Tengo una compañera de trabajo a la que me ha unido
el amor por los libros. Antes de que habláramos de literatura no había nada que
nos uniera más allá de coincidir en algunas actividades propias de nuestro
trabajo, incluso algunas posiciones respecto a la manera de entender alguna
cuestión laboral nos había generado una cierta antipatía. Sin embargo, por
casualidad, empezamos a hablar de
literatura y la antipatía se ha disuelto, no creo que se convierta en amistad,
pero hemos encontrado una afinidad que nos entretiene en los momentos de
descanso dentro del centro de trabajo. Fue ella quién me habló muy
elogiosamente de esta novela y decidí comprarla, luego vi una reseña de Marcelo
Z que coincidía en la valoración de la obra y fue suficiente para leerla.
La novela tiene 240 páginas y su título no ofrece
ninguna dificultad puesto que es el apellido del protagonista: William Stoner.
John Williams (1922-1994) nació en el noreste de
Texas y después de trabajar en diversos oficios se enroló en el ejército en 1942
y fue tras la II Guerra Mundial cuando fue a la Universidad de Denver, se
licenció en 1949 y a partir de 1950 ejerció como profesor en la Universidad de
Misuri. Escribió narrativa y poesía siendo Stoner,
publicada en 1965, y Augustus (en
castellano El hijo de César),
publicada en 1973, sus novelas más conocidas.
Pero William Stoner conocía el mundo de una manera que pocos de sus colegas más jóvenes podrían comprender. Por dentro, bajo su memoria, yacía la experiencia de la dureza, el hambre, la resistencia y el dolor. Además del recuerdo fugaz de sus primeros años en la granja de Booneville, llevaba siempre cerca de sus consciencia el conocimiento sanguíneo de su herencia, transmitida por ancestros cuyas vidas fueron oscuras, duras, estoicas y cuya ética común era la de mostrar a un mundo opresivo rostros inexpresivos, duros y fríos (p. 192).
Stoner es, en efecto, un hombre
de origen muy humilde nacido a finales del siglo XIX y cuya familia haciendo un
gran esfuerzo envía a la Universidad. Matriculado en la Facultad de
Agricultura, acaba estudiando literatura por el impacto que le causa un
profesor cuando en clase le dice:
El señor Shakespeare le habla a través de 300 años, señor Stone, ¿le escucha? (p. 17)
A partir de ese momento Stoner tiene una especie de
revelación y opta por dedicar su vida a estudiar y enseñar literatura, una
extraña opción para un hijo de campesinos pobres de Misuri.
El amor a la literatura, al lenguaje, al misterio de la mente y el corazón manifestándose en la nimia, extraña e inesperada combinación de letras y palabras, en la tinta más negra y fría… el amor que había ocultado, como si fuese ilícito y peligroso (…) (p. 103).
Siendo extraña esa elección, y otras muchas a lo
largo de su vida, el protagonista de esta novela transmite, desde los pequeños
dramas que le van ocurriendo, una rectitud moral y una defensa de la honradez y
del esfuerzo que convierten a Stoner en un personaje aparentemente gris pero
que irradia la luz de los héroes anónimos.
Pese a sus errores en el mundo de los afectos, el amor, intenso y fijo, siempre había estado ahí y lo había dado sin pensar:Lo había ido dando, de manera extraña, en cada momento de su vida y quizás lo había dado más cuando no era consciente de estar dándolo. No se trataba de una pasión ni de la mente ni de la carne; era más bien una fuerza que comprendía a ambas, como si fuese, más que un asunto de amor, su sustancia específica (p. 217).
Cuando conoce a la mujer con la que se casará, Edith
Elaine Bostwick, se da cuenta de que, tras escucharla durante una hora y media
(nunca más hablará tanto de sí misma como en ese momento), eran desconocidos de una manera impensable y supo que se había
enamorado (p. 52). Stoner se deja guiar por un amor que jamás será
correspondido y que le lleva a una rutina exenta de afecto y descreimiento hasta
que a los 43 años encuentra a Katherine Driscoll, mucho más joven que él, que
le enseña que el amor no es un fin sino
un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra (p. 171) y un acto humano de conversión, una condición
inventada y modificada, minuto a minuto y día a día, por la voluntad y la
inteligencia del corazón (p. 172).
El trasfondo de la vida de Stoner se sitúa en la
primera mitad del siglo XX, una época agitada por dos guerras mundiales y una
crisis económica mundial que se engarza con su vida personal y con las
mezquindades de una pequeña Universidad en la que, pese a todo, Stoner trata, de
manera conmovedora, de contagiar su amor por la literatura.
Una historia bien contada y escrita y un personaje
tan bien construido que una lo sigue recordando muchos días después de haber
cerrado el libro.
No lo conocía pero por lo que cuentas parece que merece la pena. Tomo nota.
ResponderEliminarAbrazo!
Merece mucho la pena, te gustará sin duda alguna.
EliminarAbrazo!!
No sabes cuanto me alegro de que hayas encontrado una persona con tus mismos gustos, porque el trabajo sin estas personas afines se hace difícil de sobrellevar.
ResponderEliminarEn cuanto el libro me parece interesante, no descarto leerlo cuando vaya bajando el montoncito que tengo ante mí.
En mi trabajo debería ser habitual encontrarlas, pero las prisas y la rutina nos convierten en personas centradas en el trabajo olvidando el placer del conocimiento. Una pena.
EliminarLo comprendo. Entiendo lo que dices de los montoncitos :))
Abrazo!!
No lo había oído y me interesa. Lo voy a apuntar.
ResponderEliminarBesos.
Te gustará, es una novela brillante.
EliminarBesos!!
Me alegra mucho que encontraras en tu compañera a una persona con la que hablar de libros e intercambiar impresiones, es una maravilla.
ResponderEliminarEl libro se ve muy bien, algo sabía acerca de él, pero gracias a ti lo tengo más claro y creo que me puede gustar.
Besos.
Las personas pueden sorprendernos cuando ya teníamos hecha una imagen de ellas. Si la sorpresa es positiva, como en este caso, miel sobre hojuelas; peor es cuando ocurre al contrario, pero también sucede.
EliminarTe lo recomiendo, una novela extraordinaria (y con una bellísima historia de amor).
Besos!!
Yo tengo también una compañera de trabajo a la que me une (nos está uniendo) los libros. Aunque en mi caso no ha habido nunca antipatía, pero sí falta de conversación. Y ahora mismo estamos leyendo el mismo libro porque me ha visto con él en la mano mientras salía a fumarme un cigarrillo. Cuando lo empezó a leer le pregunté qué tal la lectura y con una onomatopeya expresó exactamente lo que estoy sintiendo con el libro. :)
ResponderEliminarSobre Stoner, hace tanto que le tengo esperando en la estanteria que, no tengo dudas, ya es como de la familia sin haberlo leído. Lo hago esperar porque (precisamente) espero tanto de esta lectura que no quiero que eso destabilice el equilibrio como lectora. Estoy segura que pasará a la galería de personajes que se quedan en mi corazón lector (y posiblemente en el otro también). Pintas a Stoner como un personaje con luz, que además irradia. Un héroe anónimo. Cuán faltos estamos de Stoner.
Un abrazo (agradecido)
Hablando de libros pasa volando, de forma agradable, el tiempo de descanso o de fumar el pitillo. A mi me encanta hablar de las lecturas que voy haciendo y no siempre es fácil, esa fue la razón por la que abrí este espacio.
EliminarEs una lectura que no te decepcionará, pero me dan miedo las grandes expectativas porque luego las lecturas pueden frustrar esas expectativas (alguna vez me ha ocurrido).
Stoner es una persona integra, honrada y coherente sin alharacas, sin heroísmos. Un maravilloso personaje.
Abrazos!!
ResponderEliminarResuenan esos fragmentos de las pág. 103, 171, 172...
Y que sea... "Una historia bien contada y escrita y un personaje tan bien construido que una lo sigue recordando muchos días después de haber cerrado el libro."... lo dice todo.
Aunque no sé para cuando, lo tendré en cuenta...;)
Petons de... sábado!!!!
PD: Definitivamente soy una ladronzuela blogeril... me he vuelto a robar unas cuantas cositas de tus lateralidades... :P
Una novela que te va a gustar, sí o sí. Apúntala y ya llegará el momento de leerla. La historia de amor, inesperada para él, es maravillosa.
EliminarTú tienes licencia para "robar" todo lo que quieras, faltaría más :))
Besos, como dice una amigo, de luningo (es un guasón con humor gallego, muy muy fino).
"El señor Shakespeare le habla a través de 300 años, señor Stone, ¿le escucha?" Eso sí que es una revelación. Como si le hubiera caído un rayo en cuerpo y espíritu. Una metamorfosis de la que surgió un novelista y profesor de literatura. Me aprenderé la frase para decirla de vez en cuando, tal vez nazca otro nuevo escritor, no está por demás intentarlo ja ja ja.
ResponderEliminarBesos mi querida Luna!!!
Esas provocaciones que utiliza el profesorado que quiere incentivar-provocar a quienes le "escuchan", a veces son iluminadoras, en este caso lo fue y cambió el rumbo de su vida.
EliminarIntentar que la luz del conocimiento se haga, siempre es el mejor propósito que podemos poner en marcha.
Besos estimado Veyrud, veo que ha cambiado usted de look.
Es una bonita historia que estaré publicando próximamente en el verde.
EliminarBesotes querida Lectora Reseñadora!!!
Interesante reseña. Me quedo con esta frase que si no si es tuya o del propio libro:
ResponderEliminar"opta por dedicar su vida a estudiar y enseñar literatura, una extraña opción para un hijo de campesinos pobres de Misuri."
Es curioso, tendemos a pensar que a los que más les ha costado tener una educación superior por venir de un medio social modesto suelen elegir estudios de carácter más práctico e instrumental quizás para colmar las esperanzas de sus padres. Afortunadamente la vida está poblada de ejemplos contrarios y aunque a veces tienes que saltar el muro de la incomprensión, merece la pena saltar la valla.
Besos
Es mía doktor, siempre procuro que quede claro cuáles son mis palabras de las del autor (en cursiva siempre o entrecomillada en etapas anteriores del blog).
EliminarEs mi caso también, vengo de una familia obrera. Aún recuerdo la propuesta de mi padre cuando le dije lo que quería estudiar, me dijo: No sería mejor que estudiaras enfermería o magisterio?. Cuando le dije que no era posible, no insistió por fortuna.
Merece ser saltadora, sobre eso no tengo dudas :))
Besos!!
A mi también me ha pasado que una persona que te era indiferente o algo cargante de repente cambia a tus ojos al saber que comparte el amor a los libros.
ResponderEliminarCreo que era Quevedo el que decía que al leer miras con los ojos de los muertos, llega a ti un mundo perdido en el tiempo y la lectura lo hace revivir. Algo parecido a la revelación de Stoner.
Es cierto, no lo había pensado desde esa perspectiva. De los muertos o de los vivos, pero miras con otros ojos y eso siempre te amplía la visión.
EliminarLos libros crean afinidades, eso parece claro.
La felíz coincidencia de sentir pasiòn por la léctura sería una estupenda ventana para la paz. ¿Putín y Obama intercambiando libros en lugar de amenazas?. Durante unos minutos me has embaucado de nuevo, mediante la reseña, en viejas sensaciones. Me la apunto en la nota perenne del chisme este tan útil. Un beso
ResponderEliminarPutin y Obama están programados para la amenaza, no les veo capaces de intercambiar libros, la verdad.
EliminarUyy, me has llamado embaucadora?? Hmmm, no sé si te perdonaré esa afrenta.
Un beso!!
Acabada la lectura de ésta obra, más que una gran novela me parece un certero retrato de la existencia. Innumerables párrafos nos ponen frente a vivencias y recuerdos propios. Un beso.
EliminarStoner es un personaje que se hizo imborrable en mis recuerdos lectores. Precisamente por esa heroicidad en lo cotidiano. Me gusta como va ganando intensidad la novela conforme avanzas es un libro estupendo que guardo con especial cariño.
ResponderEliminarBesos
Es tan difícil ser héroe en el día a día y en sociedades acomodadas, que Stoner brilla con luz propia por mantener ese especie de "pureza" incontaminada, esa integridad y honradez, esa receptitividad hacia las emociones.
EliminarEstoy contigo en que la novela mejora conforme avanzas en su lectura, te engancha y no puedes dejar de leer.
Besos!!
Por lo que cuentas hay que buscarlo.
ResponderEliminarNo lo conocía.
saludos
carlos
Sí, te lo recomiendo, merece la pena.
EliminarSalud!!
Gracias por tu visita, L. No estaba por aquí...andaba por mi tierra y lejos de las redes. Un abrazo. No leo mucha novela ahora mismo. Sabes que con tu reseña ya casi resulta familiar el libro? Lo haces muy bien.
ResponderEliminarQué bien desconectar Mateo, estupendo.
EliminarGracias, eres muy amable y generoso.
Un abrazo!!
Esta entrada es brutal. Porque de alguna manera todos necesitamos expresar nuestro amor por la literatura. Un abrazo.
ResponderEliminar:)) Yo si lo necesito, pero conozco a un ciento que no saben qué es eso ehhh
EliminarUn abrazo!!
Ya me hubiera gustado en mi mundo laboral haber encontrado a algún compañero/a con gusto por los libros, seguro que hubiera tenido menos conflictos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, no resulta nada fácil y cuando lo encuentras es una gran alegría.
EliminarUn abrazo!!
Me alegra saber que mis pobres líneas te han dado el necesario 'empujoncito' para decidirte a leer este gran libro.Quizás no he sido todo lo entusiasta que el libro amerita, pero lo guardo como uno de los señeros.
ResponderEliminarPor otra parte, tengo un compañero con el solíamos coincidir en nuestras lecturas, pero la ida nos ha alejado. Puede que sea una buena oportunidad de reelaborar nuestro vínculo. Besos para ti!
Me pareció una reseña que impulsaba a su lectura y que denotaba el valor que le dabas a esta obra.
EliminarOh!! Eso sí que me gustaría, empujarte a reencontrarte con ese amigo.
Besos!!
10 años después de esta reseña, vengo yo a leerla, porque estoy a punto de acabar el libro. Fascinante. Sí, creo que Stoner se quedará conmigo.
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