Esta novela me resultó
atractiva por el tema, la juventud de dos mujeres en la Irlanda de los años
cincuenta, y por la autora, considerada
como una de las escritoras más prestigiosas de habla inglesa y de la que no
había leído nada.
La obra tiene 300 páginas en una edición muy cuidada y su título se refiere a esas chicas de campo que vivían en medio de un verde paisaje, bello pero también muy exigente. Las chicas, nacidas en la década de los treinta del siglo XX, son jóvenes que marchan del campo a Dublín en los años cincuenta.
La obra tiene 300 páginas en una edición muy cuidada y su título se refiere a esas chicas de campo que vivían en medio de un verde paisaje, bello pero también muy exigente. Las chicas, nacidas en la década de los treinta del siglo XX, son jóvenes que marchan del campo a Dublín en los años cincuenta.
Edna O’Brien (Irlanda, 1932) es una escritora que se diplomó en Farmacia, en 1950. Se casó en 1954 con el escritor Ernest Gébler, mucho mayor que ella, y tuvieron dos hijos. Se separó en 1964 y se fue a vivir a Londres. Su familia, bastante convencional, no veía con buenos ojos que se dedicara a la literatura, pese a ello escribió en 1960 Las chicas de campo, libro que fue quemado en el pueblo de la autora, porque hablaba de la libertad física de las irlandesas. En 1981 fue premiada por su obra de teatro Virginia, que se representó en Canadá, Londres y Nueva York. Ha escrito dos biografías, una sobre James Joyce (1999) y otra sobre Lord Byron (2009).
Destaca de esta novela la sencillez
y autenticidad tanto en la manera de tratar el tema como en su prosa que es
directa pero no por ello simple o banal. La autora es capaz de empatizar con
los personajes (parece que Caithleen, la protagonista, tiene mucho de
autobiográfico) y de resaltar los valores y sentimientos universales que, de
una manera u otra, todos hemos sentido. Las dos jóvenes representan aspectos
del carácter de la autora y sus enfrentamientos, tensiones e inseguridades son
una muestra de las que cualquier persona puede tener en su etapa de juventud.
La historia se encuentra narrada en primera persona por Caithleen que vive en una granja en la que el padre, casi siempre ausente, es un hombre rudo condicionado por el alcohol. Cuando está borracho arremete contra su mujer a quien golpea e insulta. Caithleen es una adolescente melancólica que no es feliz pese a que tiene una gran capacidad para empatizar con las personas que hay a su alrededor, incluida su amiga Baba que la menosprecia en muchas ocasiones. Pese a que le gusta la granja, no dudará en abandonarla cuando se presente la ocasión.
Me paseé mentalmente por todas las habitaciones; admiré las colchas de patchwork, las pantallas para las chimeneas hechas de miriñaque con ribetes rojos en los bordes, y las paredes húmedas pintadas con pintura al óleo de un verde pálido. Incluso llegué a abrir cajones para ver las cosas que mamá había guardado en ellos: viejos adornos de Navidad, frascos de perfume vacíos, ropa interior de seda por si algún día tenían que hospitalizarla, juegos de cortinas, y bolas de naftalina por doquier (p. 144).
La adolescente Caithleen, siempre preocupada por la vuelta de su padre y el sufrimiento de su madre, consigue una beca que la llevará a un internado religioso junto con su amiga Baba, iniciándose una nueva etapa que acabará con las amigas viviendo solas en Dublín con dieciocho años. En medio se producen diversos sucesos, como la relación sentimental de Caithleen con un maduro abogado casado, que no desvelaré para no hacer spoiler.
(…) por el camino empezó a nevar. Los copos caían perezosos, con suavidad y en oblicuo contra el parabrisas. Caía la nieve sobre los setos y sobre los árboles de la lejanía, y despacio y en silencio mudaron de color y las formas de las cosas hasta que fuera del automóvil todo estuvo cubierto por un manto suave e inmaculado (p. 158).
Una novela de aprendizaje con un desarrollo de la acción lineal que facilita mucho la lectura y que te engancha a esas dos jóvenes y al ambiente de campo del que proceden. Se trata de la primera parte de una trilogía que la editorial parece que va a traducir en breve.
Se trata de una lectura interesante y agradable. Recomendable.
De Edna O´Brien sólo he leído su biografía sobre Joyce, que me encantó. Tomo nota de la recomendación. Saludos.
ResponderEliminarEstoy con un "proyecto", en el que algunos bloggers se están apuntando, de leer Ulises, que siempre se me ha atragantado. Acabo de leer la Odisea, ahora leeré Retrato del artista adolescente y, finalmente, Ulises. No estaría mal terminar con la biografía de Joyce de O'Brien.
EliminarResulta curioso cómo una lectura puede llevar a otra y de esa a otra, esa concatenación de posibilidades lectoras me encanta.
Saludos, Álvaro.
Los irlandeses y el alcohol siempre se han llevado bien.
ResponderEliminarSus familias suelen sufrir las consecuencias.
Sobran las palabras me gustó mucho.
Sencilla y bien hecha.
Besos.
Es verdad, y comprobable sobre el terreno en la actualidad.
EliminarOpino igual, su atractivo es la sencillez en la manera de narrar y su contenido.
Besos.
ResponderEliminar'Irlanda' y 'Escocia' son dos de los lugares que, entre otros, siempre me han atraído.
Del primero no conozco nada más allá de los libros, la música o lo visto a través del cine.
Del segundo un poquito: 'Edimburgo' y la 'Isla de Skye' con visita al 'Lago Ness' incluída.
Con lo que apuntáis por aquí, ya forma parte de mi lista de pdtes.
He estado escuchando lo último en música que has enlazado: Una la había oído (Alex Hepburn), la otra no (Cassandra Wilson) que yo recuerde, aunque conocía la canción. Me gustan mucho. También me guardo esos enlaces.
Buen finde a pesar de los virus y bacterias !!!!
Y un beso con cálido abrazo incluído... ;)
La novela es sencilla y aparentemente banal, sin embargo es delicada en muchos aspectos, especialmente en la manera de narrar una infancia desgraciada sin alharacas.
EliminarYo he he escuchado a Cassandra Wilson en directo y, en cambio, no conocía a la jovencísima Hepburn y me ha gustado bastante.
Cuídate mucho, toma miel y cosas calientes :))
Muchos besos!!!
Tomo buena nota y me apunto la obra y a la autora en la lista de pendientes, casi será una interesante narración histórica, supongo que en el rural irlandes, como en el español, mucho habrán cambiado las cosas. O eso espero.
ResponderEliminarUn beso.
Pues por lo que sé de primera mano, los cambios no creas que son excesivos.
EliminarTiene su interés. Sin embargo me parece que estás embarcado en lecturas más interesantes aún.
Un beso.
Contradigo un poco la visión de Toro Salvaje o al menos le doy otro enfoque: la droga de los irlandeses es la Iglesia Católica y el alcoholismo una posibilidad de liberación. Ese especie de ensimismamiento fue una forma de protegerse de la opresión británica en su vertiente religiosa y política, pero al final se convirtió en una serpìente pitón que ahogó la vida de sus habitantes durante muchos años, Dublin es un oasis en ese ambiente opresivo, aunque más por su parecido con cualquier ciudad británica, cuando estás allí piensas que estás en Inglaterra, que con la esencia misma de la vieja Eire que, por cierto, según la leyendas de allí y de acá fue colonizada por gallegos.
ResponderEliminarBesos
Esa interpretación de que los gallegos colonizaron Irlanda me la ha hecho conocer otro gallego que anda por aquí.
EliminarEl catolicismo provoca efectos secundarios siempre letales, no había pensado que beber fuera una forma de liberación de una de las mayores drogas inventada por la humanidad.
De todas formas no he visto beber más, y peor, que en los países nórdicos y aquí sin rastro de catolicismo.
Besos!!
Gracias.
ResponderEliminarIdem
EliminarUys, pues tengo que reconocer que ni conocía a la autora... Así que me la llevo muy bien apuntada.
ResponderEliminarY estoy hoy cotilleándote en la barra lateral, que hace tiempo que no lo hacía. Totalmente de acuerdo contigo, una maravilla ese blues de James Cotton. Voy a escucharlo de nuevo...
Besotes!!!
El blues de Cotton es de los auténticos, es de esos que te rasgan las entrañas en azul :)
EliminarSi además de apuntarla, la lees, a ver qué te parece. Hay mucha división de opiniones.
Un abrazo.
Pues esta vez no coincidimos :( Supongo que tenía muchas expectativas con este libro, y eso no ha ayudado, pero en verdad el libro no consiguió transmitirme. Bien es verdad que además venía de otro libro situado también en Irlanda, y en el contraste de ambas lecturas Las chicas de campo no ha salido favorecida. Aprecio la sencillez de la escritura, pero hubiera agradecido algo más de emotividad e incluso hasta de contenido, aunque fuera implícito. No conecté con Edna O'Brien y ya lo siento...
ResponderEliminarBesos
Coinciden dos aspectos que unidos suelen traer malas consecuencias: grandes expectativas y leerlo tras un libro mejor.
EliminarNo lo sientas, a mi me ha pasado con novelas que gustan a todo el mundo y a mi me han dejado fría.
Besos!!
no soy mucho de leer pero despues de esto... me lo pienso
ResponderEliminarHola Miguelo,
EliminarHas entrado a la casa de una loca de la lectura :))
Quien domine una prosa directa pero no simple y banal es porque a logrado muchas victorias en las batallas de su vida, eso es un gran mérito que afecta positivamente toda admiración.
ResponderEliminarInteresante la semipolémica anterior entre catolicismo y alcoholismo. Religión no quiere decir necesariamente cristianismo o catolicismo, como alcohol no significa obligadamente alcoholismo, es una permanente discusión histórica que el mismo dios Dionisos sacrificando su divinidad pudo demostrar que ni la religión ni el alcohol de la uva tengan una derivación forzadamente alienante para la existencia, esto lo empecé a esbozar en uno de mis tantos apuntes de vida cuando tuve por primera vez noticias de Escocia en las asociaciones que se hacían con aquellas falditas a cuadros que a las damas se les ve tan bien y que se ven mucho mejor cuando uno al menos se toma medio vaso de un escocés ojalá de una sola malta. Luego cuando empecé a civilizarme vino algo de historia entonces descubrí que tanto el catolicismo como el whisky fueron llevados a esas tierras por la misma mano, en cuanto al origen de las falditas llegué hasta los pictos y allí me detuve pero apenas tenga tiempo seguiré. Luego leyendo un poco más y muchas veces a la luz y motivación del mismo Dionisos me vine a dar cuenta que Sir Arthur Ignatius Conan Doyle fue el creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes y JM Barrie el del famoso Peter Pan ja ja ja. Hay otro escritor que no sé si fue en una de tus ediciones como escritor de novela negra que tuve noticia de él Phillip Kerr y ahora esta escritora que recién la oigo. Bueno me apresuro para que me quede espacio y poder hacer algún comentario en esa futura lectura del Ulises de Joyce.
Besotes que hagan sonar las gaitas ja ja ja
Es verdad que tendemos a generalizar con lo que tenemos más próximo o con lo que juzgamos peor. Por tanto estoy de acuerdo con que religión no es catolicismo, ni vino, alcoholismo.
EliminarVaya, no me suena haber leído esas reflexiones que tienen como centro las famosas faldas escocesas. Por cierto, hay otro debate "histórico" respecto a qué llevan bajo las faldas los aguerridos escoceses, no sé si llegaste a tocar ese tema...
Aún hay tiempo puesto que acabo de empezar el Retrato del artista adolescente y no sé si me lanzaré seguido al Ulises no se me atragante Joyce.
Pues que suenen espléndidas!!
Besos!!
Ja ja ja ja ja ese tema de los guerreros ya ha sido tocado lo suficiente y con bastante interés, yo me interesé fue por tocar el tema de las damas ja ja ja.
EliminarQué sigan sonando las gaitas!!!
Lo tengo apuntado para cuando le toque... Abrazo!
ResponderEliminarA ver si te gusta, que hay división de opiniones.
EliminarUn abrazo!!
Lo tenía apuntado, aunque no se cuándo llegará a estas riberas. Coinciden tus apreciaciones con las que había leído, así que fortalecen su lectura. Gracias por allegárnoslo.
ResponderEliminarPersonalmente, me llevo bien con los irlandeses; en general, son buena gente y divertidos. El alcoholismo es su contracara.
Un beso grande.
Contracara que no es de su exclusiva propiedad ¿no?
ResponderEliminarConozco pocos irlandeses fuera de la literatura y el cine.
Acabo de terminar Todas las mañanas del mundo, me ha gustado bastante.
Besos!!!
Esta novela me ha decepcionado, reconozco que influida por las expectativas. Me faltó fuerza y me pasé todo el tiempo esperando. Coincido contigo, una lectura agradable pero como tantas otras.
ResponderEliminarUn beso
Te ha pasado, por lo que leo, como a Blasfuemia. Las expectativas son difíciles de cubrir casi siempre.
EliminarYo disfruté sin más, que no es poco.
Un beso!!