Dos
motivos me han llevado a leer esta obra de la que solo conocía fragmentos, un
motivo es que se trata de una obra muy leída y apreciada por alguien a quien
respeto y estimo; el segundo motivo es que parece un buen inicio para acercarse
a un obra, el Ulises de James Joyce,
que siempre se me ha resistido. He llevado a cabo una lectura conjunta con
Carlos pero, en este caso, con ritmos
diferentes y un diálogo rico y desordenado que he tratado de ordenar con su
colaboración. También, al otro lado del Atlántico, se animó a leerlo Marcelo Z,
del blog Libros en Estéreo, con el que me he puesto de acuerdo en compartir
reseñas este sábado, sin duda, Odisíaco.
La
Odisea tiene 440 pág. y su título
remite a la vuelta a Ítaca del héroe Odiseo (Ulises en latín) tras la guerra de
Troya.
Se
trata de un poema épico, con versos de dieciséis sílabas (hexámetros),
compuesto de veinticuatro rapsodias, atribuido al poeta griego Homero,
compuesto en el siglo VIII a. C. en Asia Menor. No hay certeza, sin embargo, ni
de su autoría, ni de la época en que fue escrita, la tradición sostenía que
Homero era ciego y varios lugares reclamaban ser su lugar de nacimiento. En la
figura de Homero confluyen realidad y leyenda.
Resulta
casi imposible resumir esta obra porque las peripecias del viaje de Ulises son
muchas. Le cederé la palabra a él mismo cuando, en la rapsodia XXIII, le relata
sus aventuras, a su vuelta a Ítaca, a Penélope (resulta un rasgo moderno que
Ulises relate su viaje en primera persona en la corte de Antinoo, el relato a
su esposa aparece en tercera persona):
Empezó a contar cómo logró derrotar a los cícones,
Su llegada al fecundo país de los hombres lotófagos,
Lo que el Cíclope le hizo y la forma en que pudo vengarse
cómo fue a Lestrigonia, a Telépilo, hundieron sus naves
De que a sus compañeros leales se hubiese comido;
Cómo fue por Eolo acogido benévolo, y luego
despedido por él, pero el hado aún no había dispuesto
que volviera a su patria, y por una tormenta alcanzado
lo llevó por el mar que los peces habitan, gimiendo;
y mataron a todos los hombres de grebas hermosas
[y logró solo Ulises huir con su negro navío.]
Y contó los engaños de Circe y habló de su astucia,
del viaje que hizo a la lóbrega casa del Hades
en su nave bancada; a pedirle consejo a la sombra
del tebano Tiresias, y cómo vio allí a sus amigos
y a la madre que lo hubo alumbrado y nutrió de pequeño;
cómo oyó a las Sirenas marinas cantar, y pasó entre
las dos Peñas Errantes, la horrenda Caribdis y Escila,
de las cuales sin daño ha escapado jamás hombre alguno;
cómo sus compañeros las vacas del Sol inmolaron
y después Zeus tonante le hirió su velero navío
con el rayo encendido, y murieron sus hombres leales,
y él tan solo se pudo evadir de las parcas funestas;
cómo a la isla de Ogigia llegó, ante la ninfa Calipso,
que, queriendo que fuera su esposo, en sus cuevas profundas
lo retuvo y cuidó, y muchas veces contó que lo haría
inmortal y de toda vejez libraría su cuerpo,
pero nunca en el pecho logró el corazón persuadirle;
cómo luego a Feacia llegó tras penosos trabajos,
y sus gentes, lo mismo que a un dios, cordialmente lo honraron
y en un buque lleváronlo hasta el país de sus padres
con muchísimos dones de oro, de bronce y vestidos.
La Odisea es un libro de viajes, de varios
viajes porque no empieza con el de Ulises sino con el de Telémaco, y, por tanto,
de cambio y evolución según los avatares de dicho viaje. Para Ulises es un
viaje de regreso, como héroe de la guerra de Troya, pero de regreso en
solitario, al perder a sus compañeros, y sin botín (los ricos presentes que
lleva se los dan los feacios).
Ulises y los feacios. RUBENS
Para Telémaco
es un viaje de iniciación y tránsito hacia la madurez. Apurado por las
presiones que recibe su madre, fleta un barco para ir a buscar noticias de su
padre. Cuando regresa es capaz de luchar al lado de su padre y enfrentarse a
los pretendientes.
Debería haber
un tercer viaje, de expiación por las muertes de los pretendientes, que el
poema no recoge. Ese viaje sería el exilio tierra a dentro y cuando lo
concluyera es cuando podría regresar definitivamente a Ítaca.
Penélope acosada por los pretendientes. J. W. WATERHOUSE
La Odisea es
un poema de amor, de deseo y de espera. Destaco uno de los fragmentos más bellos
en los que Ulises expresa su amor por Penélope:
Así dijo, y en él fue creciendo un deseo de llanto,
y lloraba abrazado a su fiel y amadísima esposa.
[Así como la tierra aparece tan grata a los náufragos
a los que Posidón en el medio del mar echó a pique
el armónico buque, a merced de las olas y el viento,
y unos pocos consiguen salir de la espuma nadando
y la orilla alcanzar, y sus cuerpos de sal se han vestido
y con júbilo pisan la tierra, ya a salvo de males,
así ver a su esposo era dulce también para ella
y sus brazos nevados seguían en torno a su cuello.]
Rapsodia XXIII
Penélope. SPENCER
El centro de este poema es Ulises y Penélope, que fue
conquistada por él y se casó virgen, es el modelo de la perfecta casada: leal,
intachable, que guarda el recuerdo de Ulises, virtuosa, sabia, modesta, etc.
…No fue como la hija de Tíndaro [Clitemnestra] que urdiendo males
a su esposo de virgen mató: y de horror será el cántico
de los hombres para ella; pues fama tristísima ha dado
a las otras mujeres, incluso a la más virtuosa.
Rapsodia XXIV
Siempre los dos modelos de mujer: buena-mala,
Eva-María, virtuosa-pecadora. Sin embargo la Odisea también contiene los
diferentes modos de ser mujer en cada final de etapa. Hay mujeres esclavas que
aman y que trabajan como la nodriza de Telémaco, magas como Circe, fuerte y
libre, que propone el encuentro amoroso con el héroe o le envía sin
remordimientos a consultar en el Hades, donde decenas de ellas, ya fallecidas,
despiertan a la vida y relatan sus desventuras tras beber la sangre de la
víctima.
Odiseo y Calipso. J. BRUEGHEL
Las hay apasionadas como Calipso, dispuesta a conceder la vida eterna
como prueba de su amor y que se queja amargamente de la soledad a la que Zeus
la condena cuando ordena liberar a Ulíses, poderosas como la reina de los
feacios a quién suplica hospedaje y hermosas como Helena, capaz de provocar una
devastadora guerra.
Diosas como Atenea, que no duda en tomar la lanza de bronce y actuar como una guerrera cruel, o Afrodita, la bella infiel. De todas ellas nos cuenta el poema detalles, de su vida diaria, de sus vestidos, sus tareas y sus desvelos.
La Odisea guarda
una gran sorpresa, al menos para mí lo ha sido: el dormitorio de Ulises y
Penélope está en un olivo:
Creció dentro del patio un olivo de alargadas hojas,
floreciente y robusto, tan grueso como una columna.
Las paredes de mi dormitorio labré en torno suyo
[con muchísimas piedras y encima le puse un buen techo]
y le hice unas sólidas puertas muy bien ajustadas.
Despojé de su fronda al olivo de alargadas ramas
y pulí con el bronce su tronco desde las raíces
hábil y diestramente; y después de a nivel trabajarlo,
hice el pie de la cama, que yo barrené totalmente.
Comenzando por él fui montando y puliendo la cama
[que con plata, con oro y marfil adorné una vez lista.]
Y por dentro extendí unas vistosas correas purpúreas.
Esta es, pues, nuestra marca. Y ahora, no obstante, yo ignoro,
¡oh mujer!, si mi lecho está incólume, o alguien acaso
Lo ha cambiado de sitio, cortando debajo el olivo.
Rapsodia XXIII
El olivo es para los griegos una metáfora
de la sabiduría y de la fecundidad: en las lámparas de los templos ardía aceite
de oliva y en la Odisea, héroes y
dioses se frotaban el cuerpo con aceite de oliva para proteger su belleza
mortal, e inmortal. El árbol del olivo era emblema de la victoria en los Juegos
Olímpicos: una corona de olivo ceñía la frente de los vencedores, imagen de la
Paz, pero un olivo tocado por el rayo era un augurio de guerra. El olivo y su
verdor perpetuo era entre los griegos el árbol de Atenea.
No quiero ser malpensada pero, sorteando la
belleza de la metáfora, ¿no sería una manera de tener aislada a Penélope del
resto de la casa? ¿Un gineceo como el que existía en todas las casas griegas?
Ulises y Penélope. TISCHBEIN
Lo que está fuera de toda duda es que los sentimientos humanos mueven todo el
"viaje", sentimientos basados en valores humanos porque hasta los
dioses y diosas se mueven por sentimientos humanos, tanto positivos como
negativos. ¿Están en la Odisea todas las pasiones humanas? Destaca el carácter
humano de Ulises que, pudiendo ser inmortal, opta por ser mortal y recuperar su
propia vida, envejecer y morir ¿prefiere ser hombre que dios? Aun
pasándole peripecias extraordinarias, reacciona como un hombre: llora, miente,
es vengativo, ama, etc.
La Odisea es también un relato sobre las creencias religiosas del
mundo antiguo y una descripción social completa de los usos, leyes y
costumbres. ¿Podrá ser que contenga cifrado, entre sus versos, un detallado
camino para tener acceso a metales preciosos o al bronce? La detallada descripción de las costumbres caníbales de algunos
hombres, de los vientos dominantes y de la duración de cada etapa, la más larga
de diecinueve días con sus noches, podrían indicar que también se trata de una
saga que contiene las claves necesarias para dominar nuevas y provechosas rutas
comerciales.
Quizás con las medidas del viaje de Telémaco se puedan determinar los puertos que son seguros o aquellos que se deben evitar. Las citas geográficas sobre la longitud de los días y la incapacidad de determinar la posición, al no diferenciarse el día de la noche, nos hacen imaginar la variación de latitud norte-sur a la que podría hacer referencia la obra. Pero esta cuestión, especulativa donde la haya, no hace sino añadir otro atractivo punto de interés para aquellos interesados en la lectura de esta obra fundamental.
J. W. WATERHOUSE
Quizás con las medidas del viaje de Telémaco se puedan determinar los puertos que son seguros o aquellos que se deben evitar. Las citas geográficas sobre la longitud de los días y la incapacidad de determinar la posición, al no diferenciarse el día de la noche, nos hacen imaginar la variación de latitud norte-sur a la que podría hacer referencia la obra. Pero esta cuestión, especulativa donde la haya, no hace sino añadir otro atractivo punto de interés para aquellos interesados en la lectura de esta obra fundamental.
Menuda entrada te has marcado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si te ha gustado, me llenas de contento.
ResponderEliminarUn abrazo!!
ResponderEliminarLo que está fuera de toda duda es de que estás disfrutando mucho de la 'navegación'...
Un beso y un fuerte y cálido abrazo !!!!
;)
PD: Me pregunto si alguna vez seré capaz de leer esta obra, el 'Ulises' de Joyce o tantos otros cásicos... y disfrutarlos, claro...
La Odisea no es complicada, otra cosa es el famoso Ulises, pero voy a poner todo de mi parte para leerla y disfrutarla. Si no lo logro pues habré disfrutado del camino, de momento con la Odisea así ha sido.
EliminarBesos y un gran abrazo!!
Gracias por proponerme este título tantas veces postergado. Ha sido una hermosa experiencia compartida, que espero volver a repetir. Y esta entrada... pues, colosal! Un beso muy grande para ti!
ResponderEliminarGracias Marcelo, en el amplio sentido de la palabra, por haber podido comentar contigo aspectos de la Odisea y por lo que dices de la entrada.
EliminarBesos!!
Muy interesante lectura y aporte de interpretación han hecho!!! Todo clásico reviste carácter de documentación histórica lo que le da su trama manifiesta y hasta literal, la característica latente, anagógica, donde la obra levanta el vuelo hacia una tierra de nadie, hacia el infinito es el verdadero escenario del encuentro turbulento de las pasiones, ese es el universo de nuestra capacidad divina desde que el ser humano es humano y empezó a dejar sus vestigios espirituales en las cavernas, capacidad divina que fue copada y encorsetada en una sola vía de pensamiento y ritual desde Platon hasta nuestros días. Hay una clara diferencia entre lo que es saber antes de Sócrates y después de él. Saber antes de Sócrates era vivir en el espíritu de la tragedia que consideraba un rito de iniciación, el camino a los submundos y salir victorioso, relacionarse con los dioses y en cierta manera vencerlos igualmente, es decir, vivir era asumir el espíritu trágico del héroe, solo así se llegaba a ser. Lo anterior podría decirse es el libreto latente, el que no se escribe porque ya está escrito en cada espíritu y mediante la tragedia solo es dejarlo fluir libremente. Y en este fluir libremente es donde se es libre. Libertad que nos otorga nuevas facultades y poderes para avizorar una panorámica sobre la geografía moral, que nos permite volar sobre sus valles más profundos y cúspides más ríspidas y no ser la simple hormiga en uno de sus infinitos agujeros que pretende el idealismo desde hace ya milenios.
ResponderEliminarEste es uno de los caminos cifrados de esta grandiosa obra mi querida editora de este blog, que al abrir sus páginas se abre a corazón abierto para preguntar por el corazón y la divinidad de cada lector.
Besos ungidos con la frescura del verde de los olivos!!! ja ja ja
Hace tiempo que soy consciente leyéndote, de esa interpretación de la vida que encajonó el idealismo en un camino de banalidad, pobreza intelectual y represión de la libertad. Sin comprender del todo todas las consecuencias que conlleva, debería leer con más profundidad autores que desarrollan esa línea de pensamiento, ¿o tal vez debería decir esa línea emocional castrada por la razón?, y nunca tengo tiempo.
EliminarLo cierto es que la Odisea es una obra rica en propuestas y llena de enigmas que quienes la han leído muchas veces captan mejor que quienes la hemos leído por primera vez.
Sin duda el olivo es uno de mis árboles favoritos. Y su fruto un manjar para mi.
Besos, pues, desde las múltiples posibilidades que otorga el olivo a una mente que le gusta volar empujada por la libertad.
Creo que habré intentado el Ulysses de Joyce más de diez veces.
ResponderEliminarY siempre he fracasado.
Antes me daba rabia.
Ahora no.
A ver, si he leído a grandes autores y a sus espléndidas obras y las he disfrutado de principio a fin, no será que el Ulysses de Joyce es un puto tostón infumable?
Pues eso.
Besos.
Solo lo he intentado dos veces y hace tiempo de ello, así que ahora voy a ver si andando caminos que preparen, y allanen, su lectura puedo lograrlo. Contemplo que no sea así y no me enrabiaré.
Eliminar:)) No eres el primero que dice eso del tostón infumable. No descarto que lo sea.
Besos!!
Muchas veces al Cefiro yo misma
ResponderEliminarComo dios tutelar
lo adorné con mis palabras
y muchas veces al Gran Orión
Y a los cincuenta altipotentes
Hijos, a los que unido a las Ninfas
Engendró. Y a la hermosa Libia…”
¿Y si fuese la autora del poema Corina, y por esa razón son tan abundantes, y detalladas, las descripciones que se dan en la obra sobre las damás y las esclavas y brilla Circe entre todas ellas como la más libre y la más sabia de las diosas? Es que Circe, siempre me tuvo medio enamorado.
Y a ese Homero de la Iliada,
que no reconozco en esta saga,
me lo meriendo de la historia
y no creo que pase nada.
Un beso.
Cuando me dijiste por primera vez esa hipótesis de que el autor de la Odisea fuera una mujer, me sorprendió. Sin embargo no sería la primera vez que una obra escrita por una mujer se atribuye a un hombre.
EliminarNo he leído la Iliada y, es cierto, que muchos críticos no acaban de entender como podía ser el miso autor que la Odisea. Lo achacan a la juventud de la Iliada y la ancianidad de la Odisea. No tengo ni idea, la verdad.
Ha sido un auténtico placer compartir la lectura de la Odisea contigo, tus aportaciones de cada rapsodia y tus hipótesis sobre la navegación han sido una fuente constante sorpresas para mi.
Mucha gracias con ounmillon.
Me transporto a mi época universitaria,cuando leí esta obra y la Ilíada.
ResponderEliminarPolifemo,Circe,Poseidón,Aquiles,Zeus y tantos otros poblando mi joven cabeza de viajes fantásticos que seguro que una segunda lectura,ahora,sería más profunda.
Completísima entrada!
Buen domingo y un beso!
Es muy posible lo que dices, las lecturas son diferentes según el momento, la edad, la situación emocional, muchas cosas influyen.
EliminarSolo con la versión de ese viaje fantástico ya se disfruta.
Besos y feliz domingo!!
A los de 'letras' de otros tiempos... que nos 'tocó' traducir, tanto la Ilíada como la Odísea, la Eneida... etc... te aseguro que durante años las tuvimos atrangantadas jeje, Pero a día de hoy, debo reconocer que lo que dices es cierto. La lectura y el conocimiento profundo de estas obras, es básico y fundamental en el mundo de la literatura, del simbolismo o del lenguaje en si mismo. Leer a los clásicos, es siempre un 'plus'.
ResponderEliminarBuen espacio el tuyo, con tu permiso, sigo por aquí dando una vuelta ;) Y muchas gracias por tu comentario en mi blog.
No tengo esa sensación aunque traduje fragmentos. Esa era la tentación, saltar de lo fragmentado a la visión completa. Y piqué. Y estoy contenta de haberlo hecho.
EliminarTe doy la bienvenida encantada.
Saludos!!
Lo leí a los 12 años y aún me sigue acompañando en mis recuerdos en la certidumbre de que no hay una Ataca donde podamos refugiarnos después de los espantos vividos en mil batallas.
ResponderEliminarBesos
Itaca, claro. Mi tablet está empeñada en cambiarle la letra inicial a la patria del sabio Ulises.
Eliminar:))
EliminarÍtaca no es ningún chollo: allí hay muerte, venganza, mentiras y trampas. Eso sí, hay una mujer fiel que espera tejiendo. En el fondo es lo más utópico de toda la obra si lo comparamos con la realidad actual de nuestro país.
Besos!!
Hay quien asegura que toda la literatura posterior no es sino un intento de superar esta obra, sin que se haya conseguido. El eco de esa casa en el olivo, por ejemplo, parece proyectarse luego en alguna que otra hipérbole realismo-mágica de Cien años de soledad o en la ocurrencia desatinada -¿o no tanto?- del Barón rampante de Calvino. Con el de Joyce tampoco he podido yo, ni lo lamento. Hay tantas obras por leer aún… Un abrazo
ResponderEliminarQuizás es una afirmación demasiado contundente, pero lo cierto es que en la Odisea hay muchas historias y muchas novedades que nos acerca un tiempo tan lejano al siglo XXI. Y eso no lo logran sino las grandes obras.
EliminarLeo ahora Retrato del artista adolescente, que me está gustando mucho, y tras descansar un poco iniciaré el Ulises, me lo he tomado como una especie de odisea, veremos si tengo suerte y lo logro (disfrutando de su lectura, claro).
Un abrazo!!
No pasa nada Juan...Yo me asque con Joyce en la página 45...y ahí quedo. No recordaba yo lo del olivo. Hace ya mucho tiempo. Y la idea de descubrir los puertos es muy atractiva, podría deparar más de una sorpresa.
ResponderEliminarLos párrafos que integras son fabulosos...bueno, el libro es fabuloso, aunque estoy con cristalook, a mi en su momento me costó, aunque merece mucho la pena.
Que bien has orquestado la entrada con esas pinturas tan deliciosas que animan a volver sobre ese viaje iniciático. Que como tu bien dices, no es uno solo. Los cvlásicos nunca fallan. Y este es clásico entre los clásicos. Un abrazo
Para mi es un reto, un incentivo. Veremos si fracaso o tengo éxito.
EliminarHay tanto en la Odisea que hay muchos viajes: los amores, la navegación y los usos y costumbres de a época. Esa es la tesis de Carlos y me parece acertada. Yo he sucumbido a los amores :)), quizás en otra lectura navegaré.
Hay muchas pinturas que beben en la Odisea, pensaba que me costaría encontrarlas pero no ha sido así.
Un abrazo!!
atasqué quise decir....
ResponderEliminarUna entrada realmente fascinante,me ha impresionado...perfecta,sublime
ResponderEliminarUn gran abrazo
Gracias, querida Princesa!!
EliminarAbrazos!!
Me ha encantado la visión tan personal que has hecho de este clásico que, como tantos otros, aún tengo pendiente. Abrazo!
ResponderEliminarCon mi macarronico inglés no acabo de entenderte Chris y eso de Please IMPERATIVE... hmmm
ResponderEliminar¿Una competición? :))
Gracias Zamarat!!
ResponderEliminarAnímate que merece la pena.
Un abrazo!!
Extraordinaria entrada, yo este año quiero comenzar con la Ilíada. A ver si me animo con este el próximo.
ResponderEliminarGracias.
Hay coincidencia en afirma que ésta es más fácil de leer, lo digo por si quieres empezar por la obra de madurez.
ResponderEliminarGracias a ti por tus amables palabras.