LEÓN TOLSTOI, La sonata a Kreutzer.
Compré esta novela porque en el comentario que hice de la obra de Catherine Millet, Celos. La otra vida de Catherine M., índigo me la propuso por tratar sobre los celos. La compré a través de internet en una librería de libros de segunda mano por 3 €.
La novela tiene 125 páginas y el título hace referencia a la importancia que tiene La Sonata a Kreutzer, primer tempo, el presto, de Beethoven, en el transcurso del drama de celos que centra la novela de Tolstoi. León Tolstoi (1828-1910) es un autor ruso suficientemente conocido dentro de la literatura universal y por ello no voy a sintetizar una biografía que se puede consultar sin ningún problema.
Esta obra se sitúa en el último periodo de su madurez creadora, unos años después de sus dos obras maestras: Guerra y paz y Ana Karenina. Es perceptible en esta obra el planteamiento místico y ascético de sus últimos años de vida. Tolstoi expone en esta obra los efectos destructores de las pasiones carnales e impuras abogando por la castidad o el matrimonio contrario a la sensualidad que lleva al adulterio y a los celos que carcomen a Pozdnyshev. La sonata narra la locura de los celos y el trágico desenlace en el que concluyen. Éste relata su historia en un viaje en tren.
Adscrito a la corriente realista trató de reflejar fielmente la sociedad en la que vivía. Es una obra de madurez que expone la situación de otra época que puede reproducirse, por desgracia, en la actualidad con todo su dramatismo. Merece la pena leerla. Un fragmento:
“Entonces empezó un juego de engaño mutuo. Yo sonreía fingiendo que me hallaba muy a gusto.
El miraba a mi mujer como miran los mujeriegos a las mujeres bellas, simulando interesarse por el objeto de la conversación, cuando en realidad ya no le interesaba en absoluto. Mi mujer aparentaba indiferencia; pero, sin duda, la excitaban mis celos, disimulados por una sonrisa que tan bien conocía, y la mirada lasciva de él. Me fijé que sus ojos brillaban de un modo particular. Probablemente a consecuencia de mis celos se estableció entre ellos algo así como una corriente eléctrica que provocó expresiones, miradas y sonrisas recíprocas" (p. 90).
PHILIP ROTH, La humillación.
La novela tiene 155 páginas y el título está relacionado con la humillación que siente el protagonista, Simon Axler, cuando pierde la seguridad que necesita para actuar, para él eso significa, literalmente, desaparecer del mundo (p. 135).
Philip Milton Roth (1933) es un escritor estadounidense de origen judío, conocido sobre todo por sus novelas, aunque también ha escrito cuentos y ensayos. Entre sus obras más conocidas se encuentran: la colección de cuentos de 1959 Goodbye, Columbus, la novela El mal de Portnoy (1969), y su "trilogía americana", publicada en los años 1990, compuesta por las novelas Pastoral americana (1997), ganadora del Pulitzer, Me casé con un comunista (1998), y La mancha humana (2000).
La humillación (2009), relata los efectos que tiene, para el actor Simon Axler, la pérdida de su magia, su talento y la seguridad en si mismo para actuar, es decir, para lograr “convertir en real el mundo imaginado” sin fingir (p. 155). Esta pérdida provocará que su mujer se vaya, su público lo abandone y los críticos lo cuestionen, arrastrándolo al desánimo y la depresión al enfrentarse a las realidades de la vejez, la enfermedad y la muerte. Pero de pronto se inicia otra trama basada en el deseo erótico hacia una mujer (Pegeen) veinte años más joven que él y lesbiana. Como en gran parte de la obra de Roth en esta novela se explora la naturaleza del deseo sexual y la autocomprensión. El autor utiliza el monólogo íntimo para narrar, de forma un tanto errática, una relación erótica en la que muestra que el protagonista se encuentra solo frente a las fuerzas elementales del Eros y el Thánatos. En esta parte de la novela falta hondura reflexiva y el humor que caracteriza su obra. La historia recupera fuerza irónica con un final sombrío y espantoso.
Seguramente La humillación no figurará entre las grandes obras de P. Roth pero se deja leer y su escritura siempre hace atractiva cualquiera de sus novelas.
Querida Laura Uve muy temprano en la mañana de aquí leí tu publicación y el vídeo dice que ha sido inhabilitado, ahora bastante tarde en la noche sale el mismo aviso. Interesante el tema de los celos, la vejez, el misticismo y la religiosidad que pueden ser unidos por una actitud negativa o también por otra parte muy liberadora. Mañana te estaré comentando...
ResponderEliminarMi abrazo!!!
Si.
ResponderEliminarEl link del vídeo no funciona.
Roth me gusta mucho como escritor.
Su novela Pastoral Americana es realmente buena y recomendable.
Besos.
El otro vídeo era el que correspondía exactamente con la referencia del libro pero está inhabilitado, en efecto.
ResponderEliminarEste es muy hermoso también.
Gracias a los dos por avisarme.
Pastoral americana lo leí hace tiempo y no tengo recuerdo de él. Es una de las relecturas que quiero hacer.
Gracias a los dos.
Abrazos!!
El tema de los celos siempre me resulta interesante. El párrafo de Tolstoi demuestra conocimiento de la complejidad de este asunto.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué estupenda esa edición "vintage" de La sonata a Kreutzer! Estoy por buscarla yo también...
ResponderEliminarDe Tolstoi leí hace mucho años su Ana Karenina. Por supuesto he visto su Guerra y paz llevada al cine varias veces. De Roth solo he visto la peli de La mancha humana y me gustó mucho.
ResponderEliminarCelos y humillación, creo una cosa lleva a la otra y sin importar el orden de los factores.
Me encanta la portada de ese libro de segunda mano..
Un beso
Myra y Elena, es una portada preciosa. Se encuentran joyas en las librería de segunda mano, yo recurro mucho a ellas por internet.
EliminarMalas sensaciones las que generan celos y humillaciones.
Un abrazo!!
Después de leerte salgo con una especie de mala conciencia de lector en horas bajas(muy) ¡Y mira que tus reseñas son incitadoras...!
ResponderEliminarY por si fuera poco, me pones el cepo videomusical.
besos
Ese cepo es para los gatos listos...
EliminarBesos!!
Hace años leí la Sonata a Kreutzer y la verdad es que apenas recuerdo nada, el libro era de mis padres y tenía la misma portada que nos muestras, así que debía de ser la misma edición. Me han entrado ganas de releerlo, seguro que aún sigue por casa de mi madre...
ResponderEliminarUn beso y buena semana
Pues no he leído nada de Philip Roth. De Tolstoi fragmentos de sus grandes libros en mi éspoca de estudiante (hice un curso de literatura rusa) pero creo que ninguna novela completa, aunque no estoy muy seguro. Ambos parecen muy interesantes. Lee un clásico siempre lo es, aunque leer novelas de autores adscritos al realismo siempre requiere un plus depaciencia. Me interesa la trama que explones de "La humillación" aunque según dices es un libro menor de su autor, así que si decidiese leerlo (al autor), entiendo que sería mejor escoger otro, ¿no?
ResponderEliminarUn beso.
Me provocó tanto el título y la trama que lo adelanté a otros más importantes. Me dejo llevar por las ganas cuando elijo la novela que leo a continuación... siempre digo que me llaman... y nunca desatiendo una llamada literaria.
EliminarUn beso!!
Como pone De Cenizas, me pasa algo parecido, que luego de leerte siento que me falta tanto por conocer, por leer, justamente, por analizar, y cada título se va a la agenda mental, en espera de poder ir por él. Aunque con Tolstoi somos viejos conocidos, de Roth no he leído nada de nada, estaré atenta.
ResponderEliminarBesos, y muy feliz semana.
La cita de Tolstoy pone los pelos de punta: lo no dicho, lo oculto para el oído pero no para la mirada, puesto en palabras escritas que cortan como un vidrio roto la imaginación del que las lee. Gracias por haberla entresacado de sus páginas.
ResponderEliminarEs letal, un juego infernal.
EliminarEntre los celos y el simbolismo que encierra una entrada como esta, la necesidad de releer un libro se vuelve primaria ante cualquier otro titulo.
ResponderEliminarUn abrazo
Releer siempre es interesante. Me alegro de haber provocado esa necesidad.
EliminarUn abrazo y bienvenido a mi casa.
Laaaaaaaaaaaaaaaaura Uve!!!!!!! ja ja ja llego a besarte las manos con alborozo por tan exquisito tema de esta publicación.
ResponderEliminarTolstoi desde la literatura exploró el proceso humano con profundidad desde la intensidad de sus pasiones, fue testigo de las respuestas políticas y existenciales de su época las cuales se nota le produjeron una decisiva decepción refugiándose en el cristianismo, pero su tabla de salvación verdadera fue la literatura donde se adentró en los impulsos esenciales del ser humano, desde el amor, el nacimiento, la lucha incluyendo la guerra entre países y entre parejas ja ja ja, la vejez y la muerte. Fascinante por ejemplo ese breve cuento de "La muerte de Iván Ilich" en "Ana Karenina" el protagonista de la novela son los celos femeninos, en la obra que citas son los masculinos, la diferencia es importante aunque al final son un pathos de una actitud en la cepa religiosa patriarcal.
El tema que propone tu duende de historiadora y lectora de novela tiene cantidades de subtemas a cual más apasionante. El de la vejez es uno de ellos. Sabes lo que me cuesta resumir y apretarme en tan pocos renglones, pero como se que me escuchas abusaré un poco. Bueno la actitud de decepción y desesperanza del futuro de lo humano de este escritor contrasta con otros o con otro como con Borges por ejemplo. Como supongo que este tema a lo largo del tiempo volverá voy directo con una pincelada a como Borges se desempeña en el mismo terreno de la vejez, citando parte de su cuento de "El otro" en "El libro de arena"
…El hombre de ayer no es el hombre de hoy sentencio algún griego. Nosotros dos, en este banco de Ginebra o de Cambridge, somos tal vez la prueba.
ResponderEliminarSalvo en las severas páginas de la Historia, los hechos memorables prescinden de frases memorables. Un hombre a punto de morir quiere acordarse de un grabado entrevisto en la infancia; los soldados que están por entrar en la batalla hablan del barro o del sargento. Nuestra situación era única y, francamente, no estábamos preparados. Hablamos, fatalmente, de letras; temo no haber dicho otras cosas que las que suelo decir a los periodistas. Mi alter ego creía en la invención o descubrimiento de metáforas nuevas; yo en las que corresponden a afinidades íntimas y notorias y que nuestra imaginación ya ha aceptado. La vejez de los hombres y el ocaso, los sueños y la vida, el correr del tiempo y del agua. Le expuse esta opinión, que expondría en un libro años después.
Casi no me escuchaba. De pronto dijo:
-Si usted ha sido yo, ¿cómo explicar que haya olvidado su encuentro con un señor de edad que en 1918 le dijo que él también era Borges?
No había pensado en esa dificultad. Le respondí sin convicción:
-Tal vez el hecho fue tan extraño que traté de olvidarlo.
Aventuró una tímida pregunta:
-¿Cómo anda su memoria?
Comprendí que para un muchacho que no había cumplido veinte años; un hombre de más de setenta era casi un muerto. Le contesté:
-Suele parecerse al olvido, pero todavía encuentra lo que le encargan.
Estudio anglosajón y no soy el último de la clase.
Nuestra conversación ya había durado demasiado para ser la de un sueño.
Una brusca idea se me ocurrió.
-Yo te puedo probar inmediatamente -le dije- que no estás soñando conmigo.
Oí bien este verso, que no has leído nunca, que yo recuerde.
Lentamente entoné la famosa línea:
L'hydre - univers tordant son corps écaillé d'astres. Sentí su casi temeroso estupor. Lo repitió en voz baja, saboreando cada resplandeciente palabra.
-Es verdad -balbuceó-. Yo no podré nunca escribir una línea como ésa.
Hugo nos había unido.
Antes, él había repetido con fervor, ahora lo recuerdo, aquella breve pieza en que Walt Whitman rememora una compartida noche ante el mar, en que fue realmente feliz.
-Si Whitman la ha cantado -observé- es porque la deseaba y no sucedió. El poema gana si adivinamos que es la manifestación de un anhelo, no la historia de un hecho.
Se quedó mirándome.
-Usted no lo conoce -exclamó-. Whitman es capaz de mentir.
Medio siglo no pasa en vano. Bajo nuestra conversación de personas de miscelánea lectura y gustos diversos, comprendí que no podíamos entendernos.
Eramos demasiado distintos y demasiado parecidos. No podíamos engañarnos, lo cual hace difícil el dialogo. Cada uno de los dos era el remendo cricaturesco del otro. La situación era harto anormal para durar mucho más tiempo. Aconsejar o discutir era inútil, porque su inevitable destino era ser el que soy.
De pronto recordé una fantasía de Coleridge. Alguien sueña que cruza el paraíso y le dan como prueba una flor…”
Bien Laura Uve aún no puedo escapar al imperio de la síntesis y a las cuerdas de los renglones, tampoco a las de las manecillas del tiempo. Te dejo dos enlaces: Uno es la recreación en vídeo del cuento de Borges, el otro es el cuento completo escrito.
ResponderEliminarCuriosamente debo entrevistarme con una vieja amiga, su madre falleció este viernes. De seguro el tema tendrá que hablarse, el mito del eterno retorno Laura!!!
Bien un abrazo gigante!!!
Adaptación de “El otro” para vídeo
Cuento completo de “El otro”
Lo del duende de historiadora y lectora responde en parte a tu pregunta anterior sobre la picardía...
ResponderEliminarTanto y tanto nos repetimos que es difícil luego darse cuenta ja ja ja.
Bien ahora sí adiós
Tengo todo copiado para pensar en tus comentarios. Pese a releer el fragmento de Borges un par de veces... me cuesta.
EliminarCuando lo relea con tiempo, sin duda te comento.
Gracias por tu rico comentario.
Abrazos!!
L'hydre - univers tordant son corps écaillé d'astres .
EliminarAlguien sueña que cruza el paraíso y le dan como prueba una flor…
El tema es el encuentro con uno mismo. La identificación de una persona con otra como si fuese un espejo doble. Borges se encuentra en sueños con su alter ego, más joven.
Establece una conversación que lo remonta con su pasado. El de más edad le da indicios de lo que fue su vida dándose cuenta que ya estaba predestinado a ser lo que era.
Hay una comparación entre realidad y sueño… ¿¿piensa que es posible la rencarnación??
Claves que me interesan:
---El hombre de ayer no es el hombre de hoy
---La vejez de los hombres y el ocaso, los sueños y la vida, el correr del tiempo y del agua.
---¿Cómo anda su memoria? Suele parecerse al olvido.
--- El poema gana si adivinamos que es la manifestación de un anhelo, no la historia de un hecho
--- Cada uno de los dos era el remedo caricaturesco del otro.
Como bien dices Tolstoi se adentró en los impulsos esenciales del ser humano, desde el amor, el nacimiento, la lucha, incluyendo la guerra entre países y entre parejas, la vejez y la muerte.
EliminarTemas de gran calado en los que mostró ese decepción del futuro de lo humano. Por cierto, pese a su religiosidad, fue excomulgado... Un hombre de una coherencia radical que resulta, pese a su pesimismo, muy interesante. No puedo hablar mucho que tampoco lo he leído tanto.
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¿Fue bien la entrevista con tu amiga?
He visto el vídeo. Interesante.
Gracias por lo del duende. Espero haber estado al nivel...
Un abrazo y siempre gracias por tus comentarios que siempre me hacen pensar.
Me gusta leer tus reseñas bibliográficas, aunque salgo con desesperación de que no se puede leer todo y menos a la vez y que también hay que dejar tiempo para la relectura, porque siempre se sacan conclusiones nuevas. En fin un lío.
ResponderEliminarBuenas tardes-noches "Utopi-Laura":
ResponderEliminarNo he leído nada de ninguno de los dos, he visto en versión cinematográfica "Ana Karenina" y "Guerra y Paz" hace años que yo recuerde...
Probablemente si leyera algo de Tolstoy me inclinaría por "Ana Karenina" y de P. Roth me han recomendado alguna vez "La Mancha Humana" y "Pastoral Americana", pero de momento tengo otra lectura entre manos, iré viendo, aunque tomo nota...
Y gracias a tí... ;)
Ahora voy al otro post de hoy...
PD: ¡Ah!, sí... me han gustado mucho ese fragmento sobre "Neruda" (El Gran Oceano), las dos fotos "marinas" (la de "Colliure" y la otra) y el vídeo (me lo he guardado).
ResponderEliminarPastoral americana, la he leído, pero no la recuerdo... glups!!
EliminarY tengo en espera La mancha humana.
Eres una fiel seguidora de mi lateral y siempre me gusta saber tus predilecciones.
Una de las mías es este sonido. No tiene nada de especial... pero igual también compartimos esta manera de entrar en la calma...
Clica en la palabra sonido.... jooo... no sale resaltadaaa
EliminarGracias "Utopi-Laura":
EliminarMe gusta ese sonido, especialmente en las tormentas con truenos incluidos y el olor que sube después de la tierra impregnándo el aire... También el sonido del mar, de las olas y el del viento... sobretodo desde algún acantilado... Recuerdo una noche en que se conjugaron todos los elementos... fue algo mágico...
Besos y buenas noches...
PD: Aunque a veces no es tan sencillo ni entrar en, ni guardar la calma...
Qué razón tienes, pero la cosa es intentarlo... perder la calma siempre nos perjudica, y lo digo yo que soy bastante primaria :))
EliminarEse momento mágico, consérvalo como un tesoro.
Petons i bona nit!!
Me quedo con el clásico, Tolstoi. Ana Karenina es, sin duda, para mí una de las mejores obras de la literatura universal. Ahora que estoy estudiando ruso, además, tiene un aliciente especial leerlo. Me lo apunto! Pero ahora estoy esperando a que me llegue "Mrs. Dolloway", de Virginia Wolf y este tendrá que pasar a la cola.
ResponderEliminarEl fragmento que has citado pone los pelos de punta, pero tengo que reconocer que una parte de mí se siente atraída por esa marabunta de pasión...
Petonsssssssssss
¿¿RUSO??
ResponderEliminarTe hago la ola... pero yaaaa
Un abrazo y molts ptnsssssss
Esta de Tolstoi no, no la he leído, pero quizás pueda localizarla en la biblio. Y de Roth leí hace tiempo Pastoral americana, me enganchó y mira por ir deprisa cogí en la biblio una docena de libros sobre todo novela negra pero entre ellas no sé como vi Roth y me lo agencié, pero era Joseph Roth, Primavera de café se llama su libro y la verdad me está gustando mucho. Aquí estoy sumergida en la Austria de entreguerras.
ResponderEliminarBesitos
Decido anotarme "la humillación" comno recomendación primordial porque me encanta Philip Roth y no la he leído. "La leyenda del santo bebedor" me entusiasmó. Besos.
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