Un brillante relato de 57 páginas sobre la exclusión en la Europa de entreguerras, entre la Gran Guerra y la Guerra civil europea, entre tragedia y tragedia. Esa es la época que tuvo que vivir Zweig.
Y Mendel, aquel hombre bueno y formal, habría tenido razón de haber soltado cualquier ordinariez que se le hubiera ocurrido, pues sólo un extraño, un ignorante -un amhorez, como él mismo decía- podía hacerle a él, a Kacob Mendel, una proposición tan humillante. Anotarle a él a Jacob Mendel, el título de un libro, como si fuera el aprendiz de una librería o el bedel de una biblioteca, como si aquella inigualable mente libresca, diamantina, hubiera tenido que echar mano jamás de un recurso semejante, tan vulgar. Sólo más tarde comprendí hasta qué punto había ofendido su genio singular con aquel amable ofrecimiento, pues Jacob Mendel, aquel judío de Galitzia, pequeño, comprimido, envuelto en su barba y además jorobado, era un titan de la memoria (p 18).El narrador es un hombre que conoció a Mendel el de los libros en su juventud y que lo rescata en el fondo de su memoria, ya que ella se traga lo más importante, tanto en lo que respecta a los acontecimientos como a los rostros, tanto lo leído como lo vivido, dejándolo con frecuencia en lo más hondo, en la oscuridad, y no devuelve nada de ese mundo subterráneo sin que uno ejerza presión… Para ello cualquier minúsculo gancho puede ser bueno, una postal, unas letras, un olor, una sensación… y de pronto, lo olvidado resurge de un brinco de la fluida y oscura superficie, vivo y coleando. En este caso el gancho fue el Café vienés de Gluck y Mendel emergió del olvido: el mago, el corredor de libros que, imperturbable, se sentaba allí día tras día, de la mañana a la noche.
Mendel, el librero de viejo, excluido en medio de una guerra entre naciones, la Gran Guerra, cuando para él solo había una patria, solo un territorio, el de los libros. Ese apátrida territorial, ese hombre de los libros fue capaz de enseñar que todo lo que de extraordinario y más poderoso se produce en nuestra existencia se logra sólo a través de la concentración interior, a través de una monotonía sublime, sagradamente emparentada con la locura.
Una joya, un libro para defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.
[Excepcionalmente no he puesto las páginas de los fragmentos excepto el primero, me parecía que entorpecía la lectura].
Y yo aún sin haberlo leído... Le tengo que poner remedio pronto!
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí, te gustará seguro.
EliminarBesos!!
Es lo único que verdaderamente me ha impactado de todo lo que he leído de Zweig, Laura. No es que el resto no me haya gustado, es que parece que soy menos entusiasta que el resto. Mendel, sin embargo, como personaje, siempre se me quedará grabado en la memoria, recuerdo siempre esa mesa, su determinación y su abstracción del mundo y a pesar de todo.... un beso.
ResponderEliminarDesde luego es un personaje que es imposible no conectar con él. Su ausencia del mundo fuera de los libros, su exilio interior... y a pesar de todo, la incomodidad que representa para el mundo.
EliminarYo soy de las entusiastas, ahora voy a empezar con otro: Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia.
Un beso.
De Zweig solo he leído Carta de una desconocida, y decir que me impactó es poco; este que reseñas hoy lo tengo en la lista, siempre pregunto por él en las librerías, pero aún no lo encuentro. Seguro que cuando lo haga daré en alarido que se enterarán hasta allí ;)
ResponderEliminarBesos.
Ese amor total más allá de preservarse es excepcional.
Eliminareso de que nos dificulten acceder a un libro o a un autor, me mosquea mucho. Deseo que lo encuentres más pronto que tarde y escuche ese alarido de alegría.
Besos!!
Me encantó la lectura de esta novela corta. Es una verdadera joya :)
ResponderEliminarBs.
Así es, una joya.
EliminarBesos.
Yo también me quedé con la imagen de Mendel sentado en su mesa del café grabada en mi mente de por vida.
ResponderEliminarY quién no. Todo un personaje que se queda dentro de una por muchos motivos.
EliminarMe encantó cuando la leí y el autor es uno de mis preferidos, siempre da en la diana.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, no he leído nada que no me guste, pero este es excepcional.
EliminarSi después de una hecatombe, cuidado con esa cosa que nos va a rozar este domingo, no quedase ni un documento de aquel periodo oscuro de Europa entre las dos guerras mundiales, leer la obra de Zweig nos salvaría de la ignorancia. Pocos autores son capaces de suscitar una pasión semejante desde una prosa tan clarividente como sencilla, pero es que Stefan Zweig se la jugaba en todo lo que escribía por eso cuando no pudo entenderlo más decidió abandonarlo todo y entregarse a la muerte.
ResponderEliminarEsto lo escribí en mi pagina web hace 13 años y luego lo reproduje en el blog:
http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2006/06/zweig.html
Estoy de acuerdo con lo que dices (o dijiste) Doktor. Cuando encuentras un escritor que se involucra así (para mi también Joseph Roth), a mi que me gusta leer también de forma activa... pues eso, una implosión maravillosa.
EliminarBesos!!
...Allí, en aquella mesa y sólo en ella, leía él sus catálogos y sus libros, tal y como le habían enseñado a hacer en la escuela talmúdica, canturreando en voz baja y balanceándose: una cuna negra, bamboleante. Pues así como un niño cae en el sueño y se olvida del mundo por medio de ese rítmico vaivén hipnotizador, también el espíritu, en opinión de aquellos devotos, se sume de manera más fácil en la gracia de la abstracción gracias a ese oscilar y columpiarse del cuerpo ocioso...
ResponderEliminarUn verdadera Joya!
Abrazos y buen fin de semana querida Laura.
Regalo:
ResponderEliminarImaginación
Lo que sucedió usted lo sabe:
aprendí a leer y mi soledad encontró compañía, el silencio se pobló de voces,
el vacío se llenó de fantasías.
En los libros encontré lo que necesitaba,
ahora es mío el mundo y hasta una porción de la eternidad.
Como dice el poeta:
“¡Poseo dragones y dioses y lunas!”
Me he imaginado a mí misma en grandes romances y en arrebatos místicos,
en la entrega revolucionaria y en el fuego de la poesía.
Me imaginé el placer y no sólo viví todas las pasiones sino también la diversidad de sus matices.
Sara Sefchovich
En este libro hay tantos fragmentos preciosos, hay tantas joyas, que resulta difícil seleccionar. Figúrate que me están entrando ganas ahora mismo de ir en su busca, en la estantería en la que acaba mi biblioteca, que para eso esta en la zeta y husmear hasta encontrar mis señales breves pero imperativas para pararme a leer, a releer.
EliminarQué poema tan exacto de las emociones que despiertan en mi la lectura. Gracias, querida Adriana.
Besos volando en las palabras.
Y sigue mi lista aumentado... como te las arreglas para leer tanto... a mi me falta el tiempo.
ResponderEliminarsaludos y abrazos
carlos
El escritor que te decía es Federico_Andahazi, primero me leí el Anatomista y ahora leo El libro de los placeres prohibidos.
EliminarEsta historia inmortalizó a Johannes Gutenberg como el creador de la imprenta. Federico Andahazi desmonta el mito y nos presenta a un personaje cuyo talento estuvo al servicio de una ambición desmedida.
El autor nos sumerge, con su gran maestria, en un thriller histórico ambientado en 1455, en la ciudad de Mainz, donde se celebra el juicio contra Gutenberg, acusado de comerciar libros apócrifos y de ser el falsificador y estafador más audaz que recuerde el Sacro Imperio Romano Germánico.
Mientras, en el Monasterio de las Adoratrices de la Sagrada Canasta de la ciudad, donde se siguen utilizando las artes amatorias provenientes de la antigua Babilonia, han sido asesinadas tres meretrices.
El terror se ha apoderado de todas las prostitutas. ¿Cuál es la relación de Johannes Gutenberg con estos crímenes?
De manera magnífica, la resolución de los asesinatos que alteran la vida del sagrado burdel y de la ciudad, termina uniendo todas las historias y conduce hacia el libro buscado por todos: el libro de los placeres prohibidos.
No dudo que lo hayas leído... pero me tiene babeado como me tuvo el Anatomista... Este ultimo te lo recomiendo más.
Perdón por el comercial pero como me dijiste que te lo mencionara, aquí te va.
abrazos
carlos
¿Cómo me las arreglo? Leer siempre es para mi la mejor opción respecto a todo aquello que le puede hacer la competencia (no incluyo ahí estar con las personas que amo que siempre es prioritario). Además en vacaciones mi tiempo se estira para la lectura.
EliminarEstán en camino, puesto que los he comprado por internet en librerías de segunda mano, las dos novelas. Así que cuando las lea, te cuento. Gracias por la recomendación.
Abrazos!!
De Zweig sólo he leído un libro en el que lo que más he apreciado era lo bien escrito que estaba, pero no tanto lo que contaba, creo que se llamaba Dos hermanas (pero no estoy muy segura). La figura de Zweig ha ido creciendo dentro de mi, he leído mucho de él, sobre su vida, pero no me he decidido todavía a alguno de estos libros que circulan por la red y son considerados como joyas, quizás por miedo a que mi entusiasmo no esté a la altura, e indecisa entre varios de ellos. Este y Cartas a una desconocida en principio son los candidatos. Pero por alguna razón, me sigue llamando más su vida que su obra :S (tendré que solucionarlo)
ResponderEliminarAbrazo!
Ana, si esa es tu manera de aproximarte a Zweig, seguro que hay alguna razón. Mientras mantengas entre tus objetivos lectores leer su obra, ya llegara el momento.
EliminarLas expectativas siempre son peligrosas, pero Zweig no decepciona.
Abrazos!
ResponderEliminarTiene pinta de 'delicatessen' inolvidable...
Pero, por si acaso, me la apunto.
Besos, cálido abrazo... y ¡¡¡¡buen fin de semana!!!!
;))
Así es, un libro, y un personaje, que se recuerda tiempo después de leerse.
EliminarBuena semana!!
Besos y un abrazo fuerte!!
Todos contáis maravillas de este libro, bueno lo tengo en la estantería hace tiempo y toca desempolvarlo y leerlo. Estoy perdiendo el tiempo, por lo que veo.
ResponderEliminarUn beso.
Desempolvarlo es una excelente idea, verás como te gusta.
EliminarUn beso.
Lo cierto es que Zweig creó un personaje inolvidable.
ResponderEliminarAbrazo!
Así es, uno muy especial que inspira una profunda ternura.
EliminarAbrazos!
Me gusta mucho Zweig, este libro en concreto me encanta y Mendel es de los inolvidables. Hay pocos personajes que se hagan entrañables y para mi este es uno de ellos. Triste eso sí que el contexto social se coma la alegría de gente inofensiva pero qué te voy a contar que no siga pasando.
ResponderEliminarUn beso
Compartimos, pues, ese gusto. Por fortuna aún me quedan muchos de sus libros por leer.
EliminarExiliarse interiormente es una salida a la que recurro a veces. Zweig demuestra que, en momento de fuerte tensión, es imposible y acabas barrido. Así que mejor estar prevenida.
Un beso.
Si la locura es la base de una vida, la creatividad está garantizada.
ResponderEliminarBesos!!!
Es cierto, sin embargo las dificultades que sufren no me la hace atractiva.
EliminarBesos!!!!
Lo que he leído de Zweig me ha gustado,y por lo que cuentas de este libro...me gustará.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
; )
Buena tarde de domingo y besos!
Si lo acabas leyendo espero que disfrutes.
EliminarBuena semana, un abrazo!!
Esta lectura es una joya, no hay más.
ResponderEliminarCierto. No hay más.
EliminarCon libros de viejo a un euro el tomo o incluso adquiridos al peso, por el mismo coste un kilo, construyo un refugio innacesible y secreto. Y con las palabras que contenian una pared invisible en medio de la mente, tras la que ocultar estantes repletos de inconfesables pensamientos y el tesoro de sus conocimientos. No he leido nada de ese autor. Todavia. Un beso.
ResponderEliminarPara lograr esos precios hay que ir al fin del mundo, me parece. Pero por fortuna hay libreros que son capaces de dar nueva vida a los libros desechados. Destruir libros es algo que duele.
EliminarTe recomiendo al autor y te recomiendo para empezar, este.
Un beso.