Si alguno de vosotros está interesado en dar el salto hacia utopía, es aconsejable conocer previamente una serie de normas de convivencia en ella
Sinceridad: Son personas sinceras, tanto con los demás, con las ideas y con ellos mismos. Nos encontramos ante un mundo en el que la sinceridad es una de las principales cualidades de sus habitantes.
Pasión por el conocimiento: Emana de la primera cualidad: las personas que buscan la verdad están obligadas a aprender, a descubrir nuevas formas, nuevas ideas, a avanzar en todos los ámbitos del conocimiento humano. Tienen una capacidad de autocrítica increíble. Esta autocrítica no les impide estar abierto a cualquier otra forma de conocimiento y a valorar las aportaciones de los demás.
Amor al medio: Lo aman, lo respetan, lo cuidan como si de una parte más de su cuerpo se tratase. Supone para ellos el mejor legado para sus hijos, sus nietos y los nietos de éstos. Pero no lo utilizan como moneda de cambio, arma arrojadiza o bandera monopolista para recriminar a los demás, sencillamente lo aman y no hay otro objetivo que su conservación y equilibrio como un fin y no como un medio.
Globalidad: Sostienen que cada uno de ellos son individuos integrales: una persona formada en su totalidad, coherente con sus ideas, sin compartimentos diferenciales en función del rol que ocupen. Son ciudadanos de utopía, que no es poco. Nada que ver con la globalización. Nada que ver con la antiglobalización.
Altruismo: Esta es una condición básica allí: la entrega y ayuda a los demás viene dada en la misma raíz de cada individuo y ésta se conecta con toda la sociedad. Es una forma de supervivencia más racional. Ellos consideran el altruismo el mejor camino hacia la solidaridad, incluso han llegado a sostener que con el altruismo no es necesario ser solidarios; dicen que es como querer enviar neveras al polo norte.
Intimistas: Son gente intimista, con una vida interior y una capacidad de reflexión asombrosa; claro que ellos no conocen otra forma de ser. Son extremadamente cariñosos sin caer en la posesión ni en la obligada devolución del afecto. Es como su acento al hablar, sencillamente no pueden evitarlo.
Rebeldes: Eso sí, son imparables cuando conocen alguna forma de injusticia en otros lugares. Utilizan toda su fuerza de razonamiento y todos sus conocimientos para abrir diálogos, dejaron de utilizar la fuerza -que la tienen- porque saben que les da mejor resultado convencer que vencer...de eso sabe algo Unamuno, Don Miguel.
Espirituales: Buscan continuamente sentido a su existencia, contagian ese espiritualismo a cuantos estuvieron cerca de ellos (Gandhi, Luther King), aunque no se auspicia el culto a ídolos. Hay un tremendo respeto hacia las formas de expresión de los demás.
Comunicadores: Aunque no les interese vender una lavadora. Son personas con una capacidad de comunicación inaudita. Utilizan la comunicación para conocer a los demás y descubrir en ellos las mejores aportaciones que les dan. Ellos, a su vez, dan todo lo mejor de sí mismos a sus interlocutores. Piensan que una buena comunicación es la sincera, la cariñosa y la que se basa en escuchar a los demás; claro que si hablan tan poco, no me explico muy bien cómo se comunican tanto. Creo que tendré que ir a echar una ojeada para ver si me aclaran esto último.
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