Leyendo un excelente libro
del sociólogo polaco Zygmunt Bauman, Tiempos líquidos. Vivir en una época de
incertidumbre, encontré
la referencia de dos escritores de su país que reflejaban en su narrativa la
incertidumbre provocada por el miedo y la facilidad con la que se extiende.
Dice Bauman que en la actualidad el miedo se ha instalado dentro de nuestras
sociedades y satura nuestros hábitos diarios. Con la creciente deslegitimación
de los sistemas de defensa colectiva (como los sindicatos y otros instrumentos
de negociación colectiva) se ha dejado en manos de los individuos la búsqueda,
la detección y la práctica de soluciones individuales a problemas originados
por la sociedad. La mayor parte de los miedos son fantasías exageradas y
distorsionadas por los políticos. En un momento en que las grandes ideas han
perdido su credibilidad, el miedo a un enemigo fantasma (por ejemplo gitanos
nómadas o inmigrantes sin techo) es lo único que les queda a los políticos para
mantener su poder.
Pero hoy no toca hablar de Bauman sino de Andrzej
Stasiuk y un mundo que gira, a lo largo de sus 191 páginas, alrededor de la localidad de Dukla
en el sur de Polonia.
Andrzej Stasiuk nació en Varsovia en 1960. Es poeta,
ensayista, crítico literario, militante pacifista y gran viajero. Vive desde
hace unos años en las montañas al sur de Polonia (¿cerca de Dukla?), donde cría
ovejas y llamas. No he podido encontrar más información sobre él en castellano.
El mundo detrás de
Dukla (1997) fue publicado en 2003 por mi editorial favorita, Acantilado. En su
primera página nos advierte el autor con qué nos vamos a encontrar, no debemos
esperar una trama en el sentido convencional de la palabra y sí un conjunto de
reflexiones existenciales en las que la luz tiene gran protagonismo. Un
lenguaje extraordinariamente bello y casi poético.
Es domingo, la gente todavía duerme, por eso no debe existir trama alguna en este relato, porque ninguna cosa debe ocultar otras cosas cuando nos encaminamos hacia la nada, hacia la convicción de que el mundo es tan sólo una incidencia momentánea en el fluir de la luz (p.7)
Y es que el autor está
enamorado de la luz, de sus infinitas posibilidades cromáticas y existenciales:
Desde hace tiempo me parece que lo único que vale la pena describir es la luz, sus variedades y su eternidad. Los actos me interesan en un grado mucho menor. Los recuerdo poco. Se enhebran en cadenas casuales que se quiebran sin razón aparente y comienzan sin causa, sin avisar, para romperse de nuevo (p. 26).
El amanecer inspira aire en los pulmones y cada expiración lo vuelve más claro. (...) La luz adquiere la tonalidad de la plata líquida. Es pesada. Se derrama a modo de horizonte pero no ilumina la tierra (p. 9-10).
Estamos ante una declaración
de principios que conviene no olvidar mientras transitamos por sus páginas,
desorientados al principio, prendados de su lirismo después, sorprendidos al
final. La luz es la única guía en ese deambular en el que el narrador rememora,
veintitantos años después, su infancia y adolescencia en Dukla, una localidad sumida en la inexistencia casi, en
las incertidumbres y en los miedos existenciales de la sociedad actual. Estamos
en el límite entre la banalidad de lo
cotidiano y la enajenación (p. 60), un
límite tan estrecho como un cabello.
La presencia del frío y de
la nieve toma forma, poética, a través de sus impresiones casi fotográficas:
No pudimos escapar de esa blancura; arrojaba detrás de nosotros puñados de su materia nívea (…). Las colinas, las casas, el agua, las nubes, poseían la nitidez de una fotografía inhumana. En este paisaje, los pensamientos sonaban a música mecánica. Se podían ver, se podían oír, pero su sentido se revelaba siempre tan malicioso como el eco de un pozo (p. 13).
Va y viene del paisaje a un
amor infantil, a sus abuelos, a un tiempo de cambio político que parece
estancado en cierta manera en Dukla, porque…
El mundo está lleno de detalles que dan origen a historias (p. 104).
Y es que Dukla es como un agujero mental en el alma (…) Dukla
repleta de un espacio en el cual nacen las imágenes y nos atrapa el pasado (p.
105). Un lugar en el que, quizás, fuera posible olvidarse del futuro y aspirar
a fabricar nuestra propia luz, almacenarla y gozarla en un tiempo indefinido e
inexistente. Porque eso es el mundo, lo demás es una locura formalizada o la historia de la humanidad (p. 132).
La razón tan solo es la llama de una
cerilla al viento, el cuerpo confirma su existencia palpando su propia piel
y quizás podamos llegar a distinguir lo
vivo de lo muerto, y poco más (p. 185).
Un aviso para navegantes que
deseen adentrarse en este mar de incertidumbres que teje Stasiuk con una finura
en la palabra que nos desarma aquí y allá, la lectura de esta obra no es fácil,
pero no porque su lenguaje sea complejo o su narración enrevesada, su dificultad
estriba en saber dónde nos metemos y mantener nuestra atención siempre alerta
para seguir ese mundo amenazado por la inexistencia que es Dukla.
La luz... Que te voy a decir yo, si me tiene loco perdido...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga... Y el deseo de un feliz fin de semana
Qué privilegio tenéis quienes podéis captarla a través de la cámara.
EliminarAunque ya pasado espero que hayas pasado un buen fin de semana. Lo mismo te deseo para la semana.
Un abrazo!!
Dicen que de Stasiuk o te enamoras o lo odias. A mí me gusta leerlo de vez en cuanto. Vive en un pueblito llamado Wolowiec, perdido en las montañas. Y desde allí, junto con su mujer, llevan una de las editoriales más interesantes que hay en Polonia, Czarne. Y con mucho éxito. Se da la casualidad de que mi próxima entrada va a ser sobre 4 libros publicados por Czarne. Un abrazo!
ResponderEliminarNo sabía lo que señalas de esa doble reacción, pero no me extraña, tiene un estilo tan peculiar que supongo que puede provocar rechazo. No es mi caso, me ha dejado con ganas de seguir leyéndolo.
EliminarEstaré atenta a tu "entrada".
Un abrazo!!
Un poeta que cría ovejas y... llamas!! viviendo entre montañas, no me extraña que sea un profundo observador de la luz sobre la naturaleza y capte el esplendor de sus matices. Con esa sensibilidad debe de percibir los claroscuros que todos tenemos. Una lectura apetecible para estos días de luz inagotable. Un abrazo Laura.
ResponderEliminarSe sale un poco de lo habitual ¿verdad? La existencia como punto de partida y la luz como elemento que le puede dar sentido. Después su prosa poética pone la guinda.
EliminarUn abrazo!!
Sin duda es del tipo de libros que me atraen. Aunque reconozco que sufro por la (inexistente) "Historia de la humanidad o locura formalizada".
ResponderEliminarGracias por la entrada.
Besos. Ignacio
¿Y cómo no sufrir? La incertidumbre crea una constante inquietud incentivada por amenazas equivocadas.
EliminarGracias a ti. Besos!!
Un poeta que vive en las montañas, estoy de acuerdo con Paco, me imagino la gama de luces (y sombras) que habrá contemplado. La luz es existencia. Me apunto a ese ir y venir cromático, luminoso, lírico y también incertidumbres. Me dejaré desarmar, porque me convences y porque también confío en Acantilado.
ResponderEliminarUn abrazo
A ver si disfrutas en ese va y ven de luminosidad y en esa incertidumbre que puede provocarnos la luz viajando a 300.000 km por s. Da vértigo pensarlo.
EliminarAbrazo!!
Toda una tentación... Y encima de nuevo me descubres autor. Mira que aprendo cosas gracias a ti. Me lo llevo bien apuntado, aunque tendrá que esperar, que ahora mismo no estoy para estas lecturas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias, un intercambio de posibilidades lectoras es lo que me tiene sujeta a este espacio.
EliminarBesos!!
No sé si lo leeré, pero me han gustado los fragmentos y, sobre todo, la reflexión inicial que nos has presentado.
ResponderEliminarAbrazo!
Gracias!!
EliminarAbrazos!!
Una lectura casi sensorial, apreciar la luz, en su verdadera dimensión, inspirar y exhalar luz, una maravilla.Me gusta esta propuesta literaria me acordé de una experiencia que tuve en la Pcia. de Salta hace unos años, un museo en un viñedo y la luz...siempre la luz.
ResponderEliminarESPERO LO DISFRUTES
Besos y buen fin de semana.
No hubiera encontrado a un artista más adecuado que James Turrell para acompañar a Stasiuk. Me ha gustado todo: el lugar, sus viñedos a tanta altura y el museo. Gracias!!
EliminarBesos y buena semana!!
Tiene buena pinta pero no me lo llevo apuntado porque no es el tipo de lectura que me apetece ahora mismo.
ResponderEliminarUn beso!
Seguro que es una sabia decisión.
EliminarUn beso.
Parece ser un libro distinto, escrito con poesía y sensibilidad. Respecto de la luz, hay un mini - escrito de Maurice Blanchot, 'La locura de la luz', que sugiero leer. Mucho de lo que expresas tiene que ver con ello, aunque partiendo de otra realidad. Lo apunto, U-to.
ResponderEliminarUn abrazo!
Ya me lo he apuntado en mi libreta.
EliminarLa novela que comento es, desde luego, diferente a lo habitual y a mi eso siempre me gusta.
Abrazos!!
Pues yo hablaría contigo de Bauman durante horas porque la síntesis de ideas que haces en la inteoducción es magnífica y daría para horas y horas de esas conversaciones llenas de ganas de cambiar el mundo con una cafetera todo el tiempo en marcha.
ResponderEliminarEn cuanto a Stasiuk, conmigo das en el clavo de pleno, declaración de intenciones lírica, casi lo puedo sentir, tengo predilección por Polonia, sus poetas y su literatura en general. Lo leeré en cuanto lo encuentre. Voy recuperando la forma.
Markson: solemos percibir de la misma forma mucha de la literatura que consumimos y que los dos tengamos predilección por el Modernismo explica muchas cosas, me quedé también sorprendido conel magnífico párrafo que me dejaste en el blog, desde luego toda una coincidencia.
Markson tiene un pasado Modernista, aquí lo verás aplicado al Tractatus, hay un monólogo interno perpetuo aunque algo distorsionado. No quiero desvelar absolutamente nada pero la persona está tan encerrada en su mente que no advierte cambios en el exterior. Pongo un ejemplo similar aunque distinto a uno del libro: si Kate, la protagonista tuviera gripe, un ataque de tos sería comentado por ella pero con cierta indiferencia porque ya el cuerpo es exógeno a la mente. Es fascinante. Captaste además cómo va el libro. La generación de la cognición en el cerebro, sí. El Modernismo es psicología pura pero se basa mucho en el estímulo, una polilla, una brizna de hierba, una cucaracha.... Es la transmutación de ese estímulo lo que tanto nos gusta... Si nos privan de esto y todo lo genera nuestra mente.:.. ¿Qué pasaría? Que Markson nos dice cómo sería, te suena extraño pero lo entiendes, hace además accesible el Tractatus, crea una sensación ajena a la que conocemos unque totalmente verosímil. Y cuando el libro se asienta en tu mente quedas totalmente admirada por como un Modernista llega al punto justamente contrario de su manera de crear. Perdón por la parrafada. Besos
Tus parrafadas son muy ricas en sugerencias, reflexiones y percepciones, así que encantada de que las hagas, las disfruto mucho.
EliminarBauman, Byung Chul Han, Giorgio Agamben, Jerôme Baschet, Jacques Rancière... todo un universo de pensadores que me traen al retortillo con sus reflexiones y que me ayudan a comprender(me) (nos) y entender lo que sucede a nuestro alrededor. Así que tu primera propuesta de horas hablando sobre ello, con café y algo un poco más fuerte, sería aceptada sin dudarlo.
Stasiuk... y tengo por aquí otra propuesta, Slawomir Mrozek, El árbol, me generan también ese gusto por autores polacos.
Markson, no me lo puedo perder después de todo lo que me dices, pero si está descatalogado lo tengo complicado. Así mismo he buscado el Tractatus, pero me parece que tampoco será fácil conseguirlo. Insistiré.
Besos!!
He encontrado el Tractatus... a ver si logro desentrañarlo :))
Eliminar
ResponderEliminar“A veces el horizonte se difumina, perdemos el norte y no hay camino delimitado ante nosotros. El paisaje está gris, no hay referencias, sólo abandono y olvido y por única riqueza unos pies cansados que reclaman la seguridad de un sendero que no existe. Me paro… respiro… y escucho sorprendida al silencio hablarme al oído...
Sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes...
...somos un poco de todo y la intensidad de las oscuridades no puede nunca ocultar el brillo de nuestras luces.
Todo tiene su lugar y su momento y está ahí para ser descubierto.
Si miramos hacia arriba en una noche cerrada descubrimos con asombro el brillo de millones de estrellas que sólo se dejan ver precisamente en las noches más oscuras. Integremos nuestra noche, que ya despunta el día y tal vez podamos descubrir la luz resplandeciente de una hermosa luna llena que comience a diluir la oscuridad, preparándonos poco a poco así al brillo del sol que se acerca.”
("Cuando el silencio habla", Matilde de Torres)
Siempre me ha interesado este tema (luz/oscuridad=miedo-s... de fuera adentro y viceversa), pero me da que este (por otro lado... atractivo) autor es/sería un poco dificililllo para mí o puede que no sea mi momento...
Pero bueno... a pesar de... te dejo...
besos, petons, muxus... a porrillo!!!
Feliz solsticio y buena entrada de verano!!!
;)
Todo tiene su lugar y su momento ¿Cuántas veces habré dicho esa frase? Millones. Estoy convencida que es así y mi experiencia lo avala.
EliminarEl fragmento es tan hermoso y profundo que ya lo tengo guardado para que me "ilumine" cuando necesite luz.
FELIZ SOLSTICIO DE VERANO, querida X. Y no te preocupes, yo te veo muy bien, muy centrada-descentrada :))
EliminarAhí vamos... :S
Gracias... generosa... ;)
ResponderEliminarPD: Siempre que te visito me atrae ese dibujo del niño de rojo mirando el barquito... definitivamente... ¡te lo mango! :P
ResponderEliminarPD2: Me acabo de dar cuenta que... ¡ya te lo había mangado! :O Estoy peor de lo que pensaba... :S
Poco hay más importante que la luz, no existe la vida sin la luz, y cuando perdemos la conciencia de ella nos acercamos a la inexistencia. Bella obra parece.
ResponderEliminarMuy acertada tu consideración respecto a la importancia de la luz. Bella y llena de sugerencias.
EliminarParece más el relato de la vida de un pintor que se complace en descubrir cada día un aspecto distinto contemplando el mismo paisaje, o el de un amante que atisba un gesto diferente en el ser amado. Un beso.
ResponderEliminarOtra manera de percibir la propuesta de Stasiuk. Esto es lo que más me gusta de los comentarios, ver cómo cada persona recibe la sugerencia y la interpreta a su manera.
EliminarAbrazos!!
Al menos dos meses los vivo en la montaña y nunca veo la luz como algo aparte, sino cómo "luce" en la tierra, el suelo, la hierba, los árboles. Si me quedo en la huerta todo el día, sentado y leyendo, sorprenderme de que al levantar la vista el árbol de enfrente haya cambiado radicalmente. Pero la luz no es para mí (probablemente por una carencia mía) algo que tiene su propiedad, sino algo indefinido que lo va cambiando (renovando) todo.
ResponderEliminarY donde está la luz, la compañía ineludible es el silencio: es decir, la posibilidad de escuchar innumerables sonidos que en la ciudad se me escapan.
Como han dicho algunos de los comentaristas, no es mi momento para leer ese libro y me quedo más que satisfecho con lo que he leído aquí.
Me parece que en la montaña la luz tiene una calidad especial, más limpia, mejor, más nítida. No sé, igual son cosas mías sin sustancia. Pero estoy contigo en que la luz rebota con claridad en las cosas, en la naturaleza. ¿Qué me dices del reflejo de la luz en los manantiales de agua? Tengo fotos intentando captarla (con poco éxito, todo hay que decirlo).
EliminarY otra coincidencia, busco el silencio persistentemente, será porqué en el trabajo apenas lo tengo y siempre voy necesitada de él. Nunca necesito la compañía del ruido, prefiero el sonido del silencio.
Gracias por tus palabras y un abrazo!
Aunque no lo creas he leído varias veces esta entrada y otras tantas veces te he intentado comentar y no sé si han sido las brujas, las meigas o los trasgos pero no me salían más que incoherencias y fíjate que te he dejado montañas inmensa de ellas .. no sé que me ocurre con este autor que me descoloca las neuronas .. .. de gusto .. jaja y no, no he leído este libro ni nada de él, salvo lo que tú nos has dejado aquí.. y ya ves ... me parece precioso y de una plasticidad increíble esto ... " al amanecer inspira aire en los pulmones y cada expiración lo vuelve más claro. (...) La luz adquiere la tonalidad de la plata líquida. Es pesada. Se derrama a modo de horizonte pero no ilumina la tierra..." siempre me apabulla la capacidad de algunos autores de describir lo imposible con absoluta precisión...este es uno de ellos, como si fueran orfebres de las palabras para encontrar las precisas y exactas que el resto de los mortales jamás conseguimos encontrar ni aun después de cien mil vueltas. Me ha encantado!
ResponderEliminarY debe ser que estaba escrito en las estrellas que hasta hoy no me iba a salir el comentario, de paso te deseo una preciosísima noche de San Juan .. sé que ahí en Cataluña hacéis hogueras como aquí en Galicia, que toda la magia de esta noche te inunde LAURA muchos besos y gracias por todo lo que siempre nos regalas ... apuntado queda este hombre... hace días que lo tengo...a ver si me ilumina su luz;)
Lo bueno es que al final lo has logrado. ¿Incoherencias? No tengo esa impresión, la verdad.
EliminarEstoy de acuerdo, cuando una lee algo que mana fluido y exacto, tal y como una también lo percibe sin lograr darle forma a través de la palabra, hay que rendirse ante quien lo logra.
Pasó la noche, esperemos que la magia continúe. Muchos besos!!
Yo ya vivo en un mar de incertidumbres.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te haya gustado el libro.
Buena semana.
Un abrazo.
¿Y quién no vive en la incertidumbre?
EliminarBuena semana, abrazos!!
Esto es un muro tan bueno o mejor que cualquier otro para dejarte un mensaje. Esta tarde estaba en mi librería de uso diario, tomando una colacólic, y he encontrado un librito de Walser llamado "1926". Es un diario muy Walser que escribió a lápiz en las páginas de atrás de un dietario de ese año. Ha sido una gran sorpresa, porque no sabía que existía, y un placer enorme leerlo mientras me tomaba la consumición. Como sé que eres muy adepta a la cultura mitteleuropean, es más que posible que adores, como yo, a Walser. Quizás conocieras ya la existencia de este librito, pero como para mí ha sido una sorpresa, te aviso.
ResponderEliminar¿Serán los Microgramas? Por lo que dices coincide con estos escritos en lápiz.
Eliminar¿Tanto se nota mi predilección por la cultura mitteleuropea?
Voy a ver si lo encuentro, debe ser una reedición, quizás.
Gracias mil por el aviso!!!!
Es bello leer a los enamorados de la luz, saludos.
ResponderEliminarSi que lo es Boris.
EliminarSaludos!!
Juás, sí. se te nota un poquillo.
ResponderEliminarNo, no está en los Mircrogramas (al menos no en los que se han editado traducidos: es la primera vez que se edita en español este cuentito). Aquí tienes lo ue dice ¡El Adelantado de Segovia!
http://larota.es/noticias/rese%C3%B1as/la-u%C3%B1-rota-publica-por-primera-vez-en-castellano-un-texto-de-robert-walser-uno-de
Tan "adelantado", o yo tan "atrasado", que lo editaron en 2013 y yo lo vi ayer como si fuera una "novedad".
Me había pasado desapercibido tu comentario. Voy a ver.
Eliminar