dejaran sus puestos de trabajo a los soldados
desmovilizados. Emily opta por una vida autónoma, el matrimonio y los hijos no
son su objetivo principal y, tras licenciarse en la Universidad, vive de su
trabajo con la amenaza de la soledad siempre al acecho.
Dicen de él que es el escritor de la “era de la Ansiedad” en EUA (término
acuñado en 1947 por el poeta W. H. Auden), aunque el trasfondo histórico está
casi ausente en esta novela salvo en breves y precisas pinceladas. Quizás esa
época acabó llamándose así por el desconcierto, la confusión, la inquietud y la
inseguridad que, tras dos terribles guerras mundiales, provocaron las transformaciones
de las formas de vida y de relación personal tradicionales.
(…) vivía continuamente de recuerdos. No había vista, sonido u olor en todo Nueva York que no tuviera alguna asociación: caminara donde caminase, y había veces en que caminaba durante horas, solo encontraba el pasado (p. 211).
En todo caso, la lectura de esta obra deja un regusto amargo, desagradable
y triste al contemplar como la vida de las dos hermanas se derrumba y queda
reducida a polvo y cenizas sin comprender qué ha pasado y cómo han podido
contribuir a ello. Frágiles marionetas zarandeadas por un destino que se torció
en su infancia cuando el divorcio, signo de los cambios que empezaron a
producirse en la vida familiar tradicional, agitó y desestructuró la vida de
las dos hermanas Grimes, en un momento de crisis mundial tras el crac de 1929.
Pese a ello, ambas se construyeron en su juventud ilusiones y esperanzas que en
la madurez quedaron pulverizadas.
Parece una de esas lecturas que sacuden, ¿no? Son las mejores, creo, y no se encuentran siempre con facilidad, así que me alegra que los hados lectores la pusieran en tu camino; sin duda no erraron y tú tampoco ;) Gracias por esta reseña, me llevo el título por si tengo suerte y doy con él por aquí.
ResponderEliminarBesos.
Fue una agradable sorpresa teniendo en cuenta que no sabía nada de él, me dejé llevar por la intuición.
EliminarBesos!!
Los libros buscan a sus lectores, U-to. Seguramente, al ir a la biblioteca muchos de ellos se 'adecentaron' para que tú los descubrieses y tu elección ha recaído sobre éste. Parece ser un libro algo triste pero bien narrado, como para tomar en cuenta. Me alegra conocer de él a través de ti.
ResponderEliminarUn beso muy grande!
Qué bueno Marcelo, me estoy imaginando a los libros poniéndose guapos para mi :))
EliminarEs un autor a tener en cuenta y me pregunto si no estaremos en una nueva etapa de ansiedad con su secuela de desconcierto, la confusión, la inquietud y la inseguridad.
Besos y abrazos!!
Algunos libros nos sonríen desde sus estanterías. Yo siempre que voy a la biblioteca encuentro alguno con portada como de emoticon, jaja.Éste no lo conocía aunque me suena el nombre del autor. Me gusta lo que cuentas, por muy doloroso que parezca. Lo buscaré. Gracias por acercármelo.
ResponderEliminarSaludos
La biblioteca que tengo a manos tiene pocos fondos, aburrida de no encontrar lo que buscaba dejé de ir, creo que el método es no buscar y ver qué encuentro.
EliminarGracias a ti.
Saludos!!
Por algo inspiró a Woody Allen para su película Hannah y sus hermanas.
ResponderEliminarSarah Grimes se casó por amor y se niega a divorciarse a pesar de la desilusión que la invade. Emily, más independiente y liberada, salta de un amante a otro, y así llega a encontrarse con 50 años, sola y sin amigos. Diría que es como un caso de la vida Real, donde la vida misma nos pone las pruebas para ver que somos capaces de hacer.
Amiga, eres una autentica polilla de biblioteca, (sin ofender) y cosa que te envidio... porque sigo rascando el tiempo para poder leer más, pero me cuesta un...
Serán los años?
Como siempre te dejo un abrazo
Carlos
¡¡Ostras!! no sabía que inspiró la película de Allen.
EliminarNo me molesta, al contrario, me gusta ser esa polilla en busca de lectura.
También rasco en busca de tiempo para la lectura...
Abrazos!!
ResponderEliminarLos caminos de la lectura son inescrutables... donde/cuando menos te lo esperas... ¡sorpresa! :P
El autor me suena, aunque no he leído nada de él, que yo recuerde...
Interesante lo que te comentan por aquí arriba respecto a que fue inspiración para esa película de 'W. Allen'.
Besos, abrazo y a disfrutar del finde todo lo que se pueda!!
;))
PD: Aquí estamos otra vez con temperaturas entre los 25 y los 30 grados... ¡esto es de locos!
Es verdad lo que dices, sobre todo si no nos importa que esas posibilidades nos acerquen a alguna obra concreta.
EliminarAquí también hace calor de nuevo, menudo rollo :(
Te deseo lo mismo, aprovecha el fin de semana.
Besos y un cálido abrazo!!
Creo recordar en mi mesilla la presencia de la vía revolucionaria y haberlo devuelto a medio leer a la biblioteca, porqué me resultaba una descripción de una forma de vida, tan falsa y ajena, en una pequeña urbanización de clase media, que no entendía ninguno de los planteamientos. Tu reseña hace a ésta otra mucho más atractiva. Un beso.
ResponderEliminarIgual lo intento con ese título que dejaste a medias. Ya veremos.
EliminarUn beso!!
Me parece que es de esas lecturas que me van a gustar, que va a dejar huella, así que me la llevo bien apuntada. Que además no conocía al autor.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ojalá te guste!
EliminarUn beso.
Me gustó mucho la película "Revolutionary Road" así que puede que en algún momento lea este libro, aunque deje un regusto amargo...
ResponderEliminarEs curiosa la forma que tenemos de llegar a algunos libros, ¿verdad?
Abrazo!
No he visto la película, pero quizás lea la novela.
EliminarMe gustan estos encuentros casuales con los libros (no siempre salen bien, claro).
Un abrazo!!
Finnegan's Wake, Laura? Qué valor! Yo no me atrevo, en cuanto a Richard Yates siempre he querido leerlo, la historia me interesa y el regusto amargo no me afecta si el camino está bien trazado. La Era de la ansiwdad, Auden y demás me gustan en general pero me llama la atención cómo tu percepción sobre la novela, el interlineado de tu reseña se acerca tanto a la mía. Besos.
ResponderEliminarY añades A song for you de Leon Russell..... Perfección
Sí, FW!! Encontré el libro y ya lo he leído, pronto publicaré la reseña que he hecho conjunta con mi compañero de aventuras literarias.
EliminarMe hizo dudar al principio de su lectura pero esa impresión cambió cuando entre en el ritmo de la narración.
Buena compañía Leon Russell ¿verdad?
Besos!!
No puedo esperar a leer la reseña de FW, ojalá me haga sentirme capaz de entrar en el ritmo de la narración. Sabes que los modernistas son mis preferidos pero a este libro le he tenido siempre pánico.
EliminarLo sé Yossi, también los míos. Con Joyce ha pasado algo ¿una epifanía?
EliminarAún falta para publicarla que tengo cola en espera de reseñas :))
La era de la ansiedad le llaman, como si la ansiedad no fuera el primer motivo para cualquiera que se apunta a escribir. Curiosa tu elección de novelas -novelas no relatos ni cuentos- en la biblioteca. De atrás para adelante el primer nombre es Zweig, no conozco ningún otro autor que esté más lejos en el orden alfabético.
ResponderEliminarNo he leído a Yates. Sería impropio decir nada de él. Lo que no creo es en la predestinación ni en que un hecho singular y menos una separación paterna propicie la desgracia en una vida, ni tan siquiera en una historia sobre una hipotética vida.
Besos
Todo lo que había de Zweig, que no era mucho, lo tengo leído, es uno de mis autores favoritos.
EliminarEs ficción, Doktor, y en ese mundo de la imaginación todo es factible, por eso es ficción. Si solo leyéramos novelas adaptadas a lo que creemos, la lista sería reducida (mira, por ese lado mi bolsillo sufriría menos).
Besos!!
Por desgracia, ese tipo de biografías no son privativas de esa época nada más. Pero sí es verdad que en la postguerra empezaron a generarse pautas que han desembocado en el marasmo que padecemos ahora. Las protagonistas hoy en día hubieran disfrutado de parecidas razones para la derrota.
ResponderEliminarEl papel de la mujer cambia de una manera radical y con ese cambio muchos aspectos de las relaciones personales (también sociales) que provocaron desconcierto y confusión, en definitiva ansiedad. Ese desconcierto creo que está muy presente en muchos autores de los años cincuenta y sesenta del siglo XX. Creo eh...
Eliminarme alegro que lo hayas disfrutado, sobretodo cuando no tenías claro si así sería cuando lo tomaste. Tomo nota, porque parece que es de los que te da para reflexionar.
ResponderEliminarUn beso
Ale.
Espero que te guste si lo acabas leyendo. Siempre me gusta que esas elecciones irracionales salgan bien, en este caso he tenido suerte.
EliminarUn beso!!
Gracias por la recomendación, parece una historia dolorosa, pero hay que leer diferentes estilos, saludos.
ResponderEliminarAsí es Boris, descubrir novelas que despiertan nuestro interés siempre es un logro.
EliminarSaludos!
Sabes? me he imaginado a los libros como adelantándose en la estantería para llamar tu atención...pobrecitos queriendo ser leídos...
ResponderEliminarPeliculera que es una...
Me parece interesante el libro que elegiste.
; )
Besos!
:))
EliminarMuy bueno...quién sabe, igual fue así ;)
Besos!!