Cuando empiezas la lectura de Los crímenes de Oxford parece que estamos ante una novela policiaca al uso. El punto de partida es la llegada de un joven matemático argentino a Oxford que se verá envuelto en el asesinato de su casera. El crimen le permite relacionarse con un matemático de prestigio, Arthur Seldom, que parece vinculado a ese primer asesinato y a los que vienen a continuación.
Realmente la policía tiene un papel
secundario en la investigación cuyo protagonismo lo tienen los dos matemáticos
a los que se les requiere sus conocimientos matemáticos para resolver el enigma
de los asesinatos. El trasfondo de las indagaciones es el ambiente
universitario inglés con sus actividades diversas y su modo de vida tan
peculiar.
Sin embargo, el desenlace de la
historia te sorprende por inesperado, como si se tratara de una especie de
juego de magia (por cierto, hay una actuación de un mago muy peculiar) todo lo
que apuntaba la trama de la novela salta por los aires y la realidad de los
crímenes poco tiene que ver con lo que parecía. Una sorpresa inesperada que
transforma el final de la novela y que habla muy bien de la capacidad del autor
para cambiar en pocas hojas lo que parecía que iba por unos derroteros
previsibles.
No conocía al autor, me lo apunto en pendientes. tiene buena pinta, parece que rompe con la normalidad de la novela negra.
ResponderEliminarSaludos
Una novela de poco más de doscientas páginas que se leen rapidito, si no fuera por las disertaciones matemáticas que para alguien como yo, que casi cuenta con los dedos se me hizo un poco pesada. Me tenía que esforzar para no perderme porque el asesino va dejando una serie de pistas en forma de una serie lógica que es lo que lleva a su sorpresiva resolución…es verdad, absolutamente inesperada, lo mejor del libro ; )
ResponderEliminarFíjate a mi la película de Alex de la Iglesia y Frodo jaja sin grandes alardes casi me gustó más, porque en el libro los personajes me parecieron un poco planos, par mi que le pudo a su autor la flema británica, sobre la intensidad argentina ; ) lo mejor de la peli, su música! Lo mejor de tu entrada, que trasladas de maravilla la esencia del libro… siempre es así.
Un besito y como siempre mil gracias por seguir aquí, compartiendo!
No me decido con este libro porque temo perderme entre los conceptos matemáticos que exponen y que parecen ser importantes para seguir la novela. Pero me has picado la curiosidad, sobre todo con lo del final.
ResponderEliminarBesotes!!!
La matemática como todas las ciencias y demás operaciones mentales y espirituales están supeditadas a la ética. Muchos egresados de Oxford usan la tradicional ecuación del crimen donde despejando la equis es el autor material que da como único resultado, el autor intelectual no aparece en ninguna equis ni en ningún factor de las ecuaciones, resultados matemáticos precisos y efectivos del cálculo. Claro a vece la matemática es también herramienta de la justicia, a veces. El Príncipe de Maquiavelo es un buen manual. Besos mi querida Luna que jueguen con el punto cero de tus coordenadas cartesianas.
ResponderEliminarLa ética es fundamental para cualquier actividad y cada vez abunda menos. La matemática no es lo que más me atrae, pero en esta novela tiene su razón de ser.
EliminarBesos Aristos
La he leído hace mucho y por lo que recuerdo el autor juega con los estereotipos de la novela de intriga a lo Agatha Christie valiéndose de sus conocimientos matemáticos. Hay una larga tradición de novelas de misterio ambientadas en las dos universidades de solera, Oxford y Cambridge, y recuerdo también con gusto aquella de Dorothy Sayers, Los Secretos de Oxford.
ResponderEliminarUn abrazo