A la luz de una
luna resplandeciente, apagué la luz, me tendí en el sofá y escuché el piano de
Bill Evans. La luz de la luna que se filtraba por la ventana alargaba las
sombras de los objetos y dejaba en la
pared unas pálidas y borrosas pinceladas de tinta desleída. Saqué de la mochila
una petaca metálica llena de brandy y bebí un trago. Sentí cómo su calor
descendía lentamente desde la garganta hasta el estómago. Luego aquel calor se
propagó del estómago a cada rincón de mi cuerpo. Tomé otro trago, tapé la
petaca y la devolví a la mochila. La luz de la luna parecía temblar al compás
de la música
HARUKI
MURAKAMI, Tokio blues.
Imagen: Mary Jane Ansell (google)
La combinación de Mary Jane,rotunda, Bill Evans, un auténtico genio, y la idea de disponer en la moichila de una petaca con buen licor para saborear el ritmo lunar es dificilmente superable. Embriaga tanto como esos momentos fugaces de mar del lateral. Una delicia el coctel. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta Murakami y Evans ¡pareja de ases!
ResponderEliminarMurakami finalmente me defraudó.
ResponderEliminarLeer novelas suyas es lo más parecido a jugar a la ruleta rusa.
Algunas me han parecido magníficas y en cambio otras absolutamente horrorosas.
Aún así seguía leyéndolo hasta que llego el día en que en una de sus novelas, no recuerdo cual, empiezan a hablar los gatos, no un rato, no... sino durante hojas y hojas hasta que me pusieron de los nervios tanto los gatos como Murakami.
Seguro que hay sesudos críticos literarios que dirán que ese diálogo de gatos significa o representa noséqué y blablabla....
Puede que si, pero cuando me pasa algo así siempre recuerdo el libro de las memorias de Buñuel: "Mi último suspiro", en una parte de ellas hace referencia a su etapa mexicana en la cual incluía sueños de sus personajes en las películas.
Buñuel se partía de risa leyendo las críticas de los "entendidos" sobre lo que significaban esos sueños en la película y como discutían sobre ellos los cinéfilos.
La explicación era muy simple. Buñuel tenía un contrato con la productora de un mínimo de duración por cada película (no recuerdo cuantos minutos eran) y como el argumento no le llegaba para esa duración tenía que recurrir a última hora a incrustar unos cuantos sueños para cumplir con el contrato.
En fin...
Besos.
La luna apuró el resto de la petaca... no era la música la causa de su estremecimiento, la luna es sorda a todos los cantos, a todos los aullidos.
ResponderEliminarbesos
Me gusta Murakami, aunque sus historias a veces parezcan inconsistentes, o quizá es uno, que pretende encontrar una cierta coherencia donde nada lo exige. Y la música...
ResponderEliminarEscucharé otra vez a Bill Evans esta noche mientras el cigarrillo se consume mientras miro a la luna, momentos en los que nacen historias, mientras una pareja en cualquier parte se hacen promesas sin ningún valor, mientras la brisa que viene del mar acaricia el alma.
ResponderEliminarBesos diurnos
¡Qué bello que se oye este fragmento
ResponderEliminarleído en tus palabras tecla a tecla...!
Un beso atareado en la vuelta
La música es envolvente, una delicia y el texto de Marakami pues eso muy de él, esas novelas suyas extrañas, lentas, que enganchan a pesar de todo. A mi me cuesta identificarme con sus personajes, claro que tal vez no sea eso lo que pretenda.
ResponderEliminarFotos y textos estupendos por igual.
Un beso, provocadora :-P
Pequeños placeres. Dónde habré metido yo mi petaca.
ResponderEliminarMurakami y Evans... ¿cómo es posible tanta genialidad junta? Pero lo es, y esta mañana, gracias a ti.
ResponderEliminarBesos.
Se dice que tal vez le caiga el Novel de literatura este año. La música es bonita, relajante.
ResponderEliminarUn abrazo, Laura.
Murakami en èste libro tiene fragmentos bellìsimos, el que nos has dejado es uno de ellos.
ResponderEliminarTe dejo otro que me encanta:
"...La memoria es algo extraño. Mientras estuve allí, apenas presté atención al paisaje. No me pareció que tuviera nada de particular y jamás hubiera sospechado que, dieciocho años después, me acordaría de él hasta en sus pequeños detalles. [...] estaba enamorado, y aquel amor me había conducido a una situación extremadamente complicada. No, no estaba en disposición de admirar el paisaje que me rodeaba.
Sin embargo ahora, hasta la primera imagen que se perfila en mi memoria es la de aquel prado. El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que , si alargara la mano,podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie. No está Naoko, ni estoy yo."¿A donde hemos ido?", pienso."¿Cómo ha podido ocurrir una cosa así? Todo lo que parecía tener más valor -ella, mi yo de entonces, nuestro mundo- ¿dónde ha ido a parar?" Lo cierto es que ya no recuerdo el rostro de Naoko. Conservo un decorado sin personajes..."
"Tokio blues "
Haruki Murakami
Y ademàs te dejo un abrazo grande y mi deseo de que comiences una excelente semana querida Laura.
No he leído nada de "Murakami", debo de ser una de las pocas personas que aún no lo han hecho.
ResponderEliminarUna entrada para disfrutar con o sin petaca... y para hacer más llevadera la vuelta al trabajo y a la lucha... ;)
Besos, petons y muxus...
:)
PD: Por cierto, la última luna llena de agosto fue preciosa, tan grande y luminosa...
ResponderEliminarGracias...!!!
ResponderEliminar:))
Yo tampoco he leído nada de este autor pero, igual que tú, vi y admiré la maravillosa luna lunera de el sábado. Tú la luna vespertina, yo la nocturna.
ResponderEliminarUn beso.
¿Te has enganchado ya a Murakami? Si no recuerdo mal comentaste no hace mucho que no habías leído nada suyo. A mí s un escritor que me agrada, sin ser muy fan de él (es de esos escritores con fenómeno fan). Este Tokyo Blues quizás sea su mejor novela (tamopoco las he leído todas), irregular, pero con un estilo muy natural y poético y con instantes realmente hermosos y trascendentes. A mí hay otra novela suya, más breve y más onírica y surrealista que también me gusta mucho titulada "After dark". Y tengo por aquí pendiente el "KAfka en la orilla" del que todo el mundo me habla maravillas pero con el que todavía no me he atrevido por su volumen.
ResponderEliminarUn beso.
Con esa luna, esa pieza musical y ese par de petacazos, mas la cereza que agrega Laura Uve con la pintura no sólo la luz de la luna tiembla ja ja ja.
ResponderEliminar¿A propósito que marca de brandy será esa? sería bueno saberlo ¿y porqué dos tragos y no tres? Uno sería inaceptable, imperdonable.
Tengo entendido que el abuelo del escritor era budista.
Fragmento que describe la experiencia de alguien atento al momento presente, importante detalle que contrasta con la costumbre de la media viviendo en otras dimensiones del pasado y lo planificado para mañana o en la misma incertidumbre y angustia del futuro. Dos modos de vivir, sentir y concebir la existencia.
Mucho se habla de estar en el momento, este es un buen ejemplo, para sacar conclusiones y hacer balances de existencia y de vida.
Hay muchas maneras para escaparse de la realidad, estamos entrenados y programados para ello desde el mismo Platon, abstraerse y cerrar el corazón al éxtasis de la danza del universo, esa es nuestra condena.
Descender con todas nuestras sombras que se alargan hasta diluirse en la pared en el temblor de los rayos de la luna al ritmo de la delicada vibración de un alma en el piano es la gota que se desliza con todo y vida por la nobleza del lomo del universo evaporandose hasta la luz de las estrellas.
Me gustó, me gustó este fragmento, esta cita tan bien puesta a la vera del destino.
Un crepitante abrazo Laura Uve!!!
No he leído Tokyo Blues, pero es de esas novelas que más de una persona de mi entorno han leído y ninguna parece decepcionada. Por cierto, para completar tu entrada y hablando de la luna, hace tiempo que me quedé con una cita que tienes en el lateral:
ResponderEliminar"Para ser grande, sé entero: nada tuyo exageres o excluyas. Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres en lo mínimo que hagas. Así la luna entera en cada lago brilla, porque alta vive. FERNANDO PESSOA."
Me gusta muchísimo y me siento muy identificada con lo que expresa su contenido: si eres auténtico/a, eres grande :) Esa luna, ¿sabes? yo también la vi desde aquí, desde Viena :-)
Molts petonsssss
Estupendo el fragmento de Murakami y el cóctel de tu entrada. No me gustó una novela del japo que compré con mucha ilusión para mi viaje a Tokio (Sputnik,no se qué)y no me he animado a probar de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo
Si te dicen que caí... piensa que es tu culpa que me llegó tu influencia lunera... Bss
ResponderEliminarUno de esos momentos, nos relatas, en que uno está a gusto, aunque sea echado sobre el filo de la espada. Buena lucha y venturosa batalla. Besosos.
ResponderEliminarEste fragmento tiene tantas cosas mías que me sorprende que un japones lo haya adivinado :))
ResponderEliminarEn primer lugar la luna me ha cautivado siempre, tengo una carpeta de fotos que se llama, noche-luna... en realidad no tiene mucho sentido porque se parecen mucho unas a otras......... pero.... esa luz... la luz de la luna... intento capturarla foto tras foto...
En segundo lugar, Bill Evans, y el jazz en general, es mi música. ¿Hay algo más delicado que la luz de la luna temblando al ritmo del jazz?
Desde los 18 años cuando salía de copas bebía brandy... no soporto el resto de los destilados y el gin tonic o el cubata, que es lo que bebían todos mis amig@s, no me gusta..... así que esa sensación del calor que desciende desde la garganta al estómago la conozco bien.
Además la melancolía que se deriva de la suma bien amalgamada de todos esos aspectos....... esas pálidas y borrosas pinceladas de tinta desleída...
Venga......... que muchas gracias por todo lo que me comentáis... que sois unos TESOROS........ muacsssssss
la luna en verano tiene algo especial. y la luna llena de agosto es mágica. disfrutamos de la misma luz de luna, yo unas horas antes.
ResponderEliminarsoy otro de los afectados por el poderoso influjo de la luna.
un abrazo.
Me encanta Murakami, es un fragmento delicioso...y ese tema musical es precioso.
ResponderEliminarUn beso enorme
Me ha encantado la musica, a Murakami no lo conozco: me lo debo todavía.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz vuelta al cole.
Bill Evans es, sencillamente soberbio. Delicadamente bello.
ResponderEliminarNo sólo capaz de hacer temblar la luna, sino también de derretir un glaciar.
Besos.
La relación que tengo con Murakami es ambivalente, pero la que tengo con Evans esa sí que es totalmente diáfana y de amor total.
ResponderEliminarBuen fragmento has elegido.
Besitos