Se trata del primer libro que publicó Grossman en 1983 y cuyo contenido está centrado en el conflicto entre Israel y el pueblo palestino. En gran parte la novela se sitúa en los territorios ocupados por Israel. Jilmi, uno de los cuatro personajes principales de la novela y el único palestino, pese a su aparente locura trasmite la humillación permanente que sufre el pueblo palestino por parte del poderoso ejército israelí.
« (…) Darío, el que me enseñó que la maldad tiene mil rostros y profusión de mentiras, de imágenes y perfumes, pero que no hay error en el contacto con la bondad» (p. 67).
Los otros tres personajes son israelíes: Uri y Katzman integrantes del ejército y Shosh la mujer de Uri y amante de Katzman. Uri es el más ingenuo de los tres y el que se relaciona con Jilmi cuyo hijo ha muerto en una acción del ejército israelí. Parece como que el conflicto latente desde la fundación del Estado de Israel va minando las convicciones de la población israelí e influye en la confianza y los valores morales de los personajes de la novela. Hay un conflicto entre la verdad, la mentira y el cinismo que recorre la relación de los personajes de esta historia y sobre los cuales planea continuamente.
Su prosa es fina y certera a la hora de explicar toda la complejidad de los conflictos personales y políticos que están siempre presentes. Me costó mucho entrar en la historia, pasaba de las cien páginas y seguía un tanto despistada sobre el contenido de la novela, por ello me ha dejado un sabor agridulce su lectura.
El tema me atrae pero tus sensaciones sobre la novela me echan un poco para atrás.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo siento, ya sabes que la lectura es tremendamente subjetiva. En todo caso, David Grossman es un buen escritor que merece la pena leer.
EliminarBesos!!
Pues me parece que, tras leerte, no tomaré nota de él... No esta uno para sufrir leyendo algo que no vaya a gustarle.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
¡Uyy! Que responsabilidad que por mi opinión no lo leas. Es un buen escritor de todas formas.
EliminarUn abrazo Ildefonso.
Personalmente me gusta leer libros que tengan una estela histórica, si a eso va acompañado una potente narrativa es la combinación perfecta, David Grossman es un gran representante de la literatura israelí, yo lo tomo en cuenta y gracias por la recomendación un abrazo.
ResponderEliminarA mi también me interesa que haya un trasfondo histórico. Grossman es un buen escritor aunque esta novela me ha costado encontrarle el gusto por leerla.
EliminarUn abrazo!!
Hemos tenido la oportunidad de escribirnos durante muchos años y no sé tu nombre... Puedo saber..
Eliminar¡Hola! Creo que si a ti te costó entrar en la historia, a mí también me costaría, porque el tema, aunque interesante, igual es un poco espeso. Por cierto, no sabía que este era su primer libro publicado
ResponderEliminarBesos
Quién sabe, igual no te costaría nada. La lectura es subjetiva y nunca se sabe cómo vamos a reaccionar.
EliminarBesos!!
Pues si a ti te ha costado entrar en la historia no sé si yo tendré tanta paciencia. Creo que es obligación de todo escritor allanar el camino al lector y no poner trabas gratuitas en la novela.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. La verdad es que no me centraba en la historia, los personajes me bailaban y no había manera de centrarme en su lectura.
EliminarAyer vi un documental de Simón Reeves en que pasaba un tiempo en Gaza y contaba como aquella gente vive en una especie de campo de concentración enorme, apiñados, casi sin luz porque apenas tienen unas horas al día, sin poder acceder a material de construcción para que no construyan refugios, sin casi poder pescar porque cuando los barcos se apartan de la costa pueden ser ametrallados por las patrulleras israelíes, vigilados día y noche por drones que sobrevuelan aquel territorio en búsqueda de resistencia, creo que tampoco tienen vacunas etc…
ResponderEliminarLo más parecido que se me ocurre es un campo de concentración nazi pero a lo grande o el gueto de Varsovia cuando fue aislado por las tropas de Hitler.
¿Por qué los que fueron víctimas aprenden tan rápido a ser verdugos?
Un abrazo
Los que fueron víctimas murieron como tales, no tienen nada que ver con los actuales dirigentes. No me parece adecuada esa manera frecuente de resumir lo que pasa en Israel.
EliminarLo que cuentas del documental de Reeves (y la realidad) es terrorífico. En Israel gobierna la extrema derecha con un criterio de aparheid brutal. A ver si Biden se decide a no seguir apoyando a Israel y algo cambia (es triste, pero no se me ocurre otra solución).
Un abrazo.