Un título que capta la mirada
Casi hasta el final de la novela no sabemos la razón del título, en la página 193 de 206 páginas, la autora nos lo aclara. El dinero del Fondo Checo-Alemán para el Futuro que ofrecen a la protagonista por los años pasados en el campo de concentración, es considerado como dinero de Hitler. Y no añado más para no desvelar nada importante si leéis la novela.
¿De qué trata la novela?
La historia está narrada en primera persona por la protagonista, Gita Lauschmannová que nos explica su vida en dos momentos, “Primer regreso, verano 1945” y varios regresos (del segundo al sexto) en verano y otoño de 2005. En la primera parte Gita tiene 16 años, regresa a su casa desde un campo de concentración tras sobrevivir al Holocausto y se encuentra con su casa ocupada por otra familia. Estamos en Puklice, un pueblo de los Sudetes checos de habla alemana y por ello objetivo temprano de Hitler para incorporarlo, como así ocurrió, al III Reich.
Gita cree que cuando se identifique todo se aclarará y podrá instalarse en su casa a la espera de otros sobrevivientes de su familia, pero se encuentra con que sus bienes han sido repartidos y ella (y su familia) son acusados de ser alemanes por hablar dicha lengua. Pese a que está a punto de perder la vida alguien le ayuda llena de remordimientos y logra huir de nuevo hacia el campo. Un regreso que se tiñe de la mayor mezquindad y crueldad posible para alguien que ha perdido todo.
Con 76 años Gita decide regresar de nuevo para hacer justicia, el comunismo había caído en Checoslovaquia y en el bloque socialista de Europa oriental y Gita se siente con fuerzas para regresar. Toda una vida afectada por lo ocurrido tras la ocupación nazi de los Sudetes y, especialmente, el Holocausto ira apareciendo ante nuestro ojos con toda su dimensión trágica.
La protagonista…
Quizás lo más sorprendente es que resulta difícil empatizar con Gita, no porque no sea una víctima, que lo es, sino por el daño irreparable que el campo de concentración y todo lo que ocurre después a lo largo de su vida le causa. Una experiencia que anula a cualquier persona y de la que parece imposible poderse recuperar, esa fue la verdadera tragedia de los supervivientes y la razón por la que muchos se suicidaron.
A ello hemos de añadir la injusticia sufrida durante el régimen socialista que desdibujó la persecución sufrida por la población judía para dar relevancia a la heroicidad de los que lucharon para derrotar al nazismo. Parece claro que no debería ser incompatible el reconocimiento del sufrimiento de todas aquellas personas que fueron perseguidas y exterminadas por su religión o etnia y la resistencia contra el nazismo de las poblaciones ocupadas por el nazismo en toda la Europa oriental, pero de hecho el socialismo implantado en esos países tras terminar la guerra lo hizo incompatible.
Un párrafo, Gita nunca nombra el campo de concentración, siempre es allí…
Tengo el poder de prevenirla y salvarla. Las compuertas se han abierto. Le cuento la peripecia de mi regreso, todas las andanzas de mi peregrinaje desde allí, donde me dejé mi piel de niña y me traje puesta otra llena de escupitajos, humillaciones y vergüenza (60).
La novela está bien escrita y bien narrada. Su personaje central cautiva por su personalidad y por su manera de luchar para sobrevivir.
Hola Laura
ResponderEliminarLlevo leyéndote un buen tiempo, e intuyo, tampoco creo que invente el viaje en ascensor a la luna, que te ha dejado un poco indiferente la novela. Atractiva en el tema-si se puede utilizar ese adjetivo en este tema-, pongamos que interesante en lo que cuenta y lineal en el cómo lo cuenta, supongo que esa es la trampa de la literatura, parece que no solo importa lo que nos dice, sino necesita la publicidad de las formas que utiliza. Porque además nos delata la pasión con la que escribimos sobre los libros, creo que es la única forma de escribir de ellos, y nos delata cuando nos olvidamos de ella.
Igual he metido la pata, y te ha encantado... pero suelo tender a hacer estas cosas..:(
Si no hubiera sido de tu agrado, te contaré una pequeña historia sobre libros-con tu permiso-. Hace muchos años buscaba autores para leer, lejos de los cotidianos, encontré un filón en una “camada” de escritores norteamericanos que más o menos incluían a John Barth, William Gass, William Gaddis, Gilbert Sorrentino y Raymond Federman. Busqué libros, encontré -y aluciné con ellos- de todos menos de Sorrentino y Federman . Pasados muchos años -ya conocí otros autores y olvidé a estos dos- encontré hace poco una referencia de 2011 sobre Raymond Federman y un libro que se llama “Chitón, una historia de la infancia”, lo tengo pedido, intuyo, por lo que trata y por cómo dicen que lo trata, que lo querrás tener. :)
Siento la pesadez...;)
un abrazo grande
No has metido la pata, has acertado completamente, que finura leyendo lo que digo, me has sorprendido gratamente.
EliminarNo he leído nada de Federman, ni sabía de su existencia pero con lo certero que eres lo voy a buscar, seguro que aciertas en que me va a gustar.
Ni se te ocurra hablar de pesadez (ahí si que no aciertas).
Un fuerte abrazo y buen fin de semana (con elecciones).
Esta vez me dejas con la duda. Ya sabes que me gusta leer sobre esta temática, pero tengo tanto pendiente. Y parece que no sobresale mucho... Si se cruza en mi camino, puede que lo lea.
ResponderEliminarBesotes!!
Es una buena novela, trata bien el tema e incluso diría que es capaz de desvelar los múltiples puntos de vista que un hecho tan complejo como este provoca, sin embargo no me ha apasionado. Falta algo y no sé exactamente qué.
EliminarBesos!!
ResponderEliminarComo que no me, no me... :P
Buen finde!!
Aquí luce un bonito sol de septiembre... como para trabajar en la huerta o lo que a un@ más le apetezca! ;)
Que lo disfrutes mucho!
Besos, petons, muxus y un cálido abrazo!!!!
:)
¿Trabajar en la huerta? Imposible. No sé nada de campo, soy urbanita, pero entiendo lo que quieres decir. El día ha sido fresco, trescientos kilómetros después cálido y ahora llueve a las orillas del Mediterráneo...........o sea, otoño :))
EliminarBesos, muxus i molts molts petons!!
Siempre me gusta leer tus reseñas porque tienen buena información acerca de los libros que lees... pero hoy vi el vídeo del Bolero (desde que lo escuché la primera vez, siempre me ha entusiasmado, es tan bonito como sencillo, Ravel tuvo una buena inspiración) y con esa coreografía y esa técnica de ejecución he disfrutado de lo lindo... gracias. Lo volveré algunas veces más...
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias, también, por descubrirme, con el vídeo que tienes en el lateral derecho, a Jesús Lizano, es magnífico... ¡es una pasada! Gracias.
EliminarAbrazo
El bolero con escenario urbano y Jesús Lizano (es una pasada, yo soy curva sin dudarlo), me alegra haberte tentado desde el lateral :)
EliminarDos abrazos!!
Me atrae la historia, por tratar un tema poco conocido. Creo que el interés por la experiencia del holocausto se detiene en 1945, como si todo concluyera con la liberación de los campos, así como uno despierta de un mal sueño. En "Sin destino" si no recuerdo mal ya se esbozan estas cuestiones, con el regreso del protagonista de Auschwitx.
ResponderEliminarAhora bien, si el personaje no ha despertado en tí ningún tipo de empatía, estoy con Wineruda en que a la novela le falta algo.
Saludos.
Tienes razón, todo el mundo se apunta a olvidar cuando se ha producido violencia y víctimas, en este caso mucho más puesto que la matanza fue a gran escala y en extremo humillante. Cada cual se debe enfrentar con la decisión que tomó para sobre-vivir y que mejor que pensar que todo el mundo se equivocó, que todo el mundo tenía algo que olvidar. Sin embargo eso es mentira, las víctimas no tienen nada ninguna responsabilidad en los crímenes y no pueden olvidar, su vida ha quedado lastrada para siempre. De eso va la novela. Y sin embargo, hay algo que no funciona (de todas maneras es una buena novela).
EliminarSaludos!!
Desde luego, hay gente toreada por la historia. Te pisan los nazis, luego los comunistas, dos de los sistemas más inhumanos ideados por los humanos. Y nosotros quejándonos por minucias.
ResponderEliminarTienes toda la razón, vivir tu vida pasando por todos esos trances personales y colectivos, sin morir en el proceso, tiene mucho mérito.
EliminarHmmm... Parece interesante el tema, pero se queda a medias aguas. Hasta ahora no ha aparecido. Lo apunto por si aparece, y te cuento, ¿si?.
ResponderEliminarUn gran abrazo, y gracias por tus líneas.
Temo ser injusta por mi falta de entusiasmo.
EliminarAbrazos!!
Recuerdo aquella novela de Constantin Virgil Gheorghiuu llamada Hora 25 que fue uno de los primeros testimonios junto al Diario de Ana Frank de todos aquellos sufrimientos multitudinarios y espantosos. Es un tema que hoy en día me abruma, me escandaliza y me cabrea, prefiero dejar todo el aquel sufrimiento lejos de mí a pesar de que cuando era un adolescente no dejaba de leer sobre todo aquel período histórico.
ResponderEliminarYo tampoco, igual que la sagaz comentarista del principio, te veo excesivamente entusiasmada por este libro y creo comprenderlo.
Un abrazo
Siempre ha sido un tema que me ha interesado (no recuerdo de todas formas haber leído en la adolescencia sobre este tema) pero ahora especialmente. Necesito saber, necesito entender dónde reside el mal y si es algo congénito al ser humano. No puedo aceptar, en especial, la indiferencia, el mirar a otro lado, el ser capaz de convivir con el horror como si fuera algo normalizado. Bueno, por ahí va mi interés que abarca todo: historia, filosofía, ensayo, literatura...
EliminarWineruda es muy sagaz, muy cierto (y tú también).
Un abrazo!!
Ya mismo tantas y tantas historias de estas personas que sufrieron el horror nazi y soviético irán cayendo en el olvido... Que pena...
ResponderEliminarEl mundo que viene, o que ya está aquí, parece mirar a otros lados...
Un abrazo, amiga
Confío en que siempre habrá alguien que lo rescatará del olvido, que nada habrá sido en balde. No me puedo permitir pensar lo contrario.
EliminarAbrazos Ildefonso!!
Gracias por la entrada, Laura. Me ha sobrecogido.
ResponderEliminarMientras la leía, me he olvidado de que estoy en un mostrador.
Besos.
Ignacio
Pero es un mostrador de libros... Gracias Ignacio.
EliminarBesos!!
No me encontrará entre los que dicen....otra historia sobre el holocausto y los nazis o otra historia sobre la guerra civil....todas son insuficientes...además ese último párrafo con el que cierras la entrada me termina de convencer, que ya lo estaba. Anotado queda. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro. Nunca es suficiente lo que se dedique a reflexionar sobre este tema.
EliminarUn abrazo!!
Como bien dices, cada lectura sobre un tema que suscita un interés especial de tu parte, nunca es un tiempo perdido, si bien es verdad que tal vez no te dejó el "poso" de otros libros, siempre será peor el sinsabor de haber dejado escapar la oportunidad de leerlo, tendrá su valor en otros matices menos destacados, pero no será una lectura inútil.
ResponderEliminarUn abrazo :)
No ha sido una lectura inútil, ni mucho menos. Ha sido una lectura difícil e incómoda, no por el lenguaje sino por la realidad que cuenta y que nunca es blanca o negra. Convivir con víctimas no es nada fácil, una gran lección de esta novela.
EliminarAbrazos!!
No conocía el libro y hace tiempo que me ronda leer algo de esta temática (de la que, por cierto, esta editorial siempre saca algún libro). Me he quedado pensando en si es necesario empatizar con el/la protagonista de un libro para que este te guste. Creo que no, aunque intento hacer memoria y no recuerdo ninguno en el que, en algún momento, no haya conectado con el personaje principal.
ResponderEliminarUn abrazo
No, no, no es necesario empatizar con la protagonista, sin embargo esta protagonista pone las cosas difíciles como le decía ahora mismo a Paco, deja un regusto de amargura e incomodidad que cuesta digerir.
EliminarUn abrazo!!