Hace tiempo tenía obsesión por interpretar-entender los títulos de las novelas. Y buscaba en la propia novela o fuera de ella hasta que encontraba una explicación, pero en un momento dado decidí descargarme de esa obsesión. Normalmente acostumbro a encontrar en la novela el porqué del título, no ha sido el caso de esta, quizás me he despistado absorbida por esta historia que en algunas ocasiones me ha acongojado.
El
uso del hombre me
parece que puede estar relacionado con el utilitarismo extremo a que el ser
humano fue sometido por el nazismo en casi toda Europa, pero quizás me
equivoque. Tišma, nacido en 1924, de madre húngara y padre serbio estuvo preso
en un campo de trabajos forzados durante la II Guerra Mundial, fue partisano al
final de la guerra y décadas después, en 1993, su oposición a Miloševic lo
llevó a refugiarse en Francia. Me he enterado también que esta novela es la
segunda de un ciclo de cinco novelas llamado «Ramas entrelazadas». Un ciclo que
tengo intención de leer dada la calidad de esta que he leído.
He leído esta novela en la montaña, su compañía ha
sido muy gratificante para mí pese a que su contenido es duro. Tišma construye
unos personajes, especialmente Vera y Sredoje, con una sutileza y rigor
extraordinarios. Su prosa es exacta, sin excesos cuando podría haberlos
justificadamente, nunca deja desbordarse a sus protagonistas, ni la historia
que nos está contando.
Para mí la protagonista indiscutible es Vera que
pasa de una inocencia y ociosidad típica de una familia mixta de clase media
judía en la localidad de Novi Sad (Serbia) al infierno de un campo de
exterminio. En la fila de selección para el horno crematorio, Vera es elegida
por su juventud y belleza para la «casa de placer», es prostituida hasta la
liberación del campo. El autor no carga las tintas en esta situación que la
condicionará para siempre pero nos cuenta lo suficiente para que percibamos la
tragedia de la protagonista.
Sredoje es un amigo de Vera de antes de la guerra y
de su misma edad. La huida de Novi Sad con su padre y su hermano le conducirán,
muy pronto en solitario, a un comportamiento que nos irrita por su posición
acomodaticia que lo sitúa en esa zona gris en la que tantos se movieron para
sobrevivir.
Nos queda clara la inhumanidad, la maldad, la indiferencia de la desgracia ajena (especialmente hacia la población judía), la supervivencia en situaciones límites, la monstruosidad normalizada. Sobre este tema se ha escrito mucho pero Tišma lo hace con una maestría narrativa y una sutileza extraordinaria.
No conocía al autor ni siquiera, pero apunto ya bien su nombre. Ya he curioseado y he visto que están publicados cuatro de los cinco libros de esta serie. Me gusta el orden así que buscaré el primero.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo me enteré que formaba parte de una serie cuando ya tenía este, pero iré comprando los otros libros por orden.
EliminarBesos.
¡Hola! Por lo que cuentas no queda duda sobre la calidad narrativa del autor, aunque el tema del nazismo me echa para atrás ahora (en su día leí muchas novelas con esta temática, me gustaban mucho), pero me resultan muy duras de leer y eso que a mi me gustan los argumentos duros, pero no se porqué este tema me toca de una forma especial.
ResponderEliminarMe ha encantado conocer tu opinión sobre esta novela
Besos
Destaco esa calidad narrativa y esa capacidad para construir personajes. Respecto al tema, efectivamente trata sobre el nazismo, un tema duro como bien dices y que toca muy hondo porque nos pone ante un escenario de horror en el que el ser humano llegó a unos límites difíciles de soportar.
EliminarGracias por tu comentario.
Besos.
No sé si es la lectura adecuada para tiempos de pandemia. Al menos, para mí...
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón, es un tema que quizás no es el más adecuado. Tuve suerte de leerlo en el Pirineo aragonés donde parecía que la pandemia no existía (o casi).
EliminarUn abrazo.
Pues yo pienso que siempre será importante adentrarse a la substancia de la lectura para descubrir el título de la novela, en este caso está muy a lugar de lo que describes , sí es un tema duro, tenaz, pero es la realidad de la que está hecho este mundo y más cuando hay conflictos y por efecto crímenes de lesa humanidad de por medio, me ha llamado la atención lo que dices respecto a que pese a lo duro del argumento su narrativa no es precisa , espero leerlo algún momento , gracias por tu reseña , me gusta.
ResponderEliminarComento que es precisa pero que no cae en excesos sentimentales que por el tema es fácil caer. La historia contada es muy contenida, me refiero a eso.
EliminarYo llegué a obsesionarme un poco con explicar siempre el significado del título, jajajaja. Así que cuando decidí no hacerlo , me sentí liberada. No obstante siempre me detengo en el título y en qué significa.
Gracias a ti por tu comentario.
Ay, nos quejamos de estos tiempos pero hemos olvidado aquellos tiempos pasados... Sobre todo los jovenes.
ResponderEliminarTomo nota, amiga
Un abrazo. Cuidate mucho
Tienes toda la razón, no son los peores tiempos ni siquiera en la historia contemporánea.
EliminarCuídate también tú, querido Ildefonso.
Un abrazo.
Cuando perdemos empatía entre nosotros mismos estamos condenados a repetir historias horribles, lástima que no seamos capaces de aprender de errores pasados. Me apunto tu recomendación.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Tienes toda la razón, deberíamos tomar nota de lo ocurrido en el pasado pero no es así por desgracia.
EliminarAbrazo utópico!!
Ahora mismo necesito otros horizontes. Desgraciadamente la indiferencia por la desgracia ajena se manifiesta muy a menudo.
ResponderEliminarSi que suena interesante. Un abrazo
Lo comprendo, no siempre apetece leer sobre esta temática y menos en estos tiempos de pandemia.
EliminarUn abrazo y cuídate mucho.
Los títulos son el pórtico de las historias y el título de esta, que no conozco, me ha recordado no sé el motivo aquel de Robert Musil, El hombre sin atributos.
ResponderEliminarCentroeuropa ha sido siempre y se ha agudizado en este último siglo una olla a presión sometida a fuerzas sistémicas relacionadas con las nacionalidades, las lenguas y las etnias. De alguna manera el pueblo judío con su internacionalidad dentro de los imperios centrales era un engarce entre aquellos territorios sometidos a un gobierno absoluto. Su desaparición los convirtió en chivos expiatorios de las ambiciones de las partes porque su presencia negaba las afirmaciones de cada una de ellas.
Saludos
Un gran libro el de Musil que leí hace bastante tiempo.
EliminarMuy cierto lo que explicas de centroeuropa, escenario de bastantes atrocidades y que podría volver a serlo (espero equivocarme).
Para mi es mitteleuropa y su literatura que adoro y que es inabarcable. Estas generaciones jóvenes me recuerdan en algo esa literatura, aunque este autor es balcánico.
Saludos.
Intuyo una novela sobrecogedora que no sé si sería capaz de leer hasta el final. Eso sí, preciosa foto, la novela en el lavadero.
ResponderEliminarYa digo que es muy contenida en emociones, explica lo justo y necesario.
EliminarGracias, llevaba el libro cuando llegué a un pequeño pueblo del Pirineo y allí estaba el lavadero... y la foto.
No la conocía, pero me ha interesado, sobre todo por el aspecto de la maldad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rocio. Es un autor interesante.
EliminarUn abrazo
Qué gran pléyade de autores encontramos en los Balcanes y centroeuropa con influencia eslava.
ResponderEliminarDescriben una realidad brutal, pero sus palabras destilan una sensibilidad especial para contarlo.
Un fuerte abrazo, amuga Laura.
Ya he dicho muchas veces aquí que soy una enamorada de la literatura mitteleuropea. Aunque la zona de los Balcanes no forma parte de ella, a mi también me la recuerda, igual que la polaca. Ambas zonas tienen hoy una gran literatura.
EliminarUn gran abrazo Paco (espero que ya estés bien del todo).
No conocía este título de Tisma, pero tengo otros dos que aún aguardan. Qué raro, tú leyendo letras de Mitteleuropa! A propósito, yo ando por caminos semejantes, en medio de los Balcanes (Milosevic incluido).
ResponderEliminarLo apunto también, y aprovecho para agradecerte la lectura de Loridan-Ivens (he hecho el link entre ambas reseñas), un libro tan doloroso como emotivo.
Otro abrazo!