HOKUSAI
No acostumbro a leer relatos. Cuando veo algún libro de relatos dudo mucho hasta que me decido a comprarlo. Pese a ello fui una consumidora entusiasta de los relatos de Julio Cortázar que leía con auténtico placer. Curiosamente aunque he leído relatos de otros autores, nunca ha sido una opción que me motive y nunca he vuelto a tener otro autor como Cortázar que me provocara leerlos. Me impactó recientemente El Ruletista de Mircea Cartarescu, pero aún no he leído más relatos suyos.
Casualmente he leído casi seguido a dos autores de relatos muy diferentes en su forma de narrar y, aunque la experiencia ha sido positiva, ninguno de los dos ha logrado el efecto cortázar.
YASUNARI KAWABATA, Primera nieve en el monte Fuji.
El libro me lo regalaron hace unos meses y está sobre
otros libros que tengo en mi mesa
permanentemente haciéndome compañía…
Esta obra tiene 205 páginas y está formada por diez relatos,
y un glosario de términos. El título es el de una de estas narraciones que
tiene como protagonista a una pareja que se reencuentra tras varios años de
separación y que observan las primeras nieves en el monte Fuji.
Yasunari Kawabata (1899-1972) nació en Osaka, se graduó por la Universidad Imperial de Tokio, y en la década de 1920 formó parte de un grupo literario de jóvenes escritores conocido como neosensacionistas, partidarios del lirismo y del impresionismo en lugar del realismo. Ganó el premio Nobel en 1968. Enfermo y deprimido, dolido sin duda por la muerte de su amigo Y. Mishima, que lo había definido como un "viajero perpetuo", acabó con su vida en un pequeño apartamento a orillas del mar en 1972.
Los
relatos de Primera nieve en el monte Fuji fueron seleccionados por el propio Kawabata y publicados en 1958. Dos de
ellos, Un pueblo llamado Yumiura y El crisantemo en la roca, fueron
incluidos posteriormente en una antología de sus cuentos favoritos que se
publicó poco después de que recibiera el Nobel.
Kawabata es un escritor de extrema minuciosidad y
sutilidad al construir sus relatos. Muestra, y contagia, su sensibilidad y su
inteligencia a sus historias y requiere lo mismo del lector. Escribe muy bien y
pone esta virtud al servicio de la descripción tranquila de las emociones de
sus personajes que, conforme transcurre el tiempo, van evolucionando y
descubriéndose a sí mismos…
Tenía la actitud corporal de una mujer que está frente
a un hombre que la ha tenido en sus brazos (p. 163).
He de confesar que esa calma y esa sensación de que en
sus relatos no pasa nada han llegado a distanciarme en alguna de las
narraciones. El trasfondo de sus historias son el mundo doméstico y familiar de
la postguerra japonesa y a partir de ahí, las emociones destiladas al máximo:
Los ojos de Uryu eran exactamente como los de una
mujer. Parecían empapados de melancolía pero transparentaban una claridad
cristalina. En el fondo de esos ojos parecía haber otros ojos. Tuve la
desagradable sensación de estar siendo observado por esa segunda mirada de las
profundidades (p. 69).
El relato que más me ha gustado es el que da título al
libro, dos amantes se encuentran tras años de
ausencia y se van juntos a un balneario en las montañas. El encuentro…
Se habían encontrado en la estación de
tren de Shinbashi. Utako subía hacia el andén por las escaleras cuando vio a un
hombre parecido a Jiro que estaba a punto de montarse en el vagón. Al lanzarse
hacia la puerta divisó la cara de Jiro mirando desde dentro del tren. Las
puertas se cerraron justo en el momento en que el cuerpo de Jiro, que saltaba
del vagón hacia fuera, y el de Utako, que iba a subir, chocaban delante de la
entrada (pp. 120-121).
…las miradas de Jiro y Utako, las
diferencias y el dolor de ambos, el pasado en común inasible, su amor lejano…
muy hermoso.
Una lectura recomendable pero si se lee
con la precisión y la tranquilidad necesaria.
JAMES SALTER, La última noche.
Compré este libro de relatos porque un amigo me había hablado de este escritor elogiosamente, también vi buenas referencias en alguno de los blogs que visito y reseñan libros.
El libro tiene 156 páginas y está compuesto por diez relatos de los que el último es el que da título al conjunto. Este título hace referencia a la última noche de una enferma terminal.
James Salter (1925) nació en Nueva York y estudió ingeniería en West Point, ingresó en las FFAA en 1945. En 1956 publicó su primer libro, Pilotos de caza, y abandonó el ejército para dedicarse a la literatura. También trabajó como periodista, escribió guiones para Hollywood y dirigió películas.
El hilo conductor del libro son las relaciones amorosas en cualquier familia americana, en este caso familias de la clase y edad media alta y los desengaños, traiciones y frustraciones que suelen acompañarlas. Los narradores de los relatos mantienen una distancia suficiente con el tema intentando dejar sentado lo que sucede sin caer en el melodrama ya que, en todos los relatos, el autor se sitúa en momentos límites en que parece que todo se derrumba.
Uno nunca tiene la compañía humana que desea. Siempre es algún sustituto.
Los ojos de las estrellas, p. 35
Salter escribe los relatos a pinceladas, va dejando breves impresiones de color, a la manera impresionista, y solo al final somos capaces de apreciar el conjunto. El autor muestra cómo se puede bajar del éxtasis y la felicidad a la sima más profunda del desengaño y la traición.
En aquellos días de un deseo tan profundo que le hacía temblar las piernas, no se comportaba de manera extraña en casa; sí en cambio era más cariñoso y dedicado a la familia (…). Llegaba a casa lleno de felicidad prohibida, prohibida pero incomparable, abrazaba a su mujer y jugaba o leía con sus hijos. Lo prohibido nutre el apetito por todo lo demás. Iba de lo uno a lo otro con el corazón puro.
Platino, p. 94
Los diez relatos son notables, especialmente Cometa, Platino, Bangkok y La última noche. Todos son breves, algunos muy breves como el primero, Cometa, y el último, La última noche. Este último es un relato cruel que muestra la dolorosa verdad del desengaño y la traición en un momento único, el momento de la muerte. En trece páginas nos hiela el corazón y en la última página logra sorprendernos con lo peor.
Me parece una lectura recomendable.
Fotos de los autores y pintura de Hokusai tomadas de google
No soy muy apasionado de los relatos.
ResponderEliminarSiempre me saben a poco.
Me gustan mucho más las novelas extensas.
Besos.
Totalmente de acuerdo. Eso sí un buen relato te atrapa, te envuelve y sin darte cuenta, se ha acabado y te deja alelada.
EliminarBuena semana!!
Leí hace tiempo esa obra de kawabata y creo que escribe sus relatos, como quien construye un jardín de emociones, lo vemos, nos agrada, pero se olvidan sus flores, cuando se pasea por el siguiente...No recuerdo más...
ResponderEliminarSeguramente tienes razón, esas cosas suceden...
Eliminar
ResponderEliminarAunque, a veces, me gustan los relatos y los cuentos...
...cuando me gusta un libro, sueño con que se alargue en el tiempo y, a la vez, deseo llegar a la última página para saber cómo es el final...
Hoy me he quedado enganchada a tus dos últimas elecciones poéticas de este lateral tan tuyo y ya tan nuestro...
Un fragmento de un poema que ya conocía, "Besos" de 'G. Mistral', y que es muy especial para mí y el poema "Sólo en Sueños" de 'J. Sabines', que he leído por primera vez y que, con tu permiso, me lo guardo...
Besos y un abrazo fuerte y cálido, aunque con estas calores casi mejor te dejo un abanico...
¡ Y buen fin de semana !
Y cuando se acaba ¿no te quedas como vacía? Durante días unos personajes han ido creciendo y les han ido ocurriendo sucesos y de pronto todo acaba y se crea un vacío porque una desearía seguir sabiendo más y más sobre esos familiares personajes.
EliminarSon muy bellos ambos, sí. Puedes llevarte lo que quieras, ya lo sabes.
Bonito abanico.
Buena semana y besos ligeros y refrescantes :))
Si bien no acostumbro leer muchos relatos, definitivamente tomo muy en cuenta las recomendaciones, y viniendo de ti, no me lo pienso y lo llevo a la lista; muchas gracias.
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana.
Me parece que somo legión quienes preferimos la novela a los relatos :))
EliminarFeliz semana y un abrazo!!
Es un verdadero placer visitar este sencilo,humano y bello Blog,siempre se lleva "uno algo,algo que gusta,que hace pensar,algo grato".
ResponderEliminarGracias,unha apertiña moi agarimosa.
http://intentadolo.blogspot.com.es/2013/07/desverguenza-al-infinito.html
Qué amable Soto, muchas gracias.
EliminarY ahora me paso por tu espacio que ya he visitado alguna vez.
Abrazo!!
Me gustan los relatos y los dos parecen excelentes propuesta, aunque por tu reseña me inclino por el primero.
ResponderEliminarBesos y regalo.
Buen finde Laura!
...Hay libros que nos gusta leer, hay libros que nos gustaría haber leído pero que no nos sentimos convocados a leer y hay textos que nos gusta leer y haber leido. Son textos que releeremos o, en caso de no hacerlo, que tendremos siempre con nosotros, en nosotros. En nuestra mesilla habitan más libros que los que se ven a primera vista. Llegan a componer una biblioteca breve que se entreteje con nuestra identidad, con nuestra voluntad de saber y de vivir, con nuestro deseo. Y, en su caso, con nuestra necesidad de olvidar. O de hacer memoria de quiénes somos y buscamos ser, tras un día azaroso de ocupaciones no siempre todas gozosas o exitosas. Esa biblioteca de mesilla también nos hace suponer que no nos reducimos a cuanto hemos vivido diariamente. Ella nos permite en efecto decir quizá con Séneca, al acabar la jornada, "Hoy he vivido". O tal vez tener el valor, la valentía, de ponerlo en cuestión.
Darse a la lectura
Ángel Gabilondo
Hace poco terminé de leer "El arte de escuchar los latidos del corazón" de Jan Philipp Sendker, me encantó.
Que acertadas son estas reflexiones de Gabilondo, que cierto que esa biblioteca de mesilla es más de lo que parece y revela nuestra identidad.
EliminarAnoto ese libro que tanto te gusta.
Un abrazo grande!!
Hola, Laura. Tengo entendido que La última noche te gustó más que a mí; siendo sincera hasta tengo dificultades en ubicar las maravillosas citas que has rescatado de sus páginas. Después de la lectura de Años Luz, no he conseguido sumergirme de lleno en el libro. Hace poco, he terminado sus memorias y creo que ahí me quedo. Buen fin de semana,
ResponderEliminarQuizás como no había leído Años luz y no tenía ninguna expectativa creada, me han gustado. Eso quiere decir que me queda lo mejor de Salter.
EliminarBuena semana!!
Hola Laura,
ResponderEliminarNo me convenció demasiado el libro de relatos de Salter aunque tengo decidido leerlos de nuevo. Llegué a ellos a través de un podcast jajaj y luego a través de un artículo en el periódico nos lanzamos a leer sus libros, creo que te encantará Años luz.
Antes de que acabe el año me fustaría leer "Mil grullas" de Kawabata. Leí "País de nieve" y me fascinó. Me apunto este libro de relatos, me gustan mucho los relatos, sobre todo cuando ya he leído alguna novela del autor.
Y ya que estoy aquí, estoy pensando en poner a Bellow sobre el 21, ya me dirás si te viene bien, de todas formas pondré un tweet para comentarlo y poner de acuerdo a los participantes. un beso :)
Síii... lo tengo apuntado pero cuando fui a buscarlo no lo tenían y me traje los relatos (me refiero a Salter).
EliminarKawabata se tiene que leer con una predisposición adecuada, esa lentitud en la que aparentemente no pasa nada me desespera, a veces. En cambio en otros momentos me dejo llevar por esa cadencia y me atrapa. La literatura japonesa es así, quizás Murakami, que me gusta mucho, es el más occidental...
¿El 21? No lo tendré acabado, pero si a todo el mundo le va bien, adelante... ya me incorporaré cuando lo acabe (apenas llevo 40 páginas).
Besos!!
A mí siempre la literatura japonesa me da miedo, no sé mucho de la cultura y temo perderme algo aunque la clave está en lo que dices, dejarse llevar, se entiende más por lo que se siente, es lo que me pasó con País de Nive, recuerdo el final del libro asociado a una sensación de un sentimiento ascendente que estallaba a la par que la historia. Es leer asó o pasarse a algún escritor japonés más universal :)
EliminarEl 21 empezábamos, siempre empezamos juntos :), nunca hay fecha para terminar, cada uno va a su ritmo, de todas maneras, creo que Marisa lo está leyendo ya también. Te avisamos para todas las conjuntas :)
No puedo evitar preguntarte tus primeras impresiones sobre Herzog :)
Muy peculiar, sí. Lo mejor dejarse llevar y no esperar nada. Kawabata se centra mucho en la cotidianeidad, en ese no pasar nada al menos aparentemente, pero va desvelando situaciones, emociones sutiles que se van transformando como bien dices en un estallido sin que te des cuenta.
EliminarAhh!! Valeee, que susto!! He empezado a leerlo ya pero me tranquiliza que no hayáis empezado el resto, excepto Marisa :))
Primeras impresiones: un personaje peculiar, contradictorio, humano (en lo positivo y en lo negativo) y esas cartas mentales prometen mucho... y no digo más (que se va a la playa huyendo de la pasión toelegante :))
Los relatos de Kawabata son fascinantes, aunque yo oh! tampoco acostumbro a leer relatos cortos. Pero Kawabata tiene esa cadencia tan oriental, que es como una caricia en la espalda que te provoca el escalofrío.
ResponderEliminarY creo que Salter puede estar bueno...
y un abrazo.
Sí, la famosa cadencia.... que a veces me desespera, pero estoy de acuerdo ehh
EliminarSalter es otra cosa.
Un abrazo!!
Relato si, relato no; hace no mucho, en mi club de lectura, debatíamos sobre el relato y aquellos que no eramos muy partidarios de leerlos, nos manifestábamos con los mismos argumentos que tu has plasmado en tu entrada, pocos relatos he leído salvo algunos relacionados con literatura de terror fantástica como es el caso de "Los mitos de Cthulhu" de Phillips Lovecraft o los cuentos de Allan Poe, de estos autores me lo he leído todo, son magníficos, de otros autores, cosas sueltas y no voy a negar que los sudamericanos son grandes relatistas.
ResponderEliminarDel Premio Nobel Kawabata leí algo cuando le concedieron el premio hace un mogollón de años, no he vuelto a leer nada suyo, en cuanto a Salter no lo conocía.
Un abrazo
De Lovecraft no he leído nada, quizás porque nunca me ha atrapado la literatura fantástica. Allan Poe, sí, aunque hace tiempo que no leo nada suyo.
EliminarTe recomiendo, pese a la reseña que comentamos, a Cortázar. No soy objetiva, soy una enamorada de su obra desde hace milenios.
Un abrazo!!
¿milenios?, ¡¡pues si que eres mayor? .-))
EliminarSaludos
Hola!
ResponderEliminarMe pasa como a ti: los relatos cortos no me llegan a atrapar. No es un tipo de lectura que acostumbre a hacer. Ahora esto con Crimen y castigo, de Dostoievksi, imagina!
De todas formas, tengo que darle una oportunidad a los relatos de Cortázar.
De las propuestas que haces aquí, me llama la atención la de Salter, por los temas tan universales que trata.
Molts petonssssss i bon diumenge!
:)) Ostras!! Crimen y castigo, no me digas que lo estás leyendo en ruso??
EliminarBien, Cortázar... es que si hablo de él no sé que decir (mira estoy pensando que hace mucho que no escribo una Hagiografía y que és es uno de mis santos laícos, le debo mucho en mi formación humana y lectora).
Salter parece que tiene una obra redonda pero yo no la he leído: Años luz.
Molt bona setmana i molts petonsssssss!!
¿Efecto Cortázar? ja ja ja maravilloso querida Laura ja ja ja!!!
ResponderEliminarEl relato corto y el microrelato como todo dentro de la estética depende mucho de su tratamiento, son como los chistes, si el chiste o su tema son muy buenos pero si se cuentan sin gracia o en contextos o ambientes inoportunos pierden toda su magia y propósito. Al igual que los besos pueden ser apenas sugeridos y a la distancia, apenas perceptibles, pero dependiendo como se lancen pueden tener efectos transformadores hacia bien o hacia mal ja ja ja. Esto de la emoción, la entonación, la fuerza pasional y melodiosa es todo un arte, tan importante como lo que se quiere contar, sin eso estamos a medias.
Un cóctel puede ser un litro o una simple gota, pero el disfrute depende más de la pasión que esté comprometida.
Una de las faltas que se le puede imputar al relato corto, es que por la seducción de su aparente facilidad, en su receta se le despoja de esa porción fundamental de temperatura emotiva y se queda en el esfuerzo de la sorpresa o el enigma a medias, o en la encriptación jeroglífica, alegórica y metafórica. Un relato corto demasiado cerebral, minuciosamente calculado difícilmente palpita en la tormenta y los bordes de los límites donde el ser y la existencia luchan por un territorio o un asidero. El blues, el haiku por ejemplo son estructuras muy sencillas, llaves poco complejas pero que abren puertas y ventanas a todo un universo de intensidades pasionales a muy alta fidelidad.
No es extraño que un japonés mediante la contemplación, paciente y pausada, nos traslade a esos estados minimalistas desde donde podamos flotar sobre vastas superficies de embriagantes sutilezas y sugerencias, como una gota que se diluye en un recipiente lleno o en una copa rebosante de iluminada celebración.
Has alcanzado una capacidad de añadirle ese ingrediente mágico que hace tiritar de atención e interés cuando expones un tema, esa vibración encantadora que no explica sino que subyuga e hipnotiza pero que libera. Todo un ejercicio de catarsis tus reseñas.
Besos querida Laura Uve!!!
Aristos!!
EliminarEl arte, diríamos integral, tal y como tú lo entiendes es así, una combinación de sabiduría, emoción, armonía, gusto por disfrutar, alegría... y ese tratamiento en los relatos tiene que hacerse en muy poco espacio, no es fácil, pero si factible (y retorno a Cortázar).
Explicas tan bien las dificultades que puede encontrar el relato corto que solo puedo decir que estoy de acuerdo. Lo breve y sencillo puede despertar, y lo sé con conocimiento de causa, un tumulto de sensaciones y de emociones apasionantes. Una simple imagen puede despertarlas también.
Esa contemplación pausada es la que cuesta tanto lograr en nuestra cultura, o a mi me cuesta mucho.
Si te hipnotizo aprovecharé para llegar hasta tu interior, a las capas más hondas del ser y eso implica riesgos :))
Besos querido!!
A mí me parece que el tema del que saldrá un buen cuento es siempre excepcional, pero no quiero decir con esto que un tema debe ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso o insólito. Muy al contrario, puede tratarse de una anécdota perfectamente trivial y cotidiana. Lo excepcional reside en una cualidad parecida a la del imán; un buen tema atrae todo un sistema de relaciones conexas, coagula en el autor, y más tarde en el lector, una inmensa cantidad de nociones, entrevisiones, sentimientos y hasta ideas que flotaban virtualmente en su memoria o su sensibilidad; un buen tema es como un sol, un astro en torno al cual gira un sistema planetario del que muchas veces no se tenía conciencia hasta que el cuentista, astrónomo de palabras, nos revela su existencia. O bien, para ser más modestos y más actuales a la vez, un buen tema tiene algo de sistema atómico, de núcleo en torno al cual giran los electrones; y todo eso, al fin y al cabo, ¿no es ya como una proposición de vida, una dinámica que nos insta a salir de nosotros mismos y a entrar en un sistema de relaciones más complejo y más hermoso?
ResponderEliminar(...) Sin embargo, hay que aclarar mejor esta noción de temas significativos. Un mismo tema puede ser profundamente significativo para un escritor, y anodino para otro; un mismo tema despertará enormes resonancias en un lector, y dejará indiferente a otro. En suma, puede decirse que no hay temas absolutamente significativos o absolutamente insignificantes. Lo que hay es una alianza misteriosa y compleja entre cierto escritor y cierto tema en un momento dado, así como la misma alianza podrá darse luego entre ciertos cuentos y ciertos lectores.
(...) Y ese hombre que en un determinado momento elige un tema y hace con él un cuento será un gran cuentista si su elección contiene -a veces sin que él lo sepa conscientemente- esa fabulosa apertura de lo pequeño hacia lo grande, de lo individual y circunscrito a la esencia misma de la condición humana. Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol crecerá entre nosotros, dará su sombra en nuestra memoria.
Tomado de Sobre el cuento: Julio Cortázar
Besazos!!!
¡¡Impresionante!!
EliminarAcertadísimo, especialmente esa conexión de la que habla entre el escritor y el tema y entre el cuento y el lector.
Precioso, que bien explica lo esencial de los cuentos y que bien sabe plasmarlo luego en sus maravillosos cuentos.
Voy a leer despacito ese texto. Gracias por este fragmento.
Y más besos...
Estupenda texto...
Eliminar-¿Qué concepto tiene del cuento?
-Muy severo: alguna vez lo he comparado con una esfera; es algo que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de sus límites precisos.
Un texto nutricional... de los que alimentan.
Estupenda entrada la que he leído.
ResponderEliminarLo que me pasa es que no son un lector ni de relatos ni de cuentos. Salvo raras y contadas excepciones, prefiero las novela y la poesía. A pesar de ello se que hay lectores que tienen colecciones de relatos y los buscan con insistencia, no es mi caso. Respeto el relato corto debido a la complejidad de concreción que lleva el mismo, pero personalmente no yo un lector de ellos.
De todas formas es bueno conocer ese género.
Un saludo.
Coincidimos totalmente aunque he encontrado autores y relatos extraordinarios, no me niego a leerlos pero me cuesta optar por ellos si tengo una novela.
EliminarGràcies i bon dia de molta calor!!
Yo si soy consumidor de relatos. Así que tomo buena nota. Creo que Salter me puede gustar. En mi opinión los americanos son buenos en el relato corto.
ResponderEliminarUn abrazo
También lo pienso, son muy buenos...
EliminarUn abrazo!!
Es curioso a mi los relatos si que me gustan por la misma causa que a ti no y por supuesto, como la literatura japonesa me encanta el primero de los libros me gusto, el segundo no lo conocía. Ya ves aqui lo de gustos y colores se cumple
ResponderEliminarUn besote
Sí, cada cual tiene sus preferencias y eso es estupendo. No me niego a los relatos ehh... pero me cuesta más optar por ellos que por una novela.
EliminarAbrazo...... soportando mucha calor!!
Pues a mi es un género que me encanta. El relato de 30 o 40 páginas. Los más breves menos. De modo que anoto el primero del que no tenía noticia. Del segundo si. Me pasaba como a ti , he oido hablar bien y lo había olvidado. Me vine muy bien tu entrada para retomarlo y anotar su interés.
ResponderEliminarBuena música escucho por la barra lateral, que ya sabes que siempre picho...Un abrazo
Te sitúas justo en la frontera, aunque los franceses, según Cortázar, cuando un cuento excede de las veinte páginas, toma ya el nombre de nouvelle, género a caballo entre el cuento y la novela propiamente dicha.
EliminarMe pasa a mi con tus películas... luego llego donde llego.
Para eso está... para pichar... jajjajajajaja... ayyy... lo siento!!
Abrazo!!
Es verdad LAURA, es más difícil que te atrape un relato corto que una novela, ella te va impregnando con el tiempo y dedicación que le dedicamos a su lectura hasta acostumbrar nuestra mente al ambiente y situación que pretende su autor, mientras que el relato tiene que ser más efectista para conseguir en poco tiempo lo mismo, eso es tremendamente difícil, solo al alcance de unos pocos artistas. Sin duda Cortázar es el rey de los relatos, no me extraña que comparado con él todo te sepa a poco. Sin embargo las poquitas pinceladas que dejas sobre todo de YASUNARI KAWABATA lo hacen muy apetecible ahora que se avecinan tardes minimalistas y tranquilas de verano, ya te contaré porque lo buscaré. Muchas graacias, como siempre un placer tus sugerencias, nadie como tú para abrir el apetito de libros ;))
ResponderEliminarUn beso grande y feliz semana
Cortazar dice que la novela gana al lector a los puntos y el relato por KO y tiene mucha razón... por algo lo admiro tanto y tanto y tanto...
EliminarKawabata sin embargo no es de KO, curioso...
Gracias, querida!! Los libros son mi pasión, sin olvidar otras más mundanas, claro.
Besos y buena semana!!
Amiga Laura, para mi los relatos son como las carreras de 100 metros en atletismo, la prueba reina de la literatura. El poder condensar la vida en un relato breve, mínimo es tarea de los grandes titanes de la literatura. Hablas de Cortazar ¿pero por qué no citar a Borges, a Cunqueiro, a Monterroso, a Rafael Dieste, a Quim Monzó? En realidad solo en el siglo XVIII nace la novela mientras que los relatos son consustanciales a la tradición oral y luego a las diversas manifestaciones de la literatura escrita. ¿No es El Quijote, El Lazarillo de Tormes, Gargantúa y Pnatagruel o el Cándido de Voltaire una colección de relatos?
ResponderEliminarA mi me gusta esa chispa que lo cambia todo, esa mirada insólita a la realidad, ese final que te deja con la boca abierta, ese algo que solo te proporciona un relato.
Me pasa igual en la música, prefiero piezas cortas y manejables a grandes y largas sinfonías donde al final solo retienes unos fragmentos, unas partes.
Quizás la obra más enorme que se haya escrito nunca, uno de mis libros de cabecera, sea En Busca del Tiempo Perdido de Marcel Proust, pues creo, sinceramente lo creo, que en realidad se trata de una inmensa colección de relatos como lo fue antes La Odisea o El Libro del Buen Amor.
Cuando pienso en Kawabata pienso en ese maravilloso cine japonés postbélico en especial en ese lírico director llamado Yasuhiro Ozu.
Besos
Dejo que me convenzas, Doctor, hazme propuestas y seguiré tu estela de disfrutador de cuentos. De los que mencionas sólo he leído a Borges y poco a Monzó.
EliminarTienes mucha razón...lo explica muy bien Kundera en El arte de la novela.
Me encanta como encadenas temas, querido Dr, tienes una habilidad extraordinaria.
Besos!!
Me parece que no funciona el enlace, es este:
ResponderEliminarhttp://u-topia1.blogspot.com.es/search/label/Milan%20Kundera
Es la primera vez que paso por aquí y me ha maravillado lo que encontré. Parece que junto a ti y a Yossi ya podemos organizar un club. Soy poco partidario de los relatos igual que tu, y suelo leer a Cortázar toda vez que quiero o necesito reencontrarme con mi origen. Asimismo, casi no escucho radio y prácticamente no miro TV. He leído todos los aportes efectuados aquí arriba y creo que ninguno tiene desperdicio. Me ha pasado lo mismo que a ti: sólo leí este libro de relatos de Salter, y ningún otro, con lo cual es muy probable que nuestra experiencia sea distinta a la de Offus y Yossi, porque no tenemos 'historia previa'.
ResponderEliminarRespecto de Kawabata, en mi humilde opinión, parece ser el autor ideal para aquellos momentos de búsqueda personal, donde necesitas que el tiempo fluya y te permita recoger los posos de sedimento de nosotros mismos que la lectura ha depositado al retirarse. He leído varios y 'Mil grullas' es entrañable.
En suma, darme una vuelta por tu blog, Laura, ha sido un agradable descubrimiento. El espacio de una mujer sensible. Eso. Sensible. Besos para ti.
Hola Marcelo Z, bienvenido por este espacio y me alegra que te guste.
EliminarTenemos muchas coincidencias. Lo que dices respecto a los relatos de Salter y la lectura de Offus y Yossi, lo encuentro muy acertado, no es la primera vez que me ocurre, no hay nada peor que ir a un libro con muchas expectativas.
Muy hermoso lo que dices de Kawabata... y acertado.
Gracias..., no reniego de la sensibilidad, pero tengo genio no creas... :))
Abrazos!!
Pdt: entré hace unos días en tu blog pero no me lancé a comentar...
Me encanta Kawabata. Me leí "Lo bello y lo triste", libro que te recomiendo.
ResponderEliminarSaludos
Lo anoto, no lo he leído y he quedado con ganas de leer más obras.
EliminarSaludos!!