Llevaba poco más de tres semanas de confinamiento por el Covid.19 cuando decidí que esta novela tenía que convertirse para mí en una especie de tabla de salvación que me elevara por encima de las malísimas noticias que cada día aparecían en los medios de comunicación. No es ninguna novedad que la literatura es para muchas personas una tabla de salvación. Su extensión, 1.173 páginas, exige siempre un compromiso lector que no siempre estamos en disposición de encarar, sin embargo el confinamiento lo propiciaba.
Barth estudió de joven en la universidad con Pedro Salinas, bajo cuya dirección leyó El Quijote. Seguramente alguna influencia hay de esta obra en la suya, su protagonista, Ebenezer Cooke, virgen, inocente y poeta, recuerda incluso físicamente (alto y desgarbado) al personaje que creó Cervantes.
El plantador de tabaco (1960) es un magnífico ejemplo del arte de contar historias, a lo largo de su más del millar de hojas se concatenan continuamente historias cautivadoras, historias maravillosas que nos transportan a finales del siglo XVII en unos escenarios que empiezan en Londres y enseguida surcan el Atlántico para llegar a las colonias inglesas en América del Norte. El espacio geográfico es el del lugar de nacimiento del autor: Maryland y la bahía de Chesapeake. El mar se convierte en El plantador de tabaco en protagonista de esta novela, igual que lo ha sido para el autor a lo largo de su vida y en sus libros.
Estamos ante una narración en clave burlesca, a Ebenezer no paran de ocurrirle aventuras en las que suele acabar siendo objeto de burla por su inocencia, torpeza y afán por mantener su virginidad que no quiere perder. Los embrollos y problemas del protagonista permiten al autor mostrar su gran capacidad para escribir historias maravillosas como las que se producen en la travesía trasatlántica de Londres a América: piratas, prostitutas, estafadores, pillos, traidores y conspiradores, pueblan las páginas de esta novela.
No hace falta un confinamiento para empezar esta novela, solo el gusto por la literatura y las historias bien contadas (y eso sí, saber que vas a trajinar con un libro de kilo y medio de peso).
Este libro es de los que me gusta leer en esta época del año. Me lo llevo apuntado. Gracias por compartirlo. Sí, por esta casa la literatura y el cine nos ha ayudado mucho en esta época. Un saludo
ResponderEliminarUn refugio soñar con otras realidades a través de la literatura, el cine, la música...
EliminarUn saludo.
Ni conocía el libro. Y me dejas con ganas de sumergirme en sus historias. Si están bien contadas, no me asusta su peso.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mi me ha gustado mucho, un gran libro de aventuras bien contadas y llenas de buenos momentos (incluso divertidos).
EliminarBesos!!
Tus palabras animan a la lectura, pero su grosor me lo impide... No tengo valor suficiente para tanto...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
No me extraña, ha tenido que venir una pandemia para animarme, jajaja
EliminarUn abrazo.
Un protagonista masculino que se empeña en mantener su virginidad me parece ya un anuncio de algo diferente que contar. Lo apunto. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una gran novela sin duda, de esas que no se olvidan (y no es solo por el grosor).
EliminarAbrazos!!
Con lo fan que soy de El Quijote, este va a la saca de compra inmediatamente, no me importa que pese.
ResponderEliminarCreo que te va a gustar, tiene un gran sentido del humor como lo tienes tú.
EliminarNo deja de impresionarme la cantidad de referencias del Quijote en las novelas más insospechadas, el otro día leyendo un capítulo de "Las aventuras del Barón Munchausen", nada menos, me encontré al ilustre caballero de La Mancha inmerso en las andanzas de Munchausen, me quedé ojiplático.
ResponderEliminarTiene una pintaza esta novela, veo que te ha gustado mucho, no hay mejor señal. La apunto.
Abrazos, Laura ;)
Es cierto, las referencias y la influencia del Quijote es inmensa... arremeter contra una estatua de Cervantes no lo comprendo, se me escapa. Que tiempos tan extraños.
EliminarAbrazos!!
Sabes bien que admiro tu disposición a enfrentarte a semejante 'tocho'. De hecho, esta misma edición anda por aquí, pero lo veo y le temo. Creo que me pondré un verano con él.
ResponderEliminarEl Quijote es una obra monumental. Gracias por recordarme que aún me los debo.
Un abrazo grande!
Te comprendo perfectamente, es lo que me ha pasado a mí durante unos años. Hay que esperar el momento adecuado y a disfrutarlo.
EliminarUn gran abrazo.