Este prólogo llega tarde, aunque no demasiado tarde;
¿qué más da, a fin de cuentas, cinco años que seis? Un libro y un problema como
éstos no tienen prisa; además tanto mi libro como yo somos amigos de la
lentitud. No en vano he sido filólogo, y tal vez lo siga siendo. La palabra
“filólogo” designa a quien domina tanto el arte de leer con lentitud que acaba
escribiendo también con lentitud. No
escribir más que lo que pueda desesperar a quienes se apresuran, es algo a lo que no sólo me he acostumbrado, sino que me
gusta, por un placer quizá no exento de malicia. La filología es una arte
respetable, que exige a quienes la admiran que se mantengan al margen, que se
tomen tiempo, que se vuelvan silenciosos y pausados; un arte de orfebrería, una
pericia propia de un orfebre de la palabra,
un arte que exige un trabajo sutil y delicado, en el que no se consigue
nada si no se actúa con lentitud.
FRIEDRICH WILHEM NIETZSCHE, Aurora (1881).
Lo que son las cosas, fue la comida la que me llevó
a esta reflexión. Hace unos días fui a cenar con unos amigos a un restaurante
de comida lenta (slow food) y
kilómetro cero.
Me gustó lo que comí y me gustó su filosofía, luego
pensé que algo parecido se podía aplicar a la lectura… sí, empecé a darle
vueltas a que hay libros que solo se pueden leer con lentitud, libros que
requieren amor por las letras, por las sílabas, por cada línea que crece
creando una historia, una propuesta, una emoción o un mundo.
Yo que soy lectora rápida, sé que con algunos libros
tengo que desacelerar el ritmo, acompasarlo a las pausas que requieren ciertos
versos, sosegar la mirada de mi iris verde para absorber todo el caudal que
circula en un fragmento, calmar el gesto, colgar las prisas en el momento maravilloso de abrir la página,
en la que nos quedamos la noche anterior, y avanzar en la lectura gradualmente,
sin meta aparente.
No hay autores/as de lectura lenta, ni géneros, ni obras laureadas, cada cual sabe
cuáles son esos libros porque ha experimentado esa necesidad de calma cuando se
ha adentrado entre sus páginas. Estoy pensando en que lectura lenta será una nueva etiqueta en esta mi casa.
Y se me ocurrió indagar por si alguien había hablado
de lectura lenta… Y sí, hay poco por
inventar, e igual quienes me leéis en este momento ya lo conocíais. Parece ser
que sus defensores/as lo hacen para aumentar la comprensión o por placer.
Hablan de recuperar el tiempo de lectura,
esos momentos dedicados exclusivamente a leer y a disfrutar de la
minuciosidad de la lectura. Leer lento permite afrontar el vértigo de la vida
moderna, reducir el estrés.
Cuerpo en calma, mente curiosa y corazón abierto.
Este es el lema de los socios/as del Club de Lectura
Lenta de Wellington, Nueva Zelanda, que se reúnen una vez por semana en un bar:
piden algo para tomar, apagan los móviles o cualquier otro dispositivo
electrónico y leen una hora en silencio. Solo hace dos años que existe este
club.
Me pregunto si podríamos crear un club virtual o presencial con este planteamiento…
Me pregunto si podríamos crear un club virtual o presencial con este planteamiento…
Pues yo lo que no conocía es lo de los restaurantes de slow food...
ResponderEliminarEn cuanto a la lectura lenta... últimamente leo así, muy despacio. Pero porque los libros que estoy leyendo no puedo leerlos de otra forma. No sé si un club virtual, pero sin duda un club presencial de lectura lenta tiene que ser muy... ¿sensitivo? (no se me ocurre otra palabra)
Un abrazo
Pues seguramente es esa la palabra: sensitiva. De hecho cuando leí que existía ese club de lectura en común y en silencio, sentí que me gustaba sin más.
EliminarUn abrazo!!
Si leer es un placer (y para mi lo es), siempre es mejor hacerlo despacio, saboreando cada párrafo, parando a reflexionar en ciertas frases... Cómo decía mi abuela "las prisas nunca son buenas"
ResponderEliminarUn abrazo
Nuncaaa son buenas!!
EliminarPienso, de todas formas, que no todas las lecturas requieren esa necesidad de saborear cada palabra. Lo dejo a la intuición, cada lectora sabe cuando ha de ralentizar el ritmo o, al contrario, puede acelerar sin menoscabo de la lectura.
ResponderEliminar¿Sabes qué LAURA? Te leía y me preguntaba… ¿cómo puede decidirse el ritmo de lectura de ante mano LAURA? en mi caso no es la obra o sí, pero mucho más cómo me pille , he llegado a leerme un libro de más de 600 páginas en una noche y otras veces un libro pequeñito se convierte en la bufanda de Penélope, leo y desleo y vuelvo a leer sin avanzar porque lo que en realidad quiero es que no se termine. Verás…El otro día vi Doctor en la campiña -te la recomiendo, si te apetece ver la práctica de la medicina rural en una Francia sin ningún glamour, pero deliciosamente entrañable- la historia es de tal sencillez, realismo y contención que cuando comenzaron a salir los créditos mientras sonaba un precioso tema de Nina Simone, no me podía creer que hubiera terminado… ¡me faltaba media hora de película! Jaja .. terminó cuando para mi debía comenzar, el director Thomas Lilti, nos mandó a casa a imaginárnosla la peli, Fácil de imaginar, sí… pero nos robó los detalles, gestos y maneras…lo que realmente encanta de esa peli, la verdad de todos los personajes, que no puedes inventar porque al cine vas a eso ¡a conocerlos!la historia que es como todas …una historia;) total! q me quedé sentada en la butaca con cara de boba y ganas de matar a alguien jajaja te cuento esto porque a veces me ocurre con algunos libros … si es así, doy la vuelta y vuelvo a empezar ..releo párrafos.. me pierdo porque no me resigno al fin ;) otras veces leo como un caballo desbocado.. no puedo parar … si desde fuera alguien me impone la velocidad de lectura a dos palabras por hora .. moriría d ansiedad ;)
Se nota que nunca he pertenecido a un club de lectura ¿verdad? ni siquiera me imagino como se lee en común… mi disciplina en cuestiones de lectura como en otras mil cosas, brilla por su ausencia… sí se algo, a mi me echan a patadas más q seguro de un club lento de lo que sea... en mi, todo va a mil por hora ;)
Mil besos para ti cielo y feliz finde preveraniego ... te tienes que venir a Galicia para sobrevivir a vuestro calor ... esta mañana casi me congelo al salir de casa... ;)
Soy de la opinión, como he dicho, que el ritmo no depende de una decisión previa, es la propia lectura quien lo marca, o al menos es lo que a mi me ocurre.
EliminarÚltimamente tengo una relación complicada con el cine (con el que he disfrutado tanto en el pasado), pocas veces necesito más y más veces necesito menos. De todas formas si tengo oportunidad de ver esa película, la veré. Suena bien, una propuesta interesante.
María, yo no noto nada, nunca he estado en un club de lectura tampoco. Sin embargo si me imagino leyendo en silencio, cada cual su libro, durante una hora, mientras tomo un té tranquilamente. Y luego, quien quiera comentar algo que lo haga y si a nadie le apetece pues cada cual a su nido.
Hoy también hacía fresco por aquí. Me gusta Galicia... de vacaciones. Quiero decir que fuera de aquí solo me imagino viviendo en otro lugar.
Un fuerte abrazo!!
En un mundo donde todo va de prisa, serán grupos pequeños y muy selectos los que practiquen este tipo de lectura o de actuar lento; soy de los que piensan que así se vive mejor y tienes mas salud.
ResponderEliminarSe que tu no eres amiga de los club de lectura y María tampoco, yo sí, llevo unos cuantos años en los que he estado en varios, hoy solo estoy en uno que nos reunimos una vez al mes, y comentamos un libro, te aseguro que la lentitud con la que se trata y se lee el libro que toque, es pasmosa, me río del club de Nueva Zelanda, yo reconozco que soy de lectura generalmente rápida pero hay textos que hay que paladearlos y eso solo se hace como se hace el amor, despacio y lento.
Un abrazo.
Bueno, como acabo de comentarte en tu espacio, las decisiones han de estar siempre en nuestras manos, procurando que nadie decida por nosotros, no delegar nuestra capacidad de decisión. Esa es para mi una idea política aplicable a todo y procuro que me guíe. Si la gente se deja llevar por el torbellino es cosa suya, yo siempre tengo mi refugio de calma y de silencio, por eso me pareció una gran idea compartir la lectura, cada cual la suya, en silencio. Luego se puede compartir o no lo leído.
EliminarNunca he estado en un club de lectura como bien sabes, me cuesta aceptar una lectura común porque me gusta leer a mi aire y elijo los libros intuitivamente. Sin embargo quién sabe, nunca descarto nada.
Una comparación oportuna la de la lectura y amar con lentitud.
Un abrazo!!
Yo he tratado este asunto en mi blog. Te dejo el enlace, creo que te gustará la cita de Gonçalo Tavares: http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com.es/2014/03/los-tiempos-de-la-lectura.html
ResponderEliminarMe ha gustado tanto que la he añadido al lateral por si alguien quiere leerla. Gracias Elena, la entrevista es muy interesante, tengo Un viaje a la India pendiente de leer en mi estantería desde hace tiempo, a ver cuando lo leo.
EliminarHola Laura
ResponderEliminarTras varias reseñas y libros con acuerdo, nos llega el desacuerdo, la confrontación; ¡Pelea!¡Pelea! Dirían los niños crueles, o más bien, los crueles niños en el patio: No. Confrontación de ideas nada más :)
Tengo comprobado, que tras leer una obra en largas horas y enmismimados momentos, llego a la misma o inferior comprensión que mi lectura normal, a galope tendido. Todo viene de los enormes tochos que necesitaba leer en mis estudios de Historia. Leerlos lentamente -como hacían en Secundaria muchos amigos que dedicaban ¡1 hora por hoja!!! por Dios eso es ser cruel con la hoja, a la que la milimétrica observación haría sacar los colores .)-, Decía que: leer lentamente los apuntes y libros de historia era dar pasto a la imaginación para ver un dibujo en ese subrayado y una Virgen en aquella mancha de tinta. No, leer lo que es lo necesario, lo primordial, lo sustancioso, es lo que necesito en un libro para comprenderlo. Me dirás que pierdo la belleza de las frases o de las metáforas...No, No las pierdo, en mi comprensión sumo lo semántico, lo sintáctico y digamos.. la poesía, para comprimirlo y sujetarlo en un todo. No se escapa nada. No sé si me explico pero así es :);)
Así que defiendo que la lentitud como el silencio están sobrevalorados en la literatura, Mi muy querido Roberto Bolaño escribía con Heavy metal a todo trapo, yo, leí casi todo el último libro con Deep Purple. Sí defiendo la soledad: que no te veas invadido por portazos, discusiones, preguntas estúpidas sobre el libro, lametazos de tu perra collie, o las garras de tu gata haciendo mullida tu pierna. :)
Un abrazo
Cuídate mucho
¡¡Halaaa, yo no quiero peleeaaa!! jajajaja
EliminarLa verdad es que no hay desacuerdo porque yo creo que cada cual debe poner su ritmo en la lectura, si tú no ves nunca la necesidad de reducir el ritmo, perfecto. No hay normas en la lectura, cada cual sabe cómo hacerla, sobre todo las que estamos muy entrenadas/os.
Será que estoy rodeada de ruido en el trabajo, yo necesito silencio completo para leer, para contestarte ahora, para trabajar, etc. Sacrifico, incluso, la música en momentos determinados.
Un abrazo!!
La vida es trepidante, pasa en un segundo, hay siempre mucho tráfico y estamos de acá para allá, pero no todo lo ha pervertido esta rapidez, esta prisa y ligereza en que se está convirtiendo la vida moderna. Aún quedan nichos, afortunadamente. Cuando leo siempre se para mi mundo alrededor. No hay lectura posible para mí que no sea slow. Aclaro que en la vorágine también leo rápidamente pero casi que no considero esas lecturas como lecturas propiamente dichas. Nunca he estado en un club de lectura, ni creo que podría ponerme a leer en silencio en presencia de otros, es un acto tan íntimo... pero estoy a favor de todo lo que significa saborear un buen libro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Concuerdo contigo, en medio de las prisas debemos saber encontrar momentos de lentitud para leer, para charlar, para escuchar música, para caminar o para cualquier cosa que nos guste hacer. También tengo ese sensación de que cuando leo, se para el mundo y traspaso la puerta de otro mundo en el que no hay nadie más que yo dentro de la historia que leo. Una sensación estupenda.
EliminarUn abrazo!!
Yo también voy siempre con ritmo acelerado por la vida pero para leer necesito un momento pausado. Para mì la lectura, si es interesante, requiere meditaciòn. Solo cuando me aburre paso pàginas leìdas por encima y acabo dejàndolo... Yo no creo que pudiera concentrarme en un club de lectura en un bar aunque apagasen los mòviles. Soy demasiado curiosa para concentrarme en una pàgina y perderme lo que ocurre alrededor jaja... Eso sì, voy siempre con un libro en el bolso para, en tiempos muertos, echarle un vistazo. Pero confieso que solo leo sueltamente cuando estoy sola repanchingada en el sofà...
ResponderEliminarMe gusta también la filosofìa de la lenteza, del slow food... para contrastar la esquizofrenia del mundo hodierno...
Laura, lo que sì es cierto es que resulta muy agradable pasar por aquì a leerte.
Un abrazo, amiga, y felices dìas de junio!
Por fortuna tengo una gran capacidad de concentración, la gente que me conoce se ríe de cómo logro aislarme leyendo en cualquier lugar y situación. Aunque nada como mi habitación llena de libros, mi sillón, tiempo por delante y el silencio. Tengo la misma costumbre que tú, acarrear con un libro por si acaso...
EliminarGracias Chusa, un fuerte abrazo y feliz inicio del verano (¿es mañana?).
Depende diría yo, depende del libro, del momento y de mi estado de ánimo, el ritmo que imprima a la lectura.
ResponderEliminarGeneralmente, soy una lectora rápida, sobre todo cuando el libro me apasiona, necesito terminarlo aunque después me de pena acabarlo. Otras veces, el libro y yo necesitamos tiempo, espacios cortos de lectura, disfrutar de lo que he leído y dejar que se aposente. Así que no sé si podría a priori pensar en leer lento, ni siquiera aunque estuviera en un club de lectura lenta, no lo pienso...a veces pasa.
No conocía estos restaurantes de comida lenta, sí los de km O.
Un saludo y feliz fin de semana
Totalmente de acuerdo, me ocurre lo mismo que a ti, depende del libro, él es el que marca la pauta.
EliminarEste club de lectura basa su planteamiento en el silencio, cada cual debe leer al ritmo que desee.
Saludos y feliz semana!!
A veces se topa uno con un libro que tiene tanta magia en sus palabras que leerlo de forma precipitada seria casi un pecado. La lectura, despacito, es un inmenso placer. Lo que ocurre es que en este mundo moderno todo nos lleva a la precipitacion y la carrera..
ResponderEliminarUn abrazo, amiga... Saboreemos las letras, despacito...
Saboreemos las letras, las imágenes, cualquier cosa que nos proporcione placer ¿estás de acuerdo?. A mi me encanta ver despacio tus fotos, tienen mucha miga.
EliminarAbrazos!!
Al final del Prólogo a la Genealogía de la moral, dice Nietzsche: "para practicar de este modo la lectura como arte se necesita ante todo una cosa que es precisamente hoy en día la más olvidada (...), una cosa para la cual se ha de ser casi vaca y, en todo caso, no 'hombre moderno': el rumiar...". Creo que encaja con la cita que propones al comienzo y con el resto del post.
ResponderEliminarYo también soy lector rápido. Pero depende. No por lo libros, sino por mi uso y disfrute. La poesía no puedo leerla deprisa, tampoco el ensayo; la narrativa sí, aunque hay excepciones: la última fue El jardín del Samurái, de Gail Tsukiyama, del que leía morosamente dos páginas cada noche, por su belleza, por su tema, por..., porque me lo pedía el cuerpo, la mente o un estado peculiar del alma, qué se yo.
Hace pocos años estuve en un club de lectura, experiencia que recomiendo. Pero lo que describes es otra cosa, que me interesa: leer en compañía y en silencio, qué agradable.
Rumiar. Que acertado Nietzsche, desde luego es la clave de la lectura como arte, dar tiempo a lo que se lee para poderlo digerir.
EliminarConcordamos en que según la lectura necesitamos imprimir un ritmo lento a la lectura, imponer rapidez cuando la lectura demanda tranquilidad es un gran error que solo nos puede llevar a la superficialidad (cosa que a veces he hecho).
No sé cómo se puede hacer en el mundo virtual, digo lo de leer en compañía y en silencio, pero voy a pensarlo, si se te ocurre cómo, espero tu propuesta.
No conocía esa definición de filólogo, interesante.
ResponderEliminarMi experiencia me dice que cuanto más rápida puedo leer una obra menor es su calidad literaria. He acabado best sellers leyendo las páginas en diagonal, y autores con los que tienes que demorarte en cada página para poder asimilarlos por completo. Cuanta mayor riqueza tiene un texto más tiempo necesitas para apreciarla. Y con la poesía igual, no concibo leer un poema de prisa y corriendo.
Saludos!!
Totalmente de acuerdo. Me parece que hay muchos/as que coincidimos en que la poesía requiere calma y lentitud, pero hay narrativa que también lo hace necesario. En todo caso lo mejor es atender a la propia lectura y adaptarnos al ritmo que reclama.
EliminarSalud-os!!
Hola María: De vez en cuando me asomo a tu blog. Me gustan los temas que planteas en forma de reflexión.
ResponderEliminarCreo que cada libro tiene su ritmo. Hay algunos que según los recorres con la mirada, te arrastran a una velocidad vertiginosa. Otros, están tan llenos de poesía, que tienes que detenerte en cada palabra, como si la degustases poco a poco. Al final de lo que se trata es de disfrutar, ¿no?.
Saludos.
Sí, disfrutar. Y pensar, reflexionar, hacernos preguntas y, quizás, lograr alguna respuesta... La lectura es tan rica y variada que puede proporcionarnos desde un mero entretenimiento (que valoro mucho, según el momento) hasta algo que va más allá de ello. Un inmenso abanico de posibilidades.
EliminarGracias por pasarte por aquí.
Salud-os!!
Supongo que cada libro exige un ritmo de lectura aunque, sobre todo, es el momento personal de cada lector el que lo marca. Me gusta esta nueva etiqueta.
ResponderEliminarAbrazo!
Otro factor a tener en cuenta, muy cierto. Aún recuerdo cómo me hice lectora, casi compulsiva, de novela negra.
EliminarAbrazos!!
Me encanta eso del slow Reading...habitualmente soy de lectura lenta. Aunque también es verdad que no le dedico todo el tiempo que me gustaría a la lectura.
ResponderEliminarEs club de Nueva Zelanda, tiene muy buena pinta,...y seguro que aquí habría personas interesadas en iniciar algo similar. De la misma forma que también es delicioso leer en la compañía de casa...mientras decides no salir, porque te espera un buen libro con un té y ese es tu momento...
Besos y gracias por una entrada tan deliciosa. (No conocía el prólogo de Nietzschez.
Es cierto, compartir la lectura en casa puede convertirse también en una buenísima opción. La verdad que me pareció una idea fantástica juntarse con más personas y compartir la lectura en silencio, acabada esa hora si alguien quiere referirse a lo leído estaría bien y si no se quiere también.
EliminarGracias a ti. Un abrazo!!
Me ha venido a la cabeza el libro "Elogio de la lentitud", que no he leído, pero sí una entrevista a su autor. Me pasa como a tí, soy un lector rápido. Cuando me emociono, de hecho, soy incluso un lector ansioso. He comprobado, sin embargo, que mi aprovechamiento de cada lectura no depende de la velocidad, sino del nivel de atención. Si me centro al cien por cien en lo que leo, estoy en completo silencio y sin distracciones, absorbo, casi me mimetizo, sueño con ello y paso varias horas-días como trastornado. No es que me transforme en un zombie-lector o algo parecido, quiero decir que el libro se queda rumiando, haciendo la digestión y no tiene que ver con la velocidad lectora. Yo creo que lo importante, la parte lenta, viene después de leer. Dejar un tiempo para pensar, incluso volver a algún fragmento; en esto las reseñas ayudan y compartir con otros lectores, sea a través de un club de lectura o de un blog. Aquí es cuando entra en confrontación el mundo de prisas en el que vivimos, donde uno olvida al instante lo que acaba de hacer o incluso se divide en dos, tres partes, para hacer varias tareas al mismo tiempo. Pasa con la fotografía digital, por ejemplo, donde prevalece el acto de hacer la fotografía frente a la capacidad de observación, de captar un momento o de evocar recuerdos que al menos para mí tenían las fotos de toda la vida. Me da miedo que pase lo mismo con la lectura, pero lo veo difícil.
ResponderEliminarEn fin, un buen tema para hablar y en los comentarios se le está sacando su jugo.
Un abrazo.
Coincido contigo en que la clave está en la concentración, yo también tengo una gran capacidad para centrarme en la lectura e incluso aislarme del mundo que me rodea mientras leo, no me despisto por casi nada. Sin embargo hay libros que noto que requieren una lectura más pausada, desde luego la poesía, pero también otros de narrativa, historia, ensayo, filosofía. También comparto que hay untiempo posterior muy importante para "rumiar", relacionar con otras lecturas, comprender mejor algunos aspectos, releer, etc.
EliminarEl ejemplo de la fotografía es muy idóneo, hay fotos con "alma" y hay otras vacías completamente.
Un abrazo!!
Me acuso de comer deprisa, pero no de leer; quiero decir, ni de hacerlo rápida ni lentamente. Leer es una pulsión desesperada.
ResponderEliminarNietzsche exigía lectores inteligentes (yo no lo soy), esto es -aclaraba-, lectores sensibles; y lector no, sensible sí.
Está bien eso de la lentitud, no digo, excepto cuando se está a las puertas del orgasmo, el propio o el de ella, o ambos; entonces todo es rápido, vertiginoso, explosivo.
Eso de los clubes de lectura…, hummm, pasapalabra.
Me gusta eso que dices de que leer es una pulsión desesperada. Por lo demás no me trago que no seas un lector inteligente.
EliminarHasta llegar a las puertas del orgasmo no hay nada más magnífico que la lentitud en todo lo que convenga, llegado a ese momento del orgasmo, momento de pulsión des-esperada, todo se acelera. Son ritmos en el deseo que también funcionan en la lectura.
Pues pasemos palabra...
No me considero un lector rápido pero tampoco leo a paso de tortuga, sin embargo tiendo a espaciar las lecturas, a veces creo que demasiado, no es tanto por deleitarme con una prosa magnífica, que también, como por el hecho de que mi mente es inquieta e imprevisible, igual que el vuelo de un murciélago, y una reflexión suscitada en el libro me lleva a otra, y a otra más, al final tiendo múltiples puentes hacia diversas cuestiones…, ando por las nubes y sin saber cómo estoy preparándome un té mientras miro el cielo por la ventana...
ResponderEliminarEn definitiva, soy un lector distraído y poco disciplinado, aunque excepcionalmente he “devorado” algún libro no es lo frecuente. Eso sí, mucho o poco leo todos los días, acto innegociable.
Es curioso el inciso que hace Gerardo Vázquez sobre el “Elogio de la lentitud” de Carl Honoré, pues yo me había acordado también sin saber la mención de Gerardo, lo tengo por mis estantes. No me siento atraído por leer en un club, tampoco me niego a probarlo.
Por otra parte, ya lo sabes Laura, una de las poquísimas actividades por las que sacrifico un tiempo de leer es pasear por el monte o el campo. Ni el mejor de los libros se impone al ímpetu de sentir el ritmo del monte. Además la naturaleza tiene su propia lectura, a la que me entrego con el entusiasmo de un niño y ésta me sorprende en cada incursión, lo que no deja de fascinarme.
He husmeado por mi biblioteca para dejar esta confesión de Goethe, con la que me identifico plenamente:
“La gente no sabe el tiempo y el trabajo que cuesta leer: llevo en ello ochenta años y aún no puedo afirmar que lo haya conseguido”
Abrazos!!
Me falta aún bastante para llegar al récord de Goethe pero opino igual que él. Tengo mucho que "aprender", por decir un término común, en la senda de la lectura.
EliminarAyer tuve un importante disgusto por una cuestión profesional, hoy aún no he logrado leer con la paz y la concentración que necesito, además estoy leyendo Solo de Strindberg... tendré que empezar a leerlo de nuevo, me sabe a poco y la responsabilidad la tengo yo, seguro.
No soy tan "distraida" como tú, aunque voy enlazando lecturas, a veces, porque una me lleva a otra y entro en una espiral que parece no tener fin. No es raro que me quede "encantada" tras leer unas páginas.
También para mi es innegociable leer cada día. Mi distracción es el mar, rocas, monte bajo o playa, depende.
Abrazos!!
Pues me sumo a la felicitación por esas preciosas rosas con las que nos recibes, no estaban cuando te comenté así que aprovecho ahora. Oler la intensa fragancia de una rosa es un placer sublime :)
EliminarAcabo de visitar tu espacio a ver si había nueva entrada y he visto nueva foto de cabecera, muy bonita!!
EliminarSublime de verdad ese olor a rosa ;)
Excelente idea. Y no sólo lectura lenta sino, también, lectura limitada a un tiempo predefinido. Seguro que yo encajaría bien en ese club.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
Sí, yo también podría encajar pero no sé si es factible hacerlo en el mundo virtual. No sé...
EliminarUn abrazo!!
Ya tienes unas hermosas rosas (mi flor). En el pueblo (Castilruiz) tenía un rosal salvaje en el corral; habían traído un esqueje del jardín del palacio episcopal de Tarazona. Era impresionante el olor de las rosas cuando las ponías en un bote de cristal en el cuarto de estar.
ResponderEliminarSus veranos me han desviado de la lectura lenta. Para otra ocasión.
Abrazos.
Y mi flor, adoro las rosas, sobre todo si huelen (estas son del delta del Ebro y apenas olían).
EliminarMe encanta que te hayas fijado en esa foto de la cabecera. Gracias por tu sensibilidad Ignacio.
Abrazos!!
Me apunto al club, yo soy de lectura lenta e incluso necesito ciertas condiciones para leer libros importantes. Por ejemplo, cada vez me cuesta mas leerlos por el día, la noche es ideal y mejor en horizontal y en una cama. Mejor en el suntuoso invierno que en el plebeyo verano que exige lecturas más rápidas y menos profundas.
ResponderEliminarSoy lento leyendo porque me gusta entender lo que leo y casi me parece pecaminoso saltar sobre un párrafo como el que salta sobre un abismo.
Pues nada aquí me tienes para abrir la sección galaica de ese invento kiwi.
Un abrazo
¿Y cómo lo hacemos Krapp? Confío en tu visión galaica del kiwi...
EliminarYo apenas puedo leer en horizontal porque caigo dormida a los pocos minutos, por lo demás me va bien cuaquier estación, momento del día, lugar y situación. No salto párrafos, pero sí puedo leer con distracción si algo me preocupa, así que tengo que volver a leer todo de nuevo.
Un abrazo!!
ResponderEliminarUy! Qué bien... ahora que ya me he enterado que no soy un bicho tan raro y que pertenezco a un club... el de los y las que leen despacio... ya me he quedado más tranquila...
Mientras tú lees cincuenta, yo leo uno... :O
Pero es por eso, eh... por toda una filosofía de lectura (¿de vida?) que comparto/practico... :P
Fuera de bromas... me parece muy interesante y eso... yo creo que tb debería ser una filosofía de vida, como la sencillez... igual ya existe y con club y todo. ;)
Besos, petons, muxus y un fuerte y cálido abrazo!!
:)
PD: Y a ello se debe tb el que esta vez haya llegado tarde... bueno, más bien a un gran resfriado primaveral que me ha tenido unos días 'caput'.
Algo había... pensé que te habías ido de viaje :)) Espero que ya estés recuperada y en plena forma porque con este calor debe ser un rollo impresionante estar resfriada.
EliminarCoincido contigo, debería formar parte de una filosofía de la vida... y lo digo yo que leo, casi siempre, rápida.
¡Besos, petons, muxus y un fuerte y cálido abrazo!
Buen finde (y solsticio).
Siempre llevo un libro a cuestas para llenar esos momentos en que no puedes hacer nada más, pero reconozco que cuando más disfruto de mi lectura es cuando estoy a solas y en completo silencio.
ResponderEliminarNo me apuntaría a ese club de lectura, porque me distraería estar acompañada y en un lugar público, pero sí a desconectarme de todo chisme electrónico, en realidad lo hago con facilidad.
¿Leo rápido o lento?
Depende del libro, si la historia no me llega del todo leo rápido, pero si me toca, saboreo, releo, vuelvo para atrás, apunto alguna idea en un papel, subrayo si el libro es mío... Y como soy una lectora visual pues necesito un tempo para meterme de lleno en la trama.
Me sigue encantando leer, lo que más.
Lo de la comida lenta...Uhmm, qué modas... Mientras no sea que tardan una eternidad entre un plato y otro... por otro lado, ideal par ami dieta, pues se me va el apetito.
Un placer pasar por aquí. Un beso,
Hoy cuando he salido de casa hacia el trabajo (ya muy distendido) he pensado ¿me llevo libro? primero he pensado que no porque era seguro que no tendría un momento para leer, pero luego... ¿Y si lo tengo? El libro al bolso. No he podido leer y lo he paseado, pero siempre me acompaña algún libro por si acaso.
EliminarLo de comida lenta es en el sentido de que donde comes no te miran mal porque vayas comiendo a tu ritmo porque no hay turnos ni cuestiones de este tipo. Música relajada, tranquilidad en la sala... o así lo entiendo yo.
A mi también me encanta leer, lo que más :)
Un fuerte abrazo!! (y gracias)
Hola Laura. Es bien interesante lo que planteas.
ResponderEliminarYo estoy en ese club. No sé si para bien o mal, porque puede ser una desventaja, porque se acota el número de libros que puedes leer. Cuando en otros ámbitos puedo hacerlo: ver una serie de TV o una comedia al mejor estilo chatarra yanqui, sin ruborizarme, ni evitar admitirlo.
Pero con los libros no puedo (tal vez sea que por aquí están tan caros, y no hay préstamos...). Por ejemplo me gustaría comprarme y leer más de las aventuras del comisario Montalbano, de Andrea Camilieri, que me divierte. Pero no me los compro porque me pueden durar dos días, y me parece un robo(je!).
Me interesan menos las tramas que la construcción de los personajes. Y la novela psicológica más que las otras. Y las que dejan participar al lector en la construcción.
Pero claro, esas novelas no se pueden leer en cualquier momento, lo cual es una desventaja(O al menos yo no puedo).
Dicho todo esto, siento una sana -o no tan sana- envidia por lo que como tú leen rápido y disfrutan de obras complejas.
Saludos, y gracias
Josebla, tus criterios a la hora de adquirir libros me parece razonable, aunque con esos libros que nos entretienen se pasan muy bueno ratos. Además Camiliere tiene calidad también.
EliminarLa verdad es que tengo mucha suerte por ser capaz de concentrarme con facilidad y leer rápido, pero como digo hay libros que requieren pausar el ritmo y lo hago encantada.
Un abrazo!!
El autor de "El elogio de la lentitud" supongo que se tomaria mucho tiempo para escribirlo ¿o no? (Luis Manteiga Pousa)
ResponderEliminarJa!! Pues no lo había pensado, quién sabe...
EliminarLa lentitud es buena...a veces. Cada día, cada momento, tiene su propio afán.
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