lunes, 8 de agosto de 2011
VIRGINIA WOOLF, Una habitación propia. Soliloquios y espacios...
A partir de 1918, en la Europa de entreguerras, se inició una etapa caracterizada por la necesidad de recuperar población, la vuelta de los hombres del frente y la crisis económica en la que, a causa de las condiciones económicas adversas, los gobiernos europeos apartaron a las mujeres de todos los trabajos que habían ejercido en los años de la Iª Guerra Mundial (en 1921 había menos mujeres francesas e inglesas trabajando en la industria que antes de la guerra).
Los movimientos feministas plantearon reivindicaciones ligadas a su papel doméstico como la protección de las madres o los incentivos a la lactancia, pero también la igualdad de derechos, como el voto que se consiguió después de la Guerra o, incluso, a lo largo de ésta, en la mayoría de los países occidentales.
Paradójicamente en aquel periodo la imagen de la mujer moderna se convirtió en una referencia de los locos años veinte. A partir de la novela La Garçonne (1922) de Víctor Margueritte, la mujer aparecía representada como una persona emancipada, independiente y moderna. Era una nueva Eva, activa, dinámica, siempre joven, moderna en su vestimenta, en sus actitudes y espacios de actuación.
La garçonne o la flapper era una mujer joven, delgada, de cabellos cortos, que llevaba faldas más cortas, abandonaba el corsé e, incluso, fumaba.
En los años treinta, se produjo la unión entre pacifismo, feminismo y antifascismo, y la escritora Virginia Woolf fue un símbolo de esta unión. Como feminista, durante mucho tiempo luchó en Inglaterra por el sufragio y en 1929 publicó una obra en la que se reflejaba su pensamiento feminista, Una habitació pròpia. Esta obra tuvo una trascendencia enorme por el análisis que se hacía de la manera en que los hombres habían limitado el desarrollo de las mujeres y por su defensa de la necesidad de independencia económica de las mujeres. Pero además se trataba de una defensa de la mujer escritora, de la voluntad de ésta de tratar de profesionalizar su escritura en un entorno hostil.
Virginia Woolf ya había escrito en 1925, El lector común, colección de artículos sobre literatura y escritura. Esta obra coincidió con Escribir ficción, de Edith Wharton, una lúcida teoría de la novela. El periodo de entreguerras se convirtió en una etapa en la que la mujer escritora buscaba hacer el trabajo que había elegido sin justificarse constantemente. Una habitación propia se convirtió en un referente para las escritoras de su generación y de las posteriores.
Este ensayo está basado en dos conferencias dadas en octubre de 1928 en la Sociedad Literaria de Newham y la Odtaa de Girton. Los textos eran demasiado largos para ser leídos en su totalidad y, posteriormente, fueron alterados y ampliados.
Virginia Woolf reflexionaba, en esta obra, sobre las dificultades de la mujer para escribir:
“Para empezar, tener una habitación propia, ya no digamos una habitación tranquila y a prueba de sonido, era algo impensable aun a principios del siglo diecinueve, a menos que los padres de la mujer fueran excepcionalmente ricos o muy nobles”. Pero si las dificultades materiales eran grandes, “peores aún eran las inmateriales. La indiferencia del mundo, que Keats, Flaubert y otros han encontrado tan difícil de soportar, en el caso de la mujer no era indiferencia, sino hostilidad” (p. 74).
La clave, para que las mujeres puedan dedicarse a la literatura, estaba en la suma de los aspectos siguientes:
“(...) démosle una habitación propia y quinientas libras al año, dejémosle decir lo que quiera y omitir la mitad de lo que ahora pone en su libro y el día menos pensado escribirá un libro mejor” (p. 129).
“(...) las mujeres siempre han sido pobres, (...) desde el principio de los tiempos. Las mujeres han gozado de menos libertad intelectual que los hijos de los esclavos atenienses. Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía. Por eso he insistido tanto sobre el dinero y sobre el tener una habitación propia” (p. 148).
Virginia Woolf señalaba que las mujeres escritoras acostumbraban a imitar a los hombres cuando escribían porque ellos escribían de los temas importantes. Tan solo Jane Austen y Emily Brontë escribían sin dejarse intimidar por les críticas y escribir “como escriben las mujeres, no como escriben los hombres. De todos los miles de mujeres que escribieron novelas en aquella época, sólo ellas desoyeron por completo la perpetua amonestación del eterno pedagogo: escribe esto, piensa lo otro” (p. 103).
Virginia Woolf aconsejaba a las mujeres que escribían:
“Por encima de todo, debes iluminar tu propia alma, sus profundidades y frivolidades, sus vanidades y generosidades, y decir lo que significa para ti tu belleza y tu fealdad, y cuál es tu relación con el mundo siempre cambiante y rodante de los guantes, y los zapatos, y los chismes que se balancean hacia arriba y hacia abajo entre tenues perfumes que se evaden de botellas de boticario y descienden por entre arcos de tela para vestidos hasta un suelo de mármol fingido” (pp. 123-124).
Y acababa con una peroración dirigida a las mujeres:
“Debería imploraros que recordéis vuestras responsabilidades, la responsabilidad de ser más elevadas, más espirituales; debería recordaros que muchas cosas dependen de vosotras y la influencia que podéis ejercer sobre el porvenir. (...) Sólo se me ocurre decir, breve y prosaicamente, que es mucho más importante ser uno mismo que cualquier otra cosa. No soñéis con influenciar a otra gente, os diría si supiera hacerlo vibrar con exaltación. Pensad en las cosas en sí” (p. 152).
“Porque yo creo que si vivimos aproximadamente otro siglo –me refiero a la vida común, que es la vida verdadera, no a las pequeñas vidas separadas que vivimos como individuos- y si cada una de nosotras tiene quinientas libras al año y una habitación propia; si nos hemos acostumbrado a la libertad y tenemos el valor de escribir exactamente lo que pensamos; si nos evadimos un poco de la sala de estar común y vemos a los seres humanos no siempre desde el punto de vista de su relación entre ellos, sino de su relación con la realidad; si además vemos el cielo, y los árboles, o lo que sea, en si mismos; si tratamos de ver más allá (...), porque ningún humano debería limitar su visión; si nos enfrentamos con el hecho, porque es un hecho, de que no tenemos ningún brazo al que aferrarnos, sino que estamos solas, y de que estamos relacionadas con el mundo de la realidad y no sólo con el mundo de los hombres y las mujeres, entonces, llegará la oportunidad (...). Extrayendo su vida de las vidas de las desconocidas que fueron sus antepasadas, (...), nacerá. (...) yo sostengo que vendrá si trabajamos por ella, y que hacer este trabajo, aun en la pobreza y la oscuridad, merece la pena” (156-157).
Todas las ilustraciones las he tomado de Google.
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ESTE SOLILOQUIO QUIERE MOSTRAR MI ENORME ADMIRACIÓN HACIA VIRGINIA WOOLF Y HACIA LA SENCILLA, PERO PROFUNDA Y CLARIFICADORA, "UNA HABITACIÓN PROPIA".
ResponderEliminarOs deseo una buena semana y un abrazo cálido.
Hola.
ResponderEliminarMe das la bienvenida, je je je. Eso lo hiciste (sin saberlo) cuando vi en tu página algo de Miguel Hernández o de Benedetti.
Ahora me sales con la Woolf. Dios, parece que estés muy cerca, ja ja ja.
Ayer mismo empecé "Flush", me encanta esta mujer.
He de reconocer (con vergüenza) que la descubrí por la película "Las horas", ¡inmediatamente después de ver la peli me leí el libro! y me encantó (a pesar de ser un escritor que no conocía, el tal Michael Cunningham).
Después de leer los diarios que su marido recopiló después de su muerte, tuve que empezar a leer su obra empezando por Mr. Dalloway (por narices), y a Joyce también... y en ello estamos...
Un abrazo.
PD - Si no fuera tan vaga, pondría muchas entradas sobre juguetes antiguos que tengo a medio hacer... ains.
Todo un símbolo para una lucha que todavía tiene muchas batallas que ganar.
ResponderEliminarPor desgracia.
Besos.
Laura: qué orgullosa me siento de ser mujer tras leer las citas de Virginia Woolf. Me acabas de inspirar, ¿sabes?
ResponderEliminarUn besazo,
Esculls una frase clau del llibre. Casi un resum, si l'ampliem amb una d'immediatament anterior, en la traducció catalana d'Helena Valentí:
ResponderEliminar"Tenint en compte que Mary Carmichael no era pas cap geni, sinó una noia desconeguda que havia escrit la primera novel·la en el seu dormitori, sense gairebé res de les coses més desitjables en aquesta vida, com és ara el temps, els diners i un cert lleure, i ho havia fet prou bé, vaig pensar.
Donem-li una cambra pròpia..."
Laura Uve, sé que tu saps... quina escriptora va deixar escrit?:
"Existe entre nosotras algo mejor que un amor; una complicidad."
M'agrada llegir-vos còmplices. Aquí, a Viena, a "Coses..."
Abraçada!
La mujer de carácter, que no sigue al pie de la letra las normas del grupo, sigue encontrando mucha hostilidad. En cambio si encontramos lo mismo en un hombre se le llama original, con personalidad, o algo así.
ResponderEliminarUna forma de manifestar esa hostilidad es decirle a la mujer que si no es sumisa no es femenina. Como si no hubiese más que un modelo posible de mujer.
Quiero creer que entre los de la generación de mi hija este tema ya se ha limado un poco. Pero los de mi quinta...
Besos
Maravilloso!! Es uno de mis libros de cabecera. Tengo que releerlo de cuando en cuando,...siempre hay algo nuevo que no saqué de la lectura anterior.
ResponderEliminarDisfruto muchísimo con Virginia Woolf y en especial con sus ensayos.
Este libro lo he regalado infinidad de veces e inlcuso puedo decir que hay traducciones que me gustan más que otras. La de Borges, con todo lo que Borges me gusta, no está tan bien traducida, para mi gusto como otras. Tengo varias versiones de este libro, y por supuesto, lo tengo en inglés, para cuando me atrava!!
Me ha gustado muchísimo esta entrada, Laura, con los textos escogidos del libro. Y cómo ella admira a cada mujer con su estilo propio y cómo da relieve a las mujeres escritoras, que pasaron con cierta invisibilidad por su tiempo.
A mí me sigue alarmando que hoy en día necesitemos leerlo, porque a veces, nos resulte tremendamente actual.
Un abrazo grande y gracias por tan deliciosa entrada!!! (siento mucho haberme extendido)
ENEBEA,
ResponderEliminarLos caminos para encontrar estupendas escritoras o escritores, siempre es variado, lo importante es estar atenta y que cuando se produce la oportunidad, le pillemos al vuelo, como tú has hecho.
Me encanta ver como otras personas descubren y disfrutan con Virginia Woolf.
Bueno, ya llegará el momento de que des ese empujón a esas entradas.
Un abrazo!!
TORO SALVAJE,
ResponderEliminarAhí estamos ¿no? La aprecio mucho como escritora y me encanta que, siendo una mujer que vivía hacia dentro, no se despegara de su época.
ALICE,
Reflexionó mucho sobre la mujer escritora, dio un consejo sencillo pero clave: la escritora ha de ser ella misma. Pues eso... que me elgro de que alguna musa te inspire.
Un abrazo para los dos!!
IGNASI,
ResponderEliminarDiría que plantea dos aspectos claves, que vienen de uno solo, para una mujer escritora (y para cualquier mujer que no lo sea):
AUTONOMÍA, económica (una habitación propia y 500 libras al año) y personal/intelectual ("es mucho más importante ser uno mismo que cualquier otra cosa").
La complicidad de la amistad es maravillosa.
Un abrazo!!
ELVIRA,
ResponderEliminarSiguiendo con lo que le decía a Ignasi, la mujer que es autónoma desde el punto de vista material y de pensamiento (esa autonomía, me parece, que es la que le permite tener "carácter"), seguirá siendo percibida como peligrosa por una parte de los hombres. Así que estoy muy de acuerdo con tu reflexión, ese cambio es muy lento... Veremos.
Un abrazo grande!!
MARÍA,
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario y reflexión (me gustan que sean largas, jajaja).
Sabía, y recordaba, de una entrada tuya, cuánto admiras a Virginia Woolf.
También lo he releído muchas veces (aunque siempre en la misma edición que está para el arrastre, la segunda edición de seix barral de 1980), y ahora me están entrando ganas de releer alguna de sus obras (hace tiempo que no lo hago).
Su reflexión sobre la escritura y sobre las mujeres que escriben es válida hoy, y siempre.
Por desgracia, su plazo de cien años no lo ha conseguido todo, auque el avance es significativo, claro.
Y me quedo con esta afirmación:
"Debería imploraros que recordéis vuestras responsabilidades, la responsabilidad de ser más elevadas, más espirituales; debería recordaros que muchas cosas dependen de vosotras y la influencia que podéis ejercer sobre el porvenir".
Un abrazo grande!!
Laura, de verdad que sobrecogen las palabras de Virginia Woolf que has sabido seleccionar muy muy bien. Siempre me pregunto en qué medida hubiera cambiado el curso de la historia si hubiera existido desde siempre la igualdad entre hombres y mujeres, incluso he llegado a pensar si las guerras se hubieran desarrollado tal cual o todo hubiera cambiado, no digo ni que a mejor ni que a peor, sólo que tal vez ese equilibrio de sensibilidades hubiera supuesto cambios en la estrategia, en el modo de abordar los tempos,... Y el arte y la literatura mismo,seguro que habría autoras y mujeres artistas por doquier, y la visión del núcleo familiar también hubiera cambiado evidentemente... Uff, Laura, son tantos los interrogantes... pero vamos a pensar que ahora sí se está dando pasos certeros para conseguir que esa igualdad no se quede en una quimera o U-topía.
ResponderEliminarMe ha encantado esta publicación tan interesante, se agradece sobremanera esta aportación tuya pues se aprende, la verdad.
Un abrazo inmenso.
Hermosa entrada, Laura, creo que Virginia es una mujer admirable y sus reflexiones conmueven tanto como inspiran a luchar; siempre estuvo un paso adelante, y me parece que una mente lúcida como la suya hace más falta que nunca.
ResponderEliminarUn abrazote, feliz martes.
Pues parece un libro realmente interesante y tu entrada ha sido de lo más ilustrativa. No he leído nunca un libro de Virginia Wolf (estuve a punto de hacerlo tras ver "Las horas") y me gustaría leer algo suyo algún día, pero quizás prefiera empezar con algo de ficción. No sé si te he comentado nunca que soy filólogo (lo que quiere decir que me saqué la carrera de Filología Hispánica que nunca me ha servido para nada más que para tener culturilla)por lo que en su momento leí bastante, aunque hoy en día mi poco tiempo lo eclipsa el cine, así que me gusta leer en tus post todo lo que lees y no puedo más que envidiarlo (ahora tras meses sin leer estoy por terminar un libro, y este agosto espero leer otro, algo es algo). Un abrazo.
ResponderEliminarGABRIELA AMORÓS,
ResponderEliminarA veces me he hecho esas mismas preguntas, pero no sé qué decir. Me parece que postergar a media humanidad, por fuerza empobrece y anula capacidades que no se han podido desarrollar por prejuicio y discriminación violenta... Prefiero no pensar, me mosqueo cantidad... aysss...
Que haya mujeres que escriben ahora, como tú misma, intentando ser ellas mismas sin necesidad de esconder su sexo... es maravilloso.
Un beso, querida Gabriela.
AGLAIA,
ResponderEliminarEs cierto, fue una mujer adelantada a su tiempo, quizás por ello sufrió tanto...
Feliz martes y semana toda!!
DAVID AMORÓS,
ResponderEliminarNo digas eso, ¿culturilla? Escribes y te expresas muy bien, por lo que te leo, piensas también muy bien, no creo que esa formación sea ajena a esos logros. Supongo que quieres decir que no te ha servido desde el punto de vista laboral.
Con un niño pequeño el tiempo se reduce mucho, así que está muy bien un par de libros en verano. Lo importante es disfrutarlos.
Si te animas con V. Woolf, te recomendaría: "La señora Dalloway" y "Al faro", a mi me divirtió y me encantó "Orlando".
Un abrazo!!
Lo leí hace unos años para un trabajo de la Facultad y me gustó muchísimo.
ResponderEliminar¿Sabes que la semana pasada me compré "Cumbres borrascosas" en versión original? En Portugal es baratísimo comprar libros en ingles. Veremos a ver si retomo un poco el inglés y lo leo, a ver qué tal se me da.
Abrazo!
Estos párrafos que has escogido son inspiradores. No hace mucho he vuelto a releer Las horas, y no me canso, pero voy a buscar esta habitación, después de leer tu entrada me quedo con ganas de más.
ResponderEliminarBesitos
Tener una habitación propia... eso lo vale todo, eso lo significa todo, eso lo es todo... sí, tener una habitación propia fue en el ayer lo que hoy es ser libre completamente... ser libre lo vale todo, ser libre lo significa todo, ser libre lo es todo... Bss...
ResponderEliminarPD soy dichosa hoy porque tengo una habitación propia aunque hoy no signifique lo que ayer...
Virginia Woolf como escritora y ser humano no solo es un símbolo que inspira a escritoras sino que también ha inspirado y sigue inspirando a célebres escritores. Sus demandas tanto a hombres como a mujeres en justicia para las de su género siguen siendo intemporales en la gran mayoría del planeta. Su tarea apenas se inicia, aunque en varios países ya se notan logros que planteó desde sus cuestionamientos al mundo patrialcal.
ResponderEliminarGracias Laura Uve por mantener vigente no solo la literatura sino las grandes inquietudes hacia un mundo justo.
Mi abrazo!!!
ZAMARAT,
ResponderEliminarUyyy...eso sí es un reto. Me gustan los retos, ya contarás cuando empieces a leerlo en inglés.
Besos!!
ELYSA,
ResponderEliminarTengo que releer yo también, pero hay tanto nuevo que leer que me cuesta volver sobre lo leído.
Besos y mi cariño!!
ARISTOS,
ResponderEliminarTener autonomía económica y personal vale para hombres y mujeres. La cosa es que, en general,los hombres lo han tenido más fácil, pero estoy contigo en que ese programa es para las personas de ambos sexos.
Me gusta que los hombres lo vean claro.
Un abrazo grande!!
Es un tremendo placer reencontrarme con tus soliloquios y con tu saber hacer.
ResponderEliminarMe encanta llegar al que dedicas a una de las grandes esas que hicieron que las letras escritas en femenino brillaran abriendo un gran sendero que muchas más transitaron
BESOTES
Totalmente de acuerdo con esa última afirmación!! Nos toca hacer muchas cosas aún.
ResponderEliminarUn beso!!
40AÑERA,
ResponderEliminarHolaaa... de nuevo, encantada de reencontrarte también, y si en medio tenemos a la Woolf pues perfecto...
Un abrazote!!
MARÍA,
ResponderEliminarEstamos en el camino, sin agobios, pero sin pausas... ella tiene razón, de lo que hagamos hoy depende el porvenir...
Abrazo grande!!
Hola!
ResponderEliminarEi, que llego tarde (lo siento, mucho trabajo) y vaya entrada me he perdido! Increíble, una mujer inteligente y lúcida, adelantada a su época (o eso me parece al leer las citas que nos transmites). No he leído "Una habitación propia" y me la apunto como algo pendiente, que no puede demorarse mucho. No escuchar a los demás, ser independiente de pensamiento, todavía es una batalla pendiente, creo.
También estoy muy de acuerdo con el comentario sobre la pobreza y las mujeres. En situaciones extremas, siempre es la mujer quien sufre la precariedad doblemente que el hombre, todavía hoy. Y, sí, siempre ha sido pobre...
Muy buena entrada!
Petonssssssssss
¡Estas mujeres nos han dado tanto! Gracias a muchas como ellas, hoy tenemos una serie de libertades impensables en esos momentos de la historia, aunque aún nos quede mucho por conseguir.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención lo que dijeron Jane Austen y Emily Brontë, y estoy de acuerdo, tenemos que escribir como mujeres.
De la cita del otro día con el 15 M, te diré que fue bastante gente. Es curioso observar la cantidad de gente mayor que hay en estas manifestaciones, con lo cual vemos que no es cosa solo de "unos jóvenes perroflautas" Todo transcurrió en un ambiente lúdico y tranquilo.
Por cierto, me he hecho seguidora del blog del 15M.
Un abrazo
Mercedes
DONA INVISIBLE,
ResponderEliminarNo llegas tarde nunca a esta casa...
Te va a encantar este ensayo. Es una mujer a la que admiro profundamente, así que no soy objetiva.
Importantísimo pensar y escribir desde una misma. Con el paso de esos cien años que ella dice, se ha demostrado que es más fácil la autonomía económica (no siendo fácil) que la personal (emocional, intelectual...). Pero vamos que no nos rendimos y la buscamos denodadamente.
Ptnsssssss
MERCEDES,
ResponderEliminarEstá claro que hay una genealogía, una cadena en el tiempo de muchas mujeres que han aportado sus pequeños o grandes granos de arena para llegar aquí. Muy importante no olvidarlo. Esa cadena trasciende incluso la idea, más acutal, del feminismo. Debemos ser generosas con nuestra antepasadas, aportando nuestro grano de arena a nuestras sucesoras... esa es nuestra fuerza.
Siempre que he ido a actos del 15M he visto gentes de todas las edades, eso me gusta.
Un abrazo grande grande!!
Qué grande Virginia, la admiro mucho.
ResponderEliminarElESCRITOR,
ResponderEliminarBienvenido y bien hallado... por este espacio que es tuyo.
Compartimos, qué placer, a la gran Virginia Woolf.
Un abrazo!!
Conste que tomo nota de tus recomendaciones de Virginia Wolf. Y sí, me refería, sobretodo, a lo poco que me ha servido a nivel laboral (otro día ya te confesaré de que trabajo). Parece que las cosas te empiezan a ir mejor. Me alegro. Un abrazo.
ResponderEliminarDAVID AMORÓS,
ResponderEliminarHmmm... qué enigma... debe ser un trabajo raro para un filólogo y cinéfilo...
Van poco a poco... un adolescente de 16 años es todo un misterio... ya te llegará, aunque ahora lo veas muy lejano.
Un abrazo!!
Muy buena entrada, Laura. Tengo deuda con Virginia Woolf, todavía no he entrado en ella.
ResponderEliminarCómo no estar de acuerdo con los pasajes que transcribes, siempre ha sido así, aún hoy. A la mínima que nos despistamos, y eso ocurre casi todos los días al menos en mi caso, prestamos avituallamiento a todo nuestro entorno y nos racaneamos con nosotras mismas. Alguien dijo por ahí, ahora no recuerdo quién, que el mayor enemigo de la mujer es su abnegación; y puede que sea cierto.
La pobreza (de todo tipo) es femenina todavía y es una consecuencia directa de la desigualdad económica... en fin, ríos y ríos podemos llenar con esta cuestión... bien que la traes aquí.
Besote, gracias.
INDIGO,
ResponderEliminarBueno, cualquier día llegará el momento de que la disfrutes, yo ya expliqué en una ocasión que la devoré muy joven, ahora me queda la duda si debería releerla intensamente (siempre releo alguna de sus obras, como esta que comento) ahora que tengo más años...
Hmmm... sí, la abnegación que siempre es una virtud, derrochada puede volverse en contra. No lo había pensado nunca.
Un abrazo!!
Qué razón tenía Virginia, sobre tener una habitación propia, hermoso libro, como todos los de ella, es una de mis escritoras de favoritas.
ResponderEliminarTe conozco por el blog de Uno y no me esperaba un blog literario, te seguiré.
Un saludo.
Bienvenida... y no digo bien hallada porque, Susan Lenox, te he leído también en el blog de Uno.
ResponderEliminarMi casa es un batiburrillo de cosas, un cajón de sastre como digo por ahí... ero tienes razón en que si algo es, es literario. Para mi leer es vida, mi vida... así que, lo dicho, bienvenida y nos leemos.
Un abrazo!!